lunes, 26 de febrero de 2018

VIAJES DE TERROR


 Bruno Schreck dirige el Tour de los Horrores S.A. una agencia de viajes muy especial. En su despacho, dos lámparas iluminan con tenue luz amarilla carteles con grandes titulares: Puente festivo en la Mansión Amtyville. Senderismo por Aokigahara, el bosque japonés de los suicidas, Expedición por castillos escoceses encantados…
Entran Manu, Hugo, Vanesa y Jessy. Habían adquirido el Redneck Weekend: tres días en una cabaña aislada en las montañas, sin teléfono ni electricidad, y cercano al psiquiátrico Ted Bundy para asesinos en serie. Los jóvenes parecen contrariados.
-Qué aburrimiento –empieza Manu sin saludar-. Ni psicópatas, ni zombis, ni rednecks con horcas vinieron a visitarnos.
-Además no había wifi –bosteza Jessy.
-Sin internet ni televisión –prosigue Manu-, tuvimos que distraernos bebiendo como cosacos y quitándonos las virginidades unos a otros.
-Sí, yo me tiré a Vanesa y Jessy –interviene Hugo-. Y a Manu y Hugo. No, espera, Hugo soy yo. Bueno, pues a Manu dos veces.
 -Fuimos a bañarnos a la Laguna de la Muerte –interviene Vanesa-. Qué decepción, llena de parejas con niños, parecía una playa familiar.
- Entiendo –asiente Schreck .Teclea en su ordenador y gira la pantalla hacia los muchachos que se quedan perplejos al ver fotografías de gente con túnicas blancas abrazando árboles -. Aquí tengo algo muy especial, el centro de meditación YogaKali.
-¿Es una broma? – exclama Manu, y al ver que la expresión de Schreck no cambia-: ¿Es que tenemos pinta de jipis abraza-árboles?
-No es lo que parece –Schreck junta las manos y habla a través de las rejillas de sus dedos-. Os aseguro que se trata de la experiencia más aterradora que podéis imaginar. Si no quedáis satisfechos se os devolverá el dinero, más una semana gratis de ruta por Chernobyl.
-Bienvenidos al Bosque Miskatonic, jovencitos.
 El guía de YogaKali tiene un rostro cadavérico que deja traslucir el circuito trágico de sus venas. Su largo pelo negro y lustroso contrasta con sus ojos acuosos. Vestido con una túnica blanca y rodeado de árboles parece un druida psicópata.
“Al menos –reconocen los chicos-, la pinta de ese tío es muy inquietante.”
-Seguidme – dice. El grupo avanza campo a través. Es de noche, pero la luna llena ilumina el bosque con luz zodiacal. En lo más profundo encuentran un grupo de impresionantes árboles parecidos a secuoyas  aunque más pequeños.
El guía les indica que se abracen a esos árboles. Los chicos estrujan las secuoyas  y al instante quedan pegados  al tronco por una resina llena de enzimas digestivas más corrosiva que el ácido más cáustico y destructivo.
En pocos segundos la resina disuelve los cuerpos de los viajeros. Manu, que es el más corpulento, aún consigue articular:
-¡Qué alucineee…
FIN
NUEVO PROYECTO
Qué bonito es el amor... y su puta madre. Un libro con ilustraciones escrito por Roger Pera, mi director en el estudio de doblaje. Esperamos publicarlo después de verano.
LA SALSA PEPE: LA MÁS FÁCIL DEL MUNDO
Y además es buenísima: nata para cocinar, 1 cucharada de concentrado Bovril y un chorrito de coñac. Remover y ¡ya está! Con esta salsa he condimentado esta pieza de carne tostada por fuera y sangrante por dentro, como a mí me gusta.



sábado, 10 de febrero de 2018

CHIKEN LOVE (Relato)

