miércoles, 27 de abril de 2016

MI DÍA DEL LIBRO Y UN DÉJÀ VU

Para abrir boca, el cuento inquietante más corto del mundo:
VOCES
El doctor le preguntó:
 -¿Usted escucha voces en su cabeza?

 -(Dile que no). No.
Vaya, ahora resulta que soy un escritor indie. La mañana del 23 es la elegida por mi despertador para declararse en huelga. Tengo que tomar un taxi para llegar a tiempo al stand de la editorial. El taxista es un as pillando semáforos en rojo. Llegamos y en mi cartera sólo tengo un solitario billete de 50 euros. Esta es la cara que puso el taxista cuando se giró y me dijo con voz cavernosa: "¿No tiene más pequeño?" ¡Qué miedo...!
EL DÉJÀ VU

-Señora, ¿ha tenido alguna vez un déjà vu?
-Pues no sé... preguntaré en la cocina.
ATRAPADO EN EL TIEMPO (Groundhog Day, 1983)
Pues fue todo muy bonito. Terminé firmando en el Fnac y cuando me vi en esa foto me dije: "Me recuerda a algo", y luego:
"¡Pues claro! ¡Las cortinas rojas! Twin Peaks. La habitación roja, con Laura Palmer y el enano bailarín..." Es un buen momento para rescatar este lynchiano relato:
EL AGENTE COOPER EN LA HABITACIÓN ROJA
No recuerdo como he llegado aquí. Sé que es la habitación de un motel por el cartel con las tarifas y las instrucciones en caso de incendio colgado en la puerta. Sostengo en la mano un vaso con un poco de bourbon, lo dejo caer y miro aturdido como los cristales se desparraman como las cuentas de un collar. Hay una ventana abierta. El viento mueve con desgana las cortinas de un rojo intenso. De detrás de las cortinas sale un enano como si apareciera en el escenario de un circo, me sonríe y se pone a bailar. Chasquea los dedos al ritmo de una música imaginaria y con voz gutural dice algo incomprensible:
-onisesa le se repooc etnega le.
 Aparto la mirada sintiéndome extrañamente turbado y entonces veo a Laura Palmer sentada en un discreto rincón. Me sonríe mostrando dos filas simétricas de dientes blanquísimos y se ajusta la falda sobre las rodillas con un gesto ensayado. El enano sigue bailando sobre el suelo zigzagueante de la habitación roja.
Desde la ventana se oye un rumor de voces roncas y discordantes. Son también agentes del FBI porque percibo claramente un “Tenemos un 115”, es decir, un doble asesinato. Luego las voces quedan ahogadas por el ruido de sirenas y llantas que chirrían sobre la grava. Están rodeando el edificio, al parecer el asesino se encuentra aún en el motel.
El enano ya no baila, está inmóvil. Laura Palmer yace exánime sobre el sillón. Ahora lo entiendo todo. El enano, o quizás Laura, sospechaba y debió ponerme una droga en la bebida que tardó en hacerme efecto. He perdido un tiempo vital contemplando absorto un baile que solo existía en mi mente. Un doble crimen. Está claro quién es el asesino pues el pestillo de la habitación está cerrado por dentro y Laura y el enano están muertos. Aporrean la puerta.
-¡FBI! ¡Abran inmediatamente!

Una última cosa: haciendo limpieza me he encontrado este cuadro de cuando hacía exposiciones: Bebedores de café, del lejano 1993. Si alguien lo quiere lo vendo baratito.

