domingo, 28 de junio de 2009

UNA PORTADA PARA BORIS VIAN


Boris Vian se discutió con todo el mundo durante la adaptación al cine de una de sus obras: Escupiré sobre vuestra tumba. Prácticamente lo expulsaron del proyecto y por eso acudió de incognito al estreno. Nunca sabremos si la película le gustó pues lo encontraron muerto en su butaca; un ataque al corazón. Incluyo el tráiler que vale la pena por su fondo de jazz.


The Loup Garou (El hombre lobo) es una recopilación de cuentos que sugirió a La Unión su famoso tema Lobo-Hombre en París. He escogido este relato suyo sobre una niebla afrodisíaca que invade una ciudad. Hay una de esas escenas que solo se ven en las novelas y películas francesas: una pareja que hace el amor sin dejar de hablarse de usted.
EL AMOR ES CIEGO
El cinco de agosto, a las ocho, la niebla cubría la ciudad.
Orverd Lateja se despertó el trece de agosto al final de un sueño de trescientas horas. Se despejaba de una fuerte borrachera y al principio creyó que se había quedado ciego a causa del alcohol adulterado. Decidió actuar como si nada y se vistió sin dificultad pues había dejado su ropa en el lugar de siempre mientras pensaba: “¡Dios mío! Qué niebla tan extraña”.
Al salir percibió por primera vez en su vida el crujido del primer escalón.
-Bajaré a ver la portera –se dijo Orverd- con el chisme fuera de la bragueta. Así sabré si se trata de la niebla o son mis ojos.
Se cruzó con alguien que subía a tientas por la escalera.
-¿Quién es?
-¡Elgato! –contestó el Sr. Elgato, el vecino del segundo.
Orverd alargó la mano y topó con algo rígido. Se apartó sorprendido pensando que Elgato había tenido la misma idea de la bragueta.
-Perdone, pero no se ve nada y esta niebla es cálida como una sauna –Elgato río nerviosamente.
Se despidieron y cuando Orverd había descendido otro rellano notó que se le caían los pantalones. Si Elgato se paseaba con todo al aire él no podía ser menos, así que arrojó pantalones, camisa y chaqueta por el hueco de la escalera.
Al llegar a la portería golpeó suavemente el cristal.
-¿Tiene cartas para mí?
-¡Ah, Sr. Lateja! - rió la portera-. Usted siempre de broma. ¿Ya ha dormido bastante? Tenía que haber visto los primeros días con esta niebla. La gente iba cómo loca pero a todo se acostumbra uno.
Orverd notó la proximidad de la portera por el fuerte perfume a través de la barrera lechosa.
-No es muy cómoda para hacer la comida pero es extraña esta niebla… se diría que alimenta –volvió a reír la portera-, con un panecillo al día tengo suficiente. Toque, toque, Sr. Lateja… mire que firmes tengo ahora los melones…
-¡Sorprendente! –constató Orverd.
-Han dicho por la radio –continuó la portera poniendo las manos en el lugar preciso- que es una niebla afrodisíaca… ¡Espabile, Sr. Lateja! ¿Es qué tengo que hacerlo todo yo sola? Con el Sr. Elgato ha sido más fácil.
Orverd consiguió escabullirse aunque sintiéndose muy excitado. Al salir a la calle no escuchó el sonido de los coches pero sí risas y gemidos por todas partes.
Avanzando con precaución Orverd llegó hasta la panadería de la esquina y se sorprendió al comprobar que estaba abierta. Había cola, como siempre, pero esta aparente normalidad se esfumó al oír lo que la panadera exigía a cada cliente y el panadero a las clientas. El aprendiz se ocupaba de las niñas.
Orverd dejó atrás la orgía en la panadería y recordó la pastelería cercana con aquella dependienta de diecisiete años y labios carnosos. Quizás solo llevaba puesto aquel delantalito estampado…
Guiándose por el tacto reconoció la fachada de la pastelería por un cristal agrietado. Profirió un grito al topar con un cuerpo inmóvil que le daba la espalda.
-¡Sin empujar! - dijo una voz áspera- Y aparte eso de mi culo o tendremos problemas.
-¿Qué pasa? –preguntó otra voz masculina.
-¡A la cola, como todos! -gritó alguien y sonó una gran carcajada- Si viene a por Nelly póngase a la cola. Ya somos unos cincuenta.
Orverd, desolado, giró por la primera calle a la izquierda. Una mujer venía en sentido contrario y tropezaron. Los dos se encontraron frente a frente sentados en el suelo.
-Perdone –dijo Orverd.
-Ha sido culpa mía –dijo la mujer- usted iba por su derecha.
Se acercaron. Estaban ahora arrodillados uno frente al otro. Orverd sintió un mechón largo y sedoso acariciando su mejilla. La mujer dijo:
-Me llamo…
-Eso no importa –respondió Orverd-. No quiero saber nada más que lo que conocerán mis manos y el resto de mi cuerpo.
-No hay prisa –dijo ella- . Empiece por los pies y vaya subiendo…
Era una vida simple y dulce, que convertía a los hombres en la imagen del dios Pan.
La radio anunció que se había notado una regresión natural del fenómeno; la capa de niebla disminuía un poco más cada día.
Se convocó una gran asamblea: la amenaza era grave, pero pronto se encontró una solución. Cuando la niebla se disipó la vida pudo continuar feliz pues todos se habían sacado los ojos.

