martes, 28 de julio de 2015

EL SABLE DE CHRISTOPHER LEE Y UN PAR DE CHORRADILLAS

¿A quién no le gustaría ser atendido por un barman como este?

Cantante de ópera, ex agente del servicio secreto… el recientemente fallecido Christopher Lee era muy polifacético, también era un excelente espadachín y lo demostró en varios filmes:
EL HIDALGO DE LOS MARES (1951)
¡Señor Peck, así no se maneja un florete!

Lee realizó una audición para el célebre director Raoul Walsh quien sólo le hizo dos preguntas que el actor respondió afirmativamente: “¿Habla español?” y “¿Sabe manejar una espada?”.
El protagonista, Gregory Peck, no había empuñado un sable en su vida. El cameo de Lee que aparece gritando en español “¡Los ingleses nos atacan!” no puede apreciarse correctamente pues la imagen fue oscurecida con noche artificial precisamente para disimular la escasa pericia de Peck con la espada.

 Algo más importante fue la interpretación de Lee en EL TEMIBLE BURLÓN (1952) –foto de la izquierda- dirigido por Robert Siodmack, aquí de figurante sin acreditar, luciendo vistosas casacas y manejando el florete contra el Capitán Vallo (Burt Lancaster). Lee no guardó un buen recuerdo del rodaje: “Lancaster era muy engreído y no aceptó bien mis consejos sobre lucha con espada; se creó un ambiente muy tenso…”
EL VENGADOR NEGRO (1954)
Aquí se produjo el famoso incidente durante un duelo fictício entre Errol Flynn y Christopher Lee en el que el australiano por poco cercena un dedo de la mano derecha del inglés. Flynn no sólo no pidió disculpas a Lee, además se mofó de la abundante sangre que corría por su muñeca. Lee se encendió y de una certera estocada cortó media peluca que llevaba el personaje de Flynn. Éste, ofendido, se encerró en su camerino. Lee salvó el dedo por muy poco.
LA PRINCESA DE ÉBOLY (1955)

 Lee viaja a España para rodar esta gafe producción con Terence Young en la que encarna al Capitán de la Guardia de Felipe II. En una escena Gilbert Roland y Lee dirimen sus diferencias a caballo, Roland embiste la armadura de Lee con demasiada fuerza y el inglés sufre una dolorosa caída. Mientras el equipo se encuentra en Segovia, el magullado Lee no puede conciliar el sueño y su compañera Olivia de Havilland –famosa por sus bromas pesadas- le ofrece una pastilla para dormir que resulta ser un supositorio con muy mal sabor. Encima, la escena del combate con Roland es suprimida del metraje.
Más adelante, Lee decide pasarse a las nuevas tecnologías y esgrime una espada láser.

 RESETEANDO
Eva decidió comerese ella solita la manzana e ir a su propio paraíso, eso no le gustó a Dios y éste oprimió el botón de reset: las cosas se volvieron más complicadas; aunque también quizás más divertidas.
PIENSA

Le invitaron a pensar pero él respondió:
 - No quiero causar molestias, ya pensaré en casa.
Me he ido unos días a Mallorca pero no perdemos el contacto. ¡Borgo no cierra en agosto!
Por cierto que durante el vuelo Barcelona-Palma entramos en un bucle espacio-tiempo. Todos los pasajeros llevaban sus octogonales cajas de ensaimadas en lugar de portarlas en el vuelo Palma-Barcelona que sería lo habitual. Por cierto, estaban igual de buenas.

miércoles, 15 de julio de 2015

RUBIA DE BOTE (Relato y alguna chorradilla)

Haciendo la colada, Ámbar acaba de descubrir un pelo rubio en una camisa de Feldespato, su marido. Piensa:
“Bueno, ¿y qué?” –piensa-. “Ese pelo podría haber ido a parar aquí de muchas maneras, quizás en el autobús que Felde toma para ir al trabajo… un pelo es mucho menos delator que una mancha de carmín.”
 Pero el color del pelo le ha dado una idea: “¿Y si me tiñera de rubio?” Un cambio de imagen podría ser un modo de atraer la atención de Felde. Últimamente su relación se basa en reproches por cualquier cosa y  besos mortecinos cuando se marcha a la oficina.
La tarde del día siguiente Aguamarina, su peluquera y rubia natural, le aplica el tinte a Ámbar mientras le cuenta su teoría: “Los cabellos rubios y los morenos son los dos polos del comportamiento. Los cabellos morenos representan virilidad, mientras que los rubios simbolizan la femineidad. Por eso, una rubia es doblemente mujer. Fíjate que las princesas de los cuentos siempre son rubias.”
Dos horas después,  Ámbar sale de la peluquería con una nueva imagen. El tráfico de la avenida está atrapado en una fantasía demencial de ruido y movimiento incontrolado pero ella solo piensa en la amarilla luz del sol y como ésta favorece a las rubias haciendo relucir su pelo reflejando desde el interior rincones opacos.
 Comprueba satisfecha su dorado reflejo en los escaparates y se dedica una sonrisa de cien vatios. Se siente estupenda, como si estuviera repleta de miel y hierbas aromáticas. De pronto advierte una  furtiva mirada de lince. Son sus vecinos, la hortera presumida de Amanita –por cierto también rubia de bote- y el simplón de Topacio, su marido. Ámbar les dedica una fugaz sonrisa a modo de saludo y apresura el paso; quiere llegar a casa antes de que Felde vuelva del trabajo. Sus pies se desplazan ágiles en sus sandalias de tiras a las que ha añadido un atractivo toque bermellón en las uñas.
Cuando Ámbar llega a su piso prepara la puesta en escena. Se ha puesto un conjunto de lencería color coral –en la tienda le dijeron que era el color ideal para las rubias- y se sienta  en una silla de mimbre de espaldas a la ventana. Ya ha pensado en el efecto que produce: los últimos rayos de sol iluminan su cabello dorado dejando su cara en penumbra; así destaca más.  La estancia se llena de un aire expectante, como de noche de estreno.
El sol ya se desvanece. Tintineo de llaves. Ámbar contiene la respiración mientras oye los pasos que se aproximan. Feldespato se detiene en seco al llegar al salón. Abre los ojos con incredulidad. Grita:

 -¡Joder, Amanita! ¡Ya te dije que no volvieras a venir aquí!!! 

UN MECHERO SODOMIZADO
Alucinado me he quedado al ver este anuncio de los años 70.

jueves, 2 de julio de 2015

NUEVOS SERES DE LEYENDA

El hombre del saco, el de los caramelos y el Sacamantecas ya son historia...
STANLEY EL MACABRO
Los seguidores de Los Simpson quedaron sorprendidos con un episodio que ya es de culto: Cuerdas gañanes, muy alejado del estilo habitual de la serie. Con un dibujo que homenajea a Edward Gorey (que a su vez inspiró a Tim Burton las ilustraciones de su libro La melancólica muerte del Chico Ostra) y música de Astor Piazzola (Libertango) nos cuentan la historia de Stanley El Macabro, un cocinero que se vengó de los niños que se mofaban de él haciendo sopa con sus cabezas. En algunos foros de internet -el inevitable Creepypasta, por ejemplo- aseguran que está basado en un personaje real.
JEFF THE KILLER
 Actualmente está arrasando en las redes. El protagonista de esta historia es Jeff, un muchacho que durante una fiesta de cumpleaños es atacado resultando desfigurado por la lejía (de ahí su piel blanquísima) y quemado con alcohol. Posteriormente, Jeff quema sus párpados para no parpadear cuando se mira al espejo y desfigura su boca convirtiéndola en una perenne sonrisa la misma noche en que apuñalará a sus agresores.
 Aunque Creepypasta reconoce haber inventado y propagado esa leyenda no falta gente que asegura haber visto a Jeff, como en esta supuesta foto (izquierda) tomada de un interfono.
Ese legendario asesino nocturno ya tiene su película, producida por Michael Bay (ArmageddonTransformers...) y dirigida por Marcus Nispel, el del remake de La matanza de Texas (2003). 
SLENDERMAN
Mi favorito. También conocido como El Largilucho, se le representa como un ser altísimo, siempre vestido de negro y sin facciones, a veces con tentáculos en lugar de brazos. Fue la primera leyenda urbana propagada por internet y su fama se ha extendido a través de fotos (en las que suele aparecer rodeado de niños) y documentales falsos. Slenderman ya tiene su película que aquí estará disponible en DVD en agosto.
LA BRUJA DE N´GAUNDÉRÉ

Podría ser otro personaje de leyenda, o una extraña premonición, pero parece real; al menos así me lo contó en un restaurante chino mi amigo Ivo de médicos sin fronteras (ya hablé de él en mi entrada miquel-zueras.blogspot.com/2014/08/poti-poti-veraniego_34.html) al volver de N´gaundéré, Senegal, hace un par de semanas:
 -Tenía que llevar un cargamento de medicinas a una misión francesa. A las afueras de N´gaundéré hay una congregación de casitas de hojalata con una estación de servicio, desde allí salía un autobús que me dejaría en la misión. Llegó el vehículo –un viejo Studebaker con cajas en lugar de sillas-, se abrió una puerta y me quedé helado: una anciana, sentada en una caja y apoyada en un paraguas rojo me miraba desde el interior de una forma extraña y fatídica. Llevaba un gran machete, muchos amuletos, un pequeño cráneo de mono y olía a yuca fermentada. Con un dedo huesudo me hizo un gesto como diciendo: “Entra ¿a qué esperas?”. Sabía que no tenía sentido, pero por nada en el mundo habría subido a ese autobús aunque el siguiente no vendría antes de tres horas. Mientras el vehículo se alejaba volví a la estación, me senté a esperar  bajo un árbol efún y compré un cuenco de termitas asadas.
  -¿A qué saben? –le pregunté.
 -A coco. Bueno, al día siguiente regresé a mi hotel. Me duché, encendí la televisión y en el noticiario en francés comunicaron que aquel autobús había caído al cruzar un puente de madera con los tablones podridos. Hubo cuatro muertos y varios heridos.
 -¡No me jodas!-  Un pedacito de pollo con sésamo saltó de entre mis palillos-. ¿Sabes si esa anciana sobrevivió o…?
 -Sólo dijeron que uno de las víctimas era el conductor –Ivo meneó la cabeza-. No sé… puede que existan fuerzas que predicen lo que está por llegar y que esa anciana fuera como un mensajero del destino, o algo así.

Miré hacia mi plato de pollo con sésamo en busca de algún indicio del destino pero sólo percibí una incierta sensación de paz. Quizás porque en la comida china no quedan huellas de animales sacrificados. Todos esos fantasmas han sido pulcramente troceados y cocinados con rollizas verduras insensibles al dolor. Nada que ver con las sobrecogedoras historias de rituales africanos con cabras degolladas que Ivo me suele contar.