domingo, 17 de abril de 2016

POTI POTI DE PRIMAVERA

LA CASA DE ATRÁS (Relato)
Cinco de agosto, 1944…” Empieza a escribir Ana Frank en su diario. Su madre está preparando la cena mientras Van Pels  y Kluge juegan una partida de damas. De repente, se oye el súbito ruido de cristales y paneles de madera al romperse. Otto Frank, el padre, se queda rígido, como paralizado por un rayo. Susurra: “No os mováis. Ni el más mínimo ruido.”
En aquella habitación sofocante se oye hervir el silencio como en una cazuela. Sigilosamente, Ana se desliza hacia una puerta que tiene un orificio para mirar hacia fuera, de las que hay en las puertas principales de muchos pisos, a pesar de que le han prohibido mirar por esa apertura.
 En la planta baja se oyen pasos. Una figura se mueve renqueante.  La luna se eleva por encima del antepecho de la ventana y las sombras huyen alrededor de una criatura con medio cráneo aplastado. La luz de la luna acentúa su palidez mostrando un rostro azulado y reflejándose en sus ojos vacíos y sin alma. Se mueve renqueante por la desolada estancia que antes fue el almacén de una fábrica. Es un ghoul, como los llaman en Holanda; un zombie.
-Tranquilos –cuchichea Otto-, se irá cuando vea que no hay ningún ser vivo.
Las pisadas ruidosas y siniestras se alejan por la puerta destrozada. Arrastrando cristales rotos, el ghoul vuelve a las calles oscuras y retorcidas por donde deambulan seres hambrientos que visten harapos con la Estrella de David, otros, con astrosos uniformes alemanes… ahora, nada de eso importa.
Lejos de allí, en un bunker de Berlín.
 Hitler sigue escuchando el rítmico golpear de las bombas y a su jefe de estado mayor Jodl mientras remueve el té haciendo tintinear en la taza la cuchara como una campana. Jodl gesticula frente a un enorme mapa de Europa. El avance de la plaga zombie está señalizado con alfileres de cabeza negra y ahora parece que una gran mancha de petróleo cubre el mapa desde los Urales hasta el norte de Alemania.
-Todo indica  que se trata de nomuertos –informa Jodl-. El resultado de experimentos secretos procedentes de algún laboratorio secreto soviético. Esta madrugada esos seres han aniquilado a un batallón de las Waffen SS, cerca de Bremen.
Hitler se queda mirando fijamente, como en éxtasis, el mapa mientras Jodl añade más alfileres negros y se da cuenta de que todo está perdido. Decide suicidarse esta misma noche de un disparo en la cabeza. Sólo le faltaría acabar convertido en un miembro más de esa horda de cadavéricos bolcheviques. Eso, nunca.

Últimamente con las portadas tengo la negra ( y en este caso, nunca mejor dicho) los ingleses me han rechazado esta portada por políticamente incorrecta. Recomiendo esta novela -que fue publicada en España con el poco acertado título Merienda de negros-, una crítica con mucho humor sobre el colonialismo.

 DESCUBIERTO UN PORTAL HACIA OTRA DIMENSIÓN
Y este sábado 23, Día del Libro, o Sant Jordi como decimos aquí estaré firmando ejemplares de mi libro Sombras y siluetas en Paseo de Sant Joan esquina con Ausiàs Marc, en el centro de Barcelona de las 11h. a las 17h. Dedicatoria y dibujito para quienes se pasen por ahí.

miércoles, 6 de abril de 2016

PRODUCTOS QUE FRACASARON Y OTRAS COSAS

CHERRY COKE. La empresa Nabisco cambió la formula de la Coca Cola con un sabor más dulce. No funcionó e intentaron aprovechar todo aquel stock con una nueva marca de diseño muy molón y anuncio con música Cherokee.
MECA COLA. Durante la Guerra del Golfo era frecuente pedir una Coca Cola en un bar y te respondían: "Aquí boicoteamos la Coca Cola". En su lugar te servían una Meca Cola. La guerra terminó y dejó de verse esa bebida que sabía a rayos.
FRIGURÓN. La época dorada de los polos. Drácula, Frigo dedo... y el Frigurón, un polo de lima con forma de tiburón. El paria de los carteles de la heladería.

