martes, 21 de julio de 2020

LA MÁQUINA DEL TIEMPO... y más cosas


Basado en un relato de Fredric Brown.
Herbert George Wells, recostado cómodamente en un sillón, termina de leer el periódico y decide dar un corto paseo. Es una bochornosa tarde de finales de verano. Al pasar por delante de la casa de su vecino Alosius Hetz -un brillante científico de origen checo- ve la puerta de su taller-laboratorio abierta, seguramente para mitigar el calor. En ese momento Hetz, que conoce a Wells y también su obra, se asoma e indica al escritor que se acerque con gestos que denotan gran excitación. Wells tiene que bajar dos escalones que crujen y entonces descubre un extraño artefacto.
-¡He creado la máquina del tiempo! -anuncia Hetz con voz entrecortada por la emoción.
-¿Y cómo funciona? -pregunta Weels vivamente interesado.
-Hay que poner aquí la fecha a la que se quiere viajar y tirar de esa palanca -responde Hetz-. Hay que poner aquí la fecha a la que se quiere viajar y tirar de esa palanca -responde Hetz.
-¿Y cómo funciona? -pregunta Wells vivamente interesado.
-¡He creado la máquina del tiempo! -anuncia Hetz con voz entrecortada por la emoción.
Wells tiene que bajar dos escalones que crujen.
 El escritor y el científico están sentados uno frente al otro enfrascados en una partida de ajedrez que no jugarán hasta dentro de tres meses. Es un frío día invernal y los troncos arden en la chimenea bajo los adornos de Navidad. Hetz avanza su torre y sonríe:
-Pero, claro, ahora tengo que hacerle unos ajustes para una mayor precisión -dice.
-¿Y cómo funciona? -pregunta Wells vivamente interesado.
-¿Y cómo funciona? -pregunta Weels vivamente interesado.
-Hay que poner aquí la fecha a la que se quiere viajar y tirar de esa palanca -responde Hetz-. Hay que poner aquí la fecha a la que se quiere viajar y tirar de esa palanca -responde Hetz.
-¿Y cómo funciona? -pregunta Wells vivamente interesado.
-¡He creado la máquina del tiempo! -anuncia Hetz con voz entrecortada por la emoción.
Wells tiene que bajar dos escalones que crujen.
El escritor y el científico están sentados uno frente al otro enfrascados en una partida de ajedrez que no jugarán hasta dentro de tres meses. Es un frío día invernal y los troncos arden en la chimenea bajo los adornos de Navidad. Hetz avanza su torre y sonríe:
-Pero, claro, ahora tengo que hacerle unos ajustes para una mayor precisión -dice.
-¿Y cómo funciona? -pregunta Wells vivamente interesado.
FIN
El profesor Sibelius se ha ido de vacaciones, pero vuelve Frodo y su HUMOR ARGENTINO:
MELMOTH: EL HOMBRE DEPRIMIDO

 Un hombre sexagenario se presenta en la consulta del médico y le habla de sus problemas. Se siente triste y abatido; nada le atrae ni le interesa en la vida y su permanente melancolía se transmite a su entorno, que sufre por ello.
- ¿Has probado a viajar? – le pregunta el médico tras haberle examinado.
-Yo no paro de viajar – responde el hombre deprimido -. Toda mi vida no es más que un viaje.
-Aparentemente no tiene usted nada grave.
-Ya lo sé.
-Habría que sacudirlo, interesarle en algo. Mire, tengo una idea. ¿Y si fuera usted al circo? Sí. Hay un payaso muy famoso que se llama Popoty. Seguramente habrá oído hablar de él. Según parece, nadie se resiste. Debería usted ir a verle. Podría venirle bien.
-No puedo – dijo el hombre.
- ¿Por qué?
-Porque yo soy Popoti.
FIN
LA RECETA: POLLO CON SALSA DE CEREZAS
Venga, a aprovechar que es época de cerezas. Foto: Silvina.
Deshuesar las cerezas -es algo pesado, recomiendo hacerlo escuchando música- y luego sofreír los trozos de pollo.
Cuando el pollo se vea doradito reservarlo en un plato, sazonar con sal y pimienta y en el mismo aceite freír cebolla picada.
Cuando tome color añadir las cerezas, remover, verter un vaso de vino blanco (también se puede hacer con cava o jerez) y dejar reducir un poco.
Triturar la mezcla de vino, cebolla y cerezas en la batidora. Volver a poner el pollo en la cazuela y añadir la salsa de cerezas.
Tapar la cazuela, cocer 20m. con el fuego al mínimo (o cocer en el horno 20 m. a 200º ) y servir.

