lunes, 21 de septiembre de 2015

BORGO HA VUELTO DE BERLÍN

Aquí buscando la Puerta de Brandemburgo hasta que alguien me indicó que la tenía detrás.
Viaje relámpago a Berlín, cerquita de la Alexanderplatz, donde antes se encontraba el Sector Este.
EL CURRYWURST

 El muro se derrumbó hace 26 años,  pero Berlín Este nos dejó como herencia su comida rápida: el CurryWurst. Se ven pocos Mac Donalds por aquí pues todos prefieren los puestos de comida turca (los hay a miles) o el CurryWurst que se prepara así:
Cocer salchichas en agua hirviendo (Aquí las salchichas nunca las fríen, se cuecen) escurrirlas, condimentar con catsup y espolvorear con curry. Ya está, posiblemente la receta más sencilla que he puesto en este blog.
¿A que es bonito este cartel vintage de una marca de salchichas? A mí me parece que tiene un mensaje oculto pero no hagan mucho caso de mi retorcida mente.

Es complicado orientarse por las calles de Berlín pues tienen un caprichoso sistema de números tipo bucle. Me las vi canutas para encontrar la célebre cervecería Eschenbräu Biergarten.
El más famoso personaje berlinés: el Ampelmann (Hombre semáforo) un ícono presente en todos los semáforos del Sector Oriental. Su silueta verde indica a los peatones cuando tienen que cruzar.
 Me encontré con mi amigo Joan -que vive en la ciudad desde hace un par de años- en un cafetín de Oraniemburger, el delicioso barrio judío de Berlín. Como él está casi tan loco como yo nos retamos al juego de recitar frases de películas de ambiente germánico.
-¡Camarero! -dije-, ¡Vodka, caviar! Herr Obermeinster! ¡Más Rock and Roll!!!
-Akim Tamiroff en "Uno, dos, tres" de Billy Wilder - dijo Joan-. Tendrás que esforzarte más, Miqui (mis excompañeros de instituto me llaman así) Me toca: "Ni un solo cuchillo... curiosa forma de poner la mesa."
-Helmut Berger en "Luis II de Baviera, el rey loco". A ver si aciertas con esa...
Joan me ganó, como siempre, y me tocó pagar los schnaps (aguardientes) Empezó a llover. Berlín es una ciudad a la que le sienta bien la lluvia. Sonaba una canción de Nina Hagen titulada muy apropiadamente Berlin. Allí mismo me puse a bocetar este dibujo. Fue un momento de electricidad en el aire y destellos plateados sobre la mesa repleta de copas y botellines de cerveza.
Y MÁS COSAS...

EXCLUSIVA: llegada de Christopher Lee al Paraíso donde fue agasajado por una multitud de fans.
¡VUELVE BLOFELD!
Mi segundo villano favorito de la saga James Bond (El primero, por supuesto, es el Scaramanga de Christopher Lee) reaparece en noviembre para la próxima película de 007: Spectre. El austríaco Christoph Waltz encarna al villano recordado sobre todo por las interpretaciones de Donald Pleasence en Sólo se vive dos veces (1964) y la popular parodia de Mike Myers, el Doctor Maligno que instiga a Austin Powers.

lunes, 7 de septiembre de 2015

¿ALGUIEN RECUERDA EL SENSURROUND?

Recientemente he compartido mis recuerdos acerca del invento del Odorama. Hoy vuelvo a tener el día en plan abuelo Cebolleta y voy a hablar del Sensurround,  que causó sensación en los cines de los últimos años setenta.
El Sensurround fue una experiencia de audio ideada por los Estudios Universal en 1974. Emitía sonidos a muy baja frecuencia, inaudibles para el oído humano  pero que se percibían mediante vibraciones que hacían temblar la butaca. Desarrollado especialmente para la película Terremoto (Earthquake, 1974) también lo emplearon en La batalla de Midway (1976) Montaña rusa (1978) y Galáctica (1979) aunque ésta última no se estrenó en España con ese sistema.
Por entonces estaba muy en boga el cine catastrofista. Un subgénero que repetía siempre el mismo esquema: un reparto plagado de grandes estrellas en apuros, atrapados en un barco volcado (La aventura del Poseidón, 1972) en un edificio incendiado (El coloso en llamas, 1974) o en un avión sumergido en el océano (Aeropuerto 1977)
TERREMOTO

