-Un, dos, tres, probando -… desde su tarima, el alto
comisario Starlux se inclina sobre el micro y se dirige a los alumnos de la
Escuela Superior de Policía que abarrotan la sala -. Ahora, el inspector
Duralex les contará uno de sus más intrincados casos.
-¿Ven esta cinta de aquí? –Duralex se levanta y señala una
cinta tricolor colgada del único botón de su ajada gabardina -. Es la Legión de
Honor, la más alta condecoración francesa. Así fue como me la concedieron:
“La bella Josette, hija del gobernador de Sainte Omelette,
una isla francesa en el Caribe, se había casado con un científico a medio
exiliar llamado Iván. Al tercer día, se dio cuenta de que le habían robado un
valioso y largo alfiler de oro y diamantes. Como mi fama no conoce fronteras,
me llamaron para que investigara el caso.
Al llegar al palacio del gobernador fui recibido por las
sirvientas, todas nativas de piel color macadamia, vestidas solo con una falda
de lino. Increíble, créanme. Sus peras desafiaban las leyes de la grav… ¡Auch!
–Starlux le suelta una patada en la espinilla para que vaya al grano-. Bueno,
la estupenda Josette me dijo que respondía de la honradez de su servidumbre. En
la casa, además de su marido, vivían una cocinera murciana y cuatro perros.
Mi sexto sentido me incitó a sospechar del marido pero no
obstante, hice una radiografía a los cuatro perros, sin resultado.
Decidí sondear a la cocinera que suponía dispuesta a
colaborar por nuestra común cercanía geográfica. Simulé un encuentro casual
entre fogones y empecé hablando sobre el tiempo para romper el hielo.
Pasamos a compartir los últimos chascarrillos sobre política
actual y derivamos a otros temas como la última traducción de los versos de
Horacio hecha por Kurtel que la cocinera no aprobaba: “Eze Kurtel, zeñó, tiene
la hiel de Juvenal en lugar de la sutil ironía de Horacio…” ¡Uaaah!!!! – nuevo patadón de Starlux-. Decidí no perder más
tiempo y cortar por lo sano. Agarré a la cocinera por los talones, la puse boca
abajo y la sacudí con fuerza a ver si caía el dichoso alfiler pero solo
salieron de sus bolsillos un lápiz mordisqueado, llaves y algunas monedas.
Me dirigí al encuentro de la hermosa Josette y solicité
interrogar a su marido. “Iván lleva dos días en su laboratorio trabajando en un
acero deslizante para las barras de las stripers”, me dijo. Empuñando mi
pistola Luger por si las moscas abrí de una patada la puerta del laboratorio.”
¡Ajá!”, exclame triunfal. Como yo suponía, el marido tenía el alfiler.
Lo tenía precisamente clavado en la espalda, bajo el
omoplato izquierdo. El resto de Iván estaba tendido sobre una cara alfombra
afgana empapada de sangre.
Después del entierro, el gobernador me condecoró y la guapa
Josette, emocionada, se echó a mis brazos, momento que aproveché para meterle
mano y volví a casa muy ufano. ¡Huy, he hecho un verso! Jú, jú. Soy la monda…
¿Alguna pregunta? –un alumno levanta la mano- Desembucha, jovenzuelo. Tengo la
obligación de instruirte.
-Pero señor inspector… ¿y qué hay del asesinato?
-¿Qué asesinato?
El público enfervorizado aplaude con entusiasmo, sacan en
volandas al inspector Duralex del auditorio y lo arrojan al estanque de los
patos.
PRESENTACIÓN DE MI LIBRO
El 17 de marzo, jueves, a las 19h. presento Sombras y siluetas en el FNAC La Maquinista de Barcelona (Centro Comercial La Maquinista. Paseo Potosí,2)
Lo presentará la escritora, locutora y cantante Vanessa Martí. Coincidí con ella en una lectura de relatos eróticos el pasado noviembre en Tarragona (foto) y condujo fantásticamente bien aquel evento tan divertido.
Venga, animénse, que me gustaría conocer personalmente a mis compañeros blogueros. Cuantos más, mejor. Hasta Nosferatu me ha prometido acudir que tiene muchas ganas de lucir su nuevo look.