BREVE HISTORIA DE LOS POLOS
EL ALMENDRADO
O bombón helado. Aunque a las nuevas generaciones les parezca inaudito hubo una época sin lateros en las playas. Entonces deambulaban unos señores que gritaban: “Tengo bombón heladoooo!!!” Un crujiente polo que rompió moldes al salirse de la dicotomía Popeye naranja o limón. En las playas mediterráneas casi siempre era de la marca Avidesa.
DRÁCULA
Apareció en 1976 y es posiblemente el mejor polo de la
historia: fresa, un toque de vainilla y recubierto por una exquisita capa negra
de jarabe de cola. ¿Hace falta decir que era mi polo preferido? Un Helado para
góticos.
FRIGO DEDO Y FRIGO PIE
De principios de los ochenta. Un bombazo. Su éxito motivó la
aparición del Frigo Pie. Los chavales de entonces nos preguntábamos cuál sería
el siguiente miembro que sacarían al mercado en forma de polo; hasta había
apuestas.
COLAJET
De chocolate, limón y cola. Un polo con forma de cohete de
un futurismo muy ochentero. Este polo de Camy triunfó bastante por lo que su
rival, Frigo, contraatacó con Capitán Cola. Era el típico polo que casi nunca
tenían por lo que su precio no solía aparecer en el cartel del puesto de
helados.
CALIPPO
Inconfundible por su sabor ácido de lima-limón y un práctico
envase cilíndrico; muy indicado para saborear en la playa. Para su exportación
Frigo tuvo que cambiar su nombre pues en algunos países de Hispanoamérica como
Colombia un calippo es sinónimo de sexo oral.
PIRULO
De la marca Miko, con colores vistosos. Muchos recuerdan su
pegadiza canción: “Pirulo, qué chulo…” y sobre todo por el anuncio con el slogan: ¿Me dejas
probar tu Pirulo? que daba lugar a muchas interpretaciones.
LOS DE ÚLTIMA GENERACIÓN
El sofisticado Magnum –el más vendido en la historia de la marca Frigo-
dirigido a un público adulto, anunciado por Eva Longoria y con sabores como
chocolate blanco, limoncello y marc de cava.
El último éxito ha llegado de Nestlé: el Pirulo Jungly “El
helado que se pela”; con una sabrosa cáscara de gominola que imita un plátano tropical.
Arriba: un compungido Borgo despidiéndose de sus conquistas veraniegas. Abajo: un cómic titulado La trampa; es un poco macabro.
POLLO CON SETAS
Se acerca la temporada de recetas otoñales. Este plato queda muy bueno con setas frescas (níscalos, rebozuelos, champiñones...) o secas.
Sofreír los trozos de pollo en una cazuela o sartén con aceite, sacar y reservar en un plato sazonando con sal y pimienta.
En el mismo aceite saltear cebolla cortada fina. Cuando la cebolla empiece a verse transparente añadir dos cucharadas soperas de harina y remover. Pronto la harina tomará un color tostado, es el momento de verter un vaso de vino tinto. Subir el fuego para que reduzca a la mitad y añadir el pollo y las setas (si son de las secas, escaldarlas e incorporarlas al sofrito con un poco del agua en que han hervido) Tapar la cazuela o la sartén y dejar cocer con el fuego al mínimo unos 20 minutos.
48 comentarios:
Recuerdo perfectamente el Drácula y como te dejaba la lengua negra. ¿Y que me dice usted del primo modesto, el polo flash?
La historieta muy buena.
Hola, Cahiers. Cómo podría olvidar el polo flash, aquella golosina líquida y el anuncio: "Del congelador, lo saco congelado..." Me tenía intrigado aquello de la canción: "Haz caso a tus helados" ¿Cómo se podía hacer caso a un helado? Hasta que un compañero del cole me lo aclaró: "Que no, tonto, es: Haz en casa tus helados". Qué tiempos.
Saludos. Borgo.
Qué bueno eres, tus entradas son muy didácticas, sustanciosas e inquietantes. la foto de tus conquistas veraniegas wuauuu...
con los helados hay que tener cuidadito que si te envicias te engordan...
Me he reído, eres bueno.
Un beso.
A mí es que los sabores ácidos, frutales o coca cola no me molan. Soy más de Magnum, pero son carísimos.