Cumplía con todas estas expectativas, Charlton Heston y Ava Gardner eran los protagonistas arropados por viejas glorias (Lloyd Nolan, Barry Sullivan) y los televisivos Lorne Greene, Richard Rountree y Victoria Principal, la Pamela de la serie Dallas. También aparecía Walter Matthau en un cameo de borrachín y figurando en el reparto con su verdadero nombre: John Mattow.
 Recuerdo el estreno de Terremoto en el cine Bosque en Barcelona (Un amigo de mi padre trabajaba en la distribuidora Balañá y a veces nos daba entradas) en el otoño del 75. En la platea había algunos espectadores con el transistor en la oreja para escuchar el último PMO (Parte Médico Oficial) sobre la agonía de Franco. A los 45 minutos del inicio presenciamos el terremoto mientras los potentes bafles distribuidos por la sala amplificaban el sonido haciendo vibrar el suelo y las butacas produciendo la sensación de estar envueltos en un seísmo, hasta cayeron algunas partículas de yeso del techo aumentando el realismo de la escena.
Earthquake fue un gran éxito de taquilla,  aunque lo superó su competidora El coloso en llamas. Curiosamente sus estrellas Paul Newman y Steve MacQuenn eran los inicialmente previstos para protagonizar Terremoto.
LA BATALLA DE MIDWAY

El siguiente estreno en Sensurround fue esta película que recreaba la decisiva batalla naval que terminó con el dominio japonés en el Pacífico. Charlton Heston, de nuevo,  compartía protagonismo con un actor habitual en estas producciones, Toshiro Mifune (Almirante Yamamoto) y un reparto plagado de estrellas –Robert Mitchum, Henry Fonda, James Coburn, Glenn Ford-… encantadas por aparecer unos minutos en pantalla cobrando grandes sumas de dinero.
El Sensurround se dedicaba a estremecer la platea con el estallido de las bombas consiguiendo un gran efecto en escenas como la del ataque de los aviones kamikaze contra el portaviones Yorktown. La anécdota: un espectador demandó a la empresa Balañá alegando que el Sensurround le produjo hemorragias nasales.
MONTAÑA RUSA

Estrenada cuando el cine catastrofista ya estaba de capa caída. Richard Widmark,Henry Fonda  Susan Strasberg (estos dos últimos a penas con 5 frases en toda la película) encabezaban el reparto junto a unos debutantes Holly Hunt y Tom Selleck. Montaña rusa –aquí el Sensurround reproducía el traqueteo de las vagonetas- pinchó en taquilla por lo arquetípico de su guión (Un parque de atracciones saboteado por un psicópata Timothy Bottoms, lo mejor de la película) y por ofrecer menos espectacularidad de la que prometía su cartel.
El Sensurround pasó a la historia por lo caro del alquiler del sistema y por motivos de seguridad. Durante una proyección de Montaña rusa en el famoso Teatro Chino de los Ángeles las vibraciones desprendieron adornos del techo hiriendo a algunos espectadores.

