martes, 13 de julio de 2010

MUERTAS SEDUCTORAS


The Black Cat (Satanás) basada muy libremente en un relato de Poe es una película muy peculiar: el primer film americano de horror psicológico, el primero en sugerir la necrofilia y en mostrar una misa negra. También es la primera vez en que coinciden Karloff y Lugosi pero no en igualdad de condiciones; como dice Javier Cortijo en su libro Karloff, el aristócrata del terror: “Karloff cobró el doble de sueldo que Lugosi lo que iba a convertirse en el primer martillazo en el primer clavo de su ataúd personal.”
Dirigida por el gran Edgar G. Ulmer, la película presenta al doctor Poelzig que vive con el cadáver embalsamado de su esposa en una fortaleza estilo Bauhaus edificada sobre el escenario de una sangrienta batalla de la Primera Guerra Mundial. Por cierto que Lugosi –capitán de caballería húngara en esa guerra- dejó patidifuso a Ulmer cuando le contó con nostálgica emoción que había mandado un pelotón de ejecución y que durante una cruenta batalla se escondió en una fosa común bajo una pila de cadáveres.
Observen a Karloff-Poelzig mirando tiernamente a su esposa reposando en su ataúd de cristal. Por cierto que el Código Hays de censura tomó cartas al respecto y publicó tras el estreno de Satanás un edicto anti-necrófilo: “Si se muestra a una muerta, evitar darle un aire seductor”.

2 comentarios:

Pepe Cahiers dijo...

Los censores nos persiguen hasta en la otra vida.

miquel zueras dijo...

Seguro que el señor Hays pensaba: "La culpa es de las funerarias que mira cómo las visten... ¡Si es que provocan!". Borgo.