sábado, 26 de septiembre de 2009
AMORES DE PLÁSTICO
Hay coincidencias de lo más curioso: 1973 fue el año en que se estrenaron tres películas con una muñeca hinchable de protagonista.
PRIVATE PARTS: DE Paul Bartel, conocido sobre todo por La carrera de la muerte del año 2000 (1975) Esta cinta de culto fue la favorita del Festival de Sitges de 1973 . A causa de la censura nunca llegó a estrenarse en España aunque recientemente ha aparecido en DVD con el título Neurosis asesina. La protagonista es Cheryl, una joven que se aloja en un sórdido hotel regentado por su tía con inquilinos de lo más estrafalario. Uno de ellos es George, un fotógrafo que se obsesiona con Cheryl. George –que además es un voyeur que observa en secreto a la chica- le regala prendas eróticas con mensajes pidiéndole que se las ponga para él. En realidad George trata a Cheryl como a su muñeca hinchable a la que ha puesto una fotografía de Cheryl sobre su cara y vestido con unas prendas idénticas a las que le regala.
Private Parts –la recomiendo- es en realidad una comedia negra con muchos personajes bizarros tan del gusto de Bartel. Este tráiler ya nos da una idea de su atmósfera:
NO ES BUENO QUE EL HOMBRE ESTÉ SOLO: en 1971 José Luis López Vázquez y el director Pedro Olea consiguieron un gran éxito con El bosque del lobo. Dos años más tarde vuelven a reunirse en esta película en la que López Vázquez interpreta a un hombre solitario (Martín) que vive en una capital de provincias y que guarda celosamente un secreto: convive con una muñeca hinchable a la que trata como si fuera su esposa. Las cosas se complican al entrar en escena una prostituta (la sandunguera Carmen Sevilla) Impagable la escena con la que concluye la película: Martín acude a una fiesta de la alta sociedad. La criada abre la puerta y vemos a Martín orgullosamente cogido del brazo de su neumática señora.
TAMAÑO NATURAL: dirigida por Berlanga con guión de Rafael Azcona. Es quizás la más conocida de las tres. La mujer del protagonista (Michel Piccoli) sospecha que su marido tiene un amante y así es: una muñeca hinchable. En una curiosa escena la esposa de Piccoli intenta salvar su matrimonio permaneciendo rígida y pintándose como la muñeca pero no cuela. La película fue vapuleada por las feministas que opinaban que el protagonista prefería una mujer de plástico a una de verdad “…que sería siempre sumisa, nunca le contaría sus problemas ni le vendría la regla…” Es el extracto de una crítica de la revista Fotogramas. En una entrevista Berlanga contó que, durante las pausas del rodaje, algunos miembros (no lo digo con segundas) del equipo “abusaron” de la muñeca hasta dejarla hecha unos zorros y tuvo que encargar en un sex shop otra muñeca que dejaba en una habitación cerrada con llave al terminar la jornada.
Por cierto que revisando un catálogo de ofertas de una tienda de productos eróticos descubro que los muñecos hinchables son casi el doble de caros que las muñecas ¿Alguien sabe decirme el porqué?
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