Cuando emitan una película proyectada originalmente con Sensurround recomiendo verla sentado sobre la lavadora y poner el centrifugado en las escenas clave. Echando imaginación uno se siente como en una platea de los setenta.
Y MÁS COSAS...
Exposición en El Café del Sol ( Plaça del Sol, 16. Barcelona) que conmemora el centenario de Frank Sinatra organizada por Marcos Callau del imprescindible blog El tiempo detenido. Yo presento este dibujo (The Old Blue Eyes). Es un local muy agradable, con buena música, y exponen los cuadros hasta el 8 de octubre.
VUELTA AL TAJO
Ha llegado septiembre. Vuelta a la rutina laboral. Los silenciosos obreros de Metropolis van al trabajo con la inquietante música de la Penguin Cafe Orchestra.El nombre del grupo se le ocurrió a su lider Simon Jeffries tras ingerir pescado en mal estado, tuvo fiebre y alucinaciones y una noche se despertó gritando: "Bienvenido al Café Pinguino. Te diré cosas al azar".
AVISO: Me gustan los chistes cortos y algo tontos




jueves, 27 de agosto de 2015

¿PORQUÉ LOS BARES CHUNGOS SON LOS ÚNICOS QUE NO CIERRAN EN AGOSTO? (Relato)

Malta Lúpulo tiene mucha sed y ninguna cerveza en la nevera, así que sale al aire sofocante de ciudad, lleno de olores desagradables y música tribal.
Su local favorito –el Bar Bitúrico- cierra en agosto, y el único que encuentra abierto por los alrededores es uno que hasta ahora había evitado por su nombre de payaso de un circo cutre: Bar Kokó. El nombre de los bares es importante para Lúpulo. Entra en el bar desierto. El dueño, apoyado sobre el mostrador con un brazo formando una L, tiene el aspecto enfermizo de alguien que acaba de viajar 100.000 años luz por el espacio en clase turista.
 -Hola. Una cerveza, por favor – dice Lúpulo. Despacio, muy despacio, el dueño alza la cabeza y emite un gruñido poco alentador.
“Qué sed”, piensa Lúpulo sentándose en un taburete frente a la barra sintiendo el cosquilleo de las cansadas piernas.
 El dueño coge una jarra, le pasa un trapito con parsimonia y la coloca bajo el surtidor, pero al bajar el pedal se oye un quejumbroso sonido.
 -Se ha terminado el barril. Voy a buscar otro al almacén.
 -Da igual –se apresura Lúpulo-, tomaré una mediana.
 -No están frías, la nevera no funciona bien.
El dueño desaparece por una puerta. La sed sume a Lúpulo en un estado de ánimo apagado y somnoliento. El dueño tarda. Lúpulo pasea la mirada por el local, por cada ladrillo, cada trozo de pintura descascarillada, los apliques de hierro, la barra pegajosa de cerveza en la que apoya los codos. Al fin reaparece el dueño resoplando con un barril de 20 litros. Agarra el manguito del surtidor y lo ajusta a la válvula del barril. Echa unas tiradas de espuma en un gran vaso hasta que empieza a salir cerveza. En ese momento entra en el bar una estampida de rubicundos turistas gritando algo parecido a Sangría, Please!!! Arrasan con las sillas, se suben a las mesas, se zarandean, se pegan entre ellos y de pronto se van dejando a uno muerto; se ha desnucado al caer de la mesa.
El dueño del bar, que ha contemplado toda la escena con la mano apoyada en el tirador, deja escapar un suspiro, empuña una escoba y barre el cadáver hacia la calle. Luego se queda pensativo como intentando recordar qué se proponía hacer.
 -La cerveza –…  susurra Lúpulo.
 El dueño vuelve a ponerse tras la barra. Llena con eficacia una jarra, la deja sobre un charco de cerveza,  y como en una película a cámara lenta la jarra se vuelca sobre el fregadero.
“Esto ya es demasiado”, piensa Lúpulo. “Tendría que irme o decir algo pero cuando topo con la mirada amorfa del dueño me quedo mudo, a saber porque.”
¡Por fin! El dueño le sirve su cerveza. Lúpulo se la bebe en dos tragos. Cuando deposita la jarra sobre la madera un espasmo de aire turbio le cosquillea la garganta. Deja suspendida la mirada sobre una bandeja de salchichas, cilindros cartilaginosos que nadan en un mar caliente y triste. Le viene una arcada y el dueño le dice:
 -Son tres con cincuenta –y Lúpulo estalla.
 - ¡Para cobrar sí que te das prisa, cabr… Broaajjsss…!!!
Lúpulo no termina su frase. Vomita ruidosamente sobre la camisa del dueño del Bar Kokó.

