El 8 de agosto recibo esta nota:
Fiesta con motivo de la exposición Blanco y Negro de Hugo
Vilana el jueves, 25 de agosto a las 19 h.
Se ruega venir vestido de blanco o negro.
Es lo último entre
los modernikis sofisticados de Barcelona: celebrar exposiciones en agosto. Se
supone que ahora solo la gente vulgar abandona la ciudad en estas fechas.
Hugo y yo nos conocimos en la Escuela Massana (Sí, fui a una
escuela de arte, tengo un turbio pasado) Él es ahora un pintor prestigioso y
yo… bueno, voy vestido de blanco. Las paredes de la galería han sido
recubiertas de muselina blanqueada y hasta han puesto una pecera con ondulantes
peces albinos. Está prohibido hacer fotos, pero nos toman un retrato –en blanco
y negro- que enviarán por mail. Como visto de blanco me ponen ante una pared
negra al lado de un glamuroso contador de luz.
Encuentro a mi condiscípulo ante un enorme lienzo en blanco
con la negra silueta de un hombre tendido con el pene marcando los 32º Latitud
Norte.
Hugo me abraza. Está
resplandeciente con su traje de lino blanco y su perilla que le hacen parecer
el coronel Sanders del KFC. Lleva chanclas y
se ha pintado las uñas de los pies de blanco. Me dice: “He colgado una
tela en blanco sólo con mi firma. Minimalismo total.”
-Hugo, ¿no crees que un auténtico minimalista habría dejado
el cuadro en blanco y sin firmar?
-Pues no lo había pensado –inclina la cabeza en un ángulo
oblicuo y sonríe-: Miquel, te presento a mi agente y amante Marvin Hyde. Sólo
habla inglés.
Con ese apellido espero encontrarme con un hombrecillo
siniestro con chistera, pero el tal Hyde es un corpulento samoano vestido
completamente de negro. Lleva un tatuaje en el pómulo izquierdo, dos líneas
paralelas con tres puntos encima: el símbolo azteca del número trece. Algo
cruje cuando me aprieta la mano con firmeza.
-Nice to meet you – lo digo al aire porque Hyde y Hugo se
han escamoteado para recibir a otros invitados en el revuelo blanco y negro.
Los que vamos de blanco somos mayoría. La blancura llena la
sala como un baño de vapor y yo me siento fuera de lugar cuando estoy en una
fiesta en la que no conozco a nadie.
Decido irme a tomar
un pastis en el bar de Agus, el de mi entrada La bruja del bar del 21 de julio.
Cuando llego la única cliente es María, una vecina que siempre lleva un batín,
como una ama de casa que ha bajado un momento al colmado porque se ha olvidado
algo. Entra en silencio, susurra “Un café”, paga y se va como una sonámbula
Lady Macbeth, una presencia fantasmal. Agus me sirve un pastis y hablamos de
fantasmas.
-Pues yo tengo un fantasma que deambula por el bar cuando
cierro por las noches –me dice Agus en tono confidencial-. Lava los vasos. Lo
malo es que usa un jabón fantasmal y al día siguiente siguen estando sucios.
Estoy perplejo, entonces Agus se ríe a carcajadas, arrugas
como colas de cometa surgen del rabillo de sus ojos:
-¡Que te estoy tomando el pelo, Miquel! ¡Já, já, já! Mira
que eres pardillo…
Pero la historia del fantasma friega vasos me sugiere un
relato: El fantasma del bar As de copas. Ya he escrito el inicio y tengo un
dibujo pero me he atascado, no encuentro un final… ¿Alguien me echa una mano?
Me he quedado totalmente EN BLANCO.
44 comentarios:
De momento no se me ocurre ningún final. Pero lo de la exposición me ha parecido bastante surrealista.
Saludos.
Hola, Ricard! Vaya, qué pena... pensaba que nos podríamos volver a poner con un relato a cuatro manos. Si se te ocurre algo, aquí me tienes.
Sí, la exposición fue algo surrealista, me parecía estar en una vieja película de la Metro con todo aquel ambiente en blanco y negro, solo faltaba Cary Grant con una copa en la mano.
Saludos!
Borgo.
Creo que la broma le salió al revés, ya que contó una buena historia, para desarrollar.
