Ya he hablado antes en este blog de Mª Dolors, la dueña de la coctelería Boadas. Un día me contó esta anécdota: hace unos años apareció en el local Christopher Lee -¡el mejor Drácula de todos los tiempos!- por entonces invitado al cercano Festival de Cine Fantástico de Sitges. Pidió un dry Martini. Se le veía apático y cansado hasta que, de repente, los ojos se le iluminan: ¡Montserrat Caballé acababa de entrar en Boadas! En varias entrevistas Lee había declarado que su ambición frustrada era ser cantante de ópera. Iniciaron una amistosa charla, pidieron más martinis y un rato después -ante los atónitos clientes de Boadas- se pusieron a cantar a dúo la escena del brindis de La Traviata. ¡Argh! Hubiera dado gustoso dos órganos vitales por haber estado allí en aquel momento.
He vuelto a recordar esta anécdota al encontrarme con esta escena de la película The return of Captain Invincible (1985) Christopher Lee canta con un envidiable chorro de voz una canción con una letra que hace referencia a muchos cócteles: Whisky Sour, Mai Tai, Old Fashion…
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2 comentarios:
Santo dios, Borgo, esta anécdota no tiene precio. Qué lástima no estar en el momento apropiado. A saber, igual en ese momento estábamos en casa viendo «El precio justo». En todo caso, Christopher Lee tomando un Dry Martini ya vale su precio en oro. Estoy con usted, Christopher Lee fue el mejor Drácula. Están los románticos que dicen que si fue Lugosi, pero, carajo, es que era un actor muy malo. Sólo sabía poner manicas.
No lo dude, Sr. Sónfor: Lee es y será el mejor Drácula. Lugosi me parece más un cantante de tangos aunque en V.O. gana muchos puntos con su acento húngaro. Hablando de pelis de vampiros pronto hablaré de Déjame entrar que me ha decepcionado, como me pasa casi siempre con esas películas que les ponen un porrón de estrellas.
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