¡ESTA PELÍCULA ES LA CAÑA!

 Lo que hacemos en las sombras (2014) es una comedia de culto neozelandesa. Un falso documental sobre unos vampiros que comparten piso. Tienen que enfrentarse a problemas cotidianos como las tareas domésticas y no poder entrar en algunos locales nocturnos por no estar en la lista ya que los vampiros sólo pueden acceder a sitios donde han sido invitados. Divertidísima, pero en nuestro país ha tenido muy mala distribución. No se la pierdan este próximo mes en que estará disponible en DVD.




martes, 18 de agosto de 2015

ODORAMA: PELÍCULAS QUE HUELEN

Yo fui uno de los espectadores de la primera –y única- película que se proyectó en España con el sistema Odorama. Te entregaban una tarjeta que liberaba olores al rascarla con un punzón. Eso fue en el verano de 1983, en el ya desaparecido Cine Fantasio de Barcelona. La película  presentada era Polyester (1981) de John Waters.
 Anteriormente sólo se había rodado un largometraje con esta técnica: Scent of Mystery (Aroma de misterio, 1960), primer film donde el olor sirve para descubrir al público partes de la trama, por ejemplo un personaje es fácilmente identificable por el olor de una pipa de tabaco.
Un novelista de misterio, interpretado por Denholm Elliott, descubre un plan para asesinar a una heredera estadounidense interpretada por Elizabeth Taylor durante sus vacaciones en España (la película fue rodada en Málaga). Elliot pide ayuda a un taxista  interpretado por Peter Lorre, con el fin de frustrar el crimen.
Algunas escenas fueron diseñadas para resaltar las capacidades del Smell-O-Vision como se llamó en Estados Unidos. Por ejemplo, unos barriles de vino caían de un vagón y al romperse el aroma de uva se esparcía por la sala mediante unos ventiladores.
 Sin embargo el sistema fracasó, pues además de problemas de sincronización algunos olores no se percibían lo suficiente y los espectadores hacían tanto ruido al aspirar que impedían seguir adecuadamente la trama. Aroma de misterio se reestrenó sin olores y con el título Holidays in Spain. Lo curioso es que entonces se ganó el status de película de culto, de una desconcertante atmosfera casi surrealista, ya que no había ninguna razón para que, por ejemplo, una barra de pan al ser sacada del horno se acerque hacia la cámara en un tiempo desmesuradamente largo.

Volvamos al estreno barcelonés de Polyester. Los protagonistas son Divine, en el papel de una obesa y sufridora ama de casa y Tab Hunter, el galán más prometedor de los años 50 cuya carrera se truncó al hacerse notoria su homosexualidad. En la taquilla del Fantasio (donde por cierto se estrenó la primera película sonora en Barcelona, la primera en cinemascope y la primera en 3-D) te entregaban una tarjeta con puntos numerados, cuando un número parpadeaba  en la pantalla teníamos que perforar el correspondiente con un punzón de plástico y olfatear.
 Guardé la tarjeta bastantes años y estos eran los olores: 1. Rosas, 2. Pedos (no olvidemos que era una película de John Waters), 3. Pegamento, 4. Pizza, 5. Gasolina, 6.Quemado, 7. Gas , 8. Tapicería de coche, 9. Cuero y 10. Ambientador.
Los espectadores salieron bastante decepcionados. Recuerdo que el aroma mejor conseguido era el de gasolina, en la escena en que Divine escupe el combustible de un vaso que había confundido con  whisky.