BOOMER NATILLAS. ¿A quién se le pudo ocurrir sacar un chicle con sabor a natillas y en su envoltorio un superhéroe con tetas? Al menos, eso parece.
MAGIA URBANA (Relato)
Leo teme llegar tarde al trabajo y pone cara de náufrago miope que divisa tierra firme al ver parado su autobús, el V-16. Se precipita corriendo hacia la parada cuando de repente le corta el paso un carrito abarrotado de periódicos saqueados de un contenedor  transportado por una mujer de aspecto miserable. Leo se golpea una pierna contra el metal rasgando su pantalón de lino, la sangre mancha las rayas azules. La puerta del V-16 se cierra con un chasquido y el autobús se aleja calle abajo dejando a un furioso Leo en la acera.
 -¡Maldita bruja! Por su culpa lo he perdido –grita. La mujer del carrito metálico le mira amenazadora,  con ojos cargados de exóticos secretos. Señala a Leo con los dedos índice y meñique de su mano derecha,  murmura algo incomprensible, escupe en el suelo y se va con su carrito. Leo se olvida de ella casi al instante y permanece junto a la parada, observando la apretada corriente de coches a la espera del próximo V-16. A su espalda hay un imponente anuncio de sostenes. Tras él, la colosal figura femenina se ajusta los tirantes con gélida despreocupación.
 Transcurre un largo rato. Por fin, con paso de oruga lejana, un autobús se anuncia a lo lejos. V-16 parece poner alumbrado en rojo.  V-16 sigue anunciándose unos metros antes de llegar; pero el V-16 se convierte en X-15  al estar cerca. El conductor le mira riéndose al pasar y los viajeros parecen mirarle con conmiseración. Ninguna mirada más despectiva que la que lanzan los que van en un autobús al que no es ese autobús el que espera.
-¡Hubiera jurado que era ese! –exclama Leo.
En efecto: otros números y otras letras pasan ante sus narices, huyendo de él como si le gastasen una broma pesada.
Las luces dudosas, las linternas como sin número de los autobuses, le arrojan por fin su número contrario al pasar por su lado. Oye una voz aguda a sus espaldas:
-Cleo tenel la respuesta, honolable caballelo.
 Leo se gira. Enfrente de la parada hay un bazar chino y en la puerta un hombre vestido de guerrero de Xi´an por motivos publicitarios, aunque la armadura no es de terracota sino de plástico pintado. El falso guerrero mira un momento hacia el interior del bazar y dice en tono confidencial:
-Ahora que no mira el dueño hablaré normal. Esa mujer que merodea por los contenedores es una bruja transilvana y le ha echado un maleficio. Lo he visto otras veces. Verá usted acercarse su autobús,  pero cuando llegue a la parada cambiará su número y ruta dejándole plantado. Magia urbana. No es como la Magia negra. No mata, pero jode. En el bazar tenemos amuletos para esa clase de sortilegios. Balato, caballelo… Huy, perdón, es la costumbre.
-La verdad es que no creo en esas cosas – responde Leo-. Mejor tomaré el metro…
Aun sintiendo el latido de su pierna herida, Leo baja las escaleras de la estación Plaza Messi de la Línea-3, la verde. Cuando llega al andén descubre desconcertado que se ha convertido en la estación Avenida Cristiano, Línea-8 color lapislázuli. El poder de la Magia Urbana.

Leo suspira y decide comprar un amuleto en el bazar.
RECETA DE PRIMAVERA: TALLARINES AL PESTO
 Aprovechemos que es la época de la albahaca fresca para hacer una rica salsa pesto. 
Mientras se cuece el agua salada poner en el vaso para la batidora 100 gr. de hojas de albaca, 2 dientes de ajo pelados, 2 cucharadas de queso parmesano rallado y un chorrito de aceite de oliva. Saltear en la sartén 50 gr. de piñones y, justo cuando se vean tostados, añadir a la mezcla y batir. Escurrir los tallarines y servir con la salsa con un poco de mantequilla por encima.
Existe otra variedad: el pesto rojo. Se prepara igual pero añadiendo unos cuantos tomates secos, de los envasados en aceite.
Y, por último, otra portada que no se publicará por un contencioso editorial. ¡Mecachis...! En la colonia penitenciaria es un curioso relato de Kafka con una peculiar máquina de tortura que graba el delito sobre la piel del reo.