miércoles, 28 de marzo de 2012
MARY URE Y LA MALDICIÓN DE EL EXORCISTA
De sobras es conocida la fama de película gafe de El exorcista. Durante el rodaje se sucedieron toda clase de extraños accidentes, fallecimientos entre los parientes de los miembros del reparto y hasta supuestos fenómenos paranormales pero es mucho menos conocida la extraña historia de la actriz Mary Ure.
Esta actriz británica estuvo casada con el actor Robert Shaw recordado especialmente por su papel de Quint, el pescador de Tiburón. Uno de sus papeles más destacados fue en la película El desafío de las águilas (1968) con Clint Eastwood y Richard Burton ¿Reconocen la camarera de la izquierda? Es Ingrid Pitt, una de las más atractivas vampiras de la pantalla. Mary Ure aparece sentada entre los dos protagonistas de la película. Antes había sido nominada al Óscar por un papel secundario en Padres e hijos (1961)
El 2 de abril de 1975 se estrenó en el Comedy Theater de Londres la versión teatral de El exorcista. Era sorprendente que se eligiera para el papel de Regan a Mary Ure, entonces una veterana actriz de 42 años pero la noche del estreno fue un rotundo éxito. La caracterización de Ure (arriba) y su realista actuación impresionó enormemente al público.
La mañana siguiente del estreno Peter Coe, director de la obra, acudió al hotel donde se hospedaba la actriz para mostrarle las elogiosas críticas de los periódicos y se encontró con una imagen dantesca: Mary Ure se encontraba muerta sobre la cama, con los brazos en cruz, cortes y rasguños por todo el cuerpo y restos de vómito por todas partes. La versión oficial habló de una sobredosis de alcohol y barbitúricos que le habían impulsado a autolesionarse antes de morir. La obra se canceló, desde entonces El exorcista no ha vuelto a representarse en ningún teatro del mundo.
¿Y qué se hizo de la célebre niña de El exorcista? Parece que se dedicó a ejercer de humorista con escaso éxito.
Algún tiempo después se casó pero lo áspero de su caracter acabó por malograr la relación. Su ex marido lo contó en unas memorias de las que publico un fragmento:
sábado, 24 de marzo de 2012
CHILE Y MEZCAL, RECUERDOS MEXICANOS
Este es el logotipo que hice para un restaurante mexicano de Sevilla. Me ha traído recuerdos…
Las Arenitas. Un pueblecito del norte de México a orillas del Pacífico. Los hombres siempre parecían necesitar un afeitado y algunas mujeres también. Tenía iglesia, dos cantinas, un palenque para las peleas de gallos y la Pensión Asturias donde me alojaba.
El señor Galindo, un vigoroso octogenario, regentaba la pensión. Fue pachuco (emigrante ilegal) en Estados Unidos donde aprendió inglés, eso le fue útil cuando le contrataron para llevar la comida al equipo de rodaje de El rostro impenetrable (One-Eyed Jacks, 1961) la única película dirigida por Marlon Brando y el western con más escenas de playa de la historia. Vinieron para tres semanas pero permanecieron allí tres meses por el perfeccionismo obsesivo de Brando.
Un anochecer Galindo y yo nos sentamos fuera, en una mesa frente a una botella de mezcal con gusano dentro y un plato de chiles poblanos en salmuera. Yo miraba embobado los zopilotes que aleteaban silenciosos sobre los tejados, el mezcal tenía entonces un sabor nocturno y desesperado. Cuando le rogué a Galindo que me contara una anécdota sobre aquel rodaje los muchos surcos y arrugas alrededor de sus ojos se relajaron; le gustaba hablar sobre esa película.
-Un día me encontré a todo el equipo sentado sobre las dunas de la playa –recordó Galindo-. Parecía que llevaban horas sin apenas moverse mientras Brando les daba la espalda, de pie junto a la línea de agua, sin apartar la mirada del mar. El cámara saltó de su silla y le dijo a Brando a qué estaban esperando y éste dijo: “I´m Waiting for the Suitable Wave” (Espero la ola apropiada) ¡Ja, ja, qué pinchi!
Terminé lo que quedaba en la botella de mezcal, el último bebedor ha de tragarse el gusano, es la costumbre.
