Me comí su hígado acompañado de habas y un buen chianti. ¡Shshshshiii! Sin duda una frase antológica.

Jaume acaba de regresar de los USA con un DVD de El silencio de los corderos con veinte minutos de escenas añadidas nada menos y he pensado que sería un buena idea disfrutar de la película con la receta de Hígado a lo Lecter aprovechando que empieza la época de habas. El chianti será un Montalbano de la zona de Siena y las habas de la Vega de Granada; las mejores del mundo.
Además es una receta sencillísima: cocer y escurrir las habas, saltear el hígado en una sartén lo justo para que tome color y reservar. En la misma grasa sofreír unas rodajas de cebolla, cuando se empiecen a dorar añadir una copa de vino blanco, perejil picado, el hígado cortado a trocitos y las habas. Reducir el fuego al mínimo, tapar la sartén y cocer durante cinco minutos. Servir bien caliente.
Otro caníbal famoso pero no de ficción: Armin Meiwes (El Caníbal de Rotemburgo) anuncia la inminente publicación de sus memorias. Quizás recuerden el caso: en un foro de internet –Caníbal Café- Meiwes pidió contactar con voluntarios para devorarse mutuamente ¡y se presentaron cuatro! –como solía decir mi abuelo: hay gente pa tó- pero no le convencieron por las dudas que mostraron cuando se pasaron por su casa. El elegido fue Bern Brandes al que Meiwes cortó el pene y lo guisó en mantequilla acompañado de salsa barbacoa. No les convenció pues estaba demasiado cocido y duro, eso le pasó por no leer el excelente recetario La cocina caníbal de Topor.
Me pregunto cómo arreglaron los detalles de la cena. Ya saben: ¿Qué traigo? ¿Cuál es el vino más adecuado?...