Pero el Odorama vuelve, Robert Rodriguez  anuncia el estreno de Spy Kids-5 en Aroma-Scope, un nuevo sistema digitalizado que se encargará de que los espectadores perciban olores en determinados momentos de la película.
JUSTO DESPUÉS DE LA GUERRA DE LOS OBJETOS
Relato inspirado en la rebelión de objetos que tengo en casa. En una semana me han dejado de funcionar la impresora, la lavadora y la nevera.
Será mejor que vaya al grano: soy el profesor Sibelius y he estado investigando los misteriosos fenómenos que han desembocado en una conjura de los objetos que nos rodean. Al principio la cosa no parecía grave, los zapatos se desabrochaban solos provocando caídas y cosas así, pero pronto los coches se negaban a funcionar y los grifos, tapas y envases a cerrar, dejando escapar toda clase de fluidos. Los tambores de las lavadoras se convirtieron en cepos que te atrapaban al introducir la mano para recoger las prendas. Las colas industriales dejaron de pegar provocando que los muebles se desplomaran con estrépito,  luego se sumaron las vigas y los andamios volviéndose fláccidos con el inevitable hundimiento de casas y edificios.
Desolación. Los aeropuertos desiertos, las estaciones vacías y las carreteras repletas de vehículos inmóviles por doquier.
 En medio de tal hecatombe, cuando todos los ordenadores y hasta lápices de todo el país (y quién sabe si del extranjero) han quedado inútiles  y sin posibilidad de transmitir oralmente mi informe pues no funciona ningún canal de comunicación, me trasladé a un refugio de montaña con mi fiel y robusta portátil Olivetti (No sé el motivo pero las máquinas de escribir funcionan) y mi no menos fiel secretaria Purines, de hermosas piernas y buena presencia; si no fuese por el labio leporino sería clavadita a Monica Bellucci.
Pero mejor me dejó de frivolidades. Escribo: la solución para esta inaudita rebelión de los objetos cotidianos consiste en una inversión en el campKKK…  Mierda. Noto que algunas teclas de mi Olivetti se endurecen como piedras mientras otras se tuercen o se doblan mansamente sobre el armazón. El timbre suena como enloquecido y no puedo controlar el tabulador.
¡Malditas teclas! W13kgluu No tendré tiempo ni de qq%6mzz ¡!! @hxññ&oooo Por lo menos aún me queda la secretarwzy€º  yyutubb??! rKjeee^^^^

viernes, 7 de agosto de 2015

UNO PICA, OTRO CAVA (RELATO)

El atento oído del profesor Dinamo –especialista en lenguas eslavas ya jubilado- capta ruido de tallos y hojas cortadas, un golpe seco de pico golpeando la tierra y voces. Dinamo reconoce el idioma. “Es polaco, sin duda”. Por la ventana ve a dos hombres excavando frente a su casa. Uno pica, el otro cava. Sale al jardín y les saluda.
 -Czesc! (Hola) –Los dos hombres agitan los hombros como despertándose de un sueño,  se les ve contentos al oír su lengua en tierra extraña. Dinamo prosigue en polaco -: ¿Están haciendo una piscina? ¿Un parterre?
Los cavadores sonríen, parecen buscar una respuesta. “Ya verá, es una sorpresa”, dice uno apartando un grueso terrón erizado de raíces. Le guiña un ojo cómplice al profesor y éste piensa: “Son simpáticos”.
Dinamo entra en casa. Es un día de calor feroz, el sol parece golpear la tierra levantando ondas de líneas negras. Dinamo compadece a los sudorosos cavadores. Abre la nevera y comprueba que hay botellines de cerveza.
 Una hora después el profesor supone que los polacos han terminado su trabajo. Han clavado sus azadas en vertical sobre el suelo y echan atrás sus brazos para desentumecerlos mientras contemplan el agujero. Dinamo asoma por la puerta y los invita a tomar unas cervezas. Los cavadores aceptan encantados, cuando entran el olor a sudor y tierra removida toma una presencia casi sólida.
Se presentan: “Roman,  Andrzej”. Charlan animadamente con los botellines en la mano. Andrzej saca una botella de vodka de una mochila, lo toman a la manera polaca, acompañado de zumo de manzana.  Roman se sitúa a la espalda del profesor y le toma las medidas con una cinta métrica. “Niech” (Vamos) dice Andrzej apurando un vaso de vodka.
Salen al jardín y se dirigen hacia la fosa. Andrzej mira con curiosidad al profesor.
 -¿De verdad no sabía usted que estaba muerto, señor?
Dinamo medita un momento y sonríe con suavidad.
 -A mi edad se le olvidan a uno las cosas -… responde con un poso de ironía y se acomoda en el foso.
Roman llena su pala y la balancea hacia atrás. Ésta se adelanta curvada como un péndulo. Cuando la tierra cae hace: ¡plaf!
 Roman y Andrzej terminan de dar sepultura al profesor. Lo despiden a la manera polaca: toman un trago de vodka a su salud, derraman un poco de licor sobre la tumba y rezan una breve plegaria.

