jueves, 16 de marzo de 2023

ADIÓS, BORGO

Borgo cierra el castillo y alza el puente levadizo.

Lamento mucho finiquitar el blog, pero hay motivos: sequía creativa –no se me ocurren nuevas historias- y voy a necesitar más tiempo ya que parece que pronto empezaré a publicar periódicamente en una revista (cruzo los dedos) y quiero colaborar con Silvina en la librería que pensamos abrir en Barcelona. De momento estoy haciendo logos y dibujos.

Borgo ha sido para mí una maravillosa experiencia. Además de poder mostrar mis ilustraciones y relatos me ha permitido conocer a mucha gente, con algunos conseguí una relación amistosa que espero y deseo mantener por mucho tiempo.

Y sobre todo, GRACIAS. Por visitarme, comentar… acompañarme durante casi catorce años.

En mi última entrada no podía faltar una receta:

OSOBUCO


Se obtiene de la parte baja (morcillo) de las patas de ternera.

Salar y pasar el osobuco cortado en rodajas por harina. Rehogar en aceite y añadir cebolla, zanahoria picada, y un vaso de vino blanco.

Cuando la carne tome color se pasa la salsa a un cuenco de batidora, añadir una anchoa y una cucharada sopera de perejil y triturar.

Tirar la salsa por encima del osobuco, espolvorear con perejil picado y terminar de cocer en sartén o cazuela unos diez minutos.

Recomiendo acompañarlo con arroz blanco salteado, champiñones o judías verdes.

Chicos, despídanse:

Y termino con una noticia feliz: Silvina, mi porteña favorita y yo ¡hemos decidido casarnos!!!


Abrazos a todas y todos. Nunca os olvidaré.

Saludos.

Borgo.

 


sábado, 4 de marzo de 2023

EL BORRACHO DEL PUEBLO

 

Ivo Gaceta, reportero freelance, se dirige en su coche hacia el pueblo de Bastión; una villa que ha permanecido inalterable y con sus propias leyes desde tiempos medievales. Seguro que eso merece un reportaje.

Es un día de calor infernal. Un neumático recalentado estalla silenciando a las cigarras. La carretera muere repentinamente en el pueblo. Ivo entra en la calle principal. Derrapa. El coche se dirige como un mísil hacia la cristalera de una heladería y la atraviesa. Ivo queda empotrado frente a las cámaras frigoríficas.

 Magullado, descubre que se ha llevado a alguien por delante. Hay un hombre dentro de una nevera rodeado de cristales rotos y cubierto de gelatina de fresa. Aun aturdido Ivo piensa: “Parece un insecto marica atrapado en ámbar rosa”. Sale del coche caminando entre charcos de gelatina rosa hacia el hueco que el coche ha abierto en la fachada y descubre que todo Bastión está allí. Le tienden los brazos, le arrojan besos, y entonces, Ivo se desmaya.

Luz. Dolor. Ivo despierta. Desde una mesilla, un hombre de aspecto afable le saluda con una sonrisa. Está claro que se encuentra en una habitación de hospital, sin embargo el desconocido fuma despreocupadamente y señala una botella de whisky.

-¿Una copa, amigo?

-No bebo –responde Ivo.

-Yo sí, es fácil, le enseñaré –se sirve un vaso y se presenta-: Soy Fosodelcastillo, alcalde de Bastión. El hombre que usted atropelló ha muerto.

 Ivo traga saliva. Acude a su mente una vieja canción: “Qué pena los borrachos que están en el camposanto. Que Dios los tenga en su gloria por haber bebido tanto.” Curiosos, los resortes de la memoria.

-Ahora sí que tomaré esa copa.

-La víctima es… era el señor Botellón, el borracho del pueblo –dice el alcalde tendiéndole un vaso lleno hasta el borde.

-Bueno, entonces no es una gran pérdida.

-¿Bromea? –exclama el alcalde-. ¡El borracho del pueblo es aquí el ciudadano más respetable y popular! Usted lo ha matado, y ahora lo tendrá que sustituir.

-¿Qué?!!! ¿Es una broma?!!! –Ivo abre desmesuradamente los ojos-. ¡Yo no quiero ser el borracho de ningún pueblo!

