Diez años, ya... gracias, muchísimas gracias a todas y todos
por dar vida a este blog con vuestros comentarios siempre tan interesantes de
leer. Gracias por opinar, comentar o simplemente echar un vistazo por aquí. Lo
que empezó como una ventana donde mostrar mis ilustraciones –esa era la idea-
también me ha ayudado para compartir con más gente mis anécdotas, relatos,
curiosidades y frikadas varias. Para esto y aún más cosas. Un abrazo desde mi
querida Transilvania que es su casa.
He decidido hacer una entrada típica borgiana (de Borgo) con
dibujos, receta, un poco de esto y lo otro…
Un micro de Melmoth sobre un tema, por desgracia, muy actual.
UN DÍA COMO OTRO
El albañil se levanta, a son del despertador, medio aturdido
y algo resacoso. Se dirige hacia el cuarto de baño. Orina. Se rasca el culo. Se
dirige hacia la cocina y prepara la cafetera. Se sirve un café. Mastica sin
ganas unas rancias tostadas. Contempla el líquido negro que contiene su taza y
se dice que su vida es una mierda; que cada día es lo mismo y que nunca ocurre
nada especial que fracture su rutina. Hoy será un día como otro; como tantos. Se subirá al andamio para estar más cerca de
ese cielo frío y gris de París. Seguirá reparando el tejado.
No sabe que hoy cometerá un estúpido error que hará arder
Notre Dame.
Supongo que ya
conocen ese cuadro Premonición de Guatave Freimont. Quieren hacerlo pasar por
una predicción que ese pintor plasmó en un lienzo en 1914. Pues bien, es un
fake como una casa.
De hecho ni siquiera se titula así, su verdadero nombre es
El incendio de la Catedral de Reims, Freimont nos dio su versión al óleo del
bombardeo alemán que el 20 de septiembre de 1914, en los primeros días de
la Gran Guerra, destruyó esa catedral.
Nada que ver con Notre Dame de Paris.
Me extraña que aún nadie haya sacado por medio al socorrido
Nostradamus, pero una cosa está bien clara: Ibáñez sí es un fenómeno; vaticinó lo de
las Torres Gemelas en un cómic de Mortadelo y Filemón publicado en 1993, ocho
años antes del célebre atentado:
Para esta ocasión tan especial he improvisado un plato de
pasta. Lo he llamado MACARRONES DIEZ AÑOS:
Sofreir en una sartén calabacines, zanahoria y puerro
picados. Cuando tomen color añadir champiñones cortados a láminas y carne
picada.
Cuando la carne se vea cocida verter 1 vaso de vino blanco,
dejar reducir con el fuego alto y después bajarlo al mínimo para añadir 1 brick
pequeño de crema de leche.
Cocer agua pero no poner sal hasta que rompa a hervir (me lo
dijo Andrea, un cocinero italiano) Cuando los macarrones estén casi hechos
añadir a la salsa un poco del agua en que se cuecen (otro consejo de Andrea)
Escurrir, mezclar con la salsa y servir con un buen
parmesano.
Y termino con el fastuoso vídeo Drácula Ye-Ye, que además
empieza con unos planos del mismísimo castillo que aparece en mi cabecera. ¡A
bailar!!!