Aquí buscando la Puerta de Brandemburgo hasta que alguien me indicó que la tenía detrás.
Viaje relámpago a Berlín, cerquita de la Alexanderplatz, donde antes se encontraba el Sector Este.
EL CURRYWURST
El muro se derrumbó hace 26 años, pero Berlín Este nos dejó como herencia su comida rápida: el CurryWurst. Se ven pocos Mac Donalds por aquí pues todos prefieren los puestos de comida turca (los hay a miles) o el CurryWurst que se prepara así:
Cocer salchichas en agua hirviendo (Aquí las salchichas nunca las fríen, se cuecen) escurrirlas, condimentar con catsup y espolvorear con curry. Ya está, posiblemente la receta más sencilla que he puesto en este blog.
¿A que es bonito este cartel vintage de una marca de salchichas? A mí me parece que tiene un mensaje oculto pero no hagan mucho caso de mi retorcida mente.
Es complicado orientarse por las calles de Berlín pues tienen un caprichoso sistema de números tipo bucle. Me las vi canutas para encontrar la célebre cervecería Eschenbräu Biergarten.
El más famoso personaje berlinés: el Ampelmann (Hombre semáforo) un ícono presente en todos los semáforos del Sector Oriental. Su silueta verde indica a los peatones cuando tienen que cruzar.
Me encontré con mi amigo Joan -que vive en la ciudad desde hace un par de años- en un cafetín de Oraniemburger, el delicioso barrio judío de Berlín. Como él está casi tan loco como yo nos retamos al juego de recitar frases de películas de ambiente germánico.
-¡Camarero! -dije-, ¡Vodka, caviar! Herr Obermeinster! ¡Más Rock and Roll!!!
-Akim Tamiroff en "Uno, dos, tres" de Billy Wilder - dijo Joan-. Tendrás que esforzarte más, Miqui (mis excompañeros de instituto me llaman así) Me toca: "Ni un solo cuchillo... curiosa forma de poner la mesa."
-Helmut Berger en "Luis II de Baviera, el rey loco". A ver si aciertas con esa...
Joan me ganó, como siempre, y me tocó pagar los schnaps (aguardientes) Empezó a llover. Berlín es una ciudad a la que le sienta bien la lluvia. Sonaba una canción de Nina Hagen titulada muy apropiadamente Berlin. Allí mismo me puse a bocetar este dibujo. Fue un momento de electricidad en el aire y destellos plateados sobre la mesa repleta de copas y botellines de cerveza.
Y MÁS COSAS...
EXCLUSIVA: llegada de Christopher Lee al Paraíso donde fue agasajado por una multitud de fans.
¡VUELVE BLOFELD!
Mi segundo villano favorito de la saga James Bond (El primero, por supuesto, es el Scaramanga de Christopher Lee) reaparece en noviembre para la próxima película de 007: Spectre. El austríaco Christoph Waltz encarna al villano recordado sobre todo por las interpretaciones de Donald Pleasence en Sólo se vive dos veces (1964) y la popular parodia de Mike Myers, el Doctor Maligno que instiga a Austin Powers.
lunes, 21 de septiembre de 2015
lunes, 7 de septiembre de 2015
¿ALGUIEN RECUERDA EL SENSURROUND?
Recientemente he compartido mis recuerdos acerca del invento
del Odorama. Hoy vuelvo a tener el día en plan abuelo Cebolleta y voy a hablar
del Sensurround, que causó sensación en
los cines de los últimos años setenta.
El Sensurround fue una experiencia de audio ideada por los
Estudios Universal en 1974. Emitía sonidos a muy baja frecuencia, inaudibles
para el oído humano pero que se
percibían mediante vibraciones que hacían temblar la butaca. Desarrollado
especialmente para la película Terremoto (Earthquake, 1974) también lo
emplearon en La batalla de Midway (1976) Montaña rusa (1978) y Galáctica (1979)
aunque ésta última no se estrenó en España con ese sistema.
Por entonces estaba muy en boga el cine catastrofista. Un
subgénero que repetía siempre el mismo esquema: un reparto plagado de grandes
estrellas en apuros, atrapados en un barco volcado (La aventura del Poseidón, 1972)
en un edificio incendiado (El coloso en llamas, 1974) o en un avión sumergido
en el océano (Aeropuerto 1977)
TERREMOTO
Cumplía con todas estas expectativas, Charlton
Heston y Ava Gardner eran los protagonistas arropados por viejas glorias (Lloyd
Nolan, Barry Sullivan) y los televisivos Lorne Greene, Richard Rountree y
Victoria Principal, la Pamela de la serie Dallas. También aparecía Walter
Matthau en un cameo de borrachín y figurando en el reparto con su verdadero
nombre: John Mattow.
