martes, 23 de junio de 2020

ORREP, PERRO AL REVÉS


- ¿Sabéis qué pasa cuando un perro ve a un hombre colgado boca abajo?
Cobalto, Topacio y yo mismo dirigimos nuestros soñolientos ojos desde nuestras cartas hacia Índigo.
- Pues que el perro se cree que es él quien está del revés -prosiguió Índigo-, y pegará un fuerte salto hacia arriba para ponerse en la posición correcta.
Nadie hizo ningún comentario ¿Y qué se podía comentar? Los relatos de Índigo, una vez contados, quedaban tan herméticamente cerrados como un huevo de gallina.
¡Índigo y su costumbre de contarnos historias en mitad de una mano! Eso exasperaba a Cobalto que carraspeó para amortiguar su nerviosismo. Llevábamos 20 horas seguidas de timba y el que más o el que menos se sentía irritable, sobre todo Cobalto que llevaba una racha fatal.
- Voy a encargar una pizza por teléfono -anunció Topacio.
- ¡Un momento! -masculló Cobalto- ¿A quién le toca dar?
- Pues a ti -respondió Topacio.
- ¡Siempre me toca dar a mí, leches!
- Joder, siempre que te toca, ¿no? –Topacio sonrió levemente intentando apaciguar a Cobalto con escaso éxito.
 Una vez encargado el pedido -pizza de berenjenas y salami con doble de mozzarella- Topacio  volvió a ocupar su puesto mientras un ceñudo Cobalto nos arrojaba, más que repartía, los naipes.
- Índigo: una.
- Yo: dos.
- Topacio: servido.
- Para mí, también dos. – Cobalto empezaba a mostrar una palidez enfermiza, como la de esos peces ciegos y albinos que nadan en las cuevas.
¿Sabéis qué jugada es la que se conoce como La Mano del Hombre Muerto?
Ya estamos otra vez con lo de Índigo. Ni el sonoro carraspeo de un cada vez más sombrío Cobalto consiguió amilanarle.
- Es la jugada que Wild Bill, el famoso pistolero, llevaba en la mano cuando jugando al póker en una taberna le pegaron un tiro por la espalda. Bill tenía un ful de ochos y...
- ¡AAARRG!!!!!
 Todos los jugadores nos quedamos petrificados al oír el alarido de Cobalto. Vimos su cara roja, con la lengua asomando entre los dientes. Farfulló algo y se cayó hacia atrás con las manos crispadas en el tapete verde llevándose consigo un Niágara de cartas, monedas, ceniceros repletos de colillas, tazas de café y latas de cerveza quedándose tendido en el frío suelo de gres.
La brisa que entraba por la ventana nos cosquilleaba la nuca mientras mirábamos expectantes a Topacio apoyando el oído en el pecho inerte de Cobalto. Nos sobresaltó el sonido del timbre. La pizza.
- Está muerto -Topacio meneó la cabeza-. Un infarto.
- ¿Qué se hace en estos casos? -dije yo.
- Pues sacar los ochos –sentenció Índigo.
Asentimos en silencio.El timbre volvió a sonar con zumbona insistencia. Al repartidor le esperaban aún muchos pedidos y si se retrasaba más de los 30 minutos estipulados tendría que pagar un recargo de su propio bolsillo.
FIN
ES PELIGROSO JUGAR AL POKER CON CARTAS DE TAROT
PROFESOR SIBELIUS
Un relato de Melmoth con el que me siento muy identificado:
 Un hombre era tan distraído que, por la noche, antes de acostarse, dejaba su ropa por cualquier parte y a la mañana siguiente nunca era capaz de encontrarla. Tanto que llegó a dudar si desvestirse. Decidió anotar en un papel los diferentes lugares donde ponía sus cosas. Por supuesto, olvidó dónde había metido el papel. Entonces escribió en un segundo papel dónde había guardado el primero. Perdió el segundo papel, y así sucesivamente. Cambió de método y utilizó la grabadora de voz de su móvil, antes de acostarse, los lugares exactos en donde había colocado cada una de sus cosas, pero puso el móvil en algún sitio y no fue capaz de encontrarlo. Por fin, combinando distintos métodos, una mañana logró recuperar todas sus cosas. Por primera vez, después de mucho tiempo, se sentía muy satisfecho. Oyó entonces una voz que desde lo más profundo de sí mismo le preguntaba:

-¿Y tú? ¿Dónde estás tú?
FIN
RECETA: LA AUTÉNTICA PASTA CARBONARA
Un chef italiano me dijo que la carbonara con crema de leche fue un invento de los soldados americanos de la posguerra: "Traían sus raciones de leche, tocino y huevos a las trattorias y pedían que les hicieran un plato de pasta con ello. En Roma la preparamos así:"
Cortar la panceta o bacon en tiras finas y saltear hasta que se dore un poco.
Batir 1 huevo por persona en un bol con parmesano rallado y pimienta negra.
Cocer los espaguetis en agua salada, escurrir y echarlos a la sartén (el fuego ya estará apagado) remover durante 1 minuto y añadir la mezcla de huevos y queso. Yo lo remuevo todo junto justo hasta que el huevo empieza a cuajar, y así me quedó (Foto de Silvina) :


lunes, 15 de junio de 2020

LA GALAXIA DEL HUEVO FRITO

Después de una maratoniana sesión de siete horas de DVD de Star Trek es lógico -como diría Spock- que empiece a sentir algo de hambre. Me preparo un par de huevos fritos acompañados de pimientos del Padrón –unos pican, otros non- lo más parecido a una ruleta rusa gastronómica. Me viene una importante secreción de saliva cuando estoy a punto de mojar el pan en el huevo frito de la derecha. Aprieto suavemente la dorada yema con el trozo de pan y ¡Paf! El líquido se esparce por el plato tiñendo el fondo de naranja galáctico bordeando la isla de pimientos. Suena el teléfono. Me imagino que el timbre es una alarma y que el trozo de pan es la nave Enterprise en misión de salvamento para rescatar a los pimientos del Padrón, naves tripuladas por seres del planeta Galixia, que habían aterrizado en sitio equivocado: el planeta Platosh, de atmósfera aceitosa e irrespirable. Hay que rescatarlos antes de que queden atrapados por un líquido amarillo y corrosivo que atrapa inmisericorde a los que entran en contacto con él. 
 Mientras estudio la estrategia a seguir me como uno de los pimientos. Esa nave-pimiento explota dentro de mi boca -es de los picantes- ¡Zas!y esparce el ardiente combustible provocandome un escozor de cien pares de megatones venusianos. Me como las yemas para atenuar la quemazón creando sendos cráteres donde deposito las  restantes naves después de quitarles el rabito o propulsor para su mejor absorción. Los envuelvo cuidadosamente con una capa de clara y lo deposito todo sobre un transbordador de pan chapata. Una de las naves-pimiento no ha quedado bien acoplada y cae al vacío es decir, al plato, pereciendo su tripulación en el acto. Para evitar más incidentes abro la boca todo lo que puedo y engullo enteramente la flotilla para que se alojen en la seguridad de mi esófago-transportador. Mastico, misión cumplida…qué rico. El teléfono ha dejado de sonar y estoy satisfecho. Lleno un vaso de vino. La tripulación del Enterprise se ha ganado una ronda por el éxito de su misión de salvamento.
FIN
Cuidado que Melmoth ha escrito un relato muy inquietante:
HOY EMPIEZA EL MUNDO
Lo que empieza hoy no es más que una consecuencia del otro mundo desaparecido.
Vivo en un sexto piso y ya ha empezado a subir una horda de salvajes por las escaleras hasta la primera planta. Ruido de puertas que se echan abajo. Saqueos, voces guturales y peleas. Todo esto me lleva a pensar que lo que rapiñan no se reparte a partes iguales. Hienas.
 No hay electricidad. Toda el agua potable que queda está en los depósitos a muy bajo nivel. Los alimentos escasean y todos los supermercados han dejado ya de abastecer tras los primeros saqueos vandálicos por parte de la policía cuando todavía merodeaban por las calles. Me siento verdaderamente jodido, incapaz de integrarme a esta nueva situación. No me veo saliendo a la calle como un depredador en busca de sustento a cualquier precio. La ley de la nueva supervivencia se me hace demasiado grande. Este nuevo mundo no es para mí. Soy leyenda, como el personaje de la novela de Matheson, pero sin haber realizado todavía ninguna proeza.
Ruido ensordecedor en la tercera planta. Siguen subiendo. Los pasos se multiplican y las reyertas se vuelven más violentas. Me asomo a la ventana y miro hacia abajo, el espectáculo es desolador. La única gasolina que queda está en los depósitos de los coches, autobuses y camiones abandonados. Otra explosión a lo lejos. Más disparos. Un camión se acerca con la marcha forzada…
 Un fuerte golpe en la cuarta planta. Gritos ensordecedores. Me dirijo hacia la puerta y la abro con mucha cautela y salgo al rellano. Miro por el hueco de la escalera y veo unos brazos arrojando un cuerpo vivo al vacío. Me introduzco de nuevo en mi piso y echo la cadena. Abro la única botella de vino que me queda y me sirvo una copa. Mis manos tiemblan de miedo. Enciendo lo que posiblemente será mi último cigarrillo.
 Han alcanzado la sexta planta.
FIN
MUY AGUDO, PROFESOR SIBELIUS
Otro fichaje de lujo para Borgo: Frodo del magnífico FrodoBlog inaugura la serie Humor Argentino.
Ha quedado claro que en esta entrada los huevos son protagonistas, y Melmoth pone su grano de arena:
Dante fue abordado por un desconocido que le preguntó:
-Un huevo- respondió brevemente Dante sin volverse siquiera.
Pasaron cinco años.
El mismo hombre volvió a encontrarse con Dante, le preguntó:
-¿Con qué?
-Con sal -. Respondió Dante al pasar.
RECETA: HUEVOS RANCHEROS 
Necesitaremos: huevos, 1 bote de frijoles marca GOYA, 1 lata de jalapeños, salsa de tomate
Poner en una cazuelita de barro o metal frijoles con salsa de tomate o salsa mexicana Old El Paso y unas rodajas de chiles jalapeños.
Introducir en el horno a 200º. 5 minutos después cascar un huevo y añadir a la cazuela.
Gratinar y 1 minuto después servir con tortillas para fajitas o burritos. 