Por este orden.
FIN.

Bueno, mis ensaimadas y yo ya hemos vuelto de Mallorca. Me encanta el mensaje positivo de las bolsas para el mareo de los aviones.
Es hora de ponerse las pilas pero el calor no afloja... un buen momento para revisar este vídeo:

martes, 28 de julio de 2015

EL SABLE DE CHRISTOPHER LEE Y UN PAR DE CHORRADILLAS

¿A quién no le gustaría ser atendido por un barman como este?

Cantante de ópera, ex agente del servicio secreto… el recientemente fallecido Christopher Lee era muy polifacético, también era un excelente espadachín y lo demostró en varios filmes:
EL HIDALGO DE LOS MARES (1951)
¡Señor Peck, así no se maneja un florete!

Lee realizó una audición para el célebre director Raoul Walsh quien sólo le hizo dos preguntas que el actor respondió afirmativamente: “¿Habla español?” y “¿Sabe manejar una espada?”.
El protagonista, Gregory Peck, no había empuñado un sable en su vida. El cameo de Lee que aparece gritando en español “¡Los ingleses nos atacan!” no puede apreciarse correctamente pues la imagen fue oscurecida con noche artificial precisamente para disimular la escasa pericia de Peck con la espada.

 Algo más importante fue la interpretación de Lee en EL TEMIBLE BURLÓN (1952) –foto de la izquierda- dirigido por Robert Siodmack, aquí de figurante sin acreditar, luciendo vistosas casacas y manejando el florete contra el Capitán Vallo (Burt Lancaster). Lee no guardó un buen recuerdo del rodaje: “Lancaster era muy engreído y no aceptó bien mis consejos sobre lucha con espada; se creó un ambiente muy tenso…”
EL VENGADOR NEGRO (1954)
Aquí se produjo el famoso incidente durante un duelo fictício entre Errol Flynn y Christopher Lee en el que el australiano por poco cercena un dedo de la mano derecha del inglés. Flynn no sólo no pidió disculpas a Lee, además se mofó de la abundante sangre que corría por su muñeca. Lee se encendió y de una certera estocada cortó media peluca que llevaba el personaje de Flynn. Éste, ofendido, se encerró en su camerino. Lee salvó el dedo por muy poco.
LA PRINCESA DE ÉBOLY (1955)

 Lee viaja a España para rodar esta gafe producción con Terence Young en la que encarna al Capitán de la Guardia de Felipe II. En una escena Gilbert Roland y Lee dirimen sus diferencias a caballo, Roland embiste la armadura de Lee con demasiada fuerza y el inglés sufre una dolorosa caída. Mientras el equipo se encuentra en Segovia, el magullado Lee no puede conciliar el sueño y su compañera Olivia de Havilland –famosa por sus bromas pesadas- le ofrece una pastilla para dormir que resulta ser un supositorio con muy mal sabor. Encima, la escena del combate con Roland es suprimida del metraje.
Más adelante, Lee decide pasarse a las nuevas tecnologías y esgrime una espada láser.