viernes, 10 de julio de 2020

ABDUCIDA


El hombre vestido con severo traje color pizarra y chaleco a juego es cliente habitual. La camarera del restaurante, después de saludarle con una sonrisa, le conduce hacia un acuario donde nadan crustáceos vivos.
Con gesto adusto, como el sumo sacerdote que elige la doncella para el sacrificio, el hombre de severo traje color pizarra señala una langosta con el índice: "Esa de ahí".
Diestramente la camarera atrapa la langosta con una redecilla y se dirige a la cocina mientras el hombre de severo traje color pizarra toma asiento en el comedor mientras le sirven una copa de cava y unas aceitunas para amenizar la espera.
Al llegar a la cocina la camarera deja caer la langosta en un cubo de agua salada mientras el cocinero filipino saca una langosta del congelador. Luego sirven esa langosta al cliente de severo traje color pizarra con una fuente de salsa tártara.
Ya se han ido los últimos clientes y el restaurante cierra sus puertas. La camarera se arrodilla frente al cubo, atrapa a la aturdida langosta y -plouf- la devuelve al acuario.
La langosta se posa sobre la gravilla al lado de un enrome  bogavante con las pinzas sujetas con cinta aislante. Agitando nerviosamente las antenas le dice:
-No te lo vas a creer... ¡Me han abducido!!!
FIN
EL PROFESOR SIBELIUS CONVERSANDO CON EINSTEIN
MELMOTH: EL FUTURO EN UNA FOTO
Una maestra de colegio anuncia a sus alumnos al final del curso que, al día siguiente, irá un fotógrafo. Para convencerlos de que posen, les muestra una fotografía del año anterior, donde posa ella en medio de otros alumnos, y les dice:

- ¿Veis? Luego, cuando miréis la fotografía del colegio, diréis: mira, esta es Rosa, que se ha convertido en una actriz de cine, ahí está Javier, que es ministro, y ahí José, que ahora es un importante científico…
Uno de los niños pone un dedo en la fotografía y añade:
-Y esa es la maestra, que está muerta.
FIN
¿Un poco más de Melmoth? EXTRAÑOS, SOMBRAS Y PERDIDOS
Cuanto más grande me hago, más abarco – le dijo la Oscuridad a una Sombra que huía sin ningún tipo de esperanza.

***
Reía jocosa la Sombra de antaño creada por el gran astro Sol, y fue castigada y denigrada a la luz de las farolas.
***
Un Extraño envejecido contemplaba cómo las cosas por las que había perdido su vida se volvían a reciclar para las nuevas generaciones de Sombras, Extraños y Perdidos
***
LA RECETA: EL IMAN SE DESMAYA
El nombre de la receta se refiere a un imán otomano que se desmayó de puro placer al probar este plato.
Cortar berenjenas por la mitad, ponerlas en una fuente con la piel hacia arriba y cocer 15m. en el horno a 220º.
Vaciar la pulpa de las berenjenas con cuidado de no cortar la piel. Sofreír en una sartén la berenjena con cebolla cortada fina, salsa de tomate, 2 dientes de ajo cortados en láminas y carne de ternera picada. Rellenar las berenjenas con la mezcla.
En la receta original se cubren con pan rallado para gratinar, yo la prefiero con queso.
Gratinar 5 minutos y a servir.

