martes, 23 de junio de 2020

ORREP, PERRO AL REVÉS


- ¿Sabéis qué pasa cuando un perro ve a un hombre colgado boca abajo?
Cobalto, Topacio y yo mismo dirigimos nuestros soñolientos ojos desde nuestras cartas hacia Índigo.
- Pues que el perro se cree que es él quien está del revés -prosiguió Índigo-, y pegará un fuerte salto hacia arriba para ponerse en la posición correcta.
Nadie hizo ningún comentario ¿Y qué se podía comentar? Los relatos de Índigo, una vez contados, quedaban tan herméticamente cerrados como un huevo de gallina.
¡Índigo y su costumbre de contarnos historias en mitad de una mano! Eso exasperaba a Cobalto que carraspeó para amortiguar su nerviosismo. Llevábamos 20 horas seguidas de timba y el que más o el que menos se sentía irritable, sobre todo Cobalto que llevaba una racha fatal.
- Voy a encargar una pizza por teléfono -anunció Topacio.
- ¡Un momento! -masculló Cobalto- ¿A quién le toca dar?
- Pues a ti -respondió Topacio.
- ¡Siempre me toca dar a mí, leches!
- Joder, siempre que te toca, ¿no? –Topacio sonrió levemente intentando apaciguar a Cobalto con escaso éxito.
 Una vez encargado el pedido -pizza de berenjenas y salami con doble de mozzarella- Topacio  volvió a ocupar su puesto mientras un ceñudo Cobalto nos arrojaba, más que repartía, los naipes.
- Índigo: una.
- Yo: dos.
- Topacio: servido.
- Para mí, también dos. – Cobalto empezaba a mostrar una palidez enfermiza, como la de esos peces ciegos y albinos que nadan en las cuevas.
¿Sabéis qué jugada es la que se conoce como La Mano del Hombre Muerto?
Ya estamos otra vez con lo de Índigo. Ni el sonoro carraspeo de un cada vez más sombrío Cobalto consiguió amilanarle.
- Es la jugada que Wild Bill, el famoso pistolero, llevaba en la mano cuando jugando al póker en una taberna le pegaron un tiro por la espalda. Bill tenía un ful de ochos y...
- ¡AAARRG!!!!!
 Todos los jugadores nos quedamos petrificados al oír el alarido de Cobalto. Vimos su cara roja, con la lengua asomando entre los dientes. Farfulló algo y se cayó hacia atrás con las manos crispadas en el tapete verde llevándose consigo un Niágara de cartas, monedas, ceniceros repletos de colillas, tazas de café y latas de cerveza quedándose tendido en el frío suelo de gres.
La brisa que entraba por la ventana nos cosquilleaba la nuca mientras mirábamos expectantes a Topacio apoyando el oído en el pecho inerte de Cobalto. Nos sobresaltó el sonido del timbre. La pizza.
- Está muerto -Topacio meneó la cabeza-. Un infarto.
- ¿Qué se hace en estos casos? -dije yo.
- Pues sacar los ochos –sentenció Índigo.
Asentimos en silencio.El timbre volvió a sonar con zumbona insistencia. Al repartidor le esperaban aún muchos pedidos y si se retrasaba más de los 30 minutos estipulados tendría que pagar un recargo de su propio bolsillo.
FIN
ES PELIGROSO JUGAR AL POKER CON CARTAS DE TAROT
PROFESOR SIBELIUS
Un relato de Melmoth con el que me siento muy identificado:
 Un hombre era tan distraído que, por la noche, antes de acostarse, dejaba su ropa por cualquier parte y a la mañana siguiente nunca era capaz de encontrarla. Tanto que llegó a dudar si desvestirse. Decidió anotar en un papel los diferentes lugares donde ponía sus cosas. Por supuesto, olvidó dónde había metido el papel. Entonces escribió en un segundo papel dónde había guardado el primero. Perdió el segundo papel, y así sucesivamente. Cambió de método y utilizó la grabadora de voz de su móvil, antes de acostarse, los lugares exactos en donde había colocado cada una de sus cosas, pero puso el móvil en algún sitio y no fue capaz de encontrarlo. Por fin, combinando distintos métodos, una mañana logró recuperar todas sus cosas. Por primera vez, después de mucho tiempo, se sentía muy satisfecho. Oyó entonces una voz que desde lo más profundo de sí mismo le preguntaba:

-¿Y tú? ¿Dónde estás tú?
FIN
RECETA: LA AUTÉNTICA PASTA CARBONARA
Un chef italiano me dijo que la carbonara con crema de leche fue un invento de los soldados americanos de la posguerra: "Traían sus raciones de leche, tocino y huevos a las trattorias y pedían que les hicieran un plato de pasta con ello. En Roma la preparamos así:"
Cortar la panceta o bacon en tiras finas y saltear hasta que se dore un poco.
Batir 1 huevo por persona en un bol con parmesano rallado y pimienta negra.
Cocer los espaguetis en agua salada, escurrir y echarlos a la sartén (el fuego ya estará apagado) remover durante 1 minuto y añadir la mezcla de huevos y queso. Yo lo remuevo todo junto justo hasta que el huevo empieza a cuajar, y así me quedó (Foto de Silvina) :


lunes, 15 de junio de 2020

LA GALAXIA DEL HUEVO FRITO

Después de una maratoniana sesión de siete horas de DVD de Star Trek es lógico -como diría Spock- que empiece a sentir algo de hambre. Me preparo un par de huevos fritos acompañados de pimientos del Padrón –unos pican, otros non- lo más parecido a una ruleta rusa gastronómica. Me viene una importante secreción de saliva cuando estoy a punto de mojar el pan en el huevo frito de la derecha. Aprieto suavemente la dorada yema con el trozo de pan y ¡Paf! El líquido se esparce por el plato tiñendo el fondo de naranja galáctico bordeando la isla de pimientos. Suena el teléfono. Me imagino que el timbre es una alarma y que el trozo de pan es la nave Enterprise en misión de salvamento para rescatar a los pimientos del Padrón, naves tripuladas por seres del planeta Galixia, que habían aterrizado en sitio equivocado: el planeta Platosh, de atmósfera aceitosa e irrespirable. Hay que rescatarlos antes de que queden atrapados por un líquido amarillo y corrosivo que atrapa inmisericorde a los que entran en contacto con él. 
 Mientras estudio la estrategia a seguir me como uno de los pimientos. Esa nave-pimiento explota dentro de mi boca -es de los picantes- ¡Zas!y esparce el ardiente combustible provocandome un escozor de cien pares de megatones venusianos. Me como las yemas para atenuar la quemazón creando sendos cráteres donde deposito las  restantes naves después de quitarles el rabito o propulsor para su mejor absorción. Los envuelvo cuidadosamente con una capa de clara y lo deposito todo sobre un transbordador de pan chapata. Una de las naves-pimiento no ha quedado bien acoplada y cae al vacío es decir, al plato, pereciendo su tripulación en el acto. Para evitar más incidentes abro la boca todo lo que puedo y engullo enteramente la flotilla para que se alojen en la seguridad de mi esófago-transportador. Mastico, misión cumplida…qué rico. El teléfono ha dejado de sonar y estoy satisfecho. Lleno un vaso de vino. La tripulación del Enterprise se ha ganado una ronda por el éxito de su misión de salvamento.
FIN
Cuidado que Melmoth ha escrito un relato muy inquietante:
HOY EMPIEZA EL MUNDO
Lo que empieza hoy no es más que una consecuencia del otro mundo desaparecido.
Vivo en un sexto piso y ya ha empezado a subir una horda de salvajes por las escaleras hasta la primera planta. Ruido de puertas que se echan abajo. Saqueos, voces guturales y peleas. Todo esto me lleva a pensar que lo que rapiñan no se reparte a partes iguales. Hienas.
 No hay electricidad. Toda el agua potable que queda está en los depósitos a muy bajo nivel. Los alimentos escasean y todos los supermercados han dejado ya de abastecer tras los primeros saqueos vandálicos por parte de la policía cuando todavía merodeaban por las calles. Me siento verdaderamente jodido, incapaz de integrarme a esta nueva situación. No me veo saliendo a la calle como un depredador en busca de sustento a cualquier precio. La ley de la nueva supervivencia se me hace demasiado grande. Este nuevo mundo no es para mí. Soy leyenda, como el personaje de la novela de Matheson, pero sin haber realizado todavía ninguna proeza.
Ruido ensordecedor en la tercera planta. Siguen subiendo. Los pasos se multiplican y las reyertas se vuelven más violentas. Me asomo a la ventana y miro hacia abajo, el espectáculo es desolador. La única gasolina que queda está en los depósitos de los coches, autobuses y camiones abandonados. Otra explosión a lo lejos. Más disparos. Un camión se acerca con la marcha forzada…
 Un fuerte golpe en la cuarta planta. Gritos ensordecedores. Me dirijo hacia la puerta y la abro con mucha cautela y salgo al rellano. Miro por el hueco de la escalera y veo unos brazos arrojando un cuerpo vivo al vacío. Me introduzco de nuevo en mi piso y echo la cadena. Abro la única botella de vino que me queda y me sirvo una copa. Mis manos tiemblan de miedo. Enciendo lo que posiblemente será mi último cigarrillo.
 Han alcanzado la sexta planta.
FIN
MUY AGUDO, PROFESOR SIBELIUS
Otro fichaje de lujo para Borgo: Frodo del magnífico FrodoBlog inaugura la serie Humor Argentino.
Ha quedado claro que en esta entrada los huevos son protagonistas, y Melmoth pone su grano de arena:
Dante fue abordado por un desconocido que le preguntó:
-Un huevo- respondió brevemente Dante sin volverse siquiera.
Pasaron cinco años.
El mismo hombre volvió a encontrarse con Dante, le preguntó:
-¿Con qué?
-Con sal -. Respondió Dante al pasar.
RECETA: HUEVOS RANCHEROS 
Necesitaremos: huevos, 1 bote de frijoles marca GOYA, 1 lata de jalapeños, salsa de tomate
Poner en una cazuelita de barro o metal frijoles con salsa de tomate o salsa mexicana Old El Paso y unas rodajas de chiles jalapeños.
Introducir en el horno a 200º. 5 minutos después cascar un huevo y añadir a la cazuela.
Gratinar y 1 minuto después servir con tortillas para fajitas o burritos. 



