Drácula se dispone a morder la yugular de una atractiva campesina subyugada por el poder hipnótico de su mirada cuando les interrumpe el sonido de un móvil. La muchacha mira a la pantalla donde se lee un misterioso Número desconocido.
-¿Diga?
Unos segundos de extraños crujidos y luego:
-Hola. ¿Es usted la titular de esta línea?
-Sí.
-Muy buenos días. Le habla Doralis García. Llamo de Rocktel para informarle sobre una promoción consistente en la instalación de una línea adicional en su domicilio.
-Gracias pero no creo que me interese...
-¿Cómooo? -Doralis finge sorpresa- ¿Sin escuchar antes las condiciones de esta oferta?
-Es que...
-Le garantizamos interesantes descuentos en su facturación.
-Mire, es que me pilla en un mal momento.
-Oh, no será más de un par de minutos.
-Es que ahora no me va nada bien, en serio.
-Bueno, pues dígame cuál es el mejor momento para llamarla.
-Verá, es que ahora no sabría...
La foto recoge el preciso instante en que Drácula pierde los estribos y se acuerda de la madre que parió a los operadores de telefonía móvil y su publicidad.
Y encima está empezando a amanecer.
domingo, 28 de julio de 2013
lunes, 22 de julio de 2013
METAMORFOSIS DE SÁBADO NOCHE (RELATO)
El fornido portero de la discoteca Zyklon tiene aspecto intimidatorio pero cuando Nico se acerca a la entrada sonríe afable y le sostiene el brazo con delicadeza, como si tomara la mano de una chica, antes de imprimir una cifra en su muñeca con un marcador de tinta azul. "Es por si decides salir" -le aclara el portero retirando un cordón de terciopelo rojo.
Al entrar en la sala Nico es acogido con un estallido de música -Coldplay- inspecciona la pista de baile y se sorprende al ver que sólo hay mujeres. Excepto él, no se ve ni un hombre. Nico se ve pronto rodeado de cuerpos que bailan espasmódicamente y no tarda en fijarse en una chica esbelta de lacia y lustrosa cabellera que cimbrea sus caderas en el centro de la pista. Nico se le acerca sonriente pero al advertir su presencia la chica le dirige una mirada que revela un hosco desinterés. Hay algo incierto y neblinoso en su expresión.
Ante el asombrado Nico ocurre ahora algo extraordinario. Los gestos, las sonrisas y las miradas de las jóvenes experimentan una metamorfosis: sus gestos sensuales se convierten en bruscos, sus brazos carnosos y suaves se endurecen. En unos instantes aquellas muchachas se han convertido en hombres. Son hombres con barba rala y mirada sombría. Nico siente el mismo miedo y estupor que Odiseo al ver como la hechicera Circe transformaba a su tripulación en animales.
Hasta la música ha cambiado. Coldplay ha sido sustituido por una extraña algarabía ejecutada por un cuarteto de cuerda que toca en un rincón. Cuatro violinistas de aspecto miserable que visten ¿un pijama? No, un raído uniforme a rayas, el mismo que ahora lleva el aturdido Nico.
-Achtung! -grita alguien.
Es el portero que ahora parece mucho más temible de uniforme gris verdoso y gorra con reluciente calavera. Sus cuencas vacías parecen mirar fijamente a Nico.
-Neun Tausend Neunhundert Drei! (¡Nueve mil novecientos veintitrés!) -El portero señala con una fusta la mano izquierda de Nico. El joven examina su muñeca y descubre el número 9923 tatuado con tinta azul.
-Folge mir! (¡Sígueme!)
Nico sigue la ancha espalda uniformada por un lóbrego pasillo. Llegan a lo que parece una sala de calderas que despiden un olor acre. Las cenizas revolotean como letales copos de nieve. El portero indica a Nico que alimente el fuego de los hornos.
Nico empieza a echar paletadas de carbón. El portero se marcha haciendo resonar los tacones de sus botas en el suelo.