-Señor Gaceta –el alcalde apoya los codos en la mesa, junta los dedos y dice a través de la jaula que forman sus manos-: Bastión no es solo famoso por su castillo y sus fiestas medievales. También por su estatuto especial, unas leyes que datan del siglo XIV y que nos han permitido mantener hasta ahora. Ha de quedarse aquí y ocupar el puesto del señor Botellón que estaba ya muy visto, se había vuelto flatulento y la cirrosis empezaba notablemente a consumirlo. Será usted muy querido por los ciudadanos de Bastión.

 -¡No pueden retenerme aquí! –grita Ivo.

-Hablemos – dice el alcalde apurando su vaso-. El borracho del pueblo cobra cinco mil euros netos al mes, Seguridad Social, primas, jubilación…

Hoy es un día memorable para Ivo. Subido a una mesa, canta a grito pelado:

“En la Pampa legendaria/ donde relincha el peludo/ había una linda yegua/ con una flor en el culo.”

Se llena la boca de vino peleón y empieza a escupir chorros en la cara de los parroquianos. Después vacía una botella en el escote de una rubia, luego orina en los geranios del jardín del farmacéutico mientras los vecinos lo ovacionan eufóricos y termina vomitando en las murallas entre risas y aplausos. 

-Creo que esto me va a gustar –piensa Ivo.

BLOODY MARY

Bueno, creo que es razonable que mi receta de hoy sea la de un cóctel, y esta chica tiene pinta de gustarle mucho el Bloody Mary:

Hielo, 3/4 Jugo de tomate. 1/4 Vodka. Unas gotas de zumo de limón. 1 gota de Tabasco. Sal. 

Mezclar bien y servir en vaso mediano adornado con una ramita de apio.

Un cuadro que hice para la coctelería Boadas con acuarela: BAR MATADERO


 



miércoles, 22 de febrero de 2023

LA ENTREVISTA

 

Eduardo Barrena  –Edu para los amigos- aguarda sentado a la entrevista con la profesora de su hijo Dani de once años. Están citando a todos los padres con hijos en la escuela por orden alfabético, Edu es el tercero de la lista.

Pese a encontrarse en un templo de la enseñanza el lugar produce a Edu una extraña sensación de irrealidad. Los potentes tubos fluorescentes del techo convierten la escuela en una caverna de incandescencia. Desde su silla puede ver una vitrina con trofeos deportivos junto una ventana que da al terreno de juego en obras. Hay un trabajador de aspecto sudamericano encaramado peligrosamente sobre una viga a diez metros del suelo y Edu recuerda lo que un día dijo su profesor en la clase de historia:

-En Nueva York, cuando levantaron sus imponentes rascacielos, los obreros indios eran los más solicitados para trabajar en las alturas pues los nativos americanos carecen de vértigo.

El sonido de un timbre sobresalta a Edu. Una tromba de alumnos sale corriendo por el pasillo disfrutando de su recién recobrada libertad. Edu se sorprende al advertir que está nervioso ¿pero porqué? No le ocurre nada a Dani, es una entrevista de rutina, entonces Edu sonríe al recordar un sueño recurrente que a veces le acecha como un agazapado animal nocturno: recorre un pasillo escolar sin conseguir encontrar su aula, va desnudo y encima al entrar en clase le informan de que hay un examen sorpresa.

Se abre la puerta de una sala con sillas y mesas de vivos colores. Aparece una mujer de unos treinta años que se dirige a Edu con una mano extendida. Su cabello rojizo resalta con la incandescencia de la caverna.

 -¿Barrena? Encantada, soy Rosa Camps, la maestra de Dani ¿Esperamos a la madre?

-Lo siento, Bea no podrá venir. Tiene hoy turno en el hospital.

-Bien, podríamos pasar a ese despacho –la profesora señala la sala a su espalda-, pero antes una pregunta:¿porque ha venido desnudo?

Edu mira hacia abajo. Lleva un jersey cuello de tortuga, calcetines blancos y zapatos marrones pero no lleva nada en medio. Su pilila cuelga lacia hacia el suelo de linóleo encerado. Sólo acierta a balbucear:

-No… ¿No habrá un examen sorpresa, verdad?

MI SUEÑO RECURRENTE

Por favor, si alguien sabe interpretar los sueños que me diga qué demonios debe significar este, un sueño que me visita de vez en cuando por las noches.