viernes, 26 de junio de 2009

CENAS DE PESADILLA


Si he elegido una de mis portadas para presentar este curioso plato conocido en Inglaterra como Welsh Rarebit (entre nosotros: fondue galesa) es porque Lovecraft afirmó que la idea para escribir El horror de Dunwicht –uno de sus más terroríficos relatos- tuvo su origen en las pesadillas que le asaltaron una noche después de cenar fondue galesa, y es que este plato tiene una leyenda: dicen que suele provocar pesadillas si se come por la noche. Incluso el genial dibujante Winsor McCay, creador de Little Nemo, dedicó una obra al tema: Dreams of the rarebit fiend, un libro de cómics publicado aquí por la editorial Laertes con el título Pesadillas de cenas indigestas.
Esta fondue, a diferencia de la suiza, usa cerveza en lugar de vino y no se remojan en ella los trozos de pan sino al revés: el queso se vierte sobre el pan. Es un buen entrante fácil de preparar, aunque yo no lo tomaría por la noche…
Derretir una cucharada de mantequilla en una cazuela al fuego. Añadir 200gr. De queso Cheddar (o bien otro cremoso y de sabor suave) rallado o en trozos pequeños, salpimentar y remover bien. Cuando el queso empiece a derretirse añadir un botellín de cerveza negra y remover continuamente hasta que el queso se derrita del todo. Extender la mezcla sobre unas rebanadas grandes de pan y a servir, aunque recomiendo dejar unos instantes las rebanadas bajo el gratinador del horno antes de llevarlas a la mesa.
Y para los que no conozcan la obra del dibujante McCay pueden empezar con esta maravilla: Little Nemo, (1910) el primer corto animado en color. McCay pacientemente lo fue coloreando a mano fotograma por fotograma:

AL RICO SPAM

La red está invadida por miles de mensajes que no esperamos de gente que nos promete la luna y publicidad engañosa. Esta tira es un ejemplo de eso que llamamos correo basura.

28 DE JUNIO

Mañana es el Día del Orgullo Gay. Precisamente se conmemora el 40º aniversario de los disturbios de Stonewall que dieron inicio a esta celebración. Este video es un fragmento de la película Soldaat van Oranje (aquí conocida como Eric, oficial de la reina) y lo dedico a mis amigos y amigas gays. Seguro que encontrarán muy sugerente este tango entre Rutger Hauer y un malévolo oficial nazi. A ver si descubren quien lleva a quien.


miércoles, 24 de junio de 2009

¡VEO ELEFANTES ROSAS!

En mi anterior entrada mencioné que Salvador Dalí estuvo por algún tiempo contratado en los Estudios Disney. Parece ser que el pintor de Cadaqués fue el autor de los bocetos para la inquietante escena de “los elefantes rosas” del largometraje Dumbo. Aquella en la que el orejudo elefantito, durante la primera cogorza de su vida,ve unos sicodélicos elefantes rosas haciendo cosas de lo más extrañas. Qué suerte… yo en cambio con una copa de más no veo ni un mosquito magenta. Fue una de las escenas preferidas de Disney aunque no creo que el famoso dibujante sospechara –como yo- que son el producto de la ingestión de sustancias poco legales.
Este video forma parte del anuncio de un bar de cócteles llamado Pink Elephants, y es que además existe un cóctel con ese nombre a base de vodka, zumo de arándanos y limoncello. Cuando consiga las proporciones exactas lo pondré en este blog.

martes, 23 de junio de 2009

PROGRAMA DOBLE

En esta entrada no hay ningún dibujo mío pues me apetecía hablar de dos antológicas escenas cinematográficas.



EL PERRO ANDALUZ (1929): la famosa secuencia del ojo seccionado con el filo de una navaja es quizás el primer momento gore en la historia del cine. En 1943 Charles Chaplin reunió a varios invitados en su casa de Hollywood (entre ellos Salvador Dalí que había sido contratado por Walt Disney) para una proyección del cortometraje de Buñuel. En el momento de la escena del ojo oyeron un estrépito a sus espaldas: el mayordomo filipino de Chaplin que acudía con una bandeja cargada de bebidas había caído desmayado por la impresión.
El 23 de junio de 1944 –justamente hace hoy 65 años- ese mayordomo apareció en la primera plana de los periódicos estadounidenses con las manos esposadas y escoltado por dos agentes del FBI; habían descubierto que era un espía del servicio secreto japonés. Proporcionaba información destinada al desembarco en una playa californiana de un submarino con un grupo de saboteadores suicidas que atentarían contra los principales estudios de Hollywood por entonces consagrados a la propaganda aliada. Suena a plan descabellado, tanto que a Robert Zemeckis le ofreció la idea principal para el guión de la comedia 1941 dirigida por Spielberg.

UNO DOS TRES (1961): supongo que al compositor Kachaturian -autor de La danza del sable y de una ópera titulada Oda a Stalin además de diputado del Soviet Supremo- no le debió hacer mucha gracia que Billy Wilder empleara su famoso tema -con amago de streptease incluido- para esta escena de Uno, Dos, Tres; parodia del sistema soviético aunque Wilder aquí también sabe reírse del capitalismo y el militarismo alemán. Mi tío Paquito no era el alma de las fiestas pero cuando oía La danza del sable, los pies se le iban solos. En una boda alguien puso este disco y empezó a hacer el oso con el consiguiente sofoco de mi tía Magda. No me extraña, si hasta las piezas de ajedrez se ponen a bailar. Al menos no se subió a la mesa ni montó el numerito del cinturón que tan diestramente ejecuta André Previn.

lunes, 22 de junio de 2009

¡MÁS VIAGRA, ES LA GUERRA!

Había oído hablar de turbios experimentos que la CIA realizaba con LSD y otras sustancias alucinógenas; ahora se dedican al viagra. La CIA está regalando pastillas de viagra a líderes talibanes de Afganistán para ganárselos como aliados. ¿Bombardearán también las posiciones enemigas con Viagra? Después de un bombardeo así las fuerzas aliadas podrían tomar por sorpresa al enemigo desprevenido y entregado al desenfreno.
Moncho Alpuente -que tan buenos ratos me hizo pasar con su espacio televisivo Popgrama y con su grupo Moncho Alpuente y los Kwais- comenta esta noticia sacada de La Vanguardia en un artículo aparecido en la revista Cáñamo y yo me he encargado de la ilustración. He querido de paso homenajear a las pastillas Juanola de toda la vida, un ícono, con su inconfundible forma de rombo que tanta tos han apaciguado.

¿SIRVISA FRÍA?

¿Sirvisa fría, amigoo? Es una cantinela que se oye sobre todo en las noches de verano de las grandes ciudades. Son los vendedores clandestinos de latas de cerveza, mayoritariamente pakistaníes.
Kitto es un dibujante –también colaborador habitual de Cáñamo- con un estilo naif divertido y resultón. Aquí está el video que acaba de realizar basado en uno de los llamados lateros que se pasean por Barcelona con un pegadizo ritmo a lo Bollywood.



