miércoles, 22 de junio de 2022

AUTOSTOP

Un autoestopista aparece de repente iluminado por el haz de luz de las largas de un coche. El conductor aprieta el freno de pie y detiene el coche a su lado. El autoestopista asoma la cabeza por la ventanilla y pregunta:

-¿Va usted a la ciudad?

-Sí –responde el conductor-. Suba.

Viajan en silencio, esto le gusta al conductor pues en sus tiempos jóvenes de autoestopista le irritaba que los automovilistas le atosigaran con preguntas tipo “¿Porqué vas allí?” “¿A qué te dedicas?…”

 La impenetrable oscuridad les rodea. Una lechuza ulula en la distancia extrañamente diáfana por sobre el ruido del motor. El conductor distingue la parpadeante luz roja de un paso a nivel y se detiene ante la barrera. El autoestopista rompe su silencio:

-Le agradezco mucho que me haya recogido. La gente desconfía de los autoestopistas por todas esas historias que cuentan…

-¿Qué clase de historias?

-Historias sobre gente que recogen y resultan ser maleantes, asesinos… - prosigue el autoestopista-. Mire, yo trabajo en el INI –Instituto Nacional de Estadística- y me paso el día examinando todo tipo de datos e informes. ¿Sabe cuál es la probabilidad de recoger un autoestopista homicida? ¡Una entre cien mil!

En ese momento se oye el sonido de un tren acercándose a ciento veinte kilómetros por hora. El ruido vibrante de los raíles se va haciendo más y más fuerte.

-Pues yo me sentía muy tranquilo cuando le he recogido –dice el conductor abriendo la guantera y sacando un enorme cuchillo-. Las probabilidades de que coincidan dos asesinos en serie en un mismo coche deben ser de una entre un millón.

El estruendo que produce el tren al pasar por el paso a nivel ahoga los gritos que proceden del coche. 

EL PROFESOR SIBELIUS MUESTRA SU ÚLTIMO DESCUBRIMIENTO

MARIVÍ
LA RECETA: PASTA CON SALSA PESTO. Foto: Silvina.
Hay que aprovechar que ahora es temporada de albahaca fresca.

Mientras se cuece la pasta en agua salada triturar en la batidora 1 puñado de hojas de albahaca, 1 docena de piñones, 1 chorrito de aceite de oliva y 2 dientes de ajo cortados en láminas. 
Escurrir la pasta y servir con la salsa. Aconsejo queso pecorino rallado. 


 

viernes, 10 de junio de 2022

POTI POTI

Otra de esas entradas con un poco de esto y de lo otro.

SERVICIO A DOMICILIO

Latro y Cinio, dos ladrones de pisos, entran en una casa con el método de introducir una radiografía por el hueco de la puerta. El piso es lóbrego, no entra la luz del día, Latro enciende una linterna y pasea el disco iluminado por los muebles. Penetran en la casa vacía percibiendo una hostilidad sorda en las maderas y las telas.

En la cocina revisan el cajón de la cubertería. Cinio chasquea la lengua.

-Aquí hay tanta plata como en mis calzoncillos.

Ruido metálico. Una llave que abre el cerrojo. Los cacos buscan un escondite. “A la despensa” –susurra Latro iluminando una puerta.

Entran en la despensa, cierran la puerta y se ovillan en la oscuridad pero en seguida los alumbra la luz que entra por el cerrojo cuando alguien pulsa el interruptor de la cocina. Otra vez ruido metálico, oscuridad y de nuevo la luz cuando retiran la llave. Los han dejado encerrados.

Latro mira por el ojo de la cerradura. Ve una mujer enorme, de fuertes brazos rollizos que empuña algo que parece un gran cuchillo de limpiar pescado.

-¡Ladrones! –grita una voz femenina que retumba como un trueno-. ¡Robando a una humilde pescadera jubilada! Voy a llamar a la policía!

-¡Eso sería nuestra tercera detención! –jadea Cinio-. ¡Reincidencia! ¡Nos va a caer un buen paquete!

-Chist!!! –sisea Latro, y dirigiéndose a la ex-pescadera-: Señora, creo que podemos entendernos. Mi compañero y yo hemos llegado a esta situación porque somos fontaneros en paro, pero muy manitas. Su piso necesita unos arreglos urgentes y podríamos encargarnos de ello.

-Hummm… está bien –concede la señora después de un breve silencio-. ¿Tenéis herramientas?

-Las de revientapisos –interviene Cinio-, martillo, tenazas, un soplete…

-Os daré el maletín de bricolaje de mi difunto marido –asiente la señora y vuelve a bramar-: ¡Salid, pero ojito con intentar nada! He usado este cuchillo para limpiar tripas de pescado durante cincuenta años y os puedo convertir en sudoku a los dos.

-Se dice sushi –apunta Latro.

-¡A callar! –ordena la señora señalando el grifo de la cocina con su cuchillo-. Hay que cambiar la junta de cierre de este grifo que no para de gotear. ¡Venga, arreando!

UNA SEMANA DESPUÉS

 La señora sonríe satisfecha sentada en el salón mientras añade unos prudentes chorritos de coñac a su café. La casa luce espléndida, el alicatado del suelo está revestido con azulejos nuevos, la pintura de las paredes ha sido renovada... Latro y Cinio se han empleado a fondo con las roturas de las tuberías eliminando goteras y humedades luego repararon las fugas de agua de la cisterna y ahora el piso se ve nítido y brillante por las luces LED que instalaron.

-¡Chicos! –dice removiendo el café- ¡Venga, que es la hora del bocadillo! Descansad un ratito…

-¡Bueno, señora. Pues nos vamos al bar y enseguida volvemos- dice Latro secándose las manos con un trapo-. Ya hemos reparado el mecanismo de las persianas que estaban muy dañados.

-Oye, Latro –dice Cinio mientras se dirigen hacia la puerta-. He pensado que podríamos cambiar la cerradura a la señora, una de esas de alta seguridad, con teclado electrónico.

-Sí –asiente Latro-, que hay mucho ladronzuelo suelto.

La señora se sirve más café con coñac y suspira:

-¡Qué gran cosa eso del Síndrome de Estocolmo!

¿DÓNDE VAN LOS ARMADILLOS CUANDO MUEREN?






Recientemente nos ha dejado Ray Liotta, tuve un fugaz encuentro con él en Londres.
Tachán! Un plato inventado por mí.
LA RECETA: PLATO RÍO-MAR

Poner en el horno una trucha abierta y sin espinas, rociar con aceite de oliva y cocer 20m. a 180º
Freír gambas peladas en aceite con unas láminas de ajo. Añadir 1 vaso de vino blanco y 2 cucharadas de tomate concentrado. Triturar con la batidora.
Servir la trucha con la salsa de gambas por encima.