Creo que podría pedir la ayuda de un par detectives de lo paranormal, podes recurrir a Ulises Lestrade y su ayudante Sofía Electra. Tal vez podría resolverse en un juego de cartas, que tal vez sería un pretexto para que el fantasma se demore, que vaya perdiendo su poder de ataque sin darse cuenta. Y podría haber dos fantasmas, una mujer que lave los vasos como para pedir refugio, del fantasma que es peligroso.
Saludos.
Desde luego, vaya exposición más curiosa.
¿Que tú te has quedado totalmente EN BLANCO? Esto sí que es difícil de creer...
Muchos besos, Borgo.
Me-chi-flan tus dibujitos.
Hola, Demiurgo! La verdad es que tiene posibilidades esa historia del fantasma con su lavavajillas espectral. De momento, mientras espero las musas, podría encargar el caso a Lestrade y Electra, dos buenos investigadores. Creo que a Agus no le vendría mal la ayuda de dos fantasmas limpiadores pues su local está tirando a cochambroso y las cucarachas y algúna que otra alimaña medra por doquier (huy, cómo me ha quedado)...
Saludos!
Borgo.
¿Qué tal, Clementine? También vino a la exposición una poetisa amiga de Hugo, bastante conocida en Barcelona, de esas poetisas que sólo hacen versos sobre su vagina y sus ovarios. Sí, una exposición curiosa y con dos bebidas: vino blanco o tinto.
Pues sí, creo que el calos ha afectado a mis neuronas (que no son muchas) y me he quedado bloqueado con el cuento, lástima, a ver cuando hacen rebajas y me compro un final.
Me encanta que te gusten mis dibujitos, gracias.
Muchos besos, Clementine, y feliz domingo.
Borgo.
Como siempre, amigo, brillante e inquietante. Las noches blancas salpimentada con negro. Una historia muy a lo Weird Tales, una historia pulp de antaño. Me encanta el pulp y su estética con aquellas portadas chillonas y aquellas historias truculentas, directas, muy al estilo de Serie B donde aparecían lugares de belleza o excentricidad memorables. Monstruos, seres del espacio, detectives imposibles, jinetes espectrales del Oeste, romances excesivos, etc. Ya te lo dije una vez, siempre ocurren cosas, lo que ocurre que casi nadie las ve. Tú estás destinado a ver, no el más allá, sino el más acá y ponerle palabra, ingenio e ilustración, amigo mío. Esa fiesta no tiene desperdicio. El retrato de Dorian Gray ya no tiene consistencia en estos tiempos, aunque en lo esencial está todavía vigente. El lienzo en blanco, quizá por miedo a no verse retratado. Francis Bacon tuvo más agallas. La uñas de los pies pintadas, el extraño tipo corpulento...
Respecto a ese cuento que se empeña a no ser atrapado a mí se me ocurre una cosa: Esa mujer fantasma que friega los platos con jabón irreal y que al día siguiente todo está igual... podría ser una mujer real y el resto fantasmas. Una pobre mujer abandonada en los tiempos que nos ha tocado vivir y que ha rentabilizado su paro para adquirir un bareto de mala muerte que llevaba cerrado mucho tiempo. Le ha salido bien de precio y ella sola lo monta para ganarse la vida. Pero ignora que allí sucedieron cosas...
Ya te digo, muy pulp.
Un fuerte abrazo, querido Miquel.
Buena historia Borgo.
A mí todo esto me hace pensar en que la mujer es la que (además de lavar los platos) borra las pinturas del artista dejando sólo su firma. Esas obras pueden aparecer luego como fantasmas... incluso ayudando a lavar los platos.
Abrazo!
Se me ocurre un final: El fantasma, desesperado porque el jabón que adquirió cuando estaba de oferta en Limbomarket no limpia ni a la de tres, insiste e insiste hasta que le sorprende la luz del amanecer mientras lava los platos. Entonces, se siente cegado y como ausente.
A los pocos días, le preguntas al dueño del bar si todavía tiene al fantasma friegaplatos. Y él responde: "Pues no, pero el otro día me encontré en el suelo de la cocina esta sábana blanquísima. La uso de mantel cuando hay comidas de empresa".
(Si te parece descabellado, puedes achacarlo a que he pasado el día en la playa y quizás padezca un poco de insolación).
Saludos.