Y hablando de Bollywood: es el momento de presentar a los Singhsongs; la versión asiática de una famosa familia de los dibujos animados.

sábado, 20 de junio de 2009

INDIGESTO DESAYUNO


Desayuno con diamantes (1961) basada en la novela Breakfast at Tifanny´s de Truman Capote es una película que se me atraganta por cinco motivos:
UNO: es la película preferida de Isabel Coixet, la directora más sobrevalorada de todo el sistema solar.
DOS: su look y puesta en escena parecen diseñados por Jordi Labanda que tampoco es santo de mi devoción.
TRES: sacan a un personaje que no existe en la novela (infinitamente mejor que la película), un grotesco japonés interpretado por Mickey Rooney que se pasa todo el tiempo haciendo el oso y cargándose las escenas en que aparece.
CUATRO: Audrey Hepburn y sus amigas, que comparten un elegante apartamento, parecen vivir del aire mientras que en la novela queda claro que se dedican a la prostitución. De lujo –eso sí-, pero putillas al fin y al cabo.
CINCO: no soporto Moon River, el ñoño tema musical de la película, con esos coros empalagosos.
Y no soy el único a quien no le gustó el filme. Cuando Truman Capote –que por cierto quería a Marilyn Monroe y Steve McQueen como pareja protagonista- vio en un pase privado lo que habían perpetrado con su novela pilló un descomunal berrinche y exigió, sin éxito, que eliminaran su nombre de los créditos.
Aunque yo salvaría dos cosas de esta película: su famoso cartel (actualmente en Estados Unidos aparece con el cigarrillo censurado) y los bonitos dibujos que aparecen en los créditos iniciales. Recomiendo que los vean sin volumen si no quieren tragarse el horroroso Moon River.


EL LENGUAJE DE LOS PAÑUELOS


Me interesa mucho lo relacionado con el lenguaje no verbal. Este fue uno de los más curiosos encargos que me han hecho: un dibujito de un flyer para un local de ambiente gay anunciando una fiesta dedicada al código de los pañuelos. Este código estuvo muy de moda entre la comunidad homosexual del San Francisco de los años 70. Aparece en la película A la caza (Cruising, 1980) con Al Pacino infiltrado en el mundo leather a la búsqueda de un asesino en serie. Hay que tener en cuenta de que el pañuelo puede lanzar un mensaje distinto según el bolsillo donde está colocado. Abreviaturas: BI (bolsillo izquierdo) BD (bolsillo derecho)
PAÑUELO ROJO: para los que practican el fist-fucking (introducción del puño en el ano; no lo intenten en sus casas) BI: el del puño, BD: el que lo recibe. Springstein parecía parodiarlo en la portada de su disco Born in the U.S.A.
PAÑUELO NEGRO: sadomasoquismo. BI: sado, BD: maso.
PAÑUELO BLANCO: voyeurismo. BI: el que mira, BD: el observado.
PAÑUELO AMARILLO: amantes de la lluvia dorada. BI: el meón, BD: el que la recibe.
PAÑUELO MARRÓN: lo siento pero he olvidado lo que significaba, aunque si es lo que imagino… mejor así.
PAÑUELO AZUL: el que llevaba Al Pacino en la película. Para los que se lo montan en el agua (piscinas, bañeras…) BI: activos BD: pasivos.
PAÑUELO VERDE: los que practican sexo en exteriores, preferentemente en parques. BI: activos BD: pasivos.
PAÑUELO A TOPOS: para los que gustan del sexo en grupo. BI: activos BD: pasivos.
Y de paso, otra interesante muestra de códigos: avisos que los vagabundos estadounidenses se hacen entre ellos marcando las casas. Fue publicado en la revista El Monográfico.

miércoles, 17 de junio de 2009

PIANISSIMO


Las manos de Orlac es una obra clásica del género fantástico. El protagonista es un famoso pianista que pierde sus manos en un accidente y le trasplantan las de un asesino ejecutado. El espíritu maligno del asesino se las hará pasar difíciles al pobre Orlac. Existen varias versiones cinematográficas pero todos coinciden que la mejor es la de Peter Lorre de 1935.
Para hacer la portada seguí el consejo de mi amigo Sánchez Abulí –el guionista de la serie de cómics del gangster Torpedo- que me aconsejó poner música apropiada. En un canal clásico he oído un par de piezas con nombre curioso, una de ellas es Concierto para mano izquierda que compuso Maurice Ravel para su amigo el pianista Wittgenstein que había perdido un brazo en la guerra del 14. La versión pianística del plato Arroz Parellada, paella con todos los ingredientes ya pelados, que un cocinero ideó para un cliente asiduo de su restaurante al que le habían amputado un brazo. Todo un detalle el de Ravel aunque al desagradecido de Wittgenstein no le gustó la obra.
La otra composición es más conocida: la Sinfonía inacabada. Hay muchas teorías del porqué Schubert no la concluyó –entre ellas que al compositor se le fueron las ganas cuando supo que tenía sífilis- yo también quiero aportar mi propia teoría:

ROBERT CRUMB


¡Se te tendría que caer la cara de vergüenza!” Todos hemos oído alguna vez esta
expresión. Al personaje del gran dibujante Robert Crumb se le cae literalmente la cara de vergüenza en el video Stoned Again.
Cuando devoraba los cómics de Crumb pensando que de mayor quería ser como Mr. Natural (o el gato Fritz en su defecto) aún faltaba mucho para oír hablar de Youtube y encontrarme maravillas como este video donde se nota claramente el envidiable dominio de Crumb en el manejo de la plumilla. Es un mismo paisaje visto a través de la historia, un breve relato ilustrado que aún conservo en uno de aquellos álbumes de la desaparecida editorial Star Books.