viernes, 5 de junio de 2020

SEXO SIAMÉS


Cástor y Pólux –sus nombres artísticos-, eran dos hermanos siameses unidos de cintura para abajo. A partir de aquí eran idénticos y compartían muchas cosas aunque había una notable diferencia entre ambos: cuando estaban de gira Cástor dormía como un lirón, mientras que a Pólux le costaba mucho conciliar el sueño.
En el cuarto de un anónimo hotel Cástor roncaba despreocupadamente mientras Pólux tenía los ojos fijos en el alba color merluza que se acercaba tímidamente a la habitación. El pálido sol que asomaba entre los edificios era un somnífero amarillo pero Pólux seguía sin poder dormir. De repente tuvo una idea: ¿Y si me masturbo? Mamá puño y sus cinco hijas le ayudaban a relajarse en esos momentos insomnes.
Pólux empezó a maniobrar con infinita cautela, no quería despertar a su hermano. Su mano se movía ritmicamente, arriba y abajo. Bien, aquello parecía funcionar. Tenía visiones de tibias almohadas revoloteando sobre su cabeza y sobre cada una de ellas voluptuosas mujeres le dedicaban una lasciva sonrisa. Empezó a agitarse como un bote en medio de una marejada pero se detuvo al ver que su hermano se había despertado. Cástor le miró con ojos cargados de sueño y reproche:
-Esta noche no, Pólux. Estoy muy cansado y me duele la cabeza.
FIN
MELMOTH.: EMPRESA DE DEMOLICIÓN

El ser humano ha llegado a su final. El mundo está siendo desmontado pieza a pieza. Enormes máquinas desmontan todo aquello que ha sido construido a lo largo de la civilización. Estoy en un inmenso terreno donde una vez hubo una ciudad. Solo queda por desmontar el último edificio. Todos sus habitantes siguen estando aquí y sus vidas han dependido de lo que ahora ya no tienen, incluyendo el trabajo que les daban de comer: ayudar a desmontar el mundo. Somos miles, millones, los que nos empujamos y agredimos para trabajar en el último desguace. De repente, me doy cuenta de que todo esto es un absurdo inconmensurable. No hay para todos, y encima nos estamos matando inútilmente para trabajar solo un par de días más y luego todo se habrá acabado para siempre. Grandes máquinas desmontan el último edificio y miles y miles de personas luchan para trabajar en esa demolición y poder cobrar los últimos billetes que no les servirán para nada. ¿Es que nadie piensa? Me pregunto. Pero también estoy aquí intentando conseguir que me den este último y efímero trabajo. Luego, todo habrá terminado y todos los seres humanos nos encontraremos en un espacio infinito completamente vació. No me explico a dónde se han llevado todo lo desmontado; desde las pirámides de Egipto hasta la última barraca de feria.
FIN
EL ÚLTIMO DESCUBRIMIENTO DEL PROFESOR SIBELIUS
RECETA: POLLO A LA CARBONADA (Con cerveza negra)
Foto: Silvina. Dorar los trozos de pollo en aceite caliente. Retirar las piezas y dejarlas sobre un papel de cocina. En la misma sartén o cazuela sofreír cebolla cortada pequeña. Cuando esté dorada ponerla en un cuenco de batidora con 1 botellín de cerveza negra (yo uso Guinness o Bock Damm) y triturar.
Volver a poner el pollo en la sartén y añadir la mezcla de cebolla y cerveza. Tapar el recipiente y cocer con el fuego bajo durante 20 m.
Recomiendo antes de servir gratinar el pollo un par de minutos en el horno, así queda crujiente y acaramelizado.