Qué demonios. Después de tres semanas paseando un catálogo
de abrasivos en grano por deprimentes edificios industriales me merezco un
respiro; no me resigno a pasar mi última noche en una habitación impersonal
rellenando sudokus. En una guía de servicios escort encuentro un anuncio
sugestivo: Novias de Dracula.com Hotel o domicilio. Solo noches. Y la frase que
termina por convencerme: Sensaciones extremas e inolvidables.
Pido tres chicas, el mismo número de contratos importantes
que he cerrado. Media hora después se presentan en el hotel. Muy guapas,
especialmente la pelirroja. Es ella la que dice:
-¿Tarjeta o efectivo?
-Uuuh… tarjeta.
Se presentan: Mircalla, Wandesa y Darwula.
"Centroeuropeas" -pienso-. "He oído que hay muchas
rumanas en este negocio".
-Un placer conoceros, preciosas ¿Queréis tomar algo?
Cuando me dirijo al
mueble bar la morena –Mircalla- me detiene poniendo una mano suave pero firme
sobre mi hombro. Susurra:
-Es joven y fuerte. Hay besos para todas.
Mircalla me abre la
camisa sin antes desabrochar los botones. Se oye como un ruido de calderilla
cayendo al suelo. Las manos de Wandesa y Darwula se deslizan por mi pecho. Me
dejo envolver por una niebla vidriosa de brazos que serpentean y bocas rojas
que mordisquean. Veo mi reflejo -sólo mi
reflejo- en el espejo del salón braceando en un mar de paredes color
mostaza. Es agradable. Incluso cuando sus sonrisas se convierten en muecas de
convulsión hambrienta y sus ojos centellean con deleite.
Me despierto tumbado en la cama. La cabeza me arde y siento
la boca como llena de bolas de algodón. Es casi mediodía y cuando mis ojos se
acostumbran a la penumbra veo algo escrito en el espejo con carmín rojo sangre.
No se trata de un número de teléfono como en las películas sino de un mensaje:
“Gracias por confiar en Novias de Dracula.com Besos”.
Intento levantarme pero las fuerzas me fallan y todo me da
vueltas. Está claro que el mensaje no está escrito con carmín.
-Maldita publicidad –…suspiró y me vuelvo a desmayar.
FINMarc Ribot y Ortuño no han traído nada, pero el gran Melmoth nunca me falla:
EL ÚLTIMO TRAGO
Es una lástima que en los tanatorios no se encuentren bares cuando precisamente son los lugares donde más los necesitas, y no por la tristeza del fiambre, sino por el comportamiento de la gente que lo rodea. Para estas ocasiones siempre tengo a mano una preciosa petaca donde le voy dando, subrepticiamente, lingotazos. Una vez, cuando me llevé la petaca a la boca, salió la mano del muerto del ataúd agarrándome del brazo para pedirme desesperadamente que le dejara dar un trago. Según él, también le resultaba insoportable su circunstancia. Le pregunté si era por aquella gentuza que tenía de familia y me respondió que no era eso, sino lo que ya estaba empezando a intuir de lo que era el más allá, de lo que le deparaba de por “vida eterna”. Le pregunté muy entusiasmado que me lo dijera antes de irse del todo, pero me respondió que nanay de la China, que para eso tendría que morirme yo. Percibí en su voz un tono de envidia por encontrarme todavía vivo. Entonces le amenacé con no darle un trago de mi petaca. Está bien, se resignó, tengo mi móvil en el bolsillo. Los idiotas de la funeraria, aparte de haber maltratado mi cuerpo, ni se han dado cuenta de mi teléfono. Podrás llamarme mañana para ser más conciso respecto al gran misterio. Me dio su número y yo le di mi petaca que, por cierto, el tío le dio un buen lingotazo. Su gaznate producía un ruido que temí que los que estaban allí contándose chistes verdes se dieran cuenta del asunto. Me devolvió la petaca totalmente vacía.
Me dijo que le habían hecho mucho daño
al practicarle la autopsia. El día de espera se me hizo eterno. Quería saber a
toda costa qué había en el puto más allá. Sería el primero en saberlo de toda
la humanidad. Por fin pude llamar y me respondió el fiambre de buena gana:-
¡Hombre! Veo que todavía me recuerdas…
- ¿Estás bien allí donde quiera que estés? – le pregunté con
impaciencia -. ¡Cuéntame cómo es ese sitio! ¿Hay que trabajar como aquí? ¿Te
dan una paga de por vida, perdón, de por muerte? ¿Las mujeres se hacen de
rogar? ¿Hay televisión por cable? ¿Qué hacen allí los que trabajaban aquí de
vendedores de seguros de vida? ¿Hay que poner el despertador para madrugar?
¿Hay que caminar o acaso se levita? ¿Llueve cada vez que tienes que ir a la
playa…
En fin, que me excedí con mis dichosas preguntas dominado
por el entusiasmo y solo pude llegar a escuchar esto tras un brusco silencio:
- ¡Gilipollas! Acabas de agotar mi batería y ya no puedo
decirte que…
FIN
Y mi nuevo colaborador: el sabio profesor Sibelius.
LA RECETA: MACARRONES GRATINADOS CON JAMÓN CURADO
A don Salvatore le encanta esta receta lombarda.
Mientras los macarrones se cuecen en agua salada saltear en
una sartén con poco aceite unos taquitos de jamón curado a fuego bajo para que
no se tuesten demasiado.
Cuando el jamón cambie de color añadir crema de leche, 2
cucharadas soperas de queso parmesano, pimienta y -opcional- nuez moscada.
Escurrir la pasta y mezclar con la salsa. Ponerlo todo en
una fuente de horno con queso rallado por encima y unos pedazos de mantequilla
¡y a gratinar!