GEOGRAFIA EMBRUJADA


Bonitas láminas ¿verdad? Son los mapas de Inglaterra e Irlanda recreados por Dighton Robert, pintor y caricaturista. Los editores de finales del siglo XVIII se lo rifaban pero la mayoría de su obra fue publicada de forma anónima pues Robert solía ensañarse en sus caricaturas sociales con personajes de la nobleza como estas dos muestras sacadas de su libro Geography Bewitched que son unas excelentes muestras de su imposible cartografía .

domingo, 14 de junio de 2009

OLEO SOBRE TELA


La salita de fumadores del hotel es tan diminuta que se presta a la confidencia. El hombre que se ha presentado como restaurador ha bebido mucho vino durante la cena y, aparentemente, tiene muchas ganas de hablar.
-Yo me he metido varias veces en el interior de un cuadro –dice mientras enciende un puro que ilumina su cara surcada por arrugas-. Sí, literalmente. Cuando veía un cuadro que me gustaba de manera particular me ponía frente a él y me concentraba como un apóstol que sale de su barca para caminar por la superficie del agua.
La primera vez que lo conseguí fue en un cuadro de la Escuela Holandesa. Ya sabe, ese cuadro con un sendero en zigzag como una serpiente blanca y colinas verdes. Me sumergí en aquella pintura y fue una sensación incomparable… yo me convertía en un personaje de carne y hueso en el interior de aquel lienzo y todo cobraba vida: las siluetas de los peregrinos empezaban a moverse y decían algo en lengua flamenca hablando entre sí. De repente noté como si me estuviera fundiendo entre una capa de óleo. Así que me impulsé con todas mis fuerzas y salté afuera del cuadro antes de quedar retenido para siempre como un personaje más del lienzo.
El restaurador se acomoda haciendo crujir la silla. Su cuello se tensa y la cabeza calva me hace pensar en una tortuga asomando por el caparazón.
Hubo complicaciones –continua el restaurador-. Una copa de sidra muy fuerte servida por una robusta modelo de Rubens me dejó indispuesto durante semanas y otra vez cogí una pulmonía en la nebulosa pista de patinaje pintada por Degas.
El restaurador se pone en pie. Hasta ahora no me había dado cuenta de que era muy bajo. Lo justo para no ser considerado enano.
-Bueno, joven. Me he dejado llevar y he hablado mucho… ¡Buenas noches!
A solas en mi habitación no dejo de darle vueltas a la historia del restaurador y se me hace muy difícil conciliar el sueño. Abro mi bolsa de viaje y saco uno de los libros que siempre llevo conmigo: La torre del homenaje de Lampedusa. Abro una página al azar y me invade una brisa ligera como el movimiento de una capa de seda. Es la escena del banquete del rey Dagoberto en un valle rodeado de pinos. Mis dientes se hunden ávidamente en la carcasa del cordero asado fundiéndose en mi boca y goteando por la barbilla. El rey Dagoberto, que aprecia a los que disfrutan con la buena mesa, sonríe y ordena personalmente que me sirvan más vino. Es un borgoña con destellos rubíes, vigoroso, aunque algo áspero para mi gusto.

sábado, 13 de junio de 2009

¿PORQUÉ BORGO?

Ya me han preguntado varias veces porqué este blog se llama así. Es por el Paso de Borgo que aparece en la novela Drácula, el sendero que lleva al famoso castillo. En las películas, cuando el carruaje llega a la bifurcación con Borgo es cuando el cochero tira de las riendas y dice: “Hasta aquí llego, yo no sigo.” El imprudente viajero coge su equipaje y se aventura por el Paso de Borgo, entonces el cochero se santigua apresuradamente y fustiga a los caballos para largarse de ahí a todo trapo. Este lugar legendario me parece interesante porque es como un punto de unión, un camino entre el mundo real y el oculto.
Seguro que muchos me ponen verde por el vídeo que he elegido: “¿Con tanto vídeo bonito de Bela Lugosi o Christopher Lee, tenías que poner esta frikada?” Vale, pero es que este vídeo incluye unas bonitas imágenes del auténtico castillo de Drácula; el mismito que aparece en la cabecera de este blog. Señoras y señores: aquí les dejo bailando con el frenético ritmo de Drácula Ye- Ye. Que lo disfruten.

DEVIL´S COCKTAIL


¿Conocen el magnífico relato corto de Jack London Encender una hoguera? Pronto lo pondré en este blog. Este cóctel me ha devuelto a la memoria otra obra de London: John Barleycorn. Me encanta la escena cuando, en una taberna del brumoso puerto de Baltimore, un anciano marino le dice al protagonista: “Muchacho, si alguien te invita a beber nunca aceptes sin antes saber su nombre pues quien bebe con alguien sin nombre bebe con el diablo.”
A pesar de su demoníaco nombre el Devil´s Cocktail entra suave y es muy fácil de preparar: remover en el vaso mezclador con hielo picado 4 partes de oporto (60ml) 2 partes de vermut seco (30ml) y una cucharada de zumo de limón. Colar en una copa de cóctel helada y adornar con una cereza.
Ya sé que había dicho que yo me encargaba de las ilustraciones de los cócteles pero es que me encanta este cartel italiano de los años 30 con esos diablillos tan simpáticos.

viernes, 12 de junio de 2009

ENGELBERT HUMPERDINCK

Imagínense la escena porque tiene su aquel: un dormitorio de una casa de un suburbio londinense decorado con uno de esos espantosos papeles pintados de flores de los años 70 y un ama de casa entradita en años - una señora Roper por ejemplo- que en el clímax de un sueño húmedo pronuncia un nombre tan imposible como Engelbert Humperdinck sin saltarse una sílaba. Pues eso ocurría en muchos hogares ingleses entre los años 60-70.
La familia de este cantante de verdadero nombre Arnold Dorsey y de origen hindú había previsto colocarlo en un badulaque en el East End, pero él decidió sacar partido de su buena planta y potente voz y adoptó como nombre artístico el de un compositor alemán del siglo XIX.
El bombazo llegó en 1967 con el tema Release me que vendió más de un millón de copias. ¡La de lencería femenina que le arrojaban al patilludo cantante! Casi tanta como a Tom Jones, su más directo competidor aunque ambos compartían el mismo manager.
Ayer vi por televisión unas imágenes de la gala que ofreció en ese cementerio de elefantes para crooners que es Las Vegas para celebrar sus 50 años en el escenario. Uf, apareció un Engelbert fondón cantando el tema más ratonero de la historia: Tell me quando, quando, quando. Prefiero recordarlo así: en sus mejores años cantando lo de Release me. Francamente no me gustan mucho los crooners pero es que Engelbert Humperdinck me cae simpático aunque solo sea por haber triunfado con un nombre como ese.

