Imagínense la escena porque tiene su aquel: un dormitorio de una casa de un suburbio londinense decorado con uno de esos espantosos papeles pintados de flores de los años 70 y un ama de casa entradita en años - una señora Roper por ejemplo- que en el clímax de un sueño húmedo pronuncia un nombre tan imposible como Engelbert Humperdinck sin saltarse una sílaba. Pues eso ocurría en muchos hogares ingleses entre los años 60-70.
La familia de este cantante de verdadero nombre Arnold Dorsey y de origen hindú había previsto colocarlo en un badulaque en el East End, pero él decidió sacar partido de su buena planta y potente voz y adoptó como nombre artístico el de un compositor alemán del siglo XIX.
El bombazo llegó en 1967 con el tema Release me que vendió más de un millón de copias. ¡La de lencería femenina que le arrojaban al patilludo cantante! Casi tanta como a Tom Jones, su más directo competidor aunque ambos compartían el mismo manager.
Ayer vi por televisión unas imágenes de la gala que ofreció en ese cementerio de elefantes para crooners que es Las Vegas para celebrar sus 50 años en el escenario. Uf, apareció un Engelbert fondón cantando el tema más ratonero de la historia: Tell me quando, quando, quando. Prefiero recordarlo así: en sus mejores años cantando lo de Release me. Francamente no me gustan mucho los crooners pero es que Engelbert Humperdinck me cae simpático aunque solo sea por haber triunfado con un nombre como ese.
Y hablando de cantastes que les tiran ropa interior al escenario...
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2 comentarios:
Huy, en muchos hogares ingleses. Mi madre estaba loca con Engelbert y de tanto poner el disco me sabía la de «El último vals» como si fuera mía. Todo el día el Engelbert, y si no era el Engelbert, el Tom Jones.
En mi casa estábamos algo divididos: mi madre suspiraba por Engelbert y, sobre todo, Tom Jones. Mi padre era más italianizado y le ponían ¡y mucho! Mina y Rita Pavone.
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