Recuerdo el estreno de Terremoto en el cine Bosque en
Barcelona (Un amigo de mi padre trabajaba en la distribuidora Balañá y a veces
nos daba entradas) en el otoño del 75. En la platea había algunos espectadores
con el transistor en la oreja para escuchar el último PMO (Parte Médico
Oficial) sobre la agonía de Franco. A los 45 minutos del inicio presenciamos el
terremoto mientras los potentes bafles distribuidos por la sala amplificaban el
sonido haciendo vibrar el suelo y las butacas produciendo la sensación de estar
envueltos en un seísmo, hasta cayeron algunas partículas de yeso del techo
aumentando el realismo de la escena.
Earthquake fue un gran éxito de taquilla, aunque lo superó su competidora El coloso en
llamas. Curiosamente sus estrellas Paul Newman y Steve MacQuenn eran los
inicialmente previstos para protagonizar Terremoto.
LA BATALLA DE MIDWAY
El siguiente estreno en Sensurround fue esta película que
recreaba la decisiva batalla naval que terminó con el dominio japonés en el
Pacífico. Charlton Heston, de nuevo, compartía protagonismo con un actor habitual
en estas producciones, Toshiro Mifune (Almirante Yamamoto) y un reparto plagado
de estrellas –Robert Mitchum, Henry Fonda, James Coburn, Glenn Ford-…
encantadas por aparecer unos minutos en pantalla cobrando grandes sumas de
dinero.
El Sensurround se dedicaba a estremecer la platea con el
estallido de las bombas consiguiendo un gran efecto en escenas como la del
ataque de los aviones kamikaze contra el portaviones Yorktown. La anécdota: un
espectador demandó a la empresa Balañá alegando que el Sensurround le produjo
hemorragias nasales.
MONTAÑA RUSA
Estrenada cuando el cine catastrofista ya estaba de capa caída.
Richard Widmark,Henry Fonda Susan
Strasberg (estos dos últimos a penas con 5 frases en toda la película)
encabezaban el reparto junto a unos debutantes Holly Hunt y Tom Selleck.
Montaña rusa –aquí el Sensurround reproducía el traqueteo de las vagonetas- pinchó
en taquilla por lo arquetípico de su guión (Un parque de atracciones saboteado
por un psicópata Timothy Bottoms, lo mejor de la película) y por ofrecer menos
espectacularidad de la que prometía su cartel.
El Sensurround pasó a la historia por lo caro del alquiler
del sistema y por motivos de seguridad. Durante una proyección de Montaña rusa
en el famoso Teatro Chino de los Ángeles las vibraciones desprendieron adornos
del techo hiriendo a algunos espectadores.
Cuando emitan una película proyectada originalmente con
Sensurround recomiendo verla sentado sobre la lavadora y poner el centrifugado en
las escenas clave. Echando imaginación uno se siente como en una platea de los
setenta.
Y MÁS COSAS...
Exposición en El Café del Sol ( Plaça del Sol, 16. Barcelona) que conmemora el centenario de Frank Sinatra organizada por Marcos Callau del imprescindible blog El tiempo detenido. Yo presento este dibujo (The Old Blue Eyes). Es un local muy agradable, con buena música, y exponen los cuadros hasta el 8 de octubre.
VUELTA AL TAJO
Ha llegado septiembre. Vuelta a la rutina laboral. Los silenciosos obreros de Metropolis van al trabajo con la inquietante música de la Penguin Cafe Orchestra.El nombre del grupo se le ocurrió a su lider Simon Jeffries
tras ingerir pescado en mal estado, tuvo fiebre y alucinaciones y una noche se
despertó gritando: "Bienvenido al Café Pinguino. Te diré cosas al
azar".
AVISO: Me gustan los chistes cortos y algo tontos
jueves, 27 de agosto de 2015
¿PORQUÉ LOS BARES CHUNGOS SON LOS ÚNICOS QUE NO CIERRAN EN AGOSTO? (Relato)
Malta Lúpulo tiene mucha sed y ninguna cerveza en la nevera,
así que sale al aire sofocante de ciudad, lleno de olores desagradables y
música tribal.