A mí me pilló ya demasiado grande todos estos polos y helados y me gustaba (y me gusta) la tarta al whisky (siempre le añado un chorreoncito de más). De niño había esos sobrecitos rectangulares de muchos sabores que vendían en los quioscos en estado líquido.Luego lo ponías en el congelador y después a pelearse con los hermanos porque nunca se repartía equitativamente. También vendían esos polos de hielo con sabor a naranja y limón,y el más caro, el de horchata y leche merengada, un tanto pastoso que se te quedaban las manos que podías escalar las paredes como Spiderman. Y para de contar. Luego probé todos los que aquí apuntas porque mi hijo me exigía que lo acompañase en sus degustaciones. El calipo de lo cojones tiene su misterio: ¿cómo es posible que este cilindro de color verde radiactivo y que va protegido con un férreo envase acabe dejándote las manos de nuevo para emular a el hombre araña?
Abrazos,amigo Miquel
Hola Miquel!!! Me has trasladado en el tiempo, y me ha encantado. Mi preferido son sin duda Drácula, y el de la forma del cohete que no lo recordaba y me encantaba también.
A mi el Magnum me resulta muy empalagoso, y casi nunca me lo puedo acabar.
Genial el cómic, y es que no hay que fiarse cuando todo es gratis, que aquí nadie regala nada jajaja
Muy buena la receta, yo suelo cocinar una parecida pero sin cebolla, porque a mi hija no le gusta mucho.
Bueno... me uno a tu melancolía, yo también estoy de un melancólico insoportable.
Un beso Miquel!!
Gracias, Diana. Eso de que me digan "Me he reído" es de lo que más aprecio que me digan, está muy bien. Lamento lo de mis conquistas veraniegas pero tengo que regresar a Transilvania donde allí no hay playa. Vaya, vaya...
Besos. Borgo.
Hola, Doctora! Ya... es que hay que pagar sus honorarios a la Longoria y eso se nota en el precio de los helados. Hay que reconocer a Magnum que lo de hacer un polo para adultos les ha funcionado. Me encantan esos tan crujientes como el Frac o el de almendras.
Saludos. Borgo.
¿Qué hay, Francisco? Me encanta la tarta de whisky a la que siempre añado un chorrito y me encanta mirar embobado como se derrite. Esos polos de gelatina triunfaron mucho pues eran baratos ya que tenías que hacer la mitad del trabajo: dejarlos en el congelador para que se convirtieran en helado. En los ochenta aparecieron unos deliciosos: La Menorquina, con una mitad de coco, piña, naranja... natural. Como casi todo lo bueno duró poco. El Calippo funcionaba siempre que no lo dejaras expuesto al sol más de tres minutos, entonces empezaba a flaquear.
Abrazos, amigo y feliz resto de verano! Borgo.
Hola, SqS! Yo me he quedado en aquellos tiempos -llámame antiguo- y mi preferido sigue siendo el Drácula con aquella deliciosa gominola de cola.
Ese cómic me vino a la cabeza cuando en el colegio de mi hijo usaron unas trampas para cucarachas con feromonas. Me imaginaba a las cucarachas en plan fiestero entrando en las jaulas.
El final del verano siempre es algo melancólico, pero eso ha inspirado muchas letras como las de tu paisano de Alcoy Camilo Sesto: "Por amor, no quiero mas vida que su vida,
Melancolía."
Besos! Borgo.
Deliciosa entrada. Me ha abierto el apetito y todo... Mi favorito era el Nifty (fantasma)de Camy, si recuerdas era un riquísimo helado de vainilla decorado con ojos y boca de chocolate.¡Que carrozas somos jajajaja!
A veces me conformaba con esos cortes de helado sujetos por dos galletas, aquellos que cortaban en los bares en partes iguales valiéndose de un molde metálico.
Saludos y hasta pronto, espero.
En el tema polos, nunca me ha ido lo sofisticado; de niño, únicamente me gustaba el polo de naranja de toda la vida, ese que sólo sabía a hielo. Ahora no tomo polos pero se los compro a mi hijo pequeño; el último día escogió el de plátano que aparece en tu selección, pero sólo le gustó lo de dentro y dejó sobre la mesa la cáscara de gominola. A veces, le compro uno en forma de lápiz que lleva lacasitos en un tubo por donde se coge el helado, pero no hay forma de comerlos sin terminarse antes el lápiz con sabor a fresa y ello ocasiona no pocos conflictos.