viernes, 5 de junio de 2020

SEXO SIAMÉS


Cástor y Pólux –sus nombres artísticos-, eran dos hermanos siameses unidos de cintura para abajo. A partir de aquí eran idénticos y compartían muchas cosas aunque había una notable diferencia entre ambos: cuando estaban de gira Cástor dormía como un lirón, mientras que a Pólux le costaba mucho conciliar el sueño.
En el cuarto de un anónimo hotel Cástor roncaba despreocupadamente mientras Pólux tenía los ojos fijos en el alba color merluza que se acercaba tímidamente a la habitación. El pálido sol que asomaba entre los edificios era un somnífero amarillo pero Pólux seguía sin poder dormir. De repente tuvo una idea: ¿Y si me masturbo? Mamá puño y sus cinco hijas le ayudaban a relajarse en esos momentos insomnes.
Pólux empezó a maniobrar con infinita cautela, no quería despertar a su hermano. Su mano se movía ritmicamente, arriba y abajo. Bien, aquello parecía funcionar. Tenía visiones de tibias almohadas revoloteando sobre su cabeza y sobre cada una de ellas voluptuosas mujeres le dedicaban una lasciva sonrisa. Empezó a agitarse como un bote en medio de una marejada pero se detuvo al ver que su hermano se había despertado. Cástor le miró con ojos cargados de sueño y reproche:
-Esta noche no, Pólux. Estoy muy cansado y me duele la cabeza.
FIN
MELMOTH.: EMPRESA DE DEMOLICIÓN