¿Qué tal, Melmoth? A mí también me encanta el universo pulp, con todas aquellas mujeres amenazadas por seres con tentáculos, elementos exóticos y extraplanetarios, ya me habría gustado publicar portadas en aquella época. Esa exposición parecía sacada de una película de Fellini. Aquel público de blanco y negro sólo le faltaban monóculos y alguna cicatriz para ser idénticos a los parroquianos de los cafés de los dibujos de Grosz. Bastidores, telas y lienzos en blanco nuclear.
Ah, pues no está nada mal esa versión. Una mujer real en un bar fantasmal, aunque no será muy rentable pues supongo que los clientes deben pagar las consumiciones con dinero espectral. Pero es muy pulp, eso sí, y me encantaría ilustrar ese cuento.
Abrazos, amigo!
Borgo.
Estas tonterías están muy de moda, igual que las bodas hippys y las hawayanas, todos de blanco, uffff "qué pereza", como diría cualquiera de los que asisten a esos eventos.
Con respecto al relato inacabado (y casi no empezado jajaja) sólo puedo darte una breve idea: hay dos fantasmas, uno es el que intenta limpiar, pero ve que al día siguiente está todo sucio, por supuesto va de blanco; el otro va de negro y es el que después de que su colega se haya marchado, se encarga de ensuciarlo todo.
Una variante: ¿un fantasma bipolar?
Abrazos.
Estimado Mr. Borgo,
Menudas fiestas más extravagantes. !Y lo bien que lo pasas siempre! Yo no me fiaría de alguien que tiene tatuado el número trece... brrrr en el idioma que sea. A ver si después saca una motosierra y dice, blanco, negro y ... rojooo. jajaja
El dibujo del pintor espectacular, Borgoriano total. ^^
Pues...para ayudarte con el final, deberiamos connocer run poco el principio, ¿no? ¿alguna una pista?
Aunque, quizás el fantasma no limpiaba bien porque utilizaba un extraño jabón del más alla, denominado "Sabo". ^^ jajajaja se me va.
Abrazos Miquel.
Hola, Frodo! Vaya, además la mujer (por cierto, ¿porqué todo el mundo piensa que el fantasma es una mujer?) es la que borra las pinturas. Podría ser una antigua limpiadora de la galería y crítica de arte frustrada, y las obras serían fantasmas de óleo y tela etéreos... bonita imagen. Algunos museos como el de El Prado parecen habitados por fantasmas que deambulan por los pasillos con pisadas sin eco.
Abrazos y gracias por tu ayuda!
Borgo.
Hola, Ricard! No hay que fiarse de esos jabones fantasmales que suelen ser -nunca mejor dicho- marcas blancas. Eso de que le sorprenda la luz del día me recuerda a la leyenda sobre los vampiros: si entra uno en tu habitación hay que dejar caer una bolsa de semillas por el suelo, el vampiro tendrá que contarlas una por una y así le sorprende el amanecer.
Me temo que Agus usaría el blanco mantel para atizar a las cucarachas que corretean por la barra, triste final para el fantasma del bar.
Saludos! y cuidado con el sol que hay ola de calor.
Borgo.
Hola, Ethan! Me alegra verte de nuevo por aquí. Esa fiesta de inaguración merecía haber sido filmada por Sorrentino, con música de Raffaella Carrá habría sido como el inicio de "La gran belleza" aunque algo más cutre.
Muy buena tu propuesta, a mí me suena como una extraña pareja de fantasmas, Lemmon sería el blanco y por supuesto, Matthau el fantasma negro. Un broche muy apropiado para una fiesta Blanco & Negro.
Abrazos!
Borgo.
¿Qué tal, UTLA? La verdad es que ese samoano (que luego me enteré de que había sido profesor de surf) tenía un aspecto algo inquietante, como salido de una banda del Bronx de los años setenta. ¡Vaya estrujones de mano que daba el tío! Ese pintor tiene una caricatura fácil, ya digo: como el coronel del pollo frito.
Estos jabones del más allá no son muy fiables, mejor el Fairy de toda la vida...
Abrazos, amigo!
Borgo.
Cuentas unas cosas que yo alucino. En fin..
A mí, como a Ricard (con el que me confundías) tampoco se me ocurre final...bueno, es que de inicio das más que nada título e ilustración.
Un saludito.