Bueno, miento: el verano pasado y también éste me he comido sendos polos de mojito, que no están nada mal. Llevan algo de ron.
Los helados de la Menorquina eran punto y aparte, un placer de dioses. Los descubrí en Menorca, precisamente, y mis cenas pantagruélicas a base de marisco en el puerto de Ciutadella terminaban siempre con uno de piña. Y, después, un gin tónic.
Saludos.
Hola, Alimaña. Huy, qué recuerdos. El Nafty...Era como una carita blanca y los ojos y la boca eran de otro sabor (creo que de fresa),y el palo recubría un chicle. Entrañables esos cortes de helado con los que al final te quedaba una galleta pringosísima en las manos. Esos cortadores metálicos parecían un arma de phsycho-killer.
Saludos, amigo y hasta pronto! Borgo.
Hola, Ricard. Efectivamente, los primeros polos parecían un invento de esquimal, sabían a hielo con un sabor que recordaba lejanamente a naranja o limón. Curioso lo del Jungly pues su capa de gominola-plátano es mejor que el interior, sin duda.
Los Menorquina eran unos helados exceentes, desde su polo de menta hasta los helados de manzana o piña con cubierta de fruta natural. Uf, esa combinación de helado de piña y gin tónic debía ser para perder el sentido. Hummmmm...
Saludos. Borgo.
Oye... tú no serás mi cuñado, verdad?
http://loqueahorroenpsicoanalisis.blogspot.com.es/2009/06/peticiones-del-oyente-el-dracula.html
Yo de polos, más bien poco, menos del Magnum claro (aaaays)
Ah, saludos a tus ligues veraniegos, diles que se vayan comprando ropa, que empieza el frío y van muy ligeritas.
pd. ¡Qué harta estoy de esos sitios que prometen copas y sexo gratis y cuando entras es una trampa mortal!
Estupenda y ochentera entrada, amigo Miquel. Lo de los helados me ha llegado al alma. El almendrado era mi favorito, sin duda. Es que a mi el chocolate... Capítulo aparte merecen todos esos helados sexuales. Si ya era al menos curioso ver a una chica chupando un dedo, ya fuera de la mano o del frigo pie, la respuesta de Frigo con calippo fue rotunda. El calippo era ese siguiente miembro del cuerpo que no se atrevieron a nombrar jeje. EL drácula nunca me gustó, pero reconozco que para los góticos y amantes del vampirismo sería imprescindible. Tampoco comprendí nunca el pirulo, aunqe el annuncio era tremendo. Había algunos legendarios como el Frigolápiz...y uno que no recuerdo, que era cilíndrico cubierto de chocolate y relleno de una barra dura de chocolate con pompitas...creo que tenía algo que ver con Milka. Y para mí el Magnum fue especial. Cambió la filosofía del helado. Bueno, ahora uqe vienen las temporadas de las setas, a ver si te animas a recoger por el pirineo. Tengo pendiente ir con mi amigo micólogo Ricardo a recoger. Ya sabes...aquí te esperamos. Abrazos.
Jo, qué ricos! Acabo de sentir esa incertidumbre horrible ante el puesto de los helados. Nunca sabía por cuál decantarme. Hoy me tomaría, sin pensarlo, un drácula. Para mí también lo tenía todo.
La verdad es que me he pasado al cucurucho (chocolate y limón, normalmente) así que no estoy nada puesto en las novedades heladeras.
Abrazo
Jajaja, cuánto polo debes llevar tú encima! Ya te dije por Facebook que mis favoritos eran el Frigopie y el Calippo, aunque desconocía ese problema lingüístico del otro lado del charco...
El Mikolápiz también me gustaba mucho. Ahora soy una adulta aburrida y sólo me tomo un magnum de vez en cuando. Por cierto, una de mis delicias de pequeña era el helado-flan que me preparaba mi padre. Era tan sencillo como hacer flanes y colocarlo en moldes de helados, que en mi casa improvisábamos con cubiteras y palillos de dientes. Ricos, ricos. Un abrazo, Borgo.
Posdata: Qué bien los ha retratado a todos!!
