LA BESTIA DE OMAHA
Heinrich Severloh (1923-2006) un soldado alemán que el 6 de junio de 1944 defendía el nido de ametralladoras 62 de la playa Omaha en Normandía. Era el mejor tirador de la unidad y su teniente –al que idolatraba- le ordenó resistir a toda costa y vaya si lo hizo: a las 5 de la mañana empezó a disparar y 9 horas y 12.000 cartuchos más tarde aún seguía disparando. Fue el primero en abrir fuego y el último en disparar. Su ametralladora se calentó tanto que la hierba a su alrededor quedó calcinada y mientras su arma se enfriaba seguía disparando con un fusil. De las 2.500 bajas americanas en la playa de Omaha se calcula que casi la mitad se deben a Severloh. Cuando los tanques llegaron a la playa comprendió que no podría hacerles frente, abandonó su posición y fue capturado unas horas más tarde.
En el campo de prisioneros proyectaron un noticiario en el que por primera vez oyó hablar de La bestia de Omaha como le bautizó la prensa americana. Naturalmente prefirió no revelar a nadie la identidad de aquel tirador.
Las pesadillas por lo vivido aquel 6 de junio le persiguieron durante años. Leyendo el libro de Cornelius Ryan El día más largo Severloh vio el nombre del soldado David Silva –por entonces sacerdote en Alemania- que fue herido en su sector, probablemente por el mismo Severloh. Se hicieron amigos y Silva le convenció de que quizás le ayudaría dar a conocer su historia. La foto recoge el emotivo encuentro de Silva y Severloh (izq. y dcha. respectivamente) en la playa de Normandía. Severloh concedió en 1977 una entrevista a un periodista de Der Spiegel revelando la identidad de La bestia de Omaha. El artículo conoció una gran repercusión y hasta se rodó un telefilme basado en aquel día de junio del 44 que nunca olvidaría Severloh.
EL PRIMERO EN VERLOS LLEGAR
El comandante alemán Werner Pluskat (1912-2002) fue el primer hombre de la Europa ocupada en divisar la invasión desde su bunker en Omaha, muy cerca de la posición de Severloh (En la foto, Hans Blech en la película El día más largo (1962) Gritó su célebre frase: "¡Es la invasión, miradla!" y llamó por teléfono a su superior, el coronel Block:
-¡Block, es la invasión! ¡Hay miles y miles de barcos!!!
-¿Hacia dónde se dirigen esos barcos? -preguntó Block.
Pluskat miró por la abertura del bunker y contestó:
-Directamente hacia mí.
Dediqué un relato a ese periodo convulso de la Francia de 1944, visto desde una barbería:
BARBERÍA BROSSET, 1944
Un día de finales de julio a la hora de comer –cuando no suele haber nadie en la barbería- entró Bouvet muy nervioso y cargado con dos maletas. Bouvet era un colaboracionista que hasta se había dejado crecer un bigotillo igual al de Hitler. Me pidió que se lo afeitara. Cuando terminé me pagó con un paquete de cigarrillos –ya casi no circulaban los Reichmarks- y se fue apresuradamente. Tampoco he vuelto a ver a Bouvet desde entonces.
Una bochornosa tarde de mediados de agosto se presentaron tres hombres armados con mausers y portando brazaletes con la Cruz de Lorena.
-Coge tus instrumentos –me dijo uno que, pese al calor, llevaba chaqueta de cuero- .Te esperan cuatro señoritas.
-No trabajo con mujeres –respondí-, esto es una barbería para caballeros…
Se rieron de buena gana y me dijeron que no importaba, que cogiera lo que necesitara y que les acompañara a la plaza mayor.
En un banco del centro de la plaza había cuatro jóvenes sentadas con las cabezas gachas. Una multitud a su alrededor las increpaba.
-Colaboracionismo horizontal -me dijo el hombre de la chaqueta de cuero-. Se han acostado con boches.
Dadas las circunstancias no realicé un mal trabajo. Primero las tijeras, luego la maquinilla. En plena tarea, un corresponsal americano me hizo una foto. Me fijé en el nombre que llevaba sobre el bolsillo derecho de su guerrera: Robert Capa. Después juntaron todos los cabellos en un montón como quien barre hojas secas y les prendieron fuego. Un olor acre se extendió por el pueblo.
Por la noche me serví un rebosante vaso de calvados y me senté frente al gran espejo del comedor. Miré hacia mi reflejo y dije: “El Tribunal de Responsabilidades declara abierta la sesión”. Un juicio en el que yo era fiscal y defensor. Todo era confuso. Acababa de prestar mi único servicio a la Resistencia rapando a cuatro muchachas pero antes me había pasado cuatro años cortando con esmero el pelo a Stuermer y había ayudado a escapar a un colaboracionista. Pronto dictaminé el fallo: era un caso de capilaridad consecuente.
A la mañana siguiente, cuando abrí la barbería, soplaba un fuerte mistral. El cabello se arremolinaba sobre el lado izquierdo de mi frente. La parte derecha de mi cabeza –y la zona correspondiente al bigote- estaba completamente afeitada.
