Hace tres semanas me fui con dos amigos al Cementerio de
Poble Nou (Barcelona) a ver si nos
topábamos con una vampira. Mejor lo cuento desde el principio:
El viernes 5 vinieron a cenar a mi piso mi amigo Ramón, el
científico –ya hablé de él en mi entrada El tirador fantasma de Colón, 13
julio, 2011- y Sergi, un miembro de la Asociación Española de Upirología
(Upirología= estudio de los vampiros) Con estos dos la velada siempre resulta
divertida.
Sergi se presentó con una bolsa de viaje. En el momento del
café sacó un curioso libro de la bolsa: –Io credo nei vampiri- de Emilio de
Rossignoli que fue un éxito de ventas en la Italia de los años sesenta. En uno
de sus capítulos recoge el caso de Rosa Picó i Matons que, según Rossignoli,
fue atacada por un vampiro alrededor de las doce de la noche en la barcelonesa
calle Creu Coberta del barrio de Sants cuando salía de una proyección de
Marcelino, pan y vino. (Una velada perfecta, tragarse un pestiño del
nacional-catolicismo y a la salida del cine ser atacado por un vampiro) Eso fue
en 1965 y ahora traduzco del italiano: “Los que vieron la escena del crimen
aseguran que la lucha fue encarnizada. Rosa Picó se convirtió en vampiro y hay
quien asegura haberla visto vagando por la zona de Las Cocheras buscando
victimas…”
Sergi sacó otro objeto de la bolsa, un maletín de madera
color caoba. Lo depositó encima de la mesa y al abrirlo descubrió un curioso
artefacto con una pantalla y numerosos botones.
-Es un Generador Kirlian, un aparato de gran sensibilidad
para detectar el Aura –dijo Sergi con la cara brillante de satisfacción-. Los
vampiros generan gran cantidad de fósforo que en la pantalla se ve de color
gris. Mañana por la noche pienso llevarlo en mi furgoneta y rondar por los
alrededores del cementerio a ver si detecto… algo. ¿Os apuntáis?
-Pero, Sergi… ¿Tú crees realmente en vampiros? –le pregunté.
-Ni creo ni dejo de creer. De momento, los busco.
Contagiado por el entusiasmo de Sergi acepté la invitación.
Ramón cabeceó: “No puedo creer lo que voy a decir pero iré con vosotros. Total,
no tengo nada mejor que hacer”. Aquello prometía: una expedición en plan
Cazafantasmas con un estudioso de los vampiros y un científico racional y escéptico.
Al día siguiente partimos en la furgoneta de Sergi en
dirección al cementerio. El Generador
Kirlian iba en el asiento del copiloto. Yo y Ramón detrás. Cuando entramos en
la Avenida Icária
Sergi dijo:
-Parecemos los de Misterios S.A. ¿Eh, chavales? Con la furgo
y todo eso…
-A mí me parecéis unos frikis lamentables –opinó Ramón.
Atardecía cuando aparcamos en el cementerio. La verdad
es que es un lugar impresionante. El suelo parecía repleto de misterio y
silencio con estatuas tan sobrecogedoras como esta: El beso de la muerte. Los panteones mostraban extraños contraluces. Además
el tiempo aportaba lo suyo: Hacía bochorno y lloviznaba, casi como neblina,
había relámpagos pero no truenos.
Un empleado nos indicó que era la hora de cerrar. Salimos
por una puerta enrejada y nos acomodamos en la furgoneta. Sergi conducía
despacio alrededor de los muros echando furtivas miradas al Generador. Pude ver
por la pantalla destellos ámbar tirando a rosa, como el jugo de un membrillo
maduro. El cielo se llenó de nubes negras parecidas a telarañas. Un cielo
movedizo e inestable como el lomo de un gato negro.
Estuvimos dando vueltas hasta pasadas las doce y media de la
noche. Ni rastro de la vampira ni del aura gris. De hecho, los únicos que
parecíamos vampiros éramos nosotros pues a la pálida luz del interior de la
furgoneta se nos veía amarillentos, sin
color. Ramón roncaba. Sergi dio un brusco giro de volante:
-Ya vale. Vámonos a tomar una copa al Bar Boadas.
-Es lo único sensato que he oído en todo el día –dijo Ramón
desperezándose.
-De habernos encontrado a la vampira habríamos causado
sensación llevándola al Boadas –dije-. Me pregunto qué habría pedido. Bueno,
pensándolo bien…
Poco después nos sentamos en los taburetes de la barra del
Boadas. Los tres pedimos lo mismo:
-Tres Bloody Mary.
ELVIRA LA VAMPIRA
A esta chica le gusta mucho el Bloody Mary. Elvira la vampira fue un personaje que hice a finales de los noventa para una campaña publicitaria de un Bloody Mary embotellado de la marca Rives que finalmente no salió al mercado. Yo preparo así este cóctel tan eficaz contra las resacas:
Preparar en vaso mezclador hielo, 3/4 jugo de tomate, 1/4 vodka, unas gotas de zumo de limón y salsa Perrins, una gota de tabasco, sal y pimienta.
Mezclar bien y servir en vaso mediano. Se suele adornar con una ramita de apio.