El ser humano ha llegado a su final. El mundo está siendo desmontado pieza a pieza. Enormes máquinas desmontan todo aquello que ha sido construido a lo largo de la civilización. Estoy en un inmenso terreno donde una vez hubo una ciudad. Solo queda por desmontar el último edificio. Todos sus habitantes siguen estando aquí y sus vidas han dependido de lo que ahora ya no tienen, incluyendo el trabajo que les daban de comer: ayudar a desmontar el mundo. Somos miles, millones, los que nos empujamos y agredimos para trabajar en el último desguace. De repente, me doy cuenta de que todo esto es un absurdo inconmensurable. No hay para todos, y encima nos estamos matando inútilmente para trabajar solo un par de días más y luego todo se habrá acabado para siempre. Grandes máquinas desmontan el último edificio y miles y miles de personas luchan para trabajar en esa demolición y poder cobrar los últimos billetes que no les servirán para nada. ¿Es que nadie piensa? Me pregunto. Pero también estoy aquí intentando conseguir que me den este último y efímero trabajo. Luego, todo habrá terminado y todos los seres humanos nos encontraremos en un espacio infinito completamente vació. No me explico a dónde se han llevado todo lo desmontado; desde las pirámides de Egipto hasta la última barraca de feria.
FIN
EL ÚLTIMO DESCUBRIMIENTO DEL PROFESOR SIBELIUS
RECETA: POLLO A LA CARBONADA (Con cerveza negra)
Foto: Silvina. Dorar los trozos de pollo en aceite caliente. Retirar las piezas y dejarlas sobre un papel de cocina. En la misma sartén o cazuela sofreír cebolla cortada pequeña. Cuando esté dorada ponerla en un cuenco de batidora con 1 botellín de cerveza negra (yo uso Guinness o Bock Damm) y triturar.
Volver a poner el pollo en la sartén y añadir la mezcla de cebolla y cerveza. Tapar el recipiente y cocer con el fuego bajo durante 20 m.
Recomiendo antes de servir gratinar el pollo un par de minutos en el horno, así queda crujiente y acaramelizado.

martes, 26 de mayo de 2020

OTRA ENTRADA POTI-POTI (Co un poco de todo)

Empiezo con un relato de Mudit, buena escritora y profesora de danza:
EL SURTIDOR

Ninguna barra de bar resistía los asaltos nocturnos de Miquel.  Ningún tirador de cerveza conseguía saciarlo por más horas y tiempo que dedicara. Hartos de tener un amigo insaciable, sus compañeros de barra decidieron regalarle un tirador de donde brotaba una infinita fuente de cerveza. Ese surtidor tenía por nombre el Trago Absoluto, y acertaron. Ahora  Miquel tiene cerveza para dar y vender. Lo difícil es separarlo de allí. Lo encontraréis noche y día, acariciando el tirador, lamiendo y sorbiendo del caño. Por suerte esa boca generosa está acostumbrada a levantar pasiones, y lo lleva con una dignidad admirable.
FIN
EL PROFESOR SIBELIUS TIENE UNA PREGUNTA PARA USTEDES:
MELMOTH: ESPEJOS

 ¿Me reconozco en el espejo del cuarto de baño? Desde que nací hasta ahora me habré cambiado de domicilio por lo menos cincuenta veces ¡y las que me quedan hasta acabar dentro de un cajero automático! Pues bien, siempre que me encontraba en un nuevo piso y me miraba al espejo del lavabo, el tipo del reflejo no era yo. No es que se pareciera algo a mí, no; es que no tenía nada que ver conmigo físicamente. Como podrán comprender el susto es tremendo. ¿Quién es ese tío que está detrás del espejo? Siempre pensé que se trataba del antiguo inquilino o propietario ya muerto, pero luego deseché la idea porque sería demasiada casualidad que a cada piso que iba, el anterior inquilino estuviera muerto. En fin, que al final aceptaba el rostro del otro porque no me quedaba otra. Sus movimientos eran los míos, o puede que, al revés, ya no lo sé, hasta que al final mi rostro se convertía en el del tipo del espejo. Con esto quiero decirte que si llevo más de cincuenta cambios es imposible recordar cuál era mi aspecto físico original. El careto, por el cual usted ahora me reconoce, es el que encontré en el espejo del baño del piso donde vivo ahora. Ahora soy un poco más guapo, pero he tenido rostros que se le pondría a usted la piel de gallina. Mi novia me dice compungida que cuando tenga que irme de este piso le dará pena dejar de ver el rostro por el cual se enamoró de mí, y no quiere ni oír hablar del rostro que me deparará en el próximo piso.
FIN
RECETA: GAMBAS CON GABARDINA
La respuesta de nuestros bares a las gambas en tempura:
NECESITAREMOS: 1 kilo de gambas, 250 gr. de harina de trigo. 1 botellín de cerveza, 1 huevo.
Pelamos las gambas y quitamos la cabeza pero no la cola, que nos servirá para sujetar las gambas mientras las rebozamos.
En un bol poner la harina, el huevo y una pizca de sal. Embadurnamos las gambas en esta mezcla sin dejar que se moje la cola.
Freímos las gambas en abundante aceite, caliente pero no demasiado para no quemar la masa.
Poner a escurrir las gambas en un plato sobre papel de cocina, esperar 15 minutos ¡y a comer!