Y hablando de cantastes que les tiran ropa interior al escenario...

BY VÁZQUEZ


Oscar Aibar dirigió una curiosa película: Platillos volantes (2003) en la que narraba el suceso verídico de dos aficionados a la ufología que se suicidaron en 1971 convencidos de que se reencarnarían en otro planeta.
Ahora Aibar está preparando el rodaje de un biopic basado en la vida del genial dibujante Manuel Vázquez, autor de Las hermanas Gilda, Anacleto y La familia Cebolleta. Santiago Segura será el protagonista.
Vázquez nunca pagó el alquiler de su casa. De hecho no pagaba nada. Se pasaba la vida eludiendo a los acreedores aunque sacó partido de ello en mi personaje preferido: el de Cuentos del tío Vázquez, su alter ego, un caradura que se libraba del acreedor de turno contándole las historias más absurdas. No es extraño que Ibáñez se inspirara en él para el personaje del moroso que vivía en la buhardilla de 13, Rue del Percebe.
Sus sablazos eran legendarios. Gracias a sus asombrosas dotes de persuasión le sacó dinero a su editor, Josep Toutain, para pagar el funeral de su padre. Luego se descubrió que su padre estaba vivo pero aún así le volvió a sacar dinero a Toutain otras dos veces ¡empleando la misma excusa!!!
Sus relaciones con las mujeres no eran nada convencionales. Veía una que le gustaba y se casaba con ella pasando por alto que… ya estaba casado. Llegó a tener cuatro esposas al mismo tiempo con el resultado de once hijos y una temporada en la cárcel por polígamo.
Vázquez falleció en 1996. Yo le conocí en sus últimos años cuando frecuentaba el bar Raval en Barcelona junto con otros dibujantes como Nazario, Mariscal o Calvo. Entonces vivía un momento dulce: sus álbumes volvían a editarse y los dibujantes jóvenes le veneraban. Un día me confesó que su personaje preferido era Angelito, quizá el más surrealista de todos: un niño que va por el mundo en un cascarón de nuez y siempre dice “Gu” en la última viñeta. Va por ti, Vázquez:

LAS BOTELLAS DE ARRIBA DEL TODO


Esas botellas que en los bares siempre están en la estantería más alta porque nunca las pide nadie .El otro día me entretuve echándoles una ojeada y aquí están algunas de esas pócimas que forman parte de nuestra historia:
CYNAR: hace años que no fabrican ese aperitivo a base de alcachofa y por eso suele ser la botella más cochambrosa de todas, con una buena capa de polvo y mosquitos aplastados. A juzgar por su sabor siempre he creído que el Cynar estaba hecho con los excedentes de jarabe para la tos de algún farmacéutico desaprensivo.
PONCHE CABALLERO: bastante más agradable. Fácil de localizar por su inconfundible botella plateada. Anunciaban por la radio el cóctel Ponchelo (ponche Ponchelo, ponche con hielooo...) O sea, lo mismo pero con hielo. No se estrujaron mucho el coco para elaborar el ponchelo
AROMAS DE MONTSERRAT: siempre que veo la botella me imagino una escena como sacada de El Nombre de la Rosa con unos frailes rodeados de enormes alambiques en donde destilan este licor verdoso con sabor a hierbas. Encuentro su sabor sospechosamente parecido al licor de lagarto que sirven en los restaurantes chinos.
RICARD: ojo que engancha. Confieso que después de un viaje por Francia me convertí en adicto a esta bebida a base de regaliz, ajenjo y un fuerte aroma anisado que ha provocado que más de un compañero de barra se apartara con muecas de desaprobación. Celine contaba en su libro Larga Jornada Hacia la Noche que los soldados franceses de la guerra del 14 combatían las diarreas por la mala comida de las trincheras a base de lingotazos de Ricard.
RATAFÍA: licor a base de nueces de la Catalunya profunda. Textura más bien empalagosa, sabor nauseabundo y devastadores efectos laxantes
GRAN LICOR BONET: pomposo nombre para el antes conocido como Estomacal Bonet hasta que una ley obligó a quitar a las etiquetas de bebidas alcohólicas aquellos nombres que sugerían efectos medicinales. Típico licor con el que se dopan las viejecitas durante sus partidas de cinquillo.
ABSENTA: temible bebida a la que se atribuyen efectos alucinógenos (que se lo pregunten a Verlaine que flipaba cosa fina con ella) por eso se la conoce también como Diablo Verde. En Francia está prohibida desde que en 1906 un campesino bajo los efectos de la absenta la emprendió a hachazos con su familia. El Resplandor de Kubrick pero en francés y “avant la lettre”. A mí me gusta sobre todo por la parafernalia, ya saben: lo del tenedor con el terrón de azúcar y el agua.
LICOR DE PLÁTANO: de la marca Sorel, distribuidores también del conocido licor de menta y su no menos acreditada lima. Los más viejos del lugar recuerdan cuando algún cliente pedía esa bebida al ver aquella botella tan kitsch que imitaba un racimo de plátanos (seguro que John Waters mataría por conseguir una de esas botellas) Pero desde que cambiaron a un diseño más convencional el licor de plátano languidece en la estantería alta.

jueves, 11 de junio de 2009

IMPASIBLE EL ALEMÁN

Me he propuesto iniciar este blog una sección dedicada a cantantes bizarros. En Alemania sienten devoción por Heino, un cantante de imposible pelo albino y sempiternas gafas de sol que fue el cantante teutón que más discos vendió en los años 70. Damen und Herren: aquí les dejo con Karamba, Karacho, ein Whisky! ¡A bailar!