Su local favorito –el Bar Bitúrico- cierra en agosto, y el
único que encuentra abierto por los alrededores es uno que hasta ahora había
evitado por su nombre de payaso de un circo cutre: Bar Kokó. El nombre de los
bares es importante para Lúpulo. Entra en el bar desierto. El dueño, apoyado
sobre el mostrador con un brazo formando una L, tiene el aspecto enfermizo de
alguien que acaba de viajar 100.000 años luz por el espacio en clase turista.
-Hola. Una cerveza,
por favor – dice Lúpulo. Despacio, muy despacio, el dueño alza la cabeza y
emite un gruñido poco alentador.
“Qué sed”, piensa Lúpulo sentándose en un taburete frente a
la barra sintiendo el cosquilleo de las cansadas piernas.
El dueño coge una jarra, le pasa un trapito con parsimonia y
la coloca bajo el surtidor, pero al bajar el pedal se oye un quejumbroso
sonido.
-Se ha terminado el
barril. Voy a buscar otro al almacén.
-Da igual –se
apresura Lúpulo-, tomaré una mediana.
-No están frías, la
nevera no funciona bien.
El dueño desaparece por una puerta. La sed sume a Lúpulo en un
estado de ánimo apagado y somnoliento. El dueño tarda. Lúpulo pasea la mirada
por el local, por cada ladrillo, cada trozo de pintura descascarillada, los
apliques de hierro, la barra pegajosa de cerveza en la que apoya los codos. Al
fin reaparece el dueño resoplando con un barril de 20 litros. Agarra el
manguito del surtidor y lo ajusta a la válvula del barril. Echa unas tiradas de
espuma en un gran vaso hasta que empieza a salir cerveza. En ese momento entra
en el bar una estampida de rubicundos turistas gritando algo parecido a
Sangría, Please!!! Arrasan con las sillas, se suben a las mesas, se zarandean,
se pegan entre ellos y de pronto se van dejando a uno muerto; se ha desnucado
al caer de la mesa.
El dueño del bar, que ha contemplado toda la escena con la
mano apoyada en el tirador, deja escapar un suspiro, empuña una escoba y barre
el cadáver hacia la calle. Luego se queda pensativo como intentando recordar
qué se proponía hacer.
-La cerveza –… susurra Lúpulo.
El dueño vuelve a ponerse tras la barra. Llena con eficacia una
jarra, la deja sobre un charco de cerveza,
y como en una película a cámara lenta la jarra se vuelca sobre el
fregadero.
“Esto ya es demasiado”, piensa Lúpulo. “Tendría que irme o
decir algo pero cuando topo con la mirada amorfa del dueño me quedo mudo, a
saber porque.”
¡Por fin! El dueño le sirve su cerveza. Lúpulo se la bebe en
dos tragos. Cuando deposita la jarra sobre la madera un espasmo de aire turbio
le cosquillea la garganta. Deja suspendida la mirada sobre una bandeja de
salchichas, cilindros cartilaginosos que nadan en un mar caliente y triste. Le
viene una arcada y el dueño le dice:
-Son tres con
cincuenta –y Lúpulo estalla.
- ¡Para cobrar sí que
te das prisa, cabr… Broaajjsss…!!!
Lúpulo no termina su frase. Vomita ruidosamente sobre la
camisa del dueño del Bar Kokó.
¡ESTA PELÍCULA ES LA CAÑA!
martes, 18 de agosto de 2015
ODORAMA: PELÍCULAS QUE HUELEN
Yo fui uno de los espectadores de la primera –y única-
película que se proyectó en España con el sistema Odorama. Te entregaban una
tarjeta que liberaba olores al rascarla con un punzón. Eso fue en el verano de
1983, en el ya desaparecido Cine Fantasio de Barcelona. La película presentada era Polyester (1981) de John
Waters.
Anteriormente sólo se había rodado un largometraje con esta técnica: Scent of
Mystery (Aroma de misterio, 1960), primer film donde el olor sirve para
descubrir al público partes de la trama, por ejemplo un personaje es fácilmente
identificable por el olor de una pipa de tabaco.
Un novelista de misterio, interpretado por Denholm Elliott,
descubre un plan para asesinar a una heredera estadounidense interpretada por
Elizabeth Taylor durante sus vacaciones en España (la
película fue rodada en Málaga). Elliot pide ayuda a un taxista interpretado por Peter Lorre, con el fin de
frustrar el crimen.
Algunas escenas fueron diseñadas para resaltar las
capacidades del Smell-O-Vision como se llamó en Estados Unidos. Por ejemplo,
unos barriles de vino caían de un vagón y al romperse el aroma de uva se
esparcía por la sala mediante unos ventiladores.