Me encanta que después de tantos requisitos y tantas moderneces la foto fuera junto al contador de la luz ;P
Hola, David! ¿Que te he confundido con Ricard? No hagas mucho caso de mis cuatro neuronas (una para cada fogón) que andan algo maltrechas con este calorazo. Sí, no doy muchas pistas, un fantasma que lava los vasos en un bar cerrado por la noche, pero si alguien me da un final... yo creo que si tienes el principio y el desenlace de un relato lo demás ya viene solo.
Saluditos!
Borgo.
Hola, Doctora! ¿A que es fashion ese contador? Muchos íbamos de blanco (porque es verano, supongo) nos alinearon para la foto a unos veinte a la vez ante la pared negra y a mí me tocó el extremo derecho, el del contador.
Saludos!
Borgo.
¡Hola Mr. Borgo!, las fiestas de este estilo siempre me parecieron carentes de todo glamour, imagino que pudiera ser que no, pero, ¿al menos la comida y la bebida eran buenas?; en cuanto a la foto, mire si ahora impone una moda y todo el mundo fashion quiere salir al lado de un contador de luz. Muy copado el bartender. ¡Saludos!
Me encanta cómo cuentas las cosas, miquel peeeroooo ¿seguro que te has quedado en blanco? jajaja aunque no me extraña nada con esa fiesta en blanco todo te ha sabido de ese color, de todas formas, qué fiestas más extrañas ¿verdad?
A mí no se me ocurre ningún final, siento no poder aportarte nada nuevo.
Bonito dibujo.
Un beso.
Hola, Mr. Belknap! Era todo de un glamour un tanto improvisado, los peces albinos sí que se movían con elegancia. La comida... psé. Para beber, vino blanco o tinto, agua para los abstemios y platillos con fruta y aperitivos vegetales porque el dueño de la galería es vegano, un talibán gastronómico que obliga a los demás a alimentarse como él.
Por si acaso, desde ahora sólo posaré al lado de un contador de luz, como Liberace y sus candelabros.
Saludos!
Borgo.
Hola, María! Pues sí, estoy con el síndrome de la pantalla en blanco. No me extraña después de haber estado en aquel remolino blanco, rodeado de aquella manada albina. Casi como estar dentro de una película de los años 30.
Bueno, se agradece la intención, puede que un día de estos mi musa vuelva de vacaciones y así la invito a cenar.
Besos!
Borgo.
"Los fantasmas atacan al jefe", ese tipo como Scrooge, sufre alucinaciones fantasmagóricas.
Lo de ir de blanco y negro me recuerda al dominó o las teclas de un piano jaja..¡qué tonteria arrastra la gente!
Me parto contigo, Miquel..te metes en unas historias jaja
Saludos :D
Hola, Abril! Me pregunto qué fantasma viene a fregar los vasos ¿El de las Navidades pasadas o futuras?
Recuerdo que vi a más de uno con aquellas corbatitas estilo ska con teclas de piano blancas y negras, no las veía desde los años ochenta. Momento felliniano cuando distingo al autor frente un enorme lienzo blanco con la silueta de un coloso negro en erección. Por ai a alguien le interesa ese cuadro está valorado en 8.000 euros, queda muy bien en el comedor de cualquier casa.
Eso está bien, que te partas conmigo, me gusta hacer sonreír.
Saludos y buen finde!
Borgo.
Que fiestas mas originales, son de lo mas chic y ese lienzo es muy sugerente...
El que te hizo la foto no se percató del contador de la luz, o es parte del decorado?
En aquel bar la gente acudía en manada a ver el espectáculo, las copas bailaban en el aire y la gente tenía que cogerlas al vuelo. Todos decían que un fantasma era el que regentaba el garito por los elevados precios de las mismas y por la camarera que vestida de blanco impoluto atravesaba las paredes cuando los clientes en un grado elevado de alcohol en sangre la veían pasar a su lado como si tal cosa.
Lo más original era que las copas eran de un solo uso, después de beber se tiraban al contendedor que para tal menester estaban en el local con el consiguiente beneplácito de los que las vendían.Era un as el que conseguía acertar con el receptáculo ya que este era bastante pequeño y el que no encestaba tenía que pagar doble.
Esta es mi aportación, espero que te sirva de algo. sino puedes tirarla al contenedor.
Besos Miquel.
Puri
La verdad es que no se me ocurre ningún final pero me ha gustado mucho leer esta historia.