RELATO BLOQUEADO
No crean que me he olvidado de Toc, toc, toc... Al final me he decidido por el desenlace de Ricard del estupendo blog Classics de cinema. Me ha costado lo mío pues me han enviado finales muy buenos. Muchísimas gracias por dedicarme su tiempo y un poco de inspiración. Había muchas ingeniosas soluciones para explicar esos extraños ruidos del piso de arriba.
En agosto Borgo no cierra pero publicaré el relato completo en septiembre con algún que otro dibujito.
Gracias de nuevo y hasta pronto.
Al entrar en la sala Nico es acogido con un estallido de música -Coldplay- inspecciona la pista de baile y se sorprende al ver que sólo hay mujeres. Excepto él, no se ve ni un hombre. Nico se ve pronto rodeado de cuerpos que bailan espasmódicamente y no tarda en fijarse en una chica esbelta de lacia y lustrosa cabellera que cimbrea sus caderas en el centro de la pista. Nico se le acerca sonriente pero al advertir su presencia la chica le dirige una mirada que revela un hosco desinterés. Hay algo incierto y neblinoso en su expresión.
Ante el asombrado Nico ocurre ahora algo extraordinario. Los gestos, las sonrisas y las miradas de las jóvenes experimentan una metamorfosis: sus gestos sensuales se convierten en bruscos, sus brazos carnosos y suaves se endurecen. En unos instantes aquellas muchachas se han convertido en hombres. Son hombres con barba rala y mirada sombría. Nico siente el mismo miedo y estupor que Odiseo al ver como la hechicera Circe transformaba a su tripulación en animales.
Hasta la música ha cambiado. Coldplay ha sido sustituido por una extraña algarabía ejecutada por un cuarteto de cuerda que toca en un rincón. Cuatro violinistas de aspecto miserable que visten ¿un pijama? No, un raído uniforme a rayas, el mismo que ahora lleva el aturdido Nico.
-Achtung! -grita alguien.
Es el portero que ahora parece mucho más temible de uniforme gris verdoso y gorra con reluciente calavera. Sus cuencas vacías parecen mirar fijamente a Nico.
-Neun Tausend Neunhundert Drei! (¡Nueve mil novecientos veintitrés!) -El portero señala con una fusta la mano izquierda de Nico. El joven examina su muñeca y descubre el número 9923 tatuado con tinta azul.
-Folge mir! (¡Sígueme!)
Nico sigue la ancha espalda uniformada por un lóbrego pasillo. Llegan a lo que parece una sala de calderas que despiden un olor acre. Las cenizas revolotean como letales copos de nieve. El portero indica a Nico que alimente el fuego de los hornos.
Nico empieza a echar paletadas de carbón. El portero se marcha haciendo resonar los tacones de sus botas en el suelo.
RELATO BLOQUEADO
No crean que me he olvidado de Toc, toc, toc... Al final me he decidido por el desenlace de Ricard del estupendo blog Classics de cinema. Me ha costado lo mío pues me han enviado finales muy buenos. Muchísimas gracias por dedicarme su tiempo y un poco de inspiración. Había muchas ingeniosas soluciones para explicar esos extraños ruidos del piso de arriba.
En agosto Borgo no cierra pero publicaré el relato completo en septiembre con algún que otro dibujito.
Gracias de nuevo y hasta pronto.
lunes, 15 de julio de 2013
ESTO ME PASA POR PREGUNTAR
Una noche de sábado, cada dos meses, tengo en casa una timba de póquer que dura hasta el amanecer. Uno de mis compañeros de juego se llama Karl (no es su verdadero nombre; luego entenderán el porqué) un corpulento danés de 105 kilos de peso aunque lo más llamativo son sus largas pestañas amarillas que enmarcan unos ojos negros, como si tuviera girasoles en lugar de ojos.
