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Un día al volver del colegio me sorprendió ver a mi primo con un grupo de amigos de su edad (20 años) hojeando el Vampus nº 48 de mayo del 75. Extraño, pues ellos solían leer cosas más elevadas y ver cine de arte y ensayo como lo llamaban entonces, pero lo que más me intrigó era que se estaban echando unas risas. El motivo era este anuncio de la página de ventas por correo: …”longitud total de 20 cm. Usted misma podrá liberarse de esa angustiosa sensación de fatiga.” Me explicaron -con un lenguaje algo más pedestre- que aquel anuncio era una forma discreta de vender vibradores (entonces llamados consoladores) o dildos, que en aquellos tiempos estaban prohibidos.
¡Ah, perverso Tío Vampus! Contribuiste a socavar lo que me quedaba de inocencia… claro que también podría ser una señal del destino, lo digo por la temporadita que trabajé como dependiente en un sex-shop. El mundo da muchas vueltas.
2 comentarios:
Ah, bien recuerdo aquellas páginas de anuncios del Vampus, donde junto a deseables caretas o guantes de monstruos, encontrábamos anuncios más incomprensibles como este... y yo no tenía primos que me lo explicasen...
Abuelito: en la entrada de este blog del 18 de setiembre hablaba de esos catálogos que nos ofrecía la Casa Moebius; "Espeluznantes máscaras" "Piel artificial que se arranca a tiras..." El hijo del propietario fue mi compañero de pupitre escolar. Aunque no me dijo nada de dildos misteriosos. Saludos. Borgo.
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