jueves, 14 de mayo de 2020

EL VIRUS POE. Y más cosas...


 De repente, se hizo el silencio en el autobús turístico. La gente, en sus asientos, hacían ademanes y movían los labios, pero sin emitir palabras. Súbitamente, sobrevino el eclipse.
Ese fue el primer caso que se produjo en la ciudad. El autobús quedó precintado en medio de la avenida y se declaró la cuarentena. El ejército envió soldados equipados con mascarillas y metralletas. Montaban guardia alrededor del autobús para que no escapara ninguno de sus ocupantes.
Fue entonces cuando me llamaron. Los soldados levantaron la barrera –como solían hacer a diario para entregar agua y alimentos a los pasajeros- y subí al autobús.
Los vivos permanecían en el primer piso. Los muertos eran depositados en el segundo. Vivos: 37. Muertos: 19. Nada más verme, preguntaron con avidez:
-¿Es usted médico?
-No, soy escritor –el descontentó tiñó sus miradas-. Acabo de llegar de Roma donde la epidemia ha causado estragos y creo que puedo ayudarles.
 En aquel momento, una joven se desplomó.
¡Vamos! –ordenó un guía turístico- les toca a ustedes dos. ¡Súbanla al segundo piso!
-¡Un momento! –intervine- Déjenme ver a la víctima.
Cuando acabé el examen dije:
-Esta joven no está todavía muerta. ¿No se han fijado que los cadáveres no huelen? Esa epidemia provoca una muerte aparente. La causa es un virus… literario –los viajeros me miraron estupefactos-. “Enfermedad de Poe”. Sus síntomas son un miedo inconsciente a ser enterrado vivo. Los brotes de la epidemia se producen en lugares cerrados, donde la claustrofobia se agudiza, como en este autobús. En todos ustedes está el germen.
Todos reconocieron haber sentido esa clase de miedo. Continué:
-Yo he leído muchos cuentos de Poe, en especial  “Entierro prematuro”, y eso produjo anticuerpos que me ayudaron a sobrevivir en Roma. Hay que vacunarlos a todos. Encargaré ejemplares de ese cuento de Poe, deberán leerlo y concentrarse mucho. Luego conduciré este autobús lejos de la ciudad, para buscar espacio y aire puro.
-¡Aire puro! ¡Salir! –gritaron todos con entusiasmo.
 Los soldados levantaron la barrera y dejaron los libros dentro del autobús. Los viajeros se abalanzaron sobre ellos y leyeron el cuento con avidez, muchos en voz alta. Entré en la cabina del conductor y arranqué, el autobús recorrió las calles solitarias y la ciudad quedó atrás.
Tengo la impresión de que el autobús se ha detenido, pero es evidente que sigue avanzando. Se desliza silencioso por un camino descendiente de montaña. Veo a los viajeros: conservan las páginas en la mano y sus labios se mueven, es la última visión que tengo.
Golpes sordos, reconozco ese ruido, son las últimas paletadas de tierra que caen sobre mi ataúd.
Quizá no tendría que haber confiado en mi memoria y haber leído otra vez  El entierro prematuro. Para curarme en salud... nunca se sabe con esos virus, son muy cabroncetes.
FIN
MARC RIBOT: UNA HISTORIA LITERAL
El profesor Sibelius está trabajando en un caso importante, pero por suerte Melmoth nos regala unos microrrelatos con Perdido, Sombra y Extraño:
Un Extraño envejecido contemplaba cómo las cosas por las que había perdido su vida se volvían a reciclar para las nuevas generaciones de Sombras, Extraños y Perdidos.