Cuando se sienta a jugar la silla cruje y reparte cartas haciendo resonar sus gruesos nudillos sobre la mesa pero ahora percibo algo distinto: no veo el cenicero que durante las partidas Karl atiborra de colillas. En mi casa se puede fumar, naturalmente ¿Qué es una timba sin humo?
Hacia las seis de la mañana apenas distinguimos los palos de las cartas en la penumbra. Los ojos nos escuecen y hacemos una pausa. Un alba color merluza empieza a iluminar la sala mientras David va al lababo, Aleix lía unos cigarrillos y Karl me acompaña a la cocina. Le pregunto cómo lo ha hecho para dejar de fumar. La tenue luz del amanecer invita a la confidencia:
-Pues gracias a mi mujer -Dice Karl mientras saca unos botellines de la nevera-. Montserrat, ya la conoces.
La conozco. Una mujer imponnte. Karl siempre se ha sentido atraido por mujeres recias y autoritarias. El hecho de compartir nombre con una montaña ya sugiere dureza e inaccesibilidad.
-Empezó como un juego privado entre nosotros -Karl despacha una cerveza en dos tragos-, cuando Montserrat entraba en casa y notaba el olor a tabaco se poná muy seria y me decía: "Karl, ven aquí" Me ordenaba bajarme los pantalones, agacharme... y entonces me metía un dedo en el ano.
Ahora sí que Karl ha conseguido hacerme alucinar en colores.
-Me introducía el índice en el culo -precisa Karl.
-Gracias, Karl pero ya lo había pillado a la primera.
-Y lo cierto es que ha funcionado -asegura Karl cogiendo otra cerveza.
Volvemos a la mesa para jugar ahora al póker semidescubierto, el que se jugaba en el Oeste: dos cartas en mano y cinco en mesa que se muestran de una en una apostando cada vez. Se liga la jugada con dos cartas en la mano y tres cualquiera de las de la mesa.
No consigo concentrarme en el juego. Es lógico imaginándome al armario de Karl con sus 105 kilos agachado con los pantalones en los tobillos y el dedo barrenador de Montserrat alojado en su esfínter. Una demoledora visión que no consigo apartar de mi mente.
Además, David nos despluma con una doble pareja de ases y nueves, muy apropiado; La mano del hombre muerto.
El 2 de agosto de 1876 Will Bill Hickock, famoso pistolero, sheriff y jugador profesional se le desparramaron las cartas -y los sesos- sobre el tapete verde al recibir un tiro en la nuca cuando jugaba al póquer semidescubierto en un saloon de Deadwood (Dakota) Hickock se disponía a mostrar sus dos ases y dos nueves . Desde entonces esa jugada se conoce como La mano del hombre muerto.
Al menos, David me ha regalado una pequeña máscara africana que compró en Mali. "La elegí porque se te parece" -me dijo. La verdad, sí que le noto cierto parecido.
martes, 9 de julio de 2013
PULGASARI, UNA PELÍCULA DEMENCIAL
Pulgasari
(1985) Corea del Norte. Reparto: personal secuestrado y soldados del ejército
norcoreano.
(Taringa!)
El
delirante dictador norcoreano Kim Jong il se les adelantó: en 1978 ordena a sus
agentes secuestrar a su admirada actriz surcoreana Choi Eun-hee cuando se
encontraba de visita en Hong Kong. Su marido, el prestigioso director Sang-ok
se traslada a esa ciudad para investigar su paradero pero corre su misma suerte:
es también secuestrado y recluido en Pyongyang.
La pareja es obligada a
trabajar en la primera superproducción rodada en Corea del Norte: Pulgasari.
Una producción muy similar a la serie japonesa de Godzilla. Se trata de un
muñeco de dinosaurio hecho con arroz que al contacto con la sangre de una
campesina se vuelve gigantesco y ayuda a los campesinos a rebelarse contra un
tiránico rey.
Kim
Jong il era muy cinéfilo. Curiosamente su película preferida entre los miles de
títulos de su filmoteca era la hoy injustamente olvidada Corazonada (One from
the Heart, 1982) de Coppola. Llegó a verla más de cincuenta veces según su
proyeccionista.