ADIÓS KWAI CHANG CAINE

A un mozo de carga se le cae una caja repleta de huevos. El mozo se desespera: “¡El jefe me va a colgar!” –grita- “¡Me va a colgar!” Un hombre que pasa por ahí le dice: “Pero, hombre…¿por los huevos?” Y el mozo responde: “¡Qué va, por el cuello!”
Lo siento pero no he podido evitar acordarme de este chiste tan viejo –y tan malo- al leer la noticia de la muerte del actor David Carradine hallado en un hotel de Bangkok con una soga en el cuello y otra en los testículos. Al parecer el actor practicaba un peligroso juego erótico de autoasfixia que ya antes se había llevado por delante al dibujante Vaughn Bodé y a Michael Hutchence, el cantante de los INXS.
La filmografía de David es de las que considero interesantes, con sus altos y sus bajos. Después de interpretar en la serie KungFú al monje Kwai Chang Caine se lanzó a una desigual carrera en el cine: fue dirigido por Ingmar Bergman en El huevo de la serpiente, dos veces con Scorsese cuando era bueno: Boxcar Bertha y Malas calles y por Walter Hill en la curiosa Forajidos de leyenda en la que las bandas están formados por auténticos hermanos en la vida real: los Carradine (David, Keith y Robert) los Quaid (Randy y Dennis) y los Keach (Stacy y James) El resto de la mayoría de sus películas van desde la serie B a la Z más casposa. Su experiencia con Tarantino en Kill Bill no resultó como la de Travolta en Pulp Fiction sino más bien como la de Robert Foster en Jackie Brown, su carrera no se vio relanzada y volvió a producciones del tipo carne de videoclub.
Esta escena es de uno de sus hitos del cine más palomitero: La carrera de la muerte del año 2000 (1975) Vale la pena porque se ve a Carradine endilgándole una somanta a un insoportable Stallone.

miércoles, 10 de junio de 2009

OJO CON EL POMBERO


Dicen que quienes se encuentran con el temible wendigo pierden su alma, la irlandesa Juanita Dientesverdes se come a los niños y el yeti sigue haciéndose el escurridizo. Entre los seres fantásticos un caso especial es el Pombero. El desdichado que paseando por la selva del norte de Argentina se tope con el Pombero este le pedirá… tabaco negro. Esto es lo que hace el Pombero, algo tan familiar como gorrear tabaco. Eso sí, quien no se lo dé sufrirá las consecuencias: su ganado se dispersará, los muebles se estrellarán contra las ventanas y el Pombero se le aparecerá como un asno sin cabeza con el consiguiente susto de muerte.
Isabel Sarli es todo un mito en Argentina. Esta morenaza que gasta un 135 de talla de sujetador protagonizó nada menos que 30 largometrajes con su marido, compañero de reparto, director y mánager Armando Bó. Embrujada (1969) es sin duda el más estrambótico de todos y tiene al Pombero como estrella invitada –por cierto que viendo su maquillaje se nota que no andaban sobrados de presupuesto-. En esta escena el Pombero ronda por la selva en busca de alguien que le solucione lo de fumar por el morro pero se encuentra nada menos que a Isabel Sarli tumbada en pelotas sobre una estera y el monstruito decide beneficiársela. No puedo evitar preguntarme si, una vez consumado el acto, el Pombero sudoroso y aún tendido sobre la estera se acerca a la Sarli y le dice:
-¿No tendrías un Ducados, por casualidad?

CENA CON HOWARD HUGHES


Uno de los objetos que me causó más impacto de los llamados Poemas Visuales de Joan Brossa fue un ingenioso tenedor-berbiquí para enrollar y comer espaguetis. El genial y lunático Howard Hughes, autor de un diseño aún no superado de motor de hidroavión y recientemente interpretado por Di Caprio en la película El aviador (qué gran favor le harían suprimiéndole una hora de metraje) también creó su propio tenedor: más grande y con las púas más separadas para que los guisantes más pequeños cayeran y fuesen descartados por Hughes pues los encontraba insípidos.
No es de extrañar que Hughes se preocupara por estas legumbres ya que durante 37 años estuvo cenando exactamente lo mismo: un bistec muy hecho con guisantes y de helado de pistacho de postre. Al multimillonario texano le encantaba el helado de pistacho que la familia Grandenetti elaboraba artesanalmente en Hollywood. Cuando supo que por problemas económicos cerrarían la heladería les compró la empresa y cada semana una furgoneta cargada con bidones de helado de pistacho entraba en la residencia de Hughes.
El servicio de cocina de aquella mansión preparaba diariamente un menú que un sirviente entregaba a Hughes en una carta por si cambiaba de opinión pero… nada. Y así siguió hasta que pasó a alimentarse únicamente con medicinas y mate amargo; pero es ya otra historia.

STEAK TÁRTARO


Atención: este es un plato solo para los MUY carnívoros. Carne cruda aunque muy bien condimentada. Lo inventaron los jinetes tártaros que cortaban sangrantes tajadas de carne de caballo y las ponían debajo de la silla de montar para que se reblandecieran y así poder comerlas crudas. Lo curioso del steak tártaro es que pasa como con las paellas: no hay dos personas que lo hagan exactamente de la misma forma. Así lo preparo yo:
En un bol o plato hondo mezclar bien la carne picada con una cebolla rallada, una yema de huevo, un poco de perejil, una cucharada de mostaza (la mostaza a la antigua, reconocible por sus semillas, es muy apropiada) un chorrito de coñac, un puñado de alcaparras, sal, pimienta y remover todo con las manos; como los buenos cocineros. Se le puede añadir unas gotas de tabasco para quien le guste el picante.
Se presenta el steak en forma de torta plana rodeado de champiñones crudos cortados en láminas y rociados con un poco de zumo de limón.

domingo, 7 de junio de 2009

DE LO INVISIBLE


Qué maravilla de portada. No, no la hice yo… ya me gustaría.
La primera versión en cine de la novela de H G Wells (El hombre invisible, 1933) no está a la altura del libro pero hay una escena con gracia: aquella en que oímos primero el ruido del ya invisible protagonista –Claude Rains- al caer por unas escaleras y luego su voz: “Es muy difícil bajar una escalera si no te puedes ver los pies”.
Ambrose Bierce escribió sobre el tema un soberbio relato corto: La cosa maldita, que se puede descargar en la estupenda web El Espejo Gótico. Borges hizo su aportación a la invisibilidad con Hidebehind (El Escondedetrás) un inquietante ser que no es exactamente invisible pero que nadie puede ver, pues dondequiera que uno se encuentre él siempre estará… detrás.
Casualmente hoy he leído dos artículos relacionados con el tema. El primero ha sido una entrevista con la la sexóloga canadiense Hillary Zervos que presenta su libro sobre las fantasias sexuales. Dice Zervos que una de las más comunes entre adolescentes es la de hacerse invisibles para entrar en vestuarios femeninos, habitaciones de hotel y lugares por el estilo. Esto se ha visto varias veces en el cine: desde la chusca comedia El chico invisible del campus donde Willie Aames –el rubito adolescente de la serie Con ocho basta- se lo pasaba pipa paseando por las duchas de las animadoras, o en la más interesante Alice de Woody Allen en la que Joe Mantegna, después de tomarse una pócima, aprovecha su invisibilidad para colarse en los probadores de una boutique.
El segundo es otra entrevista, con un oftalmólogo barcelonés, en la que afirma que el hombre invisible –si existiera realmente- sería ciego, pues un ente invisible no puede producir los reflejos que la córnea necesita para crear visión. De nuevo el implacable racionalismo científico se da de patadas con las fantasías.
Mi modesta contribución al mito del hombre invisible es esta tira publicada en El Monográfico. Es del tipo de chistes que a mí me gustan: cortos y algo tontorrones.