 Existen algunos casos en la naturaleza en los que ciertos animales adquieren apariencia humana y viven como tales, aunque conservando todas las características de su especie. No es demasiado extraño que una gallina se convierta en mujer, beba cerveza en los bares e incluso hable por teléfono.
Esto era lo que había sucedido con Capo, su aspecto era el de una mujer, todo lo demás era pura gallina.
Me sumergí en los ojos marrones de Capo nada más verla en la barra del bar musical donde solía ir los viernes. Resultona más que guapa. No era el tipo de mujer que uno mira dos veces en el ascensor,  pero parecía flotar en un extraño éter de sensualidad. Al preguntarle su nombre se presentó a la manera americana añadiendo su apellido con meloso acento: “Caponata Mac Nugget. Llámame Capo.” De alguna manera yo percibía su faceta gallinácea, como un náufrago que tantea tierra firme, y eso me confundía y me seducía a la vez.
 Fuimos a mi piso. Capo me hizo el amor de una manera salvaje y desconocida para mí, poniendo toda su avícola sexualidad. Comprendí aquel dicho “Más fina que las gallinas”, o algo parecido. Su larga cabellera me caía por la cara. Yo gemía. Capo cloqueaba. Me invadió un placer inmenso que parecía danzar por la habitación como un oscuro vendaval.
Acabé feliz pero agotado. Me despertó el rayo de luz matutina que traspasaba las cortinas recalentándome los párpados.
Capo se había ido, pero me había dejado sobre la mesita mi desayuno, un huevo. Era tres veces más grande que el de una gallina normal,  pero Capo es más grande. Bueno, soy de ciudad y no he visto muchas gallinas. Debajo del huevo había un papel con el número de su móvil.
Mientras freía el huevo en aceite, mucha sal y dos dientes de ajo suspiré:
-Aaay… creo que me estoy enamorando.
Y además, el huevo estaba delicioso.

FIN
GALLINAS LETALES
 La Gripe Aviar o Gripe de Hong Kong causó estragos en los años sesenta. (La mayor pandemia del siglo XX por detrás de la Gripe Española de 1917 y el sida) Se llevó a Sax Rohmer, el autor de las novelas de Fu Manchú, y a las siamesas Hilton, hoy recordadas  por la película de culto Freaks (1932) de Tod Browning .
Se movían con soltura en el escenario y eran muy guapas. Organizaron su propio espectáculo y en los años 30 se convirtieron en personajes muy populares.
La prensa calculaba que las siamesas ganaban 5.000 dólares a la semana, una cifra enorme para esa época. Sin embargo, lo que más curiosidad levantaba era su vida sentimental. Aunque aparentemente Daisy y Violet tenían una relación excelente se rumoreaba que eran unas devoradoras de hombres. El hecho de que compartieran parte del sistema nervioso -y, por tanto, pudieran sentir lo mismo- acrecentaba todavía más el morbo.
  En los años cuarenta abrieron una cocteleria -debía ser espectacular verlas agitar las cocteleras al unísono- y cuando cerraron el negocio Hollywood acudió en su rescate protagonizando una película: Encadenadas de por vida (FOTO) la historia de dos siamesas que se enamoran del mismo hombre. Cuando una se casa con él, la otra lo mata. La trama del filme gira en torno a cómo meter en la cárcel a la asesina sin que la inocente también sea encarcelada, sin embargo fue un fracaso de taquilla y la gente se olvidó de las Hilton. Terminaron como dependientas en una tienda de Charlotte, Carolina del Norte. Tras varios días de ausencia al trabajo, las encontraron muertas en su casa el 4 de enero de 1969. La autopsia concluyó que habían fallecido por la Gripe Aviar.
POLLO A LA CAZADORA
 Los platos "a la cazadora" consisten en aves o carnes cocinadas lentamente en una salsa a base de tomates.
Me gusta con champiñones. Limpiarlos con un trapo, mejor que con agua.
Pasar los trozos de pollo por harina y freírlos en una sartén con aceite. Retirar el pollo cuando esté dorado y en el mismo aceite sofreir 2 dientes de ajo, cebolla, zanahoria y apio picados. Añadir luego los champiñones y tomate de lata pelado y sin semillas.
Dejar reducir el tomate, agregar 1 vaso de vino blanco y las piezas de pollo.
Tapar la sartén y cocer 20 minutos a fuego mínimo para que el pollo quede tierno y jugoso. Espolvorear con pimienta blanca y servir.
TOFU
Estoy trabajando en el proyecto de un libro con tiras dibujadas -Tofu- con guiones de Rosa Vilches, escritora y vegana, en el que parodia las manías de carnívoros y vegetarianos. He elegido estas viñetas porque aparece un pollo.