Hola, Looquemeahorro! Muy buena la historia de tu cuñaooooo!!! y el Drácula. Pobrecito. Me ha recordado aquel personaje de "Amarcord" de Fellini que en las salidas campestres con la familia se subía a un árbol y gritaba: "¡Quiero una mujer!!!" Pues lo mismo, pero con el Drácula.
Yo desde luego no me fiaría de un local donde prometen todo eso. Seguro que hay gato encerrado, que en este mundo no se da nada gratis. Jo, hablo ya como los abueletes...
Saludos. Borgo.
¿Qué tal, Marcos? El almendrado era muy bueno, el primer polo original en aquellos tiempos de cuatro sabores. Luego vinieron polos de dedos, Dráculas... y aquellos anuncios de Pirulo con aquel niño pavoneándose en la playa y le venían cuatro gays grandotes (Bears) que le decían: ¿Nos dejas probar tu pirulo? Tremendo.
Yo también soy -como buen catalán- muy micófago. A ver si hay suerte con los níscalos y los miguelillos ahora que ha llovido un poco. Me encantan a la plancha con ajo y perejil picados.
Abrazos, amigo. Borgo.
Hola, deWitt. El Drácula era delicioso pero todos tenemos nuestras etapas. Antes en la playa me apetecía el polo puro y duro, ese que parecía hielo pero muy rico. Ahora me va más el helado cremoso como el de esos puestos italianos que hay por todas partes con sabores exquisitos como el pistacho y guarradas como el Pitufo de color azul.
Saludos. Borgo.
Hola, Mara. Ya he comprobado que ese Mikolápiz tiene muchos partidarios y aún no lo he probado. Bueno, aún estoy a tiempo, creo que fue el primer polo con "accesorios". El Frigopie era toda una obra de arte y el Calippo me gustaba por su sabor ácido. Ese flan-helado es una buena idea y seguro que está bueno. Voy a intentar hacerlo un día de estos aunque los postres nunca han sido mi especialidad.
Dibujar polos ha sido mucho más divertido de lo que me esperaba.
Saludos. Borgo.
Hola Miquel
Me has recordado justo la etapa anterior a la que tan bien dibujas; esa que el cártel junto a la cámara era una gran mentira pues sólo existían tres tipos, a saber, el "corte", el bombón y, él único al que por mis méritos llegaba, el famoso polo de palo de pela, exacto y conciso, ya se incluía hasta el precio en el nombre.
Un saludo, Manu3l.
Se me han saltado las lágrimas y las magdalenas de Proust con esta entrada, sobre todo con lo que va del almendrado al Colajet. Me dan ganas de salir corriendo a una heladería, pero no tengo muy claro si se seguirán vendiendo. Bueno, el almendrado fijo que sí: habrá un holocausto nuclear en el que sólo sobrevivirán las hormigas y el almendrado, ja ,ja.
Saludos.
Hola, Manu. Esa era una época en la que perdías la inocencia. Carteles con hermosos polos de vistosos colores y siempre habían los mismos de siempre: naranja, limón y poco más. La cosa ahora se ha desmadrado hasta llegar a los nuevos Magnum con sabores de macadamia y champagne. El desmadre.
Saludos! Borgo.
Hola, Licantropunk. Muy sugerente tu comentario con esa ingeniosa relación proustiana con los polos de nuestra infancia y los almendrados como supervivientes de un holocausto nuclear ¿Serían los de siempre o se habrán convertido en almendrados mutantes? A saber. Al menos el Colajet sí que lo siguen vendiendo, lo he visto hoy en el Carrefour de mi barrio.
Saludos. Borgo.
Menudo repaso mas dulce. Recuerdo muy bien los frigo dedo y los frigo pie, pero sin duda lo que mas relaciono con el verano de mi niñez son los polo flash que mis hermanos y yo rellenabamos una y otra vrz con refrescos como la coca cola o la fanta, ¡era lo mas refrescante del mundo!
;)
Mr. Borgo, gracias por esta entrada dulce y fria; muy buen repaso; de estos helados al de Dracula en Argentina se le conocio un poco tarde, a mediados de los años noventa, lamentablemente ahora esta fuera de circulacion, una pena porque estaba de maravillas, por aqui nunca hubo un frigo dedo, pero creo que aun sigue estando el frigo pie, que aqui se le conoce o conocia como: patalin, tambien aqui hay el deliciosos Magnum y el almendrado sigue estando, otra delicia mas. Cordiales saludos.