-¿Qué tal el gusano, güey? –preguntó Galindo.
-Sabe a mezcal –respondí.
Al día siguiente Galindo me enseñó a preparar el Chile Norteño con carne y frijoles: sofreír la carne de ternera cortada en dados, cuando tome color reservarla en un plato, salpimentar y condimentar con chile en polvo o pimentón picante. En el mismo aceite dorar cebolla cortada pequeña, volver a poner los trozos de carne y añadir una lata de frijoles negros. Remover, aplastar con una cuchara unos frijoles para que al soltar el almidón dejen la salsa ligada y cubrir todo con agua o caldo. Tapar la cazuela y dejar cocer una hora con el fuego al mínimo. Se suele servir en cazuelitas con huevo duro rallado por encima.
Este es uno de mis episodios preferidos de los Simpson: Chili Homer . Un chile alucinógeno provoca en Homer visiones a lo Castaneda con un coyote que habla con la voz de Johnny Cash.
Las Arenitas. Un pueblecito del norte de México a orillas del Pacífico. Los hombres siempre parecían necesitar un afeitado y algunas mujeres también. Tenía iglesia, dos cantinas, un palenque para las peleas de gallos y la Pensión Asturias donde me alojaba.
El señor Galindo, un vigoroso octogenario, regentaba la pensión. Fue pachuco (emigrante ilegal) en Estados Unidos donde aprendió inglés, eso le fue útil cuando le contrataron para llevar la comida al equipo de rodaje de El rostro impenetrable (One-Eyed Jacks, 1961) la única película dirigida por Marlon Brando y el western con más escenas de playa de la historia. Vinieron para tres semanas pero permanecieron allí tres meses por el perfeccionismo obsesivo de Brando.
Un anochecer Galindo y yo nos sentamos fuera, en una mesa frente a una botella de mezcal con gusano dentro y un plato de chiles poblanos en salmuera. Yo miraba embobado los zopilotes que aleteaban silenciosos sobre los tejados, el mezcal tenía entonces un sabor nocturno y desesperado. Cuando le rogué a Galindo que me contara una anécdota sobre aquel rodaje los muchos surcos y arrugas alrededor de sus ojos se relajaron; le gustaba hablar sobre esa película.
-Un día me encontré a todo el equipo sentado sobre las dunas de la playa –recordó Galindo-. Parecía que llevaban horas sin apenas moverse mientras Brando les daba la espalda, de pie junto a la línea de agua, sin apartar la mirada del mar. El cámara saltó de su silla y le dijo a Brando a qué estaban esperando y éste dijo: “I´m Waiting for the Suitable Wave” (Espero la ola apropiada) ¡Ja, ja, qué pinchi!
Terminé lo que quedaba en la botella de mezcal, el último bebedor ha de tragarse el gusano, es la costumbre.
-¿Qué tal el gusano, güey? –preguntó Galindo.
-Sabe a mezcal –respondí.
Al día siguiente Galindo me enseñó a preparar el Chile Norteño con carne y frijoles: sofreír la carne de ternera cortada en dados, cuando tome color reservarla en un plato, salpimentar y condimentar con chile en polvo o pimentón picante. En el mismo aceite dorar cebolla cortada pequeña, volver a poner los trozos de carne y añadir una lata de frijoles negros. Remover, aplastar con una cuchara unos frijoles para que al soltar el almidón dejen la salsa ligada y cubrir todo con agua o caldo. Tapar la cazuela y dejar cocer una hora con el fuego al mínimo. Se suele servir en cazuelitas con huevo duro rallado por encima.
Este es uno de mis episodios preferidos de los Simpson: Chili Homer . Un chile alucinógeno provoca en Homer visiones a lo Castaneda con un coyote que habla con la voz de Johnny Cash.