Sin embargo el sistema fracasó, pues además de problemas de
sincronización algunos olores no se percibían lo suficiente y los espectadores
hacían tanto ruido al aspirar que impedían seguir adecuadamente la trama. Aroma
de misterio se reestrenó sin olores y con el título Holidays in Spain. Lo
curioso es que entonces se ganó el status de película de culto, de una
desconcertante atmosfera casi surrealista, ya que no había ninguna razón para
que, por ejemplo, una barra de pan al ser sacada del horno se acerque hacia la
cámara en un tiempo desmesuradamente largo.
Volvamos al estreno barcelonés de Polyester. Los
protagonistas son Divine, en el papel de una obesa y sufridora ama de casa y
Tab Hunter, el galán más prometedor de los años 50 cuya carrera se truncó al
hacerse notoria su homosexualidad. En la taquilla del Fantasio (donde por
cierto se estrenó la primera película sonora en Barcelona, la primera en
cinemascope y la primera en 3-D) te entregaban una tarjeta con puntos
numerados, cuando un número parpadeaba
en la pantalla teníamos que perforar el correspondiente con un punzón de
plástico y olfatear.
Guardé la tarjeta bastantes años y estos eran los olores: 1.
Rosas, 2. Pedos (no olvidemos que era una película de John Waters), 3. Pegamento,
4. Pizza, 5. Gasolina, 6.Quemado, 7. Gas , 8. Tapicería de coche, 9. Cuero y
10. Ambientador.
Los espectadores salieron bastante decepcionados. Recuerdo
que el aroma mejor conseguido era el de gasolina, en la escena en que Divine
escupe el combustible de un vaso que había confundido con whisky.
Pero el Odorama vuelve, Robert Rodriguez anuncia el estreno de Spy Kids-5 en
Aroma-Scope, un nuevo sistema digitalizado que se encargará de que los
espectadores perciban olores en determinados momentos de la película.
JUSTO DESPUÉS DE LA GUERRA DE LOS OBJETOS
Relato inspirado en la rebelión de objetos que tengo en casa. En una semana me han dejado de funcionar la impresora, la lavadora y la nevera.
Será mejor que vaya al grano: soy el profesor Sibelius y he
estado investigando los misteriosos fenómenos que han desembocado en una
conjura de los objetos que nos rodean. Al principio la cosa no parecía grave,
los zapatos se desabrochaban solos provocando caídas y cosas así, pero pronto
los coches se negaban a funcionar y los grifos, tapas y envases a cerrar, dejando
escapar toda clase de fluidos. Los tambores de las lavadoras se convirtieron en
cepos que te atrapaban al introducir la mano para recoger las prendas. Las colas
industriales dejaron de pegar provocando que los muebles se desplomaran con
estrépito, luego se sumaron las vigas y
los andamios volviéndose fláccidos con el inevitable hundimiento de casas y
edificios.
Desolación. Los aeropuertos desiertos, las estaciones vacías
y las carreteras repletas de vehículos inmóviles por doquier.
En medio de tal hecatombe, cuando todos los ordenadores y
hasta lápices de todo el país (y quién sabe si del extranjero) han quedado
inútiles y sin posibilidad de transmitir
oralmente mi informe pues no funciona ningún canal de comunicación, me trasladé
a un refugio de montaña con mi fiel y robusta portátil Olivetti (No sé el
motivo pero las máquinas de escribir funcionan) y mi no menos fiel secretaria Purines,
de hermosas piernas y buena presencia; si no fuese por el labio leporino sería
clavadita a Monica Bellucci.
Pero mejor me dejó de frivolidades. Escribo: la solución
para esta inaudita rebelión de los objetos cotidianos consiste en una inversión
en el campKKK… Mierda. Noto que algunas
teclas de mi Olivetti se endurecen como piedras mientras otras se tuercen o se
doblan mansamente sobre el armazón. El timbre suena como enloquecido y no puedo controlar el tabulador.
¡Malditas teclas! W13kgluu No tendré tiempo ni de qq%6mzz
¡!! @hxññ&oooo Por lo menos aún me queda la secretarwzy€º yyutubb??! rKjeee^^^^
viernes, 7 de agosto de 2015
UNO PICA, OTRO CAVA (RELATO)
El atento oído del profesor Dinamo –especialista en lenguas
eslavas ya jubilado- capta ruido de tallos y hojas cortadas, un golpe seco de
pico golpeando la tierra y voces. Dinamo reconoce el idioma. “Es polaco, sin
duda”. Por la ventana ve a dos hombres excavando frente a su casa. Uno pica, el
otro cava. Sale al jardín y les saluda.