jueves, 1 de febrero de 2018

HISTORIAS DEL MÓVIL

Orlando Dutyfree guardó el móvil en el bolsillo de la chaqueta y se fue a su trabajo. Nada más pisar  la calle el móvil se fue volando.
Es lo que pasa al salir de casa con el móvil en modo avión.
Está diagnosticada la fobia a salir de casa sin el móvil, se llama Nomofobia (no confundir con la Gnomofobia o miedo a los gnomos) pero hay un nuevo transtorno conocido como Efecto Google, nuestro cerebro se niega a retener información y prefiere recurrir a los buscadores. Vamos, que nuestro cerebro se vuelve gandul.
Este cuento quedó finalista en un concurso -convocado por Vodafone- de relatos cortos en los que el móvil fuera más o menos protagonista.  ¿Alguien se anima a llamar a ese número del final por curiosodad?
SIMPLE CURIOSIDAD
 Demasiado rápido para una curva tan cerrada. Jota empotra su moto Norton 500 CC monocilindrica en una valla. Unos metros atrás viene su hermano Eme en una Guzzi 599 CC 8 cilindros y encuentra a Jota tendido en el suelo en medio de un gran charco de sangre. Jota le dice que si no sale de esta quiere que lo entierren con su cazadora de motero; son sus últimas palabras.
Tres días después los miembros del club de motoristas Easy Rider nos reunimos para el funeral de Jota. Poco antes de la ceremonia Eme convida a beber a todo el mundo. Parece un funeral irlandés, bebemos (en pocos minutos agotamos los botellines de cerveza del bar del tanatorio) cantamos, reímos y lloramos. Dos asistentes se lían a tortazos y Eme suspira: “A Jota le hubiera gustado esto”.
Eme y otros tres compañeros cargan con el ataúd hasta el cementerio. Por poco dejan caer el féretro al suelo por el respingo que dan cuando desde el interior de la caja suena el Born to be wild de Steppenwolf. Es el tono que sonaba en el móvil de Jota. No debieron reparar en el móvil que siempre llevaba en un bolsillo interior de la cazadora. Uno de los porteadores, con las piernas aún temblando del susto, vomita abundante cerveza sobre una lápida .Ni siquiera Eme puede reprimir una carcajada. Segundos más tarde el móvil enmudece y depositan el ataúd dentro del nicho.
 En casa me quedo hasta muy tarde viendo una película por televisión. Las primeras cabezadas coinciden con los títulos finales. Decido irme a la cama cuando una idea cosquillea mi adormilado cerebro. Agarro el móvil y tecleo apresuradamente el número de Jota. Un timbrazo, dos, al tercero se oye un chasquido:

-Jota… Soy Erre ¿Qué hay, viejo? Es que me preguntaba si realmente existía el Más Allá. Sí… era sólo eso, simple curiosidad.
FIN




"Justo entre el primero y el segundo piso sentí que iba a vomitar un conejito"
(Carta a una señorita en París. Julio Cortázar)
Releyendo este cuento con un protagonista que no puede evitar vomitar conejitos me han venido ganas de preparar este plato:
CONEJO AL AJILLO
 Sofreir los trozos de conejo en una sartén después de pasarlos por harina para que no salpiquen aceite.
Retirar el conejo y el el mismo aceite dorar una docena de dientes de ajo con cuidado de que no llegen a quemarse.
Sazonar el conejo con sal y pimienta. Añadirlo a la sartén con los ajos.
Regar con un vaso de vino blanco y poner una hoja de laurel.
Tapar la sartén y dejarlo cocer 20 minutos con el fuego al mínimo. Quedará muy bien con ensalada o unas patatas fritas.