La
historia tuvo un final feliz para Choi y Hang ocho años después de su
secuestro. Aprovechando una gira de promoción por Viena se fugaron
rocambolescamente atando sábanas y descolgándose por una ventana de su hotel
–se nota que habían visto mucho películas- consiguiendo refugio en la embajada
estadounidense.
Kim
Jong il siguió proyectándose filmes y derrochando 70.000 dólares al año en
coñac francés mientras su pueblo desfallecía de hambre hasta su muerte en el
2011 –En su cine privado mientras veía por enésima vez El padrino- siendo enterrado entre una
plañidera y uniformada multitud vestida de color verde lagarto.
SOY
LEYENDA
La
reciente desaparición del gran Richard Matheson ha provocado la consabida
reedición de su obra, especialmente I´m Legend, su novela más popular y
desastrosamente adaptada al cine –:como te pille, Francis Lawrence, te muerdo en
la yugular por tu versión con Will Smith- .He presentado estas dos propuestas
para la portada y de momento se lo están pensando pero parece que la de la derecha
tiene más probabilidades.
miércoles, 3 de julio de 2013
S.O.S. ESTOY BLOQUEADO
Cuando escribía este relato descarté el final previsto que no me convencía y ahora... no se me ocurre ninguno. ¿Me echan una mano para terminarlo? Pueden enviar sus ideas y sugerencias a este blog o a mi correo:
miquelzueras@hotmail.com
Si no tienen ninguna idea, da igual; sus comentarios serán bien recibidos. Venga, anímense a resolver el misterio de los golpes del piso de arriba. Publicaré el relato completo con dibujito y dedicatoria para el autor-autora del final.
TOC, TOC, TOC, TOC...
Juno ha invitado a Eva a cenar a su nuevo piso. Su reciente mudanza es un buen pretexto para una cena íntima y lo que salga. La velada promete: Eva se ha presentado con un vestido que empieza tarde y acaba pronto.
Eva, ayudándose con la cuchara, arremolina espaguetis a la putanesca con su tenedor. El cubierto se queda a medio camino de su boca cuando advierte que Juno dirige una fugaz mirada a su reloj y luego al techo. Hay una vela encendida , la luz ambarina se refleja en el mantel y en el rostro expectante de Juno.
-Escucha -...dice y señala arriba con el índice.
Suenan unos golpes. Vienen del piso de arriba. Parece que alguien golpea rítmicamente el suelo con un palo o un bastón.
-Cada día a esta misma hora le oigo golpear durante un minuto más o menos -precisa Juno.
Eva se concentra en el sonido. Sus labios parejos y carnosos se entreabren.
-Llevan una cadencia -dice-. Son golpes regulares: cuatro golpes, pausa y sigue de nuevo ¿Dices que siempre es a la misma hora?
-A las diez en punto de la noche. Podría ajustar el reloj cuando empieza.
Los golpes cesan bruscamente. Eva pregunta:
-¿Y siempre suenan igual?
-Es probable. Cada noche termina con cuatro golpes largos muy irritantes.
-¡Cuatro golpes largos! -los ojos de Eva se iluminan - Sí, algunos golpes eran rápidos y otros más intensos, como un código.
-¡Claro! Secuencias de golpes largos y cortos -asiente Juno- Puntos y rayas... ¡Morse! ¿Intenta enviar un mensaje? No sé como será ese vecino. Llevo apenas un mes en este piso y no conozco a casi nadie.
Eva sonríe con un entusiasmo contagioso.
-¡Qué interesante! Se me ocurre algo. Mañana podríamos volver a vernos aquí y anotaremos los golpes. Si es Morse podremos enterarnos de lo que dice tu misterioso vecino.
La decepción produce un sabor demolido en la boca de Juno. Le alegra que Eva vuelva mañana a su casa pero si ha dicho volver a vernos es que no piensa quedarse esta noche.