En una estación de ferrocarril abandonada se dio el encuentro fortuito entre un Extraño y un Perdido.

-Quizá no vuelva nunca – dijo el Perdido que nunca estuvo allí.
-Pues yo acabo de llegar – respondió el Extraño que nunca se fue.

- ¡Volvamos al lugar de partida! – le dijo un Desconocido a una Sombra.
Y continuaron.

Un Perdido se encontró así mismo en el momento más inoportuno.
***
LA RECETA: CODILLO AL HORNO CON CIRUELAS. Foto: Silvina.
Dorar el codillo y en el mismo aceite freír cebollas y zanahorias bien picadas.
Poner el codillo en el horno a 180º y rociarlo con vino blanco. Dejar cocer 15m.
Escaldar unas ciruelas en coñac y añadirlas al codillo. Regar con el jugo.
En el cuenco de la batidora triturar las cebollas y la zanahoria junto con el coñac de las ciruelas. Añadir la salsa al codillo y dejar cocer todo junto unos 15 minutos más.
Recomiendo servirlo con una ensalada verde.

jueves, 7 de mayo de 2020

LA VOZ DE CHRISTOPHER LEE

Mi prueba de doblaje poniendo voz a Mat Damon. Desde ese día en el estudio me llaman el NOMEJODAS.



