lunes, 29 de octubre de 2018

EL VICIO DE ONÁN


Onán había conocido a una mujer interesante, marchante de arte, que le invitó a cenar y admirar su colección privada. En ese momento experimentó el escalofrío que presagiaba una conquista sexual.
Onán no esperaba que ella fuera el tipo de anfitriona que al recibirte para una cena te mete la lengua hasta la garganta antes de preguntar si vas a tomar una copa. Tenía una gracia aniñada y prendas de encaje color ala de mosca que se fue quitando una por una, y ahora allí estaba desnuda, tumbada en un sofá de cuero con los ojos cerrados. Caderas de culebra y altivez de dromedario. Olía a claveles.
 Onán se puso encima. Entonces él levantó la mirada mientras acometía contra ella. En la pared de enfrente había un Cristo bizantino de tamaño natural colgado de una cruz dorada. Parecía tener los ojos abiertos y le estaba mirando fijamente.
Falló una acometida. “¿Qué pasa?”, preguntó ella.
“No es más que una gran cruz”-pensó Onan, pero los ojos del crucificado parecían crecer, palpitar. Esos clavos sangrantes, todos esos espinos. Allí colgado en la pared, mirando, mirando…
Onán la sacó y en ese momento eyaculó. “Siento mancharte la alfombra” –fue lo único que se le ocurrió decir. Se subió apresuradamente los pantalones y salió por una puerta trasera.
Cuando llegó a su casa Onán se sentía extrañamente fuera de lugar, como un pigmeo entre enanos.   Había un hombre sentado en el sofá. Se presentó: “Soy Dios”.
 A Onán no le pareció extraño que tuviera acento argentino ni que llevara una camiseta del San Lorenzo. Dios se levantó del sofá.
-¿Pero qué hiciste, pelotudo? Has cometido una terrible falta, Onán. ¡Has derramado tu simiente!!!
Entonces Onán cometió un grave error; intentar hacerse el ocurrente con Dios.
-¿Mi simiente? Bah, no importa… ¡Tengo más!
-¡Sonaste, Maneco! –tronó Dios y de su dedo índice salió un potente rayo que fulminó a Onán.
De Onán sólo quedó un montón de cenizas humeantes. La voz de Dios resonó por todo el edificio.
-Si yo venía de buenas… ¡Pero es que estos mortales me rompen las bolas, cheee!!!!
FIN
COSECHA NATURAL
Y hablando de simiente... me han regalado un curioso libro Natural Harvest (Cosecha propia) del chef Paul Protenhauer; un recetario con un ingrediente común: el semen. Dice su autor: El esperma es nutritivo, tiene una maravillosa textura y propiedades sorprendentes en la cocina. Además, es un ingrediente barato de conseguir...
 Yo soy un cocinero mediterráneo a la antigua y no me atrae condimentar los platos con mi ADN. Por supuesto que uso crema de leche para cocinar pero de la envasada y con recetas como esta para alegrar un triste bistec solitario:
BISTEC CON SALSA DE ANCHOAS
 Freír el bistec al gusto por ambos lados y reservarlo en un plato.¡Sin sal! Las anchoas ya la llevan.  En el mismo aceite pero a fuego muy lento añadir 6 filetes de anchoa, un poco de mantequilla, y con un cucharón de madera aplastar los filetes hasta deshacerlos. 
Añadir 200 ml. de crema de leche (un brick pequeño) y remover hasta formar una crema de color tostado que se vierte sobre el bistec.
Lo acompañé con unos cogollos aunque también quedan bien las patatas fritas. Hala, un plato sencillo, sabroso y sin recurrir a la Lefa cuisine.
UN PLATO DE PESADILLA
 Me encargaron una portada de El invitado de Drácula, el primer capítulo de la celebre novela de Bram Stoker que su editor suprimió por considerar que alargaba demasiado la trama, pero años más tarde lo incorporaron en algunas ediciones. Para inspirarme me preparé este plato de cangrejos de río con salsa de tomate picante al vino blanco. Según cuentan, después de cenar este plato, Stoker sufrió  una pesadilla que le inspiró su célebre Drácula. No surtió mucho efecto pues de aquella noche sólo recuerdo un extraño sueño con pingüinos que no tenía que ver mucho con el tema. Luego el editor me fastidió la portada al empeñarse en incluir a la derecha la foto de un relieve de piedra del auténtico castillo de Drácula en Bran, Rumania (el de la foto que sale en la cabecera de mi blog)  con lo que quedó bastante pegote. Bueno, al menos los cangrejos salieron buenos.