miércoles, 1 de julio de 2020

UN SECUESTRO EXPRESS... y más cosas


SECUESTRO EXPRESS EN EL BAR BITÚRICO
 Interior bar. Entra un hombre con un gran saco a cuestas.
HOMBRE DEL SACO: Una caña, Manolo, que vengo seco.
DUEÑO: ¿Dónde vas con ese saco?
HOMBRE DEL SACO: Es un hombre al que he secuestrado, a ver si me saco un dinerillo por su rescate.
INTERIOR DEL SACO: ¡Socorro!!!
DUEÑO: Hala, es verdad.
CLIENTE 1: ¡Secuestro! ¡Eso es un delito!
HOMBRE DEL SACO: ¡Lo que están haciendo conmigo sí que es delito! Llevo dos años en paro y he tenido que darme de baja la luz y el agua. Estoy sin un chavo.
CLIENTE 2: Eso no es fácil. Puede pasar tiempo antes de que decidan pagar el rescate y vas a tener que costear la manutención del secuestrado.
DUEÑO: Tranquilo, yo te guardaré en una bolsa los restos de comida de los platos a cambio de mil euros cuando cobres el rescate.
INTERIOR DEL SACO: ¡Una mierda! ¡No pienso comer las sobras de nadie!
HOMBRE DEL SACO: ¡Vaya, así que es delicado con las comidas! ¡Maldito burgués!
CLIENTE 3: Oye, te puedo conseguir algo de la carnicería donde trabajo, pero cuando cobres quiero mil euros.
CLENTE 4: Y yo te cedo el sótano de mi ferretería. Ahí podrás dejar el pájaro sin peligro de que lo oigan los vecinos, y me darás mil euros.
HOMBRE DEL SACO: ¡Bien! Si colaboráis habrá pasta para todos.
 CLIENTE 5: ¡Un momento! O me das diez mil euros del rescate o te denuncio ya mismo por secuestro en primer grado.
HOMBRE DEL SACO. (Suspira) Uf… vale, tendrás tu dinero, pero como te vayas de la lengua…
DUEÑO DEL BAR: ¡Eh! ¿Pero qué mierda es esta? ¡Yo también quiero diez mil o te denuncio!
HOMBRE DEL SACO: Manolo, joér, no me hagas esto…
DUEÑO DEL BAR: Lo siento, pero no me arriesgaré por cuatro duros mientras ese se forra por la cara.
CLIENTES 6,7 y 8: “¡Es verdad!” “¡Yo quiero otros diez mil o canto! “ “¡Y yo!”
HOMBRE DEL SACO: ¿Sabéis que os digo? ¡A tomar por saco! Y hablando del tema –abre el saco y dice-:¡Usted, ya puede salir de ahí! ¡Le dejo en libertad!
Todos reconocen al hombre que sale del saco: Javier Nanay, conocido abogado y tertuliano televisivo.
- Gracias, amigo –le dice al Hombre del Saco-. No he podido evitar la conversación y está en su derecho de denunciar a esta gente por intento de chantaje.
HOMBRE DEL SACO: ¡Hosti, qué buena idea! Ahora mismo voy al juzgado y de paso doy de alta la luz y el agua, seguro que me cae una buena indemnización.
DUEÑO Y CLIENTES DEL BAR: ¡¡Noooooo!!!!
FIN
LOS CONSEJOS DEL PROFESOR SIBELIUS
Vuelve FRODO, con su sección HUMOR ARGENTINO
Y EL GRAN MELMOTH:

Un hombre de negocios, al volante de su coche, da vueltas alrededor de un edificio de oficinas buscando en vano un sitio para aparcar. Tiene una cita importante, que va a decidir su vida, y teme llegar tarde. Se dirige a Dios:
- ¡Te lo suplico, haz que encuentre un sitio! ¡Ya verás, seré muy bueno con mi mujer, me ocuparé de los niños, te lo prometo, daré limosna con frecuencia a los pobres, iré a ver a mi madre una vez a la semana y le llevaré bizcochos de chocolate! ¡Pero haz que encuentre un sitio! ¡Rápido! ¡Ten compasión!
En ese momento, delante de