-Czesc! (Hola) –Los
dos hombres agitan los hombros como despertándose de un sueño, se les ve contentos al oír su lengua en tierra
extraña. Dinamo prosigue en polaco -: ¿Están haciendo una piscina? ¿Un
parterre?
Los cavadores sonríen, parecen buscar una respuesta. “Ya
verá, es una sorpresa”, dice uno apartando un grueso terrón erizado de raíces.
Le guiña un ojo cómplice al profesor y éste piensa: “Son simpáticos”.
Dinamo entra en casa. Es un día de calor feroz, el sol
parece golpear la tierra levantando ondas de líneas negras. Dinamo compadece a
los sudorosos cavadores. Abre la nevera y comprueba que hay botellines de
cerveza.
Una hora después el profesor supone que los polacos han
terminado su trabajo. Han clavado sus azadas en vertical sobre el suelo y echan
atrás sus brazos para desentumecerlos mientras contemplan el agujero. Dinamo
asoma por la puerta y los invita a tomar unas cervezas. Los cavadores aceptan
encantados, cuando entran el olor a sudor y tierra removida toma una presencia
casi sólida.
Se presentan: “Roman, Andrzej”. Charlan animadamente con los
botellines en la mano. Andrzej saca una botella de vodka de una mochila, lo
toman a la manera polaca, acompañado de zumo de manzana. Roman se sitúa a la espalda del profesor y le
toma las medidas con una cinta métrica. “Niech” (Vamos) dice Andrzej apurando
un vaso de vodka.
Salen al jardín y se dirigen hacia la fosa. Andrzej mira con
curiosidad al profesor.
-¿De verdad no sabía
usted que estaba muerto, señor?
Dinamo medita un momento y sonríe con suavidad.
-A mi edad se le
olvidan a uno las cosas -… responde con un poso de ironía y se acomoda en el
foso.
Roman llena su pala y la balancea hacia atrás. Ésta se
adelanta curvada como un péndulo. Cuando la tierra cae hace: ¡plaf!
Roman y Andrzej
terminan de dar sepultura al profesor. Lo despiden a la manera polaca: toman un
trago de vodka a su salud, derraman un poco de licor sobre la tumba y rezan una
breve plegaria.
Por este orden.
FIN.
Bueno, mis ensaimadas y yo ya hemos vuelto de Mallorca. Me encanta el mensaje positivo de las bolsas para el mareo de los aviones.
Es hora de ponerse las pilas pero el calor no afloja... un buen momento para revisar este vídeo:
martes, 28 de julio de 2015
EL SABLE DE CHRISTOPHER LEE Y UN PAR DE CHORRADILLAS
¿A quién no le gustaría ser atendido por un barman como
este?
Cantante de ópera, ex agente del servicio secreto… el
recientemente fallecido Christopher Lee era muy polifacético, también era un
excelente espadachín y lo demostró en varios filmes:
EL HIDALGO DE LOS MARES (1951)
¡Señor Peck, así no se maneja un florete!
Lee realizó una audición para el célebre director Raoul
Walsh quien sólo le hizo dos preguntas que el actor respondió afirmativamente:
“¿Habla español?” y “¿Sabe manejar una espada?”.
El protagonista, Gregory Peck, no había empuñado un sable en
su vida. El cameo de Lee que aparece gritando en español “¡Los ingleses nos
atacan!” no puede apreciarse correctamente pues la imagen fue oscurecida con noche artificial precisamente para
disimular la escasa pericia de Peck con la espada.
Algo más importante fue la interpretación de Lee en EL TEMIBLE BURLÓN (1952) –foto de la izquierda- dirigido por Robert Siodmack, aquí de figurante sin acreditar,
luciendo vistosas casacas y manejando el florete contra el Capitán Vallo (Burt
Lancaster). Lee no guardó un buen recuerdo del rodaje: “Lancaster era muy
engreído y no aceptó bien mis consejos sobre lucha con espada; se creó un
ambiente muy tenso…”
EL VENGADOR NEGRO (1954)
Aquí se produjo el famoso incidente durante un duelo fictício entre
Errol Flynn y Christopher Lee en el que el australiano por poco cercena un dedo de la
mano derecha del inglés. Flynn no sólo no pidió disculpas a Lee,
además se mofó de la abundante sangre que corría por su muñeca. Lee se encendió y
de una certera estocada cortó media peluca que llevaba el personaje de Flynn.
