He puesto mi voz a este anuncio de coches. Me han dicho que se verá por televisión este mes de julio.
Claro que este otroanuncio de coches no está nada mal:
EFEMÉRIDES VERANIEGA
Ya tardaba en aparecer el conde en Borgo. Mañana 28 de junio se cumplen 70 años de la primera representación de Drácula en un teatro español -el Marquina de Madrid- su éxito fue apoteósico y se mantuvo tresaños en cartel. Rambal adaptó fielmente la obra de Stoker con un Drácula que al principio aparecía caracterizado como un anciano y rejuveneciéndo después, algo que en el cine solo se ha visto en el Dracula´s Bram Soker (1989) de Coppola.
CARTEL IMAGINARIO
Mi contribución alconcurso de Cartelesde cine imaginarios del Ayuntamieno de Cornellà.Carteles para películas que sí existen. A ver qué tal, nosuelo tener suerte con los concursos pero nunca se sabe.
Pretenden volver a poner de moda para este verano los Pegatetas -Cubrepezones, para el otro lado del charco- como en el lejano verano del 86. Sin duda la moda más absurda, antiestética y con el accesorio más inútil de la historia. De momento algunas revistas como Cuore y Qué me dices regalan con cada ejemplar un par de Pegatetas como años atrás lo hizo Intervíu. En fin, todo vuelve. Recuerdo que aquel verano del 86 paseaba mi vista por la playa por si veía alguna bañista llevando ese ornamento pero no logré ver ni una. Todo apunta a que tampoco se verán muchos Pegatetas esta próxima canícula. Esto me da motivos para confiar un poco más en el sentido común de la humanidad.
Un pasatiempo veraniego cortesía del blog Galeria d´Imatges:
Me temo que me está quedando una entrada algo sexista. Lo compensaré con una playera imagen de mi paisano -de Tossa de Mar- Andrés Velencoso:
RECETA REFRESCANTE: SOPA FRÍA DE MELÓN.
Sopa veraniega y sencillísima. Limpiamos un melón de piel y pepitas y lo troceamos. Lo pasamos por una batidora y posteriormente por el chino para eliminar alguna hilo fibroso que se haya podido colar. Mezclamos
la nata con el melón triturado y añadimos un pellizco de sal. Dejamos enfriar
en la nevera unos treinta minutos. En el momento de servir nuestra sopa de melón la adornamos con unas virutas de jamón ibérico o bien con unos granos de uva. Hala, más fácil imposible. Y hablando de calores veraniegos me ha parecido apropiado añadir este vídeo que seguro dejará helado a más de uno:
Me encanta hacer portadas para la colección Pepping Tom Books. Publican guiones de películas famosas y esta vez tocaba -"Tócala otra vez, Sam"- la mítica Casablanca (1942) El guión fue escrito por los hermanos gemelos Julius y Philip Epstein a partir de la obra teatral Everybody Comes to Ryck´s.
Estos son los hermanos Epstein. ¿Igualitos, eh? Pues le sacaron partido a su semejanza...
Julius (izquierda) era el que tenía mayor éxito con las mujeres por su labia, encanto personal y la leyenda que circulaba por Hollywood de que era un insaciable atleta sexual pero tenía su truco... Julius se llevaba atractivas mujeres a su alcoba. Durante la velada Julius decía a su amante ocasional que se iba a la cocina a preparar unas copas. En la cocina le esperaba su hermano Philip al que una vez asesorado sobre los gustos y peculiaridades de la dama se dirigía hacia el lecho suplantando el lugar de su hermano. Un vodevil digno del más imaginativo guionista hollywoodiense. Con esta estratagema compartieron sábanas con Joan Crawford, Shelley Winters y una aspirante a actriz conocida como Marilyn Monroe. Es lógico pensar que los gemelos Epstein estaban muy unidos, cuando Philip murió prematuramente en 1952 Julius quedó profundamente desconsolado.
Lo que más me gusta de Casablanca son sus secundarios: Lorre, Grenstreet... y sobretodo ese gran Conrad Veidt (Coronel Strasser) Christopher Lee declaró que su decisión de ser actor fue motivada por la fascinación que le produjo la actuación del actor alemán en esta película.
En nuestro país es sabido que Casablanca tuvo problemas con la censura que omitió los diálogos que hacían referencia al pasado de Rick y su ayuda a la causa republicana en la guerra civil española. Llegaron a suprimir también escenas enteras. Me encanta este diálogo: (Strasser) "Cierre este local" (Renault) "¿Porqué? Todos lo están pasando bien" (Strasser) "Sí... demasiado bien". Me parece que define muy bien un régimen opresor.
Pues si en lugar de La Marsellesa llega a ser La Internacional...
En la famosa escena final usaron un avión Loocked de cartón y mucha neblina no solo por causar un mayor efecto dramático, también para disimular lo poco convincente del modelo. En cualquier caso es una secuencia que ha quedado en las retinas de todos los cinefilos.
La
ONU nos recomienda comer insectos. Ya comprobé en México lo mucho que la
influencia cultural puede determinar nuestros hábitos alimentarios.
