(Drama ruso en 1 acto)
Ivànov Vladimir entra en la tienda Karamazov Hnos. Telefonía
Móvil. Coge un número de la máquina y se dirige a la mesa con un letrero donde
se lee Atención al cliente a cargo de la
empleada Selvinski Galina. En la cola, delante de Vladimir, un cosaco se lamenta
a Galina que se quedó sin cobertura en medio de la estepa lo que le causó una
profunda pesadumbre existencial.
El cosaco se marcha dejando a Galina sumida en un mar de
zozobra y confusión. La vida de Galina no ha sido un camino de rosas. Se crió
en España donde estaba destinado su padre, agregado militar de la embajada
rusa. Sus compañeros de colegio le cantaban: “La Galina Tururetaaaa!” imitando
los aspavientos de una gallina ante el regocijo general, hasta el profesor se
meaba de la risa.
Una premonición de inminente catástrofe se extiende como un
banco de niebla sobre Karamazov Hermanos cuando Vladimir muestra su ticket con
el número a Galina y dice:
-Quisiera cambiar mi móvil.
-¿Tiene la factura o una copia del contrato? –pregunta
Galina intentando conservar el aplomo aunque nota que su mundo, tal como lo
conocía, empieza a derrumbarse.
-Perdí el portafólios
con todos mis papeles durante el asalto al Palacio de Invierno –responde
Vladimir-. Tynianov Natasha, mi parienta, siempre me lo dice: “Vladi, no te
lleves documentos a esos fregados que luego lo pierdes todo, si es que eres un
desastre.”
Galina saca una petaca
de vodka y toma un largo trago para infundirse valor pues se dispone a formular
una pregunta que es la quintaesencia de la paradoja humana:
-¿Qué problema tiene con su móvil?
-Mire usted –Vladimir introduce una mano en su bolsillo
izquierdo y saca un arenque ahumado –Huy, perdón, es el otro bolsillo-.
Introduce una mano en su bolsillo derecho y saca un móvil color azul báltico-.
Es un Galaxi Note-7 Samsung. Se recalienta tanto que a veces no puedo ni
sostenerlo… ¡Eh, mire! ¡El móvil empieza a echar humo! ¡Está ardiendo!
El teléfono explota con violencia cubriendo el escenario de
polvo y cascotes. Sangre y vísceras salpican a los espectadores de las tres
primeras filas. La orquesta ataca la
partitura de la romanza Ochi Chornia mientras el público aplaude con
entusiasmo.
Mañana tengo una prueba de doblaje para una serie de
animación (Hotel Zombie) y estoy nervioso pues la última fue bastante
accidentada. En un escena cargada de tensión sexual de Pequeñas mentiras sin
importancia mi compañera se sintió mal y fue sustituída en el minuto 0.29. Yo
me desconcentro y en el minuto 0.40 la pifio en la sincronización.
Claro que al lado de Marion Cotillard es normal que uno se
descontrole.
EL PERSEGUIDOR
Me encanta que me encarguen una portada de uno de mis libros
favoritos. El perseguidor, una de las mejores novelas de Cortázar;
imprescindible.