LA VOZ DE CHRISTOPHER LEE
El bar de los Estudios Romero se encontraba repleto de dobladores y técnicos que desayunaban entre takes. Si uno cerraba los ojos y escuchaba, tenía la sensación de ser el extra de una película en una escena  repleta de actores famosos.
Sara, una escritora, había conseguido el permiso del director de los estudios para asistir a unas grabaciones que le servirían para documentarse con una novela en la que el protagonista era un actor de doblaje. En ese momento compartía mesa con Roger Pera y Alba Solá,, las voces de Leonardo di Caprio y Julianne Moore respectivamente.
-Hola, Roger, Alba… ¿Qué tal estáis?
Era una voz profunda, gutural. Sara se volvió para ver a un hombre de unos cuarenta años, alto y delgado vestido enteramente de negro.  Su cabello oscuro enmarcaba un rostro pálido y altivo y labios de un rojo intenso.
-Ah, hola, Radu –saludó Roger-. ¿Cómo te va?
-Oh, bien… Estoy haciendo un anuncio. Bueno, he de irme, me esperan en el locutorio.
Sara intentaba recordar qué rostro ponerle a esa voz grave, de vocales nítidas y consonantes rotundas. Alba se lo aclaró:
-Es Radu, un doblador excelente. Muy bueno sincronizando, nunca había que repetir un take. Era la voz de Christopher Lee cuando la televisión compró un lote de viejas películas de la Hammer.
-Pero ahora nadie quiere trabajar con él –apuntó Roger.
-¿Y eso porque? –preguntó Sara.
-No lo sé muy bien. Se volvió extraño… de eso sabrá algo Rubén, el técnico de sonido, trabajó muchas veces con él.
La conversación se interrumpió. El locutorio estaba preparado y había que seguir grabando.
 Después del trabajo en el estudio Sara solía ir a un bar cercano para revisar sus notas. Sentada en una mesa apartada oyó una voz a su espalda:
-Hola. Nos hemos visto antes en el bar del estudio.
Era la misma voz cordial del conde Drácula que recibía a Jonathan Harker invitándole a entrar en su castillo.
Sara le saludó sonriente y le invitó a sentarse. Radu le atraía, pues era del tipo guapo-grotesco que le gustaba, como Willem Dafoe. La pálida cara de Radu reflejaba los colores del local y se veía ligeramente fosforescente.
No hubo ningún insulso intercambio de frases habitual en estos casos. La conversación fluía animadamente. Sara, a cada momento más fascinada, entrecerraba los ojos  imaginando que  tomaba una copa con el mismísimo Christopher – Drácula –Lee.  Radu acercó su rostro al de ella cubriendo su mano con la boca, como si quisiera disimular un problema de aliento.
-Sara, es tarde. Tengo el coche muy cerca. Si quieres, te llevo a casa.
Radu había aparcado en una calle oscura y desierta. El interior del coche le pareció a Sara sorprendentemente gélido.  Miró a Radu. Ahora sus ojos eran un abismo oscuro y pudo ver los colmillos que asomaban por su cálida boca curvada en una roja invitación.
 Sara sintió una fétida y cálida oleada. Los labios de la chica eludieron los de Radu, su corazón se aceleró dominando todo aquel horror y un segundo más tarde corría calle abajo a toda velocidad.
-¡Lo siento, Sara! – gritó Radu desde la ventanilla-. He ido demasiado rápido… ¡Vuelve!
La luz de un fanal devolvió a Sara a la realidad como un ardiente rayo luminoso. Se encontraba en una concurrida avenida. Paró un taxi que la dejó en casa.
 Al día siguiente Sara bajó más tarde de lo habitual a la cafetería donde solía desayunar. Marcó en el móvil el número de los Estudios Romero y preguntó por Rubén, el técnico. Aguardó mirando las noticias del televisor mientras hervía en su cabeza un huracán de pensamientos.
-¿Rubén? Mira, me han hablado de ese Radu y, bueno… me ha parecido que podría ser una historia interesante para mi libro. ¿Sabes porque nadie ahora quiere trabajar con él?
-Halitosis –dijo Rubén.
-¿Cómo…?
-Ya sabes, mal aliento. Tan horrible que nadie soportaba estar a su lado en el atril, por eso sólo hace anuncios y documentales en los que únicamente habla él.
-Gracias, Rubén –respondió Sara con mucha más calma.
Sara meneó la cabeza. “Pobre Radu, su problema era el mal aliento… Me he dejado llevar por la imaginación.”
La locutora de noticias anunció:
“Extraño crimen en el barcelonés barrio de Gràcia. Ayer por la noche se encontró el cadáver desangrado de Rosa Picó. Presentaba unas extrañas heridas en la yugular. Se cree que pudo haber sido atacada por una fiera salvaje pero el Zoo de Barcelona no ha informado de la desaparición de ningún ...”
Sara miraba como hipnotizada al vacío, pálida y completamente inmóvil.
-¡Eh, Sara! –le dijo un camarero al ver su expresión desencajada-. ¿Te ocurre algo?
En el rostro de Sara apareció un trémulo deseo de hablar. Balbuceó:
-Chris… ¡Christopher Lee!
FIN
PORTADA PARA EL NUEVO LIBRO DE ETHAN
Me ha hecho mucha ilusión que Ethan, del estupendo blog El blog de Ethan, me pidiera que ilustrara la portada de su próxima novela El leve brillo de tus labios que aparecerá en mayo. Además, ha tenido la gentileza de regalarme un lote de sus libros. Buena lectura para hacer más agradable el confinamiento. ¡Gracias, Ethan!
EL PROFESOR SIBELIUS TE ENSEÑA COSAS BONITAS
MELMOTH: "OTRA VIDA"

Se trataba de uno de esos matrimonios que se han pasado la vida juntos, que se han querido, soportado…  y ahora, por alguna razón, o solo por culpa del tiempo, han vuelto a quererse. Formaban una de esas parejas que durante años han discutido porque él no es delicado y, en cambio, ella tiene sensibilidad y, si hubiese tenido ocasión y medios, hubiera llevado otra vida; esas parejas en las que él - de aspecto tosco - siempre parece moverse incómodo dentro de la ropa que viste, porque la ropa la elige ella, y la elige para otro: para sus sueños.
FIN
LA RECETA: POLLO AL AJILLO. Foto: Silvina
¿A que se ve doradito y apetitoso? y es tan fácil de hacer...
Dorar los trozos de pollo en aceite bien caliente junto con los dientes de una cabeza entera de ajos.
Retirar el pollo y en el mismo aceite sofreír unas rodajas de patata.
Salpimentar el pollo y añadir a las patatas cuando estén doradas con alguna hierba -laurel o tomillo- y 1 vaso de vino blanco.
Tapar el recipiente y terminar de cocer a fuego lento 20m.

