AVISO: me ha quedado un post algo guarro. Se siente.
En mi entrada El doblaje puede ser divertido (17 noviembre 2011) comentaba mi experiencia doblando una película porno y lo divertido de las improvisaciones. Últimamente voy a los Estudios Cronos donde presto mi voz a... un mejillón. Es un personaje de la serie de dibujos
Deep Blue Gang. Un mejillón muy mono que mueve las valvas cuando habla pero, claro, no es como doblar a Laurence Olivier, así que no me lo pienso dos veces cuando Cris -la directora de casting- pide una voz masculina para una prueba.
En el minúsculo despacho de Cris nos sentamos frente a frente y me alarga una hoja de guión: "Es un cortometraje porno -me dice- ¿Puedes leer esta hoja?"
Leo: "Ooooh, cómo me pones... Mira qué cacharro tengo para tu cuevita húmeda. Ponte a cuatro patas, nena, que te voy a dejar ese culito como la bandera de Japón. Ooooh ¡Qué gustooo!"...
Levanto los ojos y espero. Cris me está mirando con los ojos por encima de las gafas y una irónica sonrisa:
-Bueno, Miquel, si has podido decir esto sin reírte creo que puedes servir.
Ya formo parte de la banda sonora de
Bukkake Queen. Puede que alguien se pregunte ¿Y qué es un bukkake? El saber no ocupa lugar: es un subgénero del porno en que un grupo de varones se turnan para eyacular encima de la protagonista. Bukkake, por cierto, es una palabra japonesa que significa
salpicar.
Dos días después me presento en el set. Solo estamos una dobladora, el técnico de sonido y el director que nos dice:
-Podéis improvisar pero que cuadre con la escena. Si están en plena faena no digáis: "Bajo al estanco ¿Te traigo algo?" -reímos hasta que el director adopta un severo tono profesional -:La película dura veinte minutos pero vamos justos de tiempo, así que todos los
takes serán iguales. dos ensayos y a grabar.
Hay una protagonista y ocho actores. Yo hago todas sus voces pero no creo que nadie lo advierta. Además, no hablan mucho, más bien jadean. La chica aún habla menos pues casi siempre tiene la boca ocupada.
El trabajo no resulta complicado pero el técnico tiene muchos problemas con el reproductor de vídeo que se detiene a menudo y nos hace perder tiempo. El director suda copiosamente. Noto que la tensión aletea por el reducido y sofocante estudio.
Bukkake Queen está llegando al final. Lamento no haber improvisado pues es lo más divertido de estas grabaciones. En la pantalla aparece un primer plano del rostro de la chica con la boca desmesuradamente abierta y repleta de líquido seminal y entonces recuerdo cuando era niño y me llenaba la boca con polvorones. Me acerco al micrófono y grito:
-¡A VER SI AHORA PUEDES DECIR PAMPLONA!!!
Todos rompemos a reír. Es una pausa bienvenida que ha disminuido un tanto la tensión que oprime el ambiente. Unos minutos más tarde terminamos la sesión.
Ya habrán notado que las ilustraciones no tienen que ver mucho con el tema pero es que no me suelen pedir muchos dibujos de bukkakes.