38 comentarios:
Qué gran comienzo de peli, verdad?.
Hola, Mr. Lombreeze. Ese ta-ta-ta-chaaan y la escena en que Pluskat ve aparecer la flota de entre la niebla es una de mis preferidas de la peli.
Saludos. Borgo.
-¿Hacia dónde se dirigen esos barcos? -preguntó Block.
-A Algeciras, no te jode...
Buen relato ;)
Hola Miquel
Parece que el barbero es una mezcla de los otros dos: certero con los pelos como el uno es con las balas y siempre dispuesto a recabar información como el otro.
Un saludo. Manu3l.
Hola, Doctora. ¡Ja, ja...! Muy buena la posible respuesta de Pluskat. Lo cierto es que cuando le dijeron que era imposiebla que viera tantos barcos le gritó a Block: ¿Qué tal si viene y lo comprueba?".
Me alegra que te guste el relato.
Saludos. Borgo.
Hola, Manu! Un barbero es muy útil en esos tiempos, oyendo tanta información de los clientes. He pensado en mi tío-abuelo, barbero durante la guerra civil, de esos que entonces ponían inyecciones y hasta sacaban muelas si hacía falta.
Saludos. Borgo.
El caso de Heinrich Severloh y David Silva es una prueba más que evidente que en la guerra no hay nada personal, sobre todo de parte de los que luchan como carne de cañón. Se mataron por la ambición y el odio de otros.
El relato muy interesante y fiel testimonio de aquella Francia ocupada.
Hola, Cahiers. Eso viene a ser lo que decía Severloh en el reportaje: "Estaba matando a jóvenes de mi edad, yo no tenía nada contra ellos. Era su pellejo o el mío."
El relato me vino a la mente despué de ver la estupenda película con Lino Ventura "El ejército de las sombras" donde hay una buena escena en una barbería.
Saludos. Borgo.
Hasta ahora no conocía la historia de Heinrich Severloh, así que una vez más tu blog ha sido de lo más educativo.
Muy buen relato.
Muchas gracias, Chechu. Un hombre corriente y moliente que se convirtió en una "bestia" mediática así por las buenas.
Saludos. Borgo.
No conocía esa historia. Muy bueno el relato. Saludos.
Estupendo, como siempre. Me ha sorprendido ver aquí las obras de Sven Hassel porque creía que solo lo leía yo y a escondidas, porque según qué portadas si me ven pueden pensar que soy un nazi o algo parecido, es más, en la librería Casa del Libro, los tienen en las estanterías de abajo para que no se vean mucho. Me agacho tanto que al final se me salen los faldones y se me ve el culo, que es mucho peor. Pura estupidez. Creo que hay muy poca gente que sepa que el viejo Sven vivió sus últimos años en Barcelona, bastante apartado de todo casi como dentro de un búnker. Esta es mi historia, pero la tuya es mucho mejor, amigo Miquel.
Abrazos mil
Joder, qué historia la de Severloh. Por lo menos tenía pesadillas y además hubo una especie de reconciliación con uno de sus "afectados".
Y el relato está muy bien. Más o menos lo que pasó... Ay! Esa foto de Capa con las mujeres rapadas me impactó cuando la vi por primera vez.
Un saludo y buen fin de semana.
Ese reencuentro da fé del triunfo de la cordura sobre la sinrazón de las guerras de otros. Ejemplos como ese son testimonios veraces de aquello que nunca debería ocurrir, pero que se repite cíclicamente por desgracia.
Por cierto, a esos mandos tan dirigentes desde los despachos les pondría yo en primera línea... Pero de una flota de barcos enemiga como el de la entrada jajajaja
Saludos.
Mr. Borgo, la historia de Severloh la conocia, pero fue bueno volver a rememorarla, en cambio la de Pluskat me era desconocida, y me resulto interesante, gracias por ella. Saludos y muy bueno el relato.
ja ja muy bueno el relato. mi cunyada estuvo el anyo pasado en Normandia y dice que es impresionante. por cierto, en esa zona se como pescado tan bueno como en Galicia y barato
Muchas gracias, Ricard. Una historia real que parece de película.
Saludos! Borgo.
¿Qué tal, Francisco? Los neonazis del instituto leían a Hassel y eso que no son en absoluto libros pronazi. Inglaterra es el único país donde se siguen publicando regularmente sus libros. Yo he ilustrado seis portadas suyas, la última: "Reign of Hell" (Los vi morir) Sí, Hassel vivió en la calle Urgell. Me firmó un ejemplar: "La ruta sangrienta" en una presentación del libro en Plaza & Janés. Mientras firmaba se sopló entera una botella de whisky.
Abrazos, amigo. Borgo.
Hola, David. Desde luego ese Severloh armado debía ser temible. He visto la película para televisión, es un semidocumental con escenas recreadas por actores.
Las fotos de Capa son impresionantes, especialmente las de la Francia liberada.
Saludos y muy buen fin de semana. Borgo.
¿Qué tal, Alimaña? Una emotiva reconciliación pues todo apunta (nunca mejor dicho) que Silva fue herido por Severloh.