miércoles, 21 de marzo de 2012
MALDITOS ROEDORES
En mi nuevo vecindario ha cundido la alrma y todo por interferir en la naturaleza. El Ayuntamiento ha esterilizado gatos a diestro y siniestro con lo que la población felina ha disminuído y la ratonil se ha extendido. En el parque que hay cerca de mi casa medran ratas de un palmo y en El Pont, el boletín del barrio, nos recomienda tomar precauciones pues esas alimañas propagan enfermedades. Decido visitar a una droguería y adquirir un raticida. El dependiente -guardapolvo azul, ojos grises, le faltan los dos incisivos por lo que parece la foto de un castor en negativo- me aconseja un cebo con aspecto de macarrones color fucsia. “Se supone que las ratas no distinguen los colores –dice- pero sienten atracción por este color”. Me explica que, una vez ingerido, el cebo se hincha y se hincha hasta que el roedor literalmente explota (como el tragaldabas de El sentido de la vida de los Monthy Phyton)
Luego me muestra otro cebo que se cristaliza en el estómago de la rata causándole terribles hemorrágias. El dependiente adopta una actitud entusiasta y sus ojos grises centellean; no hay duda de que tengo enfrente al Doctor Mengele de los roedores. No me seduce la idea de encontrarme en la escalera los restos de una rata convertida en mondongo así que me decido por un veneno con efectos menos devastadores.
Al salir de la tienda recuerdo al protagonista de El almuerzo desnudo de Burroughs, un exterminador que se inyectaba el polvo matarratas. Fue la primera portada (arriba) que hice para el exranjero. Creía que esa novela era imposible de adaptar al cine pero Cronemberg consiguió con ella una de sus películas más logradas y personales.
viernes, 16 de marzo de 2012
LA CANTINA DE HOLLYWOOD
Bette Davis atendiendo la barra con la mejor de sus sonrisas.
¿Se imaginan un local donde Katherine Hepburn te sirve un cafelito, John Wayne una tapa y poder bailar agarradito a Veronica Lake mientras Bob Hope (izquierda) friega platos en la cocina? Esto era posible en La Cantina de Holliwood, una idea de Bette Davis con ayuda de John Garfield y Cary Grant. En octubre de 1942 se abrió este club en el que las estrellas de Hollywood servían a los militares aliados de camino a ultramar.
La lista de famosos que atendieron la barra de esta cantina es abrumadora: Abbott y Costello (cómo me habría gustado tomarme algo con estos dos) Frank Sinatra, Fred Astaire, Errol Flynn, Ava Gadner, Bela Lugosi... En su pista de baile tocaban las mejores orquestas y alí triunfaron las Hermanas Andrews. Fíjense en la cara de ese marinero que aún no se cree que esté bailando con Marlene Dietrich.
El éxito de La Cantina de Hollywood fue arrollador. Cuando cerró sus puertas en noviembre de 1945 ya lo habían visitado tres millones de soldados entre norteamericanos, canadienses, británicos, australianos e incluso soviéticos. En 1944 se estrenó la película The Hollywood Canteen con soldados reales y actores representándose a si mismos.
La Cantina tiene su anécdota trágica: una enfermera que volvía del Pacífico besó a su actriz preferida, Gene Tierney, entonces embarazada. La enfermera había contraído una enfermedad tropica que afectó muy seriamente a la criatura, el hecho provocó una seria depresi´n a la bella actriz que tardó mucho en recuperarse. Agatha Christye se basó en este suceso para su novela Espejo roto que fue llevada al cine con Angela Lansbury en el papel de Miss Marple.
lunes, 12 de marzo de 2012
KEELER, UN ESCRITOR MUY BIZARRO
Gracias a Alberto Sobórnez, representante en España de la HSK Society, por sus datos.
Esta es mi portada para Suicide Room, una novela hasta ahora inédita de Harry S. Keeler (1890-1967) sin duda el más estrafalario de los escritores de misterio. Sus historias pobladas por siniestros orientales, enanos, freaks, travestis y gorilas son del todo inverosímiles pero apasionantes, aquí van algunos ejemplos:
El caso del cuerpo loco (1954) La policía encuentra un ataúd con un cuerpo desnudo en su interior; la mitad superior pertenece a una mujer china y la inferior a un hombre de raza negra. El enigma del Craneo Viajero (1934) con un cementerio reservado para freaks. Allí se encuentra el cuerpo de Legga, una mujer con cuatro piernas y seis brazos que nació en Cantón (China) y murió en Cantón (Ohio) El Caso Marceau (1947) aquí aparece el Enano Volador, en realidad un enano que ataca a sus víctimas vestido de bebé desde un helicóptero. Ha estrangulado a su víctima y cuando eso ocurrió toda la ciudad estaba vacía debido a una fiesta local y el único testigo es un ciego. Además aparecen momias, una secta -los Astro-Extensionistas- y travestis.