jueves, 30 de abril de 2020

BORGO CUMPLE ONCE AÑOS



Muchísimas gracias a todas y todos por dar vida a este blog con vuestros comentarios siempre tan interesantes de leer. Gracias por opinar, comentar o simplemente echar un vistazo por aquí. Lo que empezó como una ventana donde mostrar mis ilustraciones –esa era la idea- también me ha ayudado para compartir con más gente mis anécdotas, relatos, curiosidades y frikadas varias. Para esto y aún más cosas. Un abrazo desde mi querida Transilvania que es su casa.
He decidido hacer una entrada típica borgiana (de Borgo) con dibujos, receta, un poco de esto y lo otro…
SEIS GRADOS DE SEPARACIÓN
Entre las sábanas Julia mira fijamente a Bepo, su amante, y le dice:
-Tus ojos son como dos auroras boreales.
A Bepo le cuesta contener la risa al oír semejante cursilada pero piensa que podría funcionar con Julieta, su esposa.
Entre las sábanas Bepo mira fijamente a Julieta y le dice: "Tus ojos son como dos auroras boreales". Julieta queda desconcertada y se pregunta qué efecto causaría eso en Zepo, su amante.
 Entre las sábanas Julieta mira fijamente a Zepo y le dice: "Tus ojos son como dos auroras boreales". A Zepo esa frase le deja indiferente pero decide usarla con Julia, su esposa, últimamente se queja de que ya no le susurra palabras dulces en la cama.
Entre las sábanas Zepo mira fijamente a Julia y le dice: "Tus ojos son como dos auroras boreales". Julia se pone furiosa.
-¡Cabrón! -arroja un despertador hacia Zepo que éste esquiva con una finta-. ¡Eso es que has estado con otra!
-¡De acuerdo! -admite Zepo-. Pero si tú también sabías esa chorrada de las auroras es porque también has estado con otro.
Julia, confusa, comprende que se ha delatado a si misma y balbucea lo primero que se le pasa por la cabeza:
-No es cierto. Uh... ¡Lo pillé en los lavabos de un bar!!!
FIN
 PROFESOR SIBELIUS
Melmoth y un relato sobre saltos en el tiempo al estilo Cortázar.
TODA UNA VIDA
 Ya es hora de ir al cole, hay que ir a trabajar. El profesor un tanto déspota lo mira con recelo, es el encargado que siempre anda vigilándole. Suena la campana y sale precipitadamente de clase y hace cola para fichar en el reloj de la fábrica. Todos están eufóricos por salir de allí. Luego no quiere volver a casa todavía. Juega en el parque y libera todas las tensiones y cuando llega un pelín tarde su mujer le increpa porque huele a cerveza. Cae enfermo y se queda en la cama con el termómetro en la boca. Su madre le pone su suave mano en la frente y el médico dice que es la edad, ya tiene ochenta años. Intenta escapar de casa porque no aguanta a sus padres, a la familia que ha creado sin darse cuenta. Corre. Quiere huir de todo; de las primeras experiencias infantiles, las frustraciones de la juventud, los desengaños de la madurez, la ruina final de las ilusiones. Corre el niño y allí lo encontraron a la mañana siguiente. Murió de infarto. Debió subir corriendo por el sendero serpenteante como un muchacho. 
FIN
LA RECETA
¡Nooo, es broma!!! No es una receta de rata al ajillo, sólo quería mostrar mi portada de ¿Qué fue de Baby Jane? con la famosa escena del roedor servido en bandeja.
ENDIVIAS AL ROQUEFORT. Foto: Silvina
Calentar mantequilla en una sartén, cuando esté fundida -¡sin que llegue a hervir!- añadir queso roquefort y desmenuzarlo con una cuchara de madera.
Verter 1 brick (200 ml) de crema de leche y remover hasta que el roquefort se haya deshecho y mezclado con la crema.
Disponer las hojas de endivia sobre un plato y echar la salsa roquefort por encima. Queda muy bien con unas nueces picadas.