Bueno, yo creo que es normal sentirse incómodo por pedirle patatas a un camarero patata.
VUELVE FRODO Y SU HUMOR ARGENTINO
LA RECETA: RABO DE TERNERA AL VINO TINTO
Un plato que no conoce las prisas: Foto: Silvina. 
La primera vez que uno compra rabo de ternera se dice: ¿a dónde voy con eso? ¡todo es grasa y huesos! Sí, pero la grasa se funde y deja la carne melosa después de mucha cocción.
Saltear los trozos de rabo en una cazuela alta con aceite. Añadir chalotas (cebollas pequeñas y alargadas) cuando la carne tome color sazonar con sal, pimienta, 1 hoja de laurel y regar con vino tinto lo justo para cubrir la carne.
Dejar cocer a fuego lento al menos 2 horas. Comprobar la sal y añadir más vino si es necesario. ¡IMPORTANTE! Dejar el guiso con la salsa durante una noche entera.
Al día siguiente cocerlo todo durante 1 hora más y ya estará listo para comer. 




domingo, 5 de febrero de 2023

UNO PICA, OTRO CAVA

El atento oído del profesor Dinamo –especialista en lenguas eslavas ya jubilado- capta ruido de tallos y hojas cortadas, un golpe seco de pico golpeando la tierra y voces. Dinamo reconoce el idioma: “Es polaco, sin duda”. Por la ventana ve a dos hombres excavando frente a su casa. Uno pica, el otro cava. Sale al jardín y les saluda.

 -Czesc! (Hola) –Los dos hombres agitan los hombros como despertándose de un sueño,  se les ve contentos al oír su lengua en tierra extraña. Dinamo prosigue en polaco -: ¿Están haciendo una piscina? ¿Un parterre?

Los cavadores sonríen, parecen buscar una respuesta. “Ya verá, es una sorpresa”, dice uno apartando un grueso terrón erizado de raíces. Le guiña un ojo cómplice al profesor y éste piensa: “Son simpáticos”.

Dinamo entra en casa. Es un día de calor feroz, el sol parece golpear la tierra levantando ondas de líneas negras. Dinamo compadece a los sudorosos cavadores. Abre la nevera y comprueba que hay botellines de cerveza.

 Una hora después el profesor supone que los polacos han terminado su trabajo. Han clavado sus azadas en vertical sobre el suelo y echan atrás sus brazos para desentumecerlos mientras contemplan el agujero. Dinamo asoma por la puerta y los invita a tomar unas cervezas. Los cavadores aceptan encantados. Cuando entran,  el olor a sudor y tierra removida toma una presencia casi sólida.

 Se presentan: “Roman,  Andrzej”. Charlan animadamente con los botellines en la mano. Andrzej saca una botella de vodka de una mochila, lo toman a la manera polaca, acompañado de zumo de manzana.  Roman se sitúa a la espalda del profesor y le toma las medidas con una cinta métrica. “Niech” (Vamos) dice Andrzej apurando un vaso de vodka.

Salen al jardín y se dirigen hacia la fosa. Andrzej mira con curiosidad al profesor.

 -¿De verdad no sabía usted que estaba usted muerto, señor?

Dinamo medita un momento y sonríe con suavidad.

 -A mi edad se le olvidan a uno las cosas -… responde con un poso de ironía y se acomoda en el foso.

Roman llena su pala y la balancea hacia atrás, ésta se adelanta curvada como un péndulo, cuando la tierra cae hace: ¡plaf!

 Roman y Andrzej terminan de dar sepultura al profesor. Lo despiden a la manera polaca, toman un trago de vodka a su salud, derraman un poco de licor sobre la tumba y rezan una breve plegaria.

Por este orden.

LA RECETA: CALAMARES ENCEBOLLADOS CON GUISANTES (Arvejas)

Pelar y picar en dados los ajos y la cebolleta. Poner a sofreír en un sartén junto con los guisantes y un chorrito de aceite. Rehogar bien. Vierte el vino y dale un hervor.

Añadir a la cazuela los calamares cortados en tiras, separadas las cabezas de las patas, salpimentar y saltearlos brevemente a fuego fuerte en una sartén con aceite. Agrégalos a la sartén de los guisantes y espolvorear todo con un poco de perejil picado. Servir inmediatamente pues no conviene que se enfríe.