-Compraré algo de cena -dice ella-, no quiero hacerte trabajar más. Oye, esos espaguetis están buenísimos.
Dirige de nuevo su atención al plato. Juno suspira y responde con un murmullo de aprobación.
Cuando Eva se marcha Juno consulta en internet el código Morse. Cuatro golpes largos corresponden a la letra "O".
FIN (De momento)
ESPAGUETIS A LA PUTANESCA
miquelzueras@hotmail.com
Si no tienen ninguna idea, da igual; sus comentarios serán bien recibidos. Venga, anímense a resolver el misterio de los golpes del piso de arriba. Publicaré el relato completo con dibujito y dedicatoria para el autor-autora del final.
TOC, TOC, TOC, TOC...
Juno ha invitado a Eva a cenar a su nuevo piso. Su reciente mudanza es un buen pretexto para una cena íntima y lo que salga. La velada promete: Eva se ha presentado con un vestido que empieza tarde y acaba pronto.
Eva, ayudándose con la cuchara, arremolina espaguetis a la putanesca con su tenedor. El cubierto se queda a medio camino de su boca cuando advierte que Juno dirige una fugaz mirada a su reloj y luego al techo. Hay una vela encendida , la luz ambarina se refleja en el mantel y en el rostro expectante de Juno.
-Escucha -...dice y señala arriba con el índice.
Suenan unos golpes. Vienen del piso de arriba. Parece que alguien golpea rítmicamente el suelo con un palo o un bastón.
-Cada día a esta misma hora le oigo golpear durante un minuto más o menos -precisa Juno.
Eva se concentra en el sonido. Sus labios parejos y carnosos se entreabren.
-Llevan una cadencia -dice-. Son golpes regulares: cuatro golpes, pausa y sigue de nuevo ¿Dices que siempre es a la misma hora?
-A las diez en punto de la noche. Podría ajustar el reloj cuando empieza.
Los golpes cesan bruscamente. Eva pregunta:
-¿Y siempre suenan igual?
-Es probable. Cada noche termina con cuatro golpes largos muy irritantes.
-¡Cuatro golpes largos! -los ojos de Eva se iluminan - Sí, algunos golpes eran rápidos y otros más intensos, como un código.
-¡Claro! Secuencias de golpes largos y cortos -asiente Juno- Puntos y rayas... ¡Morse! ¿Intenta enviar un mensaje? No sé como será ese vecino. Llevo apenas un mes en este piso y no conozco a casi nadie.
Eva sonríe con un entusiasmo contagioso.
-¡Qué interesante! Se me ocurre algo. Mañana podríamos volver a vernos aquí y anotaremos los golpes. Si es Morse podremos enterarnos de lo que dice tu misterioso vecino.
La decepción produce un sabor demolido en la boca de Juno. Le alegra que Eva vuelva mañana a su casa pero si ha dicho volver a vernos es que no piensa quedarse esta noche.
-Compraré algo de cena -dice ella-, no quiero hacerte trabajar más. Oye, esos espaguetis están buenísimos.
Dirige de nuevo su atención al plato. Juno suspira y responde con un murmullo de aprobación.
Cuando Eva se marcha Juno consulta en internet el código Morse. Cuatro golpes largos corresponden a la letra "O".
FIN (De momento)
ESPAGUETIS A LA PUTANESCA
En una sartén con aceite de oliva bien caliente poner unos
filetes de anchoa removiendo con una cuchara de madera hasta que se disuelvan.
Añadir 4 dientes de ajo picado, aceitunas negras cortadas a rodajas, alcaparras
y una guindilla (o pimentón picante)
Saltear y agregar 2 tomates de lata enteros con su jugo y una
pizca de sal. Cocer a fuego mediano hasta que se haya disuelto el jugo.
Cocer la pasta en abundante agua salada y escurrir. Mezclar
inmediatamente con la salsa.
También queda muy buena añadiendo unas almejas y
un poco de vino blanco.
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