miércoles, 17 de octubre de 2018

ESTATUAS SECRETAS


INTERIOR 1. BAR DE SCAMPIA (NÁPOLES)
 -Usted es sin duda el conocido periodista Bruno Paparazzi. He sabido que estaba en Nápoles. ¿Cómo lo sabía? No viene al caso. A dos horas en coche están las ruinas de Pompeya. Ya sabe que allí conservan cuerpos que quedaron atrapados por la lava cuando la erupción del Vesubio, solo que algunos están petrificados en momentos… comprometidos. Sodomía, practicando sexo con niños, con animales… Cuando el rey español Carlos III emprendió las excavaciones quedó horrorizado al ver aquellas estatuas lascivas y ordenó que se ocultasen en la bodega de un monasterio benedictino cercano. ¿Pedimos otro grappa? Bien, el Vaticano prohibió exponer esos restos humanos al público, pero los monjes sacan un buen dinero permitiendo a ricachones pervertidos celebrar ahí sus fiestas. Se visten con túnicas y organizan orgías como en tiempos de Calígula entre los pompeyanos conservados en cenizas. Mañana por la noche montarán una de esas bacanales, lo sé porque yo era el jardinero y vigilante de la bodega hasta que los monjes me despidieron,  sin seguro ni… ¿Qué porqué me despidieron? No viene al caso. En la parte trasera de la bodega hay una torreta con una ventana sin cristal –es de estilo románico- y desde ahí podrá sacar fotos. Imagine qué reportaje, alta sociedad degenerada, monjes corruptos, secretos de un monasterio… ¡como un best-seller de Dan Brown! Yo
me llevo el cincuenta por ciento y… ¿El treinta? Bueno, no soy codicioso. Necesitará esto.
 Se oye el amortiguado click-clack de un billar mientras el ex- jardinero  saca de un bolsillo de la chaqueta una enorme llave antigua que deposita sobre la mesa. Oímos un Clock.
(Bruno):-¿Es para abrir una puerta o para derribarla?
(Jardinero):-Es para la verja de la entrada.
NOCHE. EXTERIOR BODEGA
Bruno no deja de sorprenderse por la imaginación de los asistentes, nunca había visto tantas posturas diferentes. Reconoce actores famosos, banqueros, aristócratas… Ya ha sacado infinidad de fotos cuando nota el malestar del roce de la correa de la cámara en el cuello. Decide volver al coche y regresa a Nápoles.
DÍA SIGUIENTE. BAR DEL HOTEL.
Bruno está tomando un whisky para matar el tiempo hasta la hora de su avión con destino a  Roma. Mientras,  cruza miradas con una atractiva mujer sentada en la barra. Viste un traje verde ajustado a su cuerpo de tigresa y un exótico sombrero parecido a un turbante. Bruno se sumerge en sus grandes ojos marrones mientras suben a su habitación.
 INTERIOR 2. HABITACIÓN HOTEL.
El periodista  está tan alterado que arroja la camisa y se quita con torpeza los pantalones. Se sienta para quitarse los calcetines que están prietos y tira con fuerza atrapándose los dedos.
(ÉL):-¿No te desnudas?
(ELLA):-Me pone cachonda que un hombre se masturbe mirándome mientras me quito la ropa.
Bruno se sienta en la silla y empieza a tocarse. La mujer se quita el turbante con un rápido gesto. En lugar de cabello tiene serpientes, víboras que se desenroscan siseando. Los ojos de la mujer llamean. Bruno se ha convertido en estatua de piedra, ahí sentado desnudo, con el chisme en la mano.
Oímos el teclear de un móvil.
(ELLA):-Aquí, agente Medusa. Tengo la cámara de fotos. Traigan una furgoneta, tienen una nueva estatua para la bodega.
LOCUTOR: les esperamos la próxima semana con un nuevo programa en Radio Borgo.
Se oye un gong.
FIN
PASTA AL POMODORO
Y hora una receta muy napolitana. Ayer la hice con raviolis y quedó así de bonita por el toque de la albahaca, y es que aquí la albahaca fresca es IMPORTANTÍSIMA.
 En una sartén a fuego medio sofreír cebolla, zanahoria y apio picado todo bien fino hasta que tomen color. Agregar aceitunas negras cortadas en láminas y alcaparras.
Añadir una lata de tomate entero y pelado con su jugo. Agregar un puñado de hojas de albahaca. Dejar reducir y cocinar durante 15 minutos.
Cocer la pasta (con los macarrones rigatoni también queda muy buena) en abundante agua salada. Cuando esté al dente -unos 6 minutos pero probarla por si acaso- colar, mezclar con la salsa y sazonar con queso rallado. Creo que a este plato le sienta especialmente bien el queso pecorino.
Probar como está de sal y servir de inmediato.

