Melchor Adviento siempre sentía que le faltaba algo por
Navidad, el ambiente. Él vivía en un pueblo turístico de paseos frente al mar
con palmeras y hoteles feos. Allí nunca nevaba. Anhelaba una Navidad íntima y sin
agobiantes reuniones familiares.
Un día leyó este anuncio: “¡Viva un auténtico ambiente
navideño garantizado por una semana! Agencia Kikuyo” El precio era
sorprendentemente barato y se fue hacia la dirección indicada. Aquello no parecía una agencia de viajes,
Melchor se sorprendió por la absurda mezcla de objetos exóticos y austero
mobiliario de oficina. Sentado en una mesa le observaba un africano con aspecto
de hechicero. Vestía una colorida túnica y acariciaba una gran bola de cristal.
Un pisapapeles con base de baquelita y un interior con nieve falsa, un chalet
suizo y un abeto.
-¡Adelante, señor Adviento, soy Kikuyo! –le indicó una
silla. Melchor se revolvió en su asiento al caer en la cuenta de que no le
había dicho su nombre-. ¿Quiere vivir una Navidad genuina, como la de las
postales, con nieve y campanillas de trineos? ¿Sin soportar cuñados tocapelotas
en la mesa?
Kikuyo se acercó a Melchor con la bola de cristal en la
mano. “Relájese” dijo en un susurro fijando en él sus ojos llameantes. Melchor
estaba rígido en su asiento y cuando la voz de Kikuyo entró en una nueva nota todo pareció bailar a su alrededor.
En el interior del pisapapeles había un albergue estilo
alpino con un rótulo: Hotel Rosebud, un muñeco de nieve bastante real y un
abeto con hojas que parecían de zinc.
El hechicero tomó la bóveda de cristal y la agitó. Una
lluvia de escamas de jabón insoluble cayó mansamente sobre Melchor. No era
nieva auténtica ¿pero qué más podía pedir por ese precio? Melchor se sentía
confortable. Por una cánula en la superficie de la esfera Kikuyo introducía un
suero alimenticio como el de los peces en un acuario que Melchor ingería
mientras flotaba como un espárrago en una cacerola. Además, el hotel Rosebud disponía de dormitorio y un
cuarto de baño con vistas a un paisaje cubierto de nieve perpetua.
24 de diciembre. El rostro de Kikuyo pareció bajar del
cielo. Apretó la nariz contra el vidrio, sus ojos se veían enormes, pero ya no
eran llameantes.
-Su cena de Nochebuena, señor Adviento. Que aproveche.
Hoy el suero sabía a pollo relleno con castañas.
FIN
Ahora el reno zombi de Papa Noel presenta este cuento más de estilo Borgo:
LLEGAN LOS REYES MAGOS
Los tres Reyes entran por el balcón tras comprobar
que los padres están ya dormidos y se despliegan por el salón a toda velocidad.
Mientras Gaspar coloca las cajas vacías con atractivos lazos rojos, Baltasar
extiende la trampa y Melchor prepara el saco.
El niño se ha despertado al oír risas sofocadas y ya se acerca por el pasillo.
FIN
He vuelto a tomar los pinceles. HOMBRE INVISIBLE 2020. Acuarela y tinta china.
FRODO Y SU HUMOS ARGENTINO! No podía faltar por Navidad.LA RECETA: POLLO NAVIDEÑO CON CIRUELAS. Foto: Silvina.