MAIGRET


La verdad es que lo que más me gusta de Maigret son sus portadas de los años 50-60 como esta del gran Dick Bruna. El famoso comisario me parece menos interesante que su autor, Simenón, una curiosa mezcla de escritor de éxito y hombre torturado
Maigret también ha sufrido los efectos de mi humor tontorrón como en esta tira:

sábado, 6 de junio de 2009

EL SECRETO DE STEPFORD


Esta es una de mis portadas recientes. The Stepford wives, una novela de Ira Levin más conocido por las adaptaciones al cine de sus obras Rosemary´s Baby (en España, La semilla del diablo) y Los niños del Brasil. Chuck Palaniuk, el autor de El club de la lucha e incondicional admirador de Levin dice que usa material de serie B para fabricar pequeñas obras maestras. Estoy de acuerdo, los argumentos de sus noveles parecen de libros pulp pero las tramas están impecablemente construidas.
La protagonista de esta novela, Joanna, se traslada con su familia a Stepford, una bucólica villa residencial. Al igual que su marido todos los hombres de Stepford tienen trabajos relacionados con la robótica. Joanna percibe sorprendida como sus convecinas se van convirtiendo en mujeres dóciles y sumisas al mismo tiempo que aumenta la talla de sus sujetadores. La protagonista pasa de la extrañeza al pánico al darse cuenta de que vive rodeada de Barbies recauchutadas.
Dos consejos gratis: uno, lean el libro (editado en España con el título Las mujeres de Stepford, Ediciones B). Dos: huyan de la versión cinematográfica protagonizada por Nicole Kidman y Bette Midler. Es un monumental petardo.

BUD SPENCER ME INVITÓ A UN HELADO

El verano del 74 lo pasé con mis padres en Altafulla, un pueblo de la costa de Tarragona. Entonces era frecuente ver en la playa a Bud Spencer acompañado de un grupo de amigos que le llamaban Carlucci (el nombre real de Bud es Carlo Pedersoli) El actor pasaba allí los descansos de la película que estaba rodando en Barcelona –Y si no, nos enfadamos- con su inseparable Terence Hill.
Un día, saliendo del agua, me encuentro cara a cara con el orondo Bud. Llevaba una caña de pescar en una mano y un cubo de plástico en la otra. Me sonríe y dice: “Bambino, pon la mano qui”. Pardillo como era entonces (y me temo que también ahora) introduzco la mano en el cubo sin mirar y lanzo un alarido de terror cuando un serpenteante amasijo de tentáculos y ventosas me agarran el brazo. Dentro del cubo había un pulpo vivo que no parecía tener prisa por soltarme.
Compadecido por mi cara de espanto Bud me llevó al chiringuito de la playa (después de librarme del pulpo, claro) y me compró un helado. Recuerdo que era de chocolate y por el altavoz del chiringuito atronaba una canción de Las Grecas. También me acuerdo del cabroncete de Bud cada vez que tengo delante un plato de pulpo a feira.
Esta es la secuencia final de Y si no, nos enfadamos (Altramenti ci arrabiamo) Bud Spencer y Terence Hill van al club de un mafioso –si se fijan verán a Donald Pleasence- para tomarse la justicia por su mano y nunca mejor dicho: a mamporro limpio. Seguro que estas escenas despertarán recuerdos entrañables a muchos frikis cuarentones… como yo, más o menos

CÓCTEL NEGRONI


He puesto a dos personajes en el dibujo: uno por el negroni clásico y otro por el llamado Sbagliatto (equivocado) que lleva cava en lugar de ginebra. Es un aperitivo magnífico.
Mezclar 4 partes de ginebra (60 ml) 2 partes de Campari (30ml) y un chorrito de vermut dulce en una coctelera con hielo picado. Agitar bien y colar en un vaso bajo helado con cubitos. Adornar con una espiral de piel de naranja.

viernes, 5 de junio de 2009

JEEVES


No esperaba que los ingleses me encargaran la portada de un libro con un protagonista tan british como el mayordomo Jeeves. Es como si aquí se eligiera a un dibujante inglés para una portada de La casa de Bernarda Alba.
Las deliciosas novelas de Wodehouse eran uno de mis recursos para evadirme por un rato de la mili. Me imaginaba muy lejos de allí, en una mansión victoriana, con un mayordomo como Jeeves que me lo solucionara todo y bebiendo ginebra con un ex coronel con monóculo que exclamara ¡Por San Jorge! Cada diez minutos.
Algunas cadenas emitieron hace años la magnífica serie Jeeves protagonizada por Stephen Fry (Jeeves) y Hugh Laurie –antes de encarnar al arisco Dr. House- en el papel del tontorrón Wooster. He elegido esta secuencia que incluye los maravillosos créditos art decó con que se iniciaban los capítulos.