Éste, ofendido, se encerró en su camerino. Lee salvó el dedo por muy poco.
LA PRINCESA DE ÉBOLY (1955)
Lee viaja a España para rodar esta gafe producción con
Terence Young en la que encarna al Capitán de la Guardia de Felipe II. En una
escena Gilbert Roland y Lee dirimen sus diferencias a caballo, Roland embiste la armadura de Lee con demasiada fuerza y el inglés sufre una dolorosa caída. Mientras el
equipo se encuentra en Segovia, el magullado Lee no puede conciliar el sueño y
su compañera Olivia de Havilland –famosa por sus bromas pesadas- le ofrece una
pastilla para dormir que resulta ser un supositorio con muy mal sabor. Encima,
la escena del combate con Roland es suprimida del metraje.
Más adelante, Lee decide pasarse a las nuevas tecnologías y
esgrime una espada láser.
Le invitaron a pensar pero él respondió:
- No quiero causar molestias, ya pensaré en casa.
Me he ido unos días a Mallorca pero no perdemos el contacto. ¡Borgo no cierra en agosto!
Por cierto que durante el vuelo Barcelona-Palma entramos en un bucle espacio-tiempo. Todos los pasajeros llevaban sus octogonales cajas de ensaimadas en lugar de portarlas en el vuelo Palma-Barcelona que sería lo habitual. Por cierto, estaban igual de buenas.
miércoles, 15 de julio de 2015
RUBIA DE BOTE (Relato y alguna chorradilla)
Haciendo la colada, Ámbar acaba de descubrir un pelo rubio
en una camisa de Feldespato, su marido. Piensa:
“Bueno, ¿y qué?” –piensa-. “Ese pelo podría haber ido a
parar aquí de muchas maneras, quizás en el autobús que Felde toma para ir al
trabajo… un pelo es mucho menos delator que una mancha de carmín.”
Pero el color del pelo le ha dado una idea: “¿Y si me tiñera
de rubio?” Un cambio de imagen podría ser un modo de atraer la atención de
Felde. Últimamente su relación se basa en reproches por cualquier cosa y besos mortecinos cuando se marcha a la
oficina.
La tarde del día siguiente Aguamarina, su peluquera y rubia
natural, le aplica el tinte a Ámbar mientras le cuenta su teoría: “Los cabellos
rubios y los morenos son los dos polos del comportamiento. Los cabellos morenos
representan virilidad, mientras que los rubios simbolizan la femineidad. Por
eso, una rubia es doblemente mujer. Fíjate que las princesas de los cuentos
siempre son rubias.”
Dos horas después, Ámbar
sale de la peluquería con una nueva imagen. El tráfico de la avenida está
atrapado en una fantasía demencial de ruido y movimiento incontrolado pero ella
solo piensa en la amarilla luz del sol y como ésta favorece a las rubias
haciendo relucir su pelo reflejando desde el interior rincones opacos.
Comprueba satisfecha su dorado reflejo en los escaparates y
se dedica una sonrisa de cien vatios. Se siente estupenda, como si estuviera
repleta de miel y hierbas aromáticas. De pronto advierte una furtiva mirada de lince. Son sus vecinos, la hortera
presumida de Amanita –por cierto también rubia de bote- y el simplón de Topacio,
su marido. Ámbar les dedica una fugaz sonrisa a modo de saludo y apresura el
paso; quiere llegar a casa antes de que Felde vuelva del trabajo. Sus pies se
desplazan ágiles en sus sandalias de tiras a las que ha añadido un atractivo
toque bermellón en las uñas.
Cuando Ámbar llega a su piso prepara la puesta en escena. Se
ha puesto un conjunto de lencería color coral –en la tienda le dijeron que era el
color ideal para las rubias- y se sienta
en una silla de mimbre de espaldas a la ventana. Ya ha pensado en el
efecto que produce: los últimos rayos de sol iluminan su cabello dorado dejando
su cara en penumbra; así destaca más. La
estancia se llena de un aire expectante, como de noche de estreno.
El sol ya se desvanece. Tintineo de llaves. Ámbar contiene
la respiración mientras oye los pasos que se aproximan. Feldespato se detiene
en seco al llegar al salón. Abre los ojos con incredulidad. Grita:
-¡Joder, Amanita! ¡Ya
te dije que no volvieras a venir aquí!!!
UN MECHERO SODOMIZADO
Alucinado me he quedado al ver este anuncio de los años 70.
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