martes, 13 de octubre de 2009

SUNSET BOULEVARD


Como todos los viernes por la noche Keaton, Warner y Nilsson se encuentran en la casa de Norma Desmond para su partida de cartas. Aprovechando que son cuatro juegan al bridge. Antes jugaban al póker pero pronto se dieron cuenta de que era imposible ganar a Buster Keaton con su sempiterna cara de póker. El salón está escasamente iluminado y no es fácil ver los palos de las cartas, aunque también les evita la visión del pequeño féretro con el cadáver de la última mascota de Desmond; un mono.

El mayordomo, Erich von Stroheim, acude con una bandeja con bebidas y se despide con una inclinación de su poderosa testa prusiana. Keaton, que le ha tocado formar pareja en el juego con Desmond, empieza a repartir cartas. De repente se queda extasiado al ver la cara de Norma Desmond resplandeciente, como no la había visto desde que la iluminaban los focos del estudio. Nilsson le devuelve a la realidad cuando dice:
-Está amaneciendo.
Todos se quedan ensimismados mirando los pálidos rayos de sol con infinitas partículas de polvo que danzan por todo el salón hasta que Norma Desmond se levanta dando por acabada la reunión:
-Gracias por esta deliciosa velada, queridos amigos. Hasta el próximo viernes. –Y dirigiéndose al mayordomo-: Max, ya puedes recoger lo que hay en la mesa, por favor…
Como era de esperar ninguno salió por la puerta. Todos, en perfecta procesión fantasmal, atravesaron las paredes.

4 comentarios:

joanbcn dijo...

Un día tendrías que tocar el tema de Von Stroheim, todo un personaje. Siempre lo tengo presente con su monóculo y un uniforme de oficial prusiano.

miquel zueras dijo...

¡Ah, sí! El Stroheim de La gran ilusión o 5 Tumbas al Cairo... un día tengo que hacer una entrada sobre él. ¿Sabías que hizo una película -Codícia- de 8 horas de duración? Borgo.

ethan dijo...

Muy bueno el relato, lo mejor el final, porque en la película es eso realmente lo que parecen: espiritus del pasado.

miquel zueras dijo...

Gracias, Ethan. Veo que has comprendido perfectamente el sentido del relato pues se trata de una reunión de espectros con un pasado luminoso. Saludos. Borgo.