MADAME TIJERAS


Sin duda el corte más surrealista e injustificado de la historia de la censura española (apodada Mme. Tijeras) fue el de la película de Hitchcock Con la muerte en los talones (North by Northwest, 1959) En una escena, en un concurrido restaurante, Eva Marie Saint dispara con balas de fogueo a Cary Grant para que los espías rivales crean que ha muerto. Por alguna incomprensible razón la censura suprimió la secuencia con un resultado de lo más chapucero pues vemos a Grant conversando con Eva Marie y, un instante después, el actor está tendido en el suelo como si le hubiera dado un soponcio mientras se oyen gritos y carreras a su alrededor. Cuando vi por primera vez esa película en el cine de mi colegio y llegó la escena cortada pensamos que –como casi siempre- la copia era defectuosa y nos pusimos a silbar y patear hasta que el hermano Alonso, el cura encargado del orden, empezó a repartir capones.
Años después pusieron Con la muerte… en el programa de José Luis Garci Qué grande es el cine. En la presentación anunciaron que esta copia incluía una escena “…que aún no había sido vista en España; por eso, durante ese par de minutos, las voces del doblaje son distintas a las del resto de la película.”
No he encontrado en youtube la famosa escena pero aquí está una joya: el inicio que preparó para esta película el genial Saul Bass que convertía los títulos de crédito en obras de arte.

¿ALGUIEN LO HA VISTO?

En los cartones de zumo y leche en Estados Unidos suelen aparecer fotos de personas buscadas y/o desaparecidas. Me pregunto si alguna vez se verán bricks como este:

miércoles, 3 de junio de 2009

DÉJAME ENTRAR


Me temo que no corren buenos tiempos para los amantes de las películas de vampiros. Por un lado, productos con estética de videoclip y una trama subordinada a los efectos especiales; esto va por Underworld, La reina de los condenados o el bodrio Van Helsing donde el venerable profesor cazavampiros aparece como un Indiana Jones para atraer al público palomitero.
El otro extremo sería Déjame entrar. El título de este largometraje sueco basado en un libro de gran éxito hace referencia a la leyenda de que un vampiro no puede entrar en una casa si no es invitado a ello. La película ha sido recibida con entusiasmo por la crítica acaparando todas las estrellas de los rankings.
Déjame entrar quiere dejar bien claro que “sí, es un film de vampiros pero, ojo, de qualité”. De ahí los largos silencios y planos- secuencia. No tengo nada en contra del ritmo lento en las películas (entre mis preferidas hay más de un ladrillo) pero es que Déjame… me ha parecido innecesariamente lenta. Insiste machaconamente en el acoso que Oskar, el niño protagonista, sufre en la escuela y quedan desdibujados personajes interesantes como los ciudadanos que se reúnen en el bar para hablar de los crímenes o el padre de Eli, la niña vampiro, encargado de conseguir la sangre que su hija necesita. El conjunto me pareció distante y frío.
Aunque Déjame… tiene sus buenos momentos, claro. Yo me quedo con dos: cuando Eli muestra a Oskar los devastadores efectos que provoca no respetar la norma de no entrar en una casa sin ser invitado y, sobre todo, la secuencia del asesinato en la piscina que es una de las más impactantes muertes en off vistas en el cine.


Otra de las tiras que voy publicando en El Monográfico. Onán, obligado a casarse con la viuda de su hermano, eyaculó sobre la tierra para no repartir su herencia con los hijos de ella. Debía sentirse muy seguro en la intimidad de su alcoba pero, ay, El que todo lo ve estaba al quite y deja a Onán convertido en churrasco. Y por si esto fuera poco Onán es reconocido como el más famoso pajillero de la historia y todo porque un traductor de textos bíblicos metió la pata y definió onanismo como sinónimo de masturbación cuando en realidad Onán practicaba el coitus interruptus; el método anticonceptivo más antiguo y pedestre.
Momus, el cantautor escocés que dice estar obsesionado –por este orden- con los viajes en el tiempo, Japón y el sexo- ha homenajeado a Onán en una canción que lleva el ingenioso título de Onán el Bárbaro.
Además la tradicional oposición religiosa al hecho de desperdiciar la semilla fue motivo de inspiración para el descacharrante número Every sperm is sacred, parodia del musical Oliver Twist, y una de las escenas más recordadas de El sentido de la vida de los Monty Phyton.

COCINA JAPONESA


Este logo me lo han encargado para un restaurante japonés en Madrid. No me considero diseñador pero es un trabajo que me encanta.
Mi restaurante japonés preferido en Barcelona es el Ikkiu, en la calle Princesa 11. El local lo lleva Anna, casada con un japonés, y el pasado año preparamos un proyecto de libro con platos sencillos y caseros. Anna ponía las recetas y yo las ilustraciones. No tuvimos suerte, las editoriales nos dijeron que el boom de la gastronomía japonesa había saturado el mercado de libros sobre el tema. Para que al menos una parte del libro vea la luz he puesto dos recetas en el blog:
SHAKE NO TERIYAKI

(salmón con salsa teriyaki caramelizado)
Ingredientes: cola de salmón, salsa de soja, sake o vino blanco seco, agua, una pizca de ajo en polvo.
Prepara primero la salsa teriyaki. En un bol pones una cucharada de sake o vino blanco, 1 vaso de agua, ½ vaso de salsa de soja, 2 cucharadas de azúcar y un pellizco de ajo en polvo. Remueve todo bien para emulsionar el azúcar.
Vierte esta salsa en una sartén –mejor si es de las viejas- al fuego. Añade el salmón y deja que la salsa se vaya reduciendo. El azúcar mezclado con la soja y el sake formarán un caramelo, es el momento de retirarlo del fuego pues la salsa puede quedar amarga si se calienta demasiado. El salmón ha de quedar tierno por dentro y caramelizado por fuera.
Se sirve con arroz blanco y cebolla tierna o bien con guisantes cocidos.

TORI NO KARAAGE

Ingredientes: muslos y contra muslos de pollo, salsa de soja, sake o vino blanco seco, azúcar, jengibre fresco, fécula de patata (o de maíz) aceite de girasol.
Corta el pollo en trozos pequeños. Colócalos en un recipiente hondo y prepara la salsa de marinar con: 1 vasito de soja, 1 vasito de sake o vino, 2 cucharadas soperas de azúcar y una pizca de jengibre fresco rallado. Vierte todo sobre el pollo, bien cubierto, y ha de permanecer al menos 1 hora con este adobo.
Después enharina los trozos de pollo en fécula de patata o maizena y los fríes en aceite bien caliente. Deja escurrir las porciones de pollo sobre papel de cocina y sírvelas bien calientes con un poco de ensalada verde y unas rodajas de limón.