Pasé
una temporada en México D.F. con Laura, una escultora de Durango. Un día
decidimos viajar a Villahermosa, en el estado de Tabasco, ciudad famosa por su
colorista mercado. Mientras guardaba en una bolsa de viaje mi libro-guía 107
restaurantes con menú que acababa de recibir de Barcelona, Laura me propuso:
-Iremos
al mercado y comeremos chapulines.
-Fantástico
–respondí sin tener idea de lo que eran los chapulines; quise mantener el
suspense.
En
el bullicioso mercado entramos en una cantina. Las voces a nuestro alrededor
sonaban con el deje melodioso del sur de México. Cuando regresé a Barcelona me
pareció que todo el mundo gritaba.
-Dos
Margaritas, por favor –le digo al encargado de la cantina que no despegaba los
ojos del suelo como si esperase ver surgir algo de entre las tablas: aceite rezumante
o una invasión de cucarachas asesinas; sin embargo me preparó el mejor
Margarita que he probado nunca. Laura me señaló un cuenco: “Eso son los
chapulines”.
Saltamontes
fritos, sin alas ni patas. Me sorprendió su sabor a verdura, como la lechuga
frita que hacía mi abuela andaluza pero con el toque dulzón del mole poblano.
Había
también escorpiones tostados –ufanos, con las colas levantadas en posición de
ataque-, comí tantos como pude. Recordaban a las pipas de girasol aunque más
sabrosos y crujientes.
Luego
nos sentamos en un tenderete para tomar sopa de tortuga barrenadora. “Prueba la
parte gelatinosa, Miquel, es la mejor”. Laura me contemplaba divertida: un europeo saboreando
criaturas tan poco habituales en nuestra dieta. Estaba deliciosa. ¿Sabor? entre pollo y pescado.
El
cielo pareció romperse. Llegó una intensa lluvia acompañada de los mosquitos de
la jungla que parecían querer vengarse por habernos comido a sus hermanos.
Regresamos precipitadamente al hostal perseguidos por aquellos helicópteros
chupadores.
Laura
se sentó a hojear mi libro. Yo notaba algo molesto en la boca y me puse a hacer
muecas en el espejo del lavabo. Tenía algo negro pegado entre los dientes: un aguijón de escorpión apuntando al exterior.
Oí exclamar a Laura: “Aaaay, jíjoles!!!” Señalaba con el dedo una página del
libro, una mueca de repugnancia distorsionaba su boca. Estaba leyendo mi crónica
sobre el restaurante Atenas (calle Atenas, 42 en Barcelona; aún existe) un
local especializado en caracoles donde incluso se pueden pedir de postre: con
coco o chocolate.
-¡Caracoles!
– masculló Laura-… ¿Cómo pueden ustedes
comerse eso?
Por
cierto que el dueño del Atenas me dijo que aunque los tenían en la carta hasta
ahora nadie había pedido esos caracoles de postre. Si se animan ya saben:
calle Atenas, 42.
RECETA
DEL CÓCTEL MARGARITA
Sencillísimo
de preparar y delicioso: previamente hay que humedecer los bordes de las copas
con limón y hundirlos luego en sal para
que queden escarchados.
Necesitaremos
2/4 de tequila, ¼ de cointreau y ¼ de zumo de limón o lima ¡Natural, nunca de
botella!
En
una coctelera o un recipiente apropiado agitar enérgicamente la mezcla con
hielo durante medio minuto y servir. Recomiendo el tequila añejo Cuervo, el de
color amarillo.
Nicolas
Cage también se apuntaba a lo de comer insectos en Mordiscos de vampiro (1989) Advierto que ese tentempié no es apto para estómagos sensibles:
Con voz de locutor de NODO: "El Dr. Fu-Manchú ha visitado la Ciudad Condal siendo agasajado por las autoridades locales con un recorrido por el Parque Güell."
Recientemente he terminado una portada de las aventuras del pérfido oriental: The Wrath of Fu Manchu (La ira de Fu-Manchú) a los ingleses les gustó y me pidieron otra, lo más parecida posible, por lo que convertí a Fu Manchú en un logo y destaqué al dragón a punto de hincar el diente al planeta Tierra.
La primera fue versionada en el guión de El castillo de Fu- Manchú (1968) hasta ahora el último largometraje con el personaje de Sax Rohmer. El director Jess Franco engatusó a Christopher Lee para protagonizar la cinta con la promesa de rodar una futura película sobre su admirado Alesteir Crowley. Franco lega a incluir la secuencia del naufragio de El hundimiento del Titanic (1953) -rodada en blanco y negro e insertada en una película en color (!!!)- haciéndolo pasar por un sabotaje de Fu-Manchú y mostrando como su residencia el Parque Güell de Barcelona aunque se supone que la acción transcurre en Oriente. Todo esto se aprecia en el trailer:
Christopher Lee no guardó un buen recuerdo del director madrileño con el que realizó seis películas. Franco también criticaba la desgana con la que actuaba el astro inglés:
"En Eugénie (1970) Lee tenía que besar apasionadamente a Maria Rohm. Tuvimos que repetir la toma una y otra vez pues no resultaba convincente. Todo lo contrario de Klaus Kinski que en Marquis de Sade (1968) casi se tira a una actriz en medio del plató. Jó, vaya tío salido..."