viernes, 5 de octubre de 2018

BOLETUS (Relato otoñal)


Me habían soplado que en un camino del bosque, el Paso de Borgo, habían muchas setas, sobre todo níscalos (Lactarius deliciosus) Pregunto a unos cazadores donde empieza aquel camino. “Justo donde se recortan las siluetas de dos olmos allí en el horizonte, en el Monte de los dos olmos.”
Cuando llego a la cima me recibe una voz gutural: “Aquí no hay ningún comienzo, sino uno de los finales.”  Pego un salto. En el camino no hay dos olmos sino un hombre y una mujer clavados en el suelo hasta las rodillas. “Hola”, me dice ella. Al descubrir mi cara de estupor el hombre clavado en el suelo  me aconseja:
-Más le vale que se tranquilice y que se haga un hueco bien resguardado antes de que se ponga el sol, que luego todo son prisas.
No sé muy bien porqué pero me pongo a excavar un hoyo en el suelo. Ya me lo decía mi madre: “Si fulanito te dice que te tires de un puente tú vas y te tiras. No tienes remedio.”
Me introduzco en el agujero hasta las rodillas y quedo frente al hombre y la mujer. Ella me dedica una sonrisa. Sus ojos brillan, las pecas exhibidas en sus turgentes  pechos bailan y sus redondas mejillas llamean.
-Somos una pareja abierta –me aclara.
El tiempo pasa mientras el bosque se ruboriza con las hojas otoñales. Llanega –así se llama la mujer- tiene una desbordante imaginación para el sexo…  aunque en el actualmente conocido como Monte de los tres olmos aún no he visto ni una sola seta.
No se puede tener todo.
FIN
La semana pasada quedé con una amiga y su nueva pareja en un bar de tapas. El pobre no conocía los especaculares efectos que me provocan los chistos cortos y malos:
 Ya avisé que era muy malo.
Bueno, y vuelvo con el tema de las setas que ya es plena temporada. Hoy me he preparado este plato:
TERNERA CON SETAS
Sofreír carne de ternera cortada en dados para estofar. Retirar del fuego y sazonar con sal y pimienta.
En el mismo aceite freír zanahorias, cebolla y patatas cortadas a taquitos.
Limpiar las setas (yo he usado níscalos, pero también se puede hacer este plato con setas en conserva) y añadirlas al sofrito. Incorporar la carne, 1 hoja de laurel, perejil picado y 1/4 de litro de vino tinto. 
Tapar la cazuela y dejar cocer media hora con el fuego al mínimo.
Parecía dinero fácil, pero todo formaba parte de un plan tramado por setas alienígenas y carnívoras para adueñarse de nuestro planeta...
¡Sigan mi consejo! Déjense guiar por la voz del bosque y salgan a buscar setas.