A finales de los años cuarenta los editores americanos rechazan las obras de Keeler por considerarlas impublicables pero en España tiene un fan: Rafael Reus, propietario de la editorial del mismo nombre que publicará sus novelas en castellano. Mi padre tenía un ejemplar de El Círculo Blanco y con él me inicié en la obra de Keeler.
Y ahora vamos con un nuevo caso del Inspector Duralex, un detective también bastante bizarro:
DURALEX Y EL EXTRAÑO SECUESTRO
Desfallecido de hambre, Borja San Quintín entró tambaleándose en la casa de sus padres que le esperaban ansiosos en compañía del Inspector Duralex.
-Gracias por pagar el rescate –musitó Borja-. No pensé que saldría vivo.
-Explícamelo todo –le rogó el Inspector.
-Iba por la calle cuando se detuvo a mi lado un Ford Focus negro y dos hombres me preguntaron si quería ver en un teatro Cumbres borrascosas con Chiquito de la Calzada en el papel de Heathcliff. Les dije que sí, entré en el coche y me adormecieron con cloroformo. Me desperté atado a una silla y con los ojos vendados.
El Inspector examinó la nota del rescate. “Queridos papá y mamá. Dejad 50.000 euros en una bolsa junto a la farola de la calle Quintero con Quiroga. Si no hay ninguna farola poned una, por favor. Enviad el dinero, rápido porque si no me harán cosquillas hasta matarme. Vuestro hijo, Borja."
-Hummm… -reflexionó el Inspector- ¿Y cómo conseguiste escapar?
-Les dije que quería ir a la Final de la Copa del Rey pero sólo tenía una entrada. Me dijeron que de acuerdo, pero que llevara puesta la venda o, en su defecto, que mantuviera los ojos cerrados. Así lo hice, pero en la media parte el Barça llevaba tres goles de ventaja y decidí venir hacia aquí.
-Lo suponía –sentenció el Inspector Duralex-. Ahora sé que este secuestro no ha sido más que un simulacro para quedarte con el dinero del rescate.
¿Cómo lo supo el Inspector Duralex?
Solución: Borja San Quintín aún vivía con sus padres aunque ellos tenían más de ochenta años y su hijo sesenta. Nadie secuestra a alguien de sesenta años.
-Eso no sería nada profesional –apostilló el inspector.
Esta es mi portada para Suicide Room, una novela hasta ahora inédita de Harry S. Keeler (1890-1967) sin duda el más estrafalario de los escritores de misterio. Sus historias pobladas por siniestros orientales, enanos, freaks, travestis y gorilas son del todo inverosímiles pero apasionantes, aquí van algunos ejemplos:
El caso del cuerpo loco (1954) La policía encuentra un ataúd con un cuerpo desnudo en su interior; la mitad superior pertenece a una mujer china y la inferior a un hombre de raza negra. El enigma del Craneo Viajero (1934) con un cementerio reservado para freaks. Allí se encuentra el cuerpo de Legga, una mujer con cuatro piernas y seis brazos que nació en Cantón (China) y murió en Cantón (Ohio) El Caso Marceau (1947) aquí aparece el Enano Volador, en realidad un enano que ataca a sus víctimas vestido de bebé desde un helicóptero. Ha estrangulado a su víctima y cuando eso ocurrió toda la ciudad estaba vacía debido a una fiesta local y el único testigo es un ciego. Además aparecen momias, una secta -los Astro-Extensionistas- y travestis.
A finales de los años cuarenta los editores americanos rechazan las obras de Keeler por considerarlas impublicables pero en España tiene un fan: Rafael Reus, propietario de la editorial del mismo nombre que publicará sus novelas en castellano. Mi padre tenía un ejemplar de El Círculo Blanco y con él me inicié en la obra de Keeler.
Y ahora vamos con un nuevo caso del Inspector Duralex, un detective también bastante bizarro:
DURALEX Y EL EXTRAÑO SECUESTRO
Desfallecido de hambre, Borja San Quintín entró tambaleándose en la casa de sus padres que le esperaban ansiosos en compañía del Inspector Duralex.