Bueno, hace tiempo que no publico una receta y esta, con su toque oriental, me ha parecido apropiada:
POLLO AGRIDULCE CON MIEL Y LIMÓN
Dejar macerar los trozos de pollo un par de horas en el zumo de dos limones.
Saltear el pollo en una cazuela, sazonar con sal, pimienta y el jugo del macerado y cocer media hora con un poco de vino blanco. Dejar el pollo en una fuente para horno y untarlo con miel.
Encender el gratinador y dorar el pollo sin dejar de vigilarlo pues carameliza muy rápido.
Servirlo con arroz blanco salteado y unos trocitos de piña en conserva.
El
autocar plateado corre por una carretera calcinada. Los ocupantes son un grupo
de estudiantes en viaje de fin de curso que esperan pasar un verano inolvidable
antes de entrar en la universidad. Los jóvenes cantan un tema de Melendi, otros
miran el paisaje a través de la ventanilla y el profesor echa una cabezada.
Ya hace horas que circulan por una carretera de tercer orden llena de desniveles y curvas.sinuosas. El chófer se detiene al llegar a un cruce y desciende del autobús esperando encontrara algún rótulo que le indique por donde debe dirigirse.
Despliegan un mapa que no aclara nada pues no figuran ni el pueblo de donde partieron ni la ciudad a la que se dirigen; referencias inevitables para deducir donde se encuentran.
-En resumen -dice una estudiante con shorts y camiseta a rayas -, nos hemos perdido.
-Eso es imposible -replica el profesor en tono didáctico-, mientras no nos salgamos de la carretera por fuerza ha de ir a algún lugar.
-Yo iría hacia la izquierda -opina el chófer-. La carretera allí parece en mejores condiciones y eso suele indicar que hay una ciudad próxima.
Todo el pasaje está de acuerdo. El autobús se pone en marcha. El bosque bajo se convierte en una espesa maleza que devora la carretera. El chófer vuelve a detenerse al ver el impracticable camino de cabras que tiene delante.
-Parece que no es la ruta correcta -se disculpa-. Habrá que retroceder.
Anochece y el chófer enciende los faros. Hay algo siniestro en la forma suave en que parecen flotar en la oscuridad con el ronroneo de los neumáticos sobre el camino. Ya entonces están sorprendidos de no encontrar ningún pueblo ni ningún campesino. El chófer detiene el vehículo con ostentoso chirrido de llantas.
-Parece que hemos llegado al final -dice lacónico.
Espesos matorrales ocultan el camino.
"Debimos contratar un guía" murmura el profesor.
El profesor y un estudiante se aventuran por el matorral esperando encontrar un camino para proseguir. Horas más tarde los expedicionarios regresan con la información de que ha desaparecido todo rastro de un sendero. Aquella selva se lo había comido todo.
Conferenciando atropelladamente, acuerdan dormir en el coche a la espera de la luz diurna.
Los estudiantes forman cola ante los servicios del autocar. Algunos chicos se alivian detrás de unos olivos, las chicas entre la maleza.
Al día siguiente están hambrientos pues se han terminado los pocos bocadillos que llevaban. Unos kilómetros más adelante, aún rodeados de espesura, la gasolina se termina. Al quedar el motor en silencio todos perciben mejor la tensión en el ambiente. Dedican el resto del día a organizar breves excursiones destinadas a localizar aunque fuera un cazador furtivo. Nadie sabe como pero un estudiante consigue cazar una liebre. Por la noche encienden una hoguera y la asan. Llegan entonces unos compañeros extenuados y declaran no haber conseguido ver ningún camino por no hablar de seres humanos. Algunos jóvenes no contienen las lágrimas.
El profesor, ya investido como cabecilla del grupo, acuerda formar a la mañana siguiente una patrulla de seis muchachos que retrocederán por la carretera intentando encontrar de nuevo el cruce. Los seis expedicionarios, vigorosos miembros del equipo de baloncesto, inician la marcha equipados con mochilas, cantimploras y machetes. Una semana después los exploradores aún no han regresado y todos empiezan a preocuparse, quince días más tarde ya nadie confía en volver a verlos y al cabo de un mes ya lo han olvidado.
Pero uno de los muchachos vuelve a las seis semanas. Dice que sus compañeros murieron de hambre - aunque no aclara porque él sí consiguió sobrevivir- e informa que durante ese tiempo no vieron ni un alma.
Pero aquello ya apenas les afecta. Durante aquellas semanas de forzosa espera no había perdido el tiempo. Bajo la dirección del impetuoso profesor habían empezado la fundación de un pueblo.
-Y todas las chicas han quedado embarazadas.
Esto último lo anuncia el profesor con un timbre de orgullo en su voz.