Cuando Pluskat telefoneó al cuartel general e informó que venían miles de barcos le dijeron: "Imposible, Pluskat, tiene usted alucinaciones". Olvidando que hablaba con un superior gritó: "¡Y una mierda alucinaciones! ¿Porqué no viene aquí y lo comprueba usted mismo?".
Saludos. Borgo.
Hola, Belknap. Pluskat, el primer hombre en avistar la invasión, salvó la vida de milagro saliendo por piernas de la playa. Blech era un buen actor que estuvo realmente en Normandía, de ahí las cicatrices de su rostro.
Saludos. Borgo.
Hola, Aris. Yo también visité la playa y todo está muy bien conservado, incluso los obstáculos para los barcos.
Sí que se come muy bien, y tienen un buen calvados.
Saludos. Borgo.
Sorprendida con las historias... creo que ya me he puesto al día con tu blog. Se me ha pasado en otras entradas comentarte que me gustan mucho tus ilustraciones, pero seguro que te lo habré dicho más de una vez así que...
Saludos.
Hola, Nury, me alegra verte de nuevo por aquí. Bueno, creo que ya me lo habías dicho, pero gracias. Siempre viene bien saber que a alguien le gustan mis dibujos, sobre todo ahora que me han rechazado un par de proyectos y voy algo inseguro. Esas portadas son de libros de Sven Hassel, un autor que fue la bomba en los setenta.
Saludos. Borgo.
Interesantísima entrada, relato incluído, y cómo no si estamos en Borgo. ¿De qué me puede sonar a mí Sven Hassel, de otro título de libro aparte de éstos?
Besos, Miquel, y feliz resto de finde.
... Qué bien cuentas estas cosas :)
Gracias, Clementine, tú siempre tan amable.
Supongo que eres muy joven para recordar a Sven Hassel. En los setenta era un auténtico escritor de best-sellers. Su libro más conocido fue "Los panzers de la muerte" que es el del título inglés "Wheels of Terror".
Besos y que tengas muy buen finde.
Borgo.
Sí, soy muy amable... y muy jovencita (¡ja!) pero me suena este autor, creo, de libros que tenía mi padre. A ver si los reviso y te lo cuento mejor. Más besos, Borgo.
Muy bien, Clementine. Seguro que los tenía en su biblioteca como los de Lapierre o Morris West que se leían mucho por entonces. Es curioso eso de la moda y los libros, mis abuelos leían a Pearl S. Buck y Vicky Baum, ahora pocos deben acordarse de ellas.
Besos! Borgo.
... De mi madre tengo libros de Pearl S. Buck y de Vicky Baum, igual eran de mi abuela... Somos de otro mundo, Borgo :)
Sí, Clementine. También se leía a Sommerset Maugham y Von Daniken con sus civilizaciones perdidas... qué tiempos.
Besos! Borgo.
cuando te leo, es como leer El libro gordo de Petete.
El libro gordo te enseña
el libro gordo entretiene
y yo te digo contento
hasta la semana que viene...
errata,
hasta la clase que vienen....
Hola, Karin. Huy, qué honor ser comparado con el ilustre Libro de Petete, así que te digo muy contento: ¡Hasta la semana que viene!
Saludos. Borgo.
Hola de nuevo, Karin. Ah, ¿pero no era "hasta la semana que viene"? Es que ya me falla un poco la memoria... y las neuronas.
Saludos. Borgo.
Hola Miquel! Coincidiendo con el Aniversario del desembarco de Normandía, el otro día pasaron por canal Historia, un documental muy interesante, pero me parece que no mencionaron, o yo no me percaté, el nombre de Severloh. Una verdadera máquina de matar este hombre, normal que la mala conciencia no le dejara vivir tranquilo.
Sin embargo sí que mostraron unas impactantes imágenes de las muchachas a las que señalaban como colaboracionistas horizontales, mientras les rapaban el pelo, y creo recordar que incluso les descubrían el torso y las marcaban con una especie de pintura negra.
Realmente espeluznante!!
El relato es magnífico.
Un abrazo querido Miquel!
Hola, SqS! Es una pena que me perdiera ese programa especial del que me han hablado muy bien. Severloh era un hombre con conciencia, imagino que no le hizo ningún bien arrastrar el nombre de "La bestia de Omaha".
Las fotos de Robert Capa dieron a conocer los abusos que se cometían con esas mujeres. Las tropas americanas recibieron instrucciones de impedir escenas humillantes como las que se vieron en algunos documentales.
Me alegra que te guste el relato, una foto de Capa fue la que me dio la idea.
Besos! Borgo.
Excelente crónica la de Severloh, la desconocía.
El relato tiene un suspenso creciente, interesante, por la mitad, cuando al barbero lo llaman de improviso y ve frente a sí a las mujeres. Qué momento... Me gustó mucho.
Las ilustraciones son fantásticas.
¡Saludos!
¿Qué tal, Juan Esteban? Y a mí me gusta mucho lo que dices del relato, casi nada viniendo de un buen escritor y narrador de historias como tú.
Muchas gracias y hasta la vista.
Borgo.
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