 RESETEANDO
Eva decidió comerese ella solita la manzana e ir a su propio paraíso, eso no le gustó a Dios y éste oprimió el botón de reset: las cosas se volvieron más complicadas; aunque también quizás más divertidas.
PIENSA

Le invitaron a pensar pero él respondió:
 - No quiero causar molestias, ya pensaré en casa.
Me he ido unos días a Mallorca pero no perdemos el contacto. ¡Borgo no cierra en agosto!
Por cierto que durante el vuelo Barcelona-Palma entramos en un bucle espacio-tiempo. Todos los pasajeros llevaban sus octogonales cajas de ensaimadas en lugar de portarlas en el vuelo Palma-Barcelona que sería lo habitual. Por cierto, estaban igual de buenas.

miércoles, 15 de julio de 2015

RUBIA DE BOTE (Relato y alguna chorradilla)

Haciendo la colada, Ámbar acaba de descubrir un pelo rubio en una camisa de Feldespato, su marido. Piensa:
“Bueno, ¿y qué?” –piensa-. “Ese pelo podría haber ido a parar aquí de muchas maneras, quizás en el autobús que Felde toma para ir al trabajo… un pelo es mucho menos delator que una mancha de carmín.”
 Pero el color del pelo le ha dado una idea: “¿Y si me tiñera de rubio?” Un cambio de imagen podría ser un modo de atraer la atención de Felde. Últimamente su relación se basa en reproches por cualquier cosa y  besos mortecinos cuando se marcha a la oficina.
La tarde del día siguiente Aguamarina, su peluquera y rubia natural, le aplica el tinte a Ámbar mientras le cuenta su teoría: “Los cabellos rubios y los morenos son los dos polos del comportamiento. Los cabellos morenos representan virilidad, mientras que los rubios simbolizan la femineidad. Por eso, una rubia es doblemente mujer. Fíjate que las princesas de los cuentos siempre son rubias.”
Dos horas después,  Ámbar sale de la peluquería con una nueva imagen. El tráfico de la avenida está atrapado en una fantasía demencial de ruido y movimiento incontrolado pero ella solo piensa en la amarilla luz del sol y como ésta favorece a las rubias haciendo relucir su pelo reflejando desde el interior rincones opacos.
 Comprueba satisfecha su dorado reflejo en los escaparates y se dedica una sonrisa de cien vatios. Se siente estupenda, como si estuviera repleta de miel y hierbas aromáticas. De pronto advierte una  furtiva mirada de lince. Son sus vecinos, la hortera presumida de Amanita –por cierto también rubia de bote- y el simplón de Topacio, su marido. Ámbar les dedica una fugaz sonrisa a modo de saludo y apresura el paso; quiere llegar a casa antes de que Felde vuelva del trabajo. Sus pies se desplazan ágiles en sus sandalias de tiras a las que ha añadido un atractivo toque bermellón en las uñas.
Cuando Ámbar llega a su piso prepara la puesta en escena. Se ha puesto un conjunto de lencería color coral –en la tienda le dijeron que era el color ideal para las rubias- y se sienta  en una silla de mimbre de espaldas a la ventana. Ya ha pensado en el efecto que produce: los últimos rayos de sol iluminan su cabello dorado dejando su cara en penumbra; así destaca más.  La estancia se llena de un aire expectante, como de noche de estreno.
El sol ya se desvanece. Tintineo de llaves. Ámbar contiene la respiración mientras oye los pasos que se aproximan. Feldespato se detiene en seco al llegar al salón. Abre los ojos con incredulidad. Grita:

 -¡Joder, Amanita! ¡Ya te dije que no volvieras a venir aquí!!! 

UN MECHERO SODOMIZADO
Alucinado me he quedado al ver este anuncio de los años 70.