 

miércoles, 18 de enero de 2023

VIENEN DE ÁFRICA

 

Berta ya había cumplido el séptimo mes de embarazo el día que Bepo, su marido, volvió de uno de sus frecuentes viajes por África. Era viajante de comercio.

 Esta vez traía como regalo unos raros instrumentos musicales y dos máscaras tribales. Las paredes de la casa estaban llenas de objetos africanos: marfiles, pelos de elefante, dientes de león… Berta sentía una rara aversión por esos objetos. Otra obsesión de Bepo era coleccionar máquinas de fotografías instantáneas.

El mes siguiente,  Bepo le telefoneó desde un país centroafricano y le pidió que buscara unos papeles que se encontraban en el primer cajón de la mesa de su despacho. Berta, tras dar con ellos, proporcionó a su marido los datos que necesitaba. Luego, se entretuvo mirando los cajones de la mesa y entonces descubrió las fotografías.

Eran fotografías polaroid –Bepo siempre se llevaba una cámara de su colección cuando iba a África- y en todas ellas se veía a Bepo desnudo con dos mujeres negras en lo que parecía la habitación de un hotel. Berta distinguió algunos juguetes sexuales y artículos de sado-maso.

Los nervios se apoderaron de Berta  y su vientre produjo un par de contracciones que podrían anunciar un parto prematuro. En ese momento le pareció que los objetos africanos que decoraban la casa eran portadores de algo maligno. Las máscaras, los pelos, los marfiles… todos confabulaban contra ella.

 De repente, la ansiedad desapareció. Berta se dirigió al dormitorio donde Bepo guardaba su colección de máquinas de fotos instantáneas, eligió una Polaroiid SX-70 y se desnudó completamente. Luego se colocó frente al espejo de cuerpo entero y comenzó a hacerse fotos en posturas obscenas que la presencia de la máquina y el abultado vientre convertían en algo grotesco, casi terrorífico.

Tras contemplar las fotografías sonrió malignamente y las colocó junto a las fotografías de Bepo con las mujeres negras.

El tiempo transcurrió y en ningún momento, ni Bepo ni Berta,  mencionaron  lo de las fotografías. Vivían como extraños,  pero estrechamente unidos por la atmósfera de aquella casa invadida por objetos traídos de África.

El niño nació bien, pero resultó ser negro. Desde entonces, los dos fingen no darse cuenta.

FRODO Y SU HUMOR ARGENTINO

PROFESOR SIBELIUS PSICOANALIZANDO 





miércoles, 4 de enero de 2023

CUATRO INFLUENCERS EN UN COCHE

 

-Esta debe ser la casa de la fiesta –dijo Mario señalando al frente.

Aparcó el coche junto a un arcén de hierba. Los otros tres ocupantes levantaron la vista de sus smartphones examinando la casa parduzca y sus ventanas iluminadas.

-¿Seguro que es aquí la fiesta? –Iván tomó a Paula por el hombro notando que su mano aún temblaba. Se habían llevado un buen susto cuando Mario, con un brusco giro de volante, evitó chocar contra un árbol al tomar una curva con demasiada velocidad.

Vaya decoración –advirtió Sandra arrugando su nariz. No esperaban aquel entorno de objetos absurdos, surtidores de imitación y querubines color turquesa. Parecía la mansión de un mafioso ruso.

Mauro acercó su mano al timbre y en ese momento se abrió la puerta como si alguien que estuviera dentro los hubiera visto llegar.

-¡Hola! Adelante - Tras la puerta había un hombre de treinta años estilizado y atractivo, a pesar de su chándal de mercadillo y el peinado mullet. Rezumaba confianza y cordialidad. Se presentó -: me llamo Hugo.

  El tumulto en el interior era increíble. Se hallaban en una enorme sala abarrotada de gente. Los cuatro amigos lanzaron críticas miradas a la imposible ornamentación: candeleros, flores de cera, cuadros con escenas de caza del zorro en una campiña inglesa... Toda una parafernalia del mal gusto, desconcertante y sin armonía. Había una chimenea color rosa pastel donde ardía un fuego sobre una plataforma a pesar de que hacía calor.