-Gracias por pagar el rescate –musitó Borja-. No pensé que saldría vivo.
-Explícamelo todo –le rogó el Inspector.
-Iba por la calle cuando se detuvo a mi lado un Ford Focus negro y dos hombres me preguntaron si quería ver en un teatro Cumbres borrascosas con Chiquito de la Calzada en el papel de Heathcliff. Les dije que sí, entré en el coche y me adormecieron con cloroformo. Me desperté atado a una silla y con los ojos vendados.
El Inspector examinó la nota del rescate. “Queridos papá y mamá. Dejad 50.000 euros en una bolsa junto a la farola de la calle Quintero con Quiroga. Si no hay ninguna farola poned una, por favor. Enviad el dinero, rápido porque si no me harán cosquillas hasta matarme. Vuestro hijo, Borja."
-Hummm… -reflexionó el Inspector- ¿Y cómo conseguiste escapar?
-Les dije que quería ir a la Final de la Copa del Rey pero sólo tenía una entrada. Me dijeron que de acuerdo, pero que llevara puesta la venda o, en su defecto, que mantuviera los ojos cerrados. Así lo hice, pero en la media parte el Barça llevaba tres goles de ventaja y decidí venir hacia aquí.
-Lo suponía –sentenció el Inspector Duralex-. Ahora sé que este secuestro no ha sido más que un simulacro para quedarte con el dinero del rescate.
¿Cómo lo supo el Inspector Duralex?
Solución: Borja San Quintín aún vivía con sus padres aunque ellos tenían más de ochenta años y su hijo sesenta. Nadie secuestra a alguien de sesenta años.
-Eso no sería nada profesional –apostilló el inspector.
jueves, 8 de marzo de 2012
QUERIDO FRANKENSTEIN
Arriba, la portada y contraportada que me encargaron para una edición especial del 80º Aniversario de la película de Universal Dr. Frankenstein que acaba de llegarme por Correo Tortuga con un año de retraso. Incluye un DVD con escenas añadidas, entre ellas aquella en la que el monstruo arroja a una niña a las aguas de un lago que fue entonces suprimida.
Se dice que Karloff se negó a rodarla por considerla excesivamente brutal. En realidad fue una diferencia de concepto entre el director, Whale, que quería que el monstruo matara deliberadamente a la niña, mientras que Karloff sugirió que la posara sobre el agua para comprobar si flotaba como las flores que dejaba caer en el lago. Así fue como finalmente se rodó pero que el productor Carl Laemne decidió eliminar la escena que no ha podido verse hasta ahora.
Me encantan esos momentos típicos de la Universal con reuniones entre los aldeanos y el burgomaestre que finalizan convertidos todos en una turba enfurecida portando antorchas.
Es sabido que el libro surgió de una reunión entre los esposos Shelley, Lord Byron y el doctor Polidori, enamorado platónicamente de Byron, durante el llamado Año sin verano de 1816. Para matar el aburrimiento a causa del tiempo desapacible decidieron escribir relatos de fantásticos. Hay una película sobre ello: Gothic (1986) del excesivo Ken Russell.
domingo, 4 de marzo de 2012
UN MEME MUY BREVE (2)
UN SUSTO DIVERTIDO: El jovencito Frankenstein (1974)
Qué grande eras, Marty Feldman.
UNOS CREDITOS: Casino Royale (1967)
Bonitos créditos sesenteros con música de Tijuana Brass.
UNA PARODIA: La loca guerra de las galaxias (1987)
John Hurt parodiando su papel en Alien.
UNA ESCENA: Amor a quemarropa (1993)
Dennis Hooper explica a Christopher Walken su particular visión de la historia. Una escena magnífica, mi preferida de esta película.
Qué grande eras, Marty Feldman.
UNOS CREDITOS: Casino Royale (1967)
Bonitos créditos sesenteros con música de Tijuana Brass.
UNA PARODIA: La loca guerra de las galaxias (1987)
John Hurt parodiando su papel en Alien.
UNA ESCENA: Amor a quemarropa (1993)
Dennis Hooper explica a Christopher Walken su particular visión de la historia. Una escena magnífica, mi preferida de esta película.
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