viernes, 1 de octubre de 2010
JOHN CARRADINE Y EL SÍNDROME DE STHENDAL
Se conoce como Síndrome de Sthendal a la ofuscación que puede producir la visión de una obra artística muy bella. Se llama así por el vértigo y el desvanecimiento que experimentó Sthendal en su visita a la Iglesia de la Santa Croce en Florencia.
En noviembre de 1988 el veterano actor John Carradine se encontraba en Milán para participar en el rodaje de una película de terror con Donald Pleasence. Fue a visitar la Piazza del Duomo y cuando se hallaba contemplando la Catedral Carradine, que trabajó de escultor en su juventud, le susurró a la guía que lo acompañaba. “Es lo más bello que he visto en mi vida”. Y entonces cayó fulminado. ¿Síndrome de Sthendal?
En el hospital, el estado de Carradine empeoró rápidamente. Su hijo Keith, también actor, tomó un vuelo a Milán. Keith permaneció junto a su padre leyéndole fragmentos de Shakespeare. Asegura que las últimas palabras de John Carradine fueron: “Milán, un hermoso lugar para morir.”
John Carradine participó en gran número de filmes pues decía: “No hay malas películas, sólo malos actores”. Además de producciones de terror y westerns también se dejó ver en algunas comedias:
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10 comentarios:
Que grande Carradine, y que grande "Todo lo que usted quería saber sobre sexo, pero temía preguntar".
Por cierto, no tenía ni idea de este suceso. Gracias por la información!
Ha sido un placer, Lazoworks. Un gran actor como John Carradine merecía que le llegase la hora final escuchando sonetos de su amado Shakespeare. Recomiendo visitar esa plaza de Milán, no me dió el "Sofoco de Sthendal" pero es un lugar bellísimo. Borgo.
Pese a que toda muerte es dolorosa... esta tiene cierto componente romántico.
Cierto, Sr. Nocivo. Carradine fue todo un romántico. De joven era conocido como "El bardo del Boulevard" pues recorría las calles de Hollywood recitando Shakespear con una capa púrpura. Además se casó cinco veces, dos de ellas con la misma mujer. Borgo.
Joer, pues si alguna vez voy a Milán, no se si visitaría la plaza a la que refieres, no me de a mí el sofoco. Glupsss.
Un buen remedio para el sofoco, Gárgola: un par de tragos de grappa que allí lo tienen muy bueno. Saludos. Borgo.
¡Qué hermoso modo de narrar el fin del flaco más glorioso del cine...! Desconocía la circunstancia de su tránsito...
Hola, Abuelito: el cronista de cine de La Vanguardia por entonces era Àlex Gorina, muy fan de los secundarios del cine americano y especialmente de John Carradine. Describió muy detalladamente las circunstancias de su muerte. Me pareció una bonita historia y quería reproducirla aquí. Saludos. Borgo.
jo també desconeixia que la seva mort hagués estat tan poètica!!!
Si, Bargalloneta: una mort escaient per a un gran actor shakesperià com ell. Borgo.
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