Nadie parecía reparar en los recién llegados. Mario tomó la iniciativa y los Influencers le siguieron entre compactos grupos de personas. Todo parecía irreal, como si la gente se disolviera ante ellos. La brillante melena de Mario les orientó hacia un buffet frío rebosante de embutidos y lonchas de queso. Iván se sirvió un vaso de un gigantesco tazón de vidrio.

-Vino rosado – informó a Paula con una mueca-, y muy malo. Se introdujo en la boca una alita de pollo que tenía un sabor indefinido.

Paula no le escuchaba, se había quedado absorta contemplando un rostro amarillento que atisbaba el interior desde una vidriera, estaba royendo algo que parecía una ardilla… o una rata. Paula supuso que era una ilusión óptica causada por los reflejos del fuego de la chimenea.

La multitud aumentaba. La atmósfera se volvía húmeda y cargada. Los Influencers se sentían como flotando en gelatina caliente. Sonaba un disco de Melody.

-Vaya gente rara –observó Mauro.

- ¿Pero conocéis a alguien de aquí? – intervino Sandra-. Yo creo que nos hemos equivocado de sitio… y de fiesta. No es nada de nuestro estilo, en absoluto.

-Lo que me faltaba después del susto en la carretera –dijo Iván-. Esto es horrible, vámonos de aquí.

Se dirigieron apresuradamente hacia la puerta. Hugo, el hombre del chándal y el peinado mullet, les cortó el paso incrementando su confusión. Le acompañaba un hombre gigantesco con media cara hundida, una visión desagradable e increíble acentuada por la  estridente camisa hawaiana adornada con piñas y palmeras que vestía.

-No podéis salir –la voz de Hugo tenía ahora un extraño carácter metálico-. Muchos actúan así, os acostumbraréis,  todos lo hacen.

  Se acercó a un balcón y los cuatro Influencers miraron en la dirección que señalaba su brazo. Había una imponente vista de la carretera y las colinas que la rodeaban.

-¡Mi coche! –exclamó Mauro.

Lo que quedaba de él, más bien. El vehículo estaba comprimido contra un árbol en una curva desagradablemente cerrada. Por una ventanilla asomaba un brazo ensangrentado. Paula reconoció su llamativa pulsera.

-Bienvenidos al Purgatorio de los Influencers –los labios de Hugo se retiraron sobre los dientes amarillos; se suponía que era una sonrisa-. Os espera una larga temporada en esta sala con mala comida y música espantosa. Algunos necesitan su tiempo para habituarse pero aquí hay mucho, mucho tiempo. Después de todo, los cuatro estáis muertos, ¿sabéis?

Por un instante, el salón pareció quedar lleno de ecos hasta que sonó un estallido de música enlatada: La Mandanga, de El Fary.

LA RECETA: POLLO AL CAVA

¿Qué hacer con el cava que ha sobrado por Navidad? El gas de las botellas abiertas ha desaparecido pero queda el sabor para preparar un plato como este:

Pasar los trozos de pollo por harina y freírlos en la sartén. 

Añadir cebolla picada y champiñones lavados y cortados en láminas. Salpimentar, añadir el cava y tapar la sartén o la cazuela con el fuego al mínimo.

Dejar cocer unos 45 m. Rectificar de sal si es necesario. 



jueves, 15 de diciembre de 2022

LA ÚLTIMA VIÑETA DE YOSHIRO TEMPURA

 

Zinc acaba de divorciarse. Su ex mujer se ha quedado con el piso y un gato y tiene que esperar unas semanas para mudarse a un piso que necesita  unas urgentes reparaciones. El abatido Zinc decide alojarse en un Hostel por lo barato de sus precios y porque supone que estar rodeado de alegres  jóvenes –todos estudiantes a los que dobla la edad- aliviará su estado de ánimo.

 Le gusta el aspecto de su habitación. A lo lejos, como un signo de admiración en el horizonte de edificios, se alza la chimenea de una fábrica.

 Una luminosa tarde, al regresar del trabajo se encuentra a un joven japonés de pie en el salón sosteniendo una botella.

-Vaya, vaya, vaya –dice en inglés marcando una escala descendente con su voz aflautada. Su rostro tiene algo especial, una expresión de tristeza risueña que sugiere un payaso sin maquillaje-. Me he equivocado.  El recepcionista ya me dijo que algunas llaves abren distintas habitaciones.