Un abrazo. Feliz fin de semana
Antes que nada, Borgo, decirte que me ha gustado esa portada para el buen relato de Wilkie Collins.
¡La de años que hace que no voy a una inauguración! Antes se procuraba que no faltaran unos buenos canapés, pero veo que ahora se trata de epatar al personal.
El relato que urdes lo podrías acabar a lo castizo, ya que el entorno es un bar: declaras que el triunfo pintan bastos y cierras el As de Copas con un Tres de Bastos. Y punto pelota. XDD
Un abrazo.
Hola, Dulcinea! No está mal que te inviten a alguna fiesta de esas agostizas, sale uno de la rutina propia de este mes que deja la ciudad desierta de vecinos y llena de turistas con sombreros mexicanos.
Nos pusieron a ocho ante la pared negra para hacernos la foto uno por uno y a mí me tocó al lado del contador. Tenía su gracia, todos vestidos de blanco en el fondo negro, parecíamos el coro de una tragedia griega.
Ah, pues no está mal tu versión del fantasma en el garito (siempre me ha hecho gracia esta palabra) Pensaba que las copas también serían fantasmales. Podríamos hacer eso de acertar en el recptáculo en lugar de las noches de dardos de los miércoles.
Gracias y muchos besos, Puri!
Borgo.
Hola, AMALIA!
Bueno, pues si más adelante te viene la inspiración aquí me tienes. Me alegra mucho que te guste la historia en B/N como las películas antiguas.
Abrazos y muy feliz finde!
Borgo.
Hola, Josep! Es un muy buen libro el de Wilkie Collins, dudaba si publicar mi portada para "The Black Cat" pero me decido otra vez por el blanco.
Pues allí mucha pijería y poco vernissage: vino blanco, o tinto o agua para beber. Fuentes de palomitas y aceitunas negras, todo blanco y negro pero algo cutre, la verdad.
Eso, la combinación As de Copas + 3 de Bastos en el tarot significa suerte en el amor pero mala racha en los negocios. Por cierto, ¿porqué la baraja española no tiene reinas?
Saludos!
Borgo.
Miquel, sinceramente, a mí no me inspira tu entrada un final para esa historia fantasmal del bar de tu barrio y el detergente, a mí me inspira una aportación el comienzo. ¡Es que es muy fuerte! Literario, por tanto. Yo que tú le daba la vuelta al texto. Es decir, de la historia del bar te vas a la exposición y allí es cuando cobra vida el fantasma y el detergente, en el lienzo blanco calcáreo con la firma del fantasma minimalista.
Spoiler: El somoano tatuado en negro sobre pardo es el verdadero fantasma, el detergente iba a medias.
Saludos desde el Sur y enhorabuena por el vermut.
Hola Borgo,
Siempre me han gustado las historias de fantasmas (las fiestas de blanco un poco menos -¿Qué ha pasado con el negro? Prefiero los contrapuntos - pero a pesar de todo tiene pinta de haber sido divertido).
Me gusta la portada. Creo que el fantasma - que no es una mujer ;-)- en realidad no está lavando los vasos. Acaba de salir de un programa de desintoxicación fantasmal que no ha tenido mucho éxito y por las noches se cuela en el bar para tomar los restos que quedan en las copas (ese pastis es irresistible :-). ¡Feliz noche!
Jajajajajajaja... Ahora sí que me río, Cuarto Milenio. Menos mal que alguien sigue los restos de las copas del AS DE COPAS. Gracias por haber recibido y encajar el pase.
Hola, Rod-ae! La verdad es que en aquella exposición no habría desentonado en absoluto un fantasma blanco y espectral sirviendo copas.
El samoano parecía un personaje algo inquietante (debe ser por llamarse Hyde) Hugo me lo preesntó como "Mi nuevo agente y amante" aunque no especificó en cuál de los dos aspectos era "nuevo".
Gracias y saludos, y me alegra verte por aquí.
Borgo.
Hola, Siena y muy bienvenida a Borgo!
Me encantan las historias de fantasmas (la de mi portada "La dama de blanco" es muy buena, fue publicada por Valdemar Ed.) y hubiera preferido ir de negro pero era verano -por eso los de blanco éramos mayoría- y me habría asado con mi pantalón de cuero.
Cierto, no tiene que ser una mujer (¿los fantasmas carecen de sexo como los ángeles?) y es muy divertida esa idea del fantasma desintoxicándose. Yo tendría que hacerlo con el pastis, me quedé enganchado después de un viaje a Marsella.
Saludos y gracias!
Borgo.
Hola de nuevo, Rod-ae! No le vendría mal a Agus la publicidad por aparecer en el Cuarto Milenio. Su bar no se llama As de copas pero es el nombre que le pondría a mi bar si tuviera uno. Además en el tarot el As de copas suele predecir el éxito, tanto profesional como en las relaciones; no está mal.
Saludos!
Borgo.
Pues no sé... no se me ocurre ningún final, pero hasta los clientes podrían ser fantasmas también; tienen derecho a divertirse, a reunirse y esas cosas... Seguro que se te ocurre algo mejor.
Las fiestas en blanco y negro qué aburriditas. Con lo que anima el colorido!
Saludos.
Hola, Nury! Pues sí... también podría celebrarse una exposición con público fantasma y que luego terminaran la fiesta en el bar. De hecho, había más de un fantasma entre los asistentes, y de blanco nuclear.
Si vuelvo a coger los pinceles montaré una exposición a todo color y espero que asistas.
Saludos!
Borgo.
A mí la historia de ese fantasma tan apañado me recordó rápidamente a la escena del aprendiz de brujo de la película "Fantasía" de Disney. Y el samoano al Dr. Gonzo de "Miedo y asco en Las Vegas" de Hunter S. Thompson. Porque, cada vez más, somos lo que hemos leído o visto en el cine. Saludos.
Hola, Licantropunk! Qué bueno el corto de Mickey con sus escobas embrujadas, por algo lo repitieron en "Fantasía 2000". Ahora que lo pienso Benicio del Toro podría muy bien ponerse en el papel de samoano. Gran película "Miedo y asco en Las Vegas", a ver si Terry Gilliam vuelve a ponerse las pilas que lo echo de menos.
Saludos!
Borgo.
Miquel, hasta ahora no he tenido espacio para acercarme a tu blog donde lo dejé. ¡Qué dura es la vida sin ases! Te entiendo literaria y vitalmente cuando dices que nombras a un local creativamente por la sugerencia personal más que por su rótulo realista, proyectando en ese nombre propio cartomántico el "yo" del autor. Nunca nos veríamos en semejante disputa por el registro del nombre de un bar, yo apostaría, en cuestiones de palos de baraja francesa, por el de "As de Picas", porque en la simbología de las Picas entran también las causas y las consecuencias de las Copas en toda su declinación.
Me suscribo a esta entrada por si alguna vez presentas algo en Sevilla y tienes a bien avisarme para conocer tu obra más directamente, ni mucho menos para que evidencies de mi compañía, porque ya habrás tenido ocasión, de lo lejos que están nuestros bares de los poderes cartománticos de tus relatos. Ya sabrás que aquí prima más el punto del aliño del adobo y del serpentín de salmuera de la Cruzcampo, que dan lugar a otros nombres literarios, como el de "Qitapesares", el de "Garlochí", el de "Sopa de ganso" o el de "La Carbonería. Como ves, nombres realistas donde la metáfora y el simbolismo se dejan al albur de las Copas de los consumidores. Sin duda, el "As de picas" sería mi registro.
Entiende esto como lo que es, un pasatiempo animoso en aras de una blogosfera menos profesional pero más amigable y vital ente sus congéneres. Saludos y éxitos de Rod-ae.
¿Qué tal, Rod-ae? Me alegro muchísimo de tu vuelta. Me encanta el símbolo del as de picas (he pensado en tatuármelo para que le haga compañia al simbolo de "Los cigarros del faraón" de mi brazo derecho) Es la carta más valiosa del bridge, en la Guerra de Vietnam, la carta del as de picas sirvió para infundir terror psicológico entre los soldados vietnamitas dejando esas cartas sobre sus cadáveres (se ve en Apocalypse Now) también se relaciona con la muerte pues simboliza el fín del año.
Me encantó Sevilla cuando estuve hace cinco años y tengo muchas ganas de volver. Tengo prevista una exposición con originales y algunas portadas de libros para alguna galería-bar, me pondré a buscar alguna con mi amigo Esteban que vive cerca de la Plaza San Francisco. Igual acabo inagurando un As de picas, con cuadros, ortiguillas y mucha Cruzcampo.
Saludos!
Borgo.
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