Siempre fui más del almendrado y del frigodedo que de los demás. Del Drácula me gustaba el interior, pero la capa de cola no, nunca he sido muy fan de este sabor.
Una chuchería que recuerdo especialmente de un verano, porque ya no la he vuelto a ver, era unos caramelos redondos que iban dos en cada paquete. Si comías por separado cada uno de estos dulces, cada uno tenía un sabor distinto, pero si te los comías al mismo tiempo notabas un tercer sabor.
Me han encantado el cómic y la receta, me la guardo y ya te cuento que tal me queda cuando la pruebe.
Hola, Ana! Huy, los polo flash... tenían un sabor y una textura inolvidables para todos los que los probamos. Me pregunto si los seguirán fabricando actualmente. El de cola era mi favorito.
Saludos. Borgo.
Hola, Mr. Belknap. Pues sí que entró tarde el clásico Drácula. Yo en Argentina descubrí los sabrosos helados de sambayon y de dulce de leche. Afortunadamente puedo volver a saborearlos en una heladería argentina que acaban de abrir en Barcelona. Curioso lo del patalin.
Saludos! Borgo.
¿Qué tal, Chechu? El almendrado fue un gran descubrimiento que abrió el camino a muchos helados innovadores. Esos caramelos son para mí todo un misterio, no sé cuáles deben ser pero seguro que estaban buenos.
Me alegra mucho que te guste el cómic y la receta, ya iré publicando más platos de otoño como el solomillo con salsa de granadas.
Saludos. Borgo.
En mis actuales circunstancias (diabetes) los polos ya solo me alimentan en el recuerdo. Mi favorito también fue el Drácula, aquella poderosa combinación de sabores y colores era demasiado adictiva para ser resistida. Incluso los Flash, con los que chupabas más plástico que polo, tenían su extraña atracción sobre nosotros. Mis progenitores se excandalizaban de que eligiésemos aquellas combinaciones "químicas" frente a los cortes de galleta y nata que a ellos les privaban y a cuyo consumo intentaban iniciarnos sin éxito. Lo de las cucarachas me ha encantado, me he reido con gusto.
¿Qué tal, conde? Lamento mucho lo de tu diabetes, espero que no te cause problemas serios. Los mayores se quedaban asombrados de que nos gustase todo esa química de glutamatos y colores vistosos y nos venían con aquello de: "¡Nene, que te vas a ensuciar el estómago!" ¿Y cómo va estar una víscera como el estómago? ¿Limpia y brillante?
Saludos! Borgo.
Muy buena, la viñeta... y qué inteligencia la de los insectos a la hora de diseñar trampas para humanos-macho!
Respecto a los polos, yo también era muy del "Drácula", más por el envoltorio y los colores que por el sabor en sí. Pero vaya, los que más me gustaban eran los Flaggolosina:
https://www.youtube.com/watch?v=pFh6umZ4-fs
Hola, Sícoris! La idea de este cómic me vino al leer sobre unas trampas para cucarachas con feromonas sexuales; una atracción irresistible.
Entrañable el anuncio de flaggolosina, creo que cuando dejaron de fabricarlos nos robaron algo de nuestra infancia como esta pegadiza canción: "Flaggolosina qué rico helado, del congelador lo saco congeladooo". Helado y golosina todo en uno.
Saludos. Borgo.
¡Ay ay qué recuerdos..el frigopie!aunque era más de helado de cucurucho con churrito.. ahora soy más adulta (y aburrida) y claro no paso del magnum que me parece total, pero de chocolate negro.
Dulce y refrescante entrada acompañada de tus dibujos, estupenda Miquel.
El tuyo no podia ser otro que el Drácula (jeje)..en esa "foto" ummm..las señoritas sí que están fresquitas..;-P
Saludos
Hola, Abril! El Frigopie causó sensación en aquel verano de 1980. Luego todos o casi nos hemos pasado al Magnum, me gusta el de chocolate negro pero ese nuevo de marc de champagne no está nada mal.
Seguro que todas esas chicas también son aficionadas al refrescante polo Drácula.
Gracias y saludos! Borgo.
En los 80 de Argentina se llamaban "Palito Bombón Helado".
Recuerdo haber comido de pibe, en la playa, unos de crema blanca recubiertos de chocolate; eran los más baratos (las finanzas familiares no daba para más), pero sumamente ricos.