-Sí, a mí también me lo advirtió – recuerda Zinc fijando su mirada en la botella, de panza redonda y cuello muy largo. Lleva una jarrita de porcelana sujeta con un cordel.

-Es sake –dice el japonés anticipándose a la pregunta que iba a hacer Zinc-. Hoy es mi cumpleaños y la verdad es que no sé de nadie con quien compartirla –mira hacia Zinc y sus gafas hacen un destello que parece un guiño.

-¡Ah, pues felicidades y tomemos unos tragos! Me vendrá bien algo de compañía –Zinc extiende su mano y se presenta. El chico lo hace a la manera japonesa, con el apellido delante -: Tempura, Yoshiro. Llámame Yosho.

 Zinc nunca antes había tomado sake y Yosho le muestra cómo ha de prepararlo. En la cocina calienta un cazo con agua y justo cuando empieza a borbotear apaga el fuego e introduce la jarrita con sake. “Es mejor caliente”, dice Yosho.

 Se sientan en una mesita redonda. Una buena idea de los Hostels, en una mesa de ese tipo se siente uno menos solo que en las cuadradas.

Yosho no responde al estereotipo japonés, es animado y conversador. Dice a Zinc que es dibujante de cómics y que ha venido a Barcelona para el Salón del Manga. “¿Te gusta el manga?”

-Soy de otra época, más de Mortadelo y Filemón, Anacleto… –Yosho entrecierra sus almendrados ojos dando a entender que no le suenan esos nombres -¿Astérix? ¿Tintín? – Ahora Yosho asiente y sirve más sake.

Sorben posos de sake con aire. Ya han vaciado los vasos y Zinc se dirige a la cocina para calentar más agua.

Cuando Zinc regresa la ventana comienza a virar al azul, la brisa agita las cortinas y el japonés ha desaparecido. En su lugar hay un álbum de cómic.

 Un año después, Zinc tiene nueva pareja y otro gato y así se lo explicó (a su pareja, no al gato, se entiende):

“Fue como si una presencia invisible tomara mi mano y fui girando las páginas hasta que llegué a la primera.  La primera página para un cómic occidental pero la última de un manga, lo que entonces yo desconocía,  también que se leen de derecha a izquierda. Lo que vi al abrir el libro me dejó helado:

Yo, dibujado al estilo manga, sentado frente a Yosho en la mesita tomando sake -¡vaya narizota me había puesto!-,  hasta aparecía la misma copia de un  cuadro de K. Abbott que estaba colgado en aquella habitación. A la izquierda, en la siguiente y última viñeta, sólo había un texto en japonés sin dibujo.

  Pregunté al recepcionista si había algún estudiante japonés alojado. Claro que los había, siempre los hay en los Hostels. Llamé a la puerta que me indicó y me abrió una simpática chica rellenita con largo pelo negro sujeto con horquilla de marfil. Le rogué que me tradujera al inglés lo que ponía en la última viñeta. Su mirada se iluminó al ver el nombre de la portada: “Ah, Tempura! It´s Great!”. Tradujo:

“Esta es la última viñeta del famoso dibujante de manga y anime Tempura Yoshiro que murió repentinamente en Barcelona el 27 de octubre de 1997; el día de su cumpleaños.

IN MEMORIAM.”

FRODO Y SU INCONFUNDIBLE HUMOR ARGENTINO

EL PROFESOR SIBELIUS Y SU ÚLTIMO DESCUBRIMIENTO

LA RECETA: MINIPIZZA CON BASE DE COLIFLOR Foto: Silvina.
Una pizza apta para celiacos. 
Cortar los tallos de coliflor y rallar. Poner la coliflor rallada en un bol, mezclar con 1 huevo y 1 cucharada sopera de parmesano rallado, sal y pimienta.
Colocar la coliflor con la mezcla sobre una bandeja con papel para horno dándole forma redonda y cocer en el horno 20m. a 200º. 
Sacar las minipizzas del horno, untar con un poco de salsa de tomate y agregar aceitunas, jamón, bacon, verduras... a gusto de cada cual. colocar 1 loncha de queso encima y gratinar 5 m.