Gracias por el recuerdo, Borgo.
Y qué genial la historieta, ja: me encanta ese cambio de óptica.
¡Saludos!
Hola, Juan Esteban. Si además era barato era un placer completo. Me encantaban esos bombones helados crujientes por fuera y cremosos por dentro, pero donde esté un helado de sambayon...
Cuando vi aquellas trampas de feromonas sexuales me imaginé una banda de cucarachas entrando con botellas de champagne y preservativos y pensé: ¿Y si lo hago al revés?
Saludos! Borgo.
En Uruguay el reclamo del heladero era "Helado, helado, hay tacita, palito, sandwich, bombón heladooooooo. Mucho tiempo imitaba hasta el tono de la voz. Recuerdo toda la variedad de helados perfectamente. Pero, de donde vengo también agregaría unos cuantos mas.
El cómic esta inspirado en Magalluf????
Gracias por tu visita a mis haikus.
saludos
Hola, Karin! Yo guardo un buen recuerdo de los helados de sambayon y de crema de leche argentinos. Aquí también se llamaban sandwich o cortes de helado, incómodos de comer (la galleta siempre se deshacía) pero deliciosos.
Muy bueno! Pues sí, podría haber sido un cómic basado en Magalluf. Muchos humanos habrían caído en esas trampas mortíferas.
Un placer pasar por tus haikus. Saludos!
Borgo.
Yo era muy de frigo-pie. Y del twister de chocolate y nata. Los de hielo nunca me entusiasmaron. Ah, y había uno tipo almendrado que tenía un chocolate duro por dentro que también me gustaba. Ahora me he pasado al bando de los Magnum, jejeje.
Un saludo.
¿Qué tal, Charly? Hay que reconocer que el Frigo-Pie es una obra maestra del diseño de helados, supongo que el invento de algún podófilo que trabajaba para Camy. Los de hielo me gustan porque siempre busco el frío, como los pingüinos.
Todos nos hemos pasado al Magnum. Es como el tabaco, un paso adelante en la edad adulta.
Saludos. Borgo.
Yo era de bombón de vainilla, el de nata no me gustaba.
Y ahora... pues no soy muy maniática, me gustan casi todos aunque prefiero los de tarrina de elaboración artesana o similar. Sibarita que es una, jeje.
Por cierto, te paso lo de los restaurantes peruanos, espero que aún te sirva:
Tempu en C/ Suero de Quiñones, 3.
La Cevicucheria en C/ Téllez, 20.
Asian Nextdoor. Este un poco subidito de precio y es cocina fusión, no sólo peruana. Pero es delicioso y si te puedes permitir el lujo... está en Travesía de San Mateo, 14.
Los dos anteriores tienen una muy buena relación calidad-precio. Hace unos meses que no voy, espero que sigan existiendo y si lo hacen, sigan cocinando con gusto. Que ya sabes como está esto de la hostelería con la crísis...
Si va ya me contarás!
Un saludo, Miguel.
Hola, Marga! A mí me gustaban de los dos tipos. Desde luego, en el tema helados, hay un antes y un después de las heladerías italianas pero en aquellos tiempos no había mucha oferta.
Muchas gracias por las direcciones que me apunto pues pienso pasar por Madrid el mes que viene. Mi amigo me ha aficionado a la cocina peruana y ese Asian Nextdoor suena bien. En Barcelona hay otro de fusión peruano-asiática pero no me pareció muy bueno. Qué me vas a contar de la hostelería y la crisis. Hace cuatro años publiqué un libro sobre locales de mi ciudad y ya no subsisten ni la mitad.
Saludos! Borgo.
Cada año era la espera del helado o el polo más original del verano. Pero una vez que los probaba, mi polo preferido seguía siendo el de limón de toda la vida y los magnum o los típicos cucuruchos, con sabores normalitos eh?, chocolate, vainilla, nata, leche merengada... y ya. Que lo de sabor a fabada en un helado a mi no me va.
Saludos.
Hola, Nury! Yo también prefiero los helados con sabores tradicionales. Me quedé con el pistacho cuando lo descubrí en los setenta y me dije: ¡Anda, un helado verde! Desde entonces he visto auténticas aberraciones como un helado de gambas (Puajjj) que me dieron a probar en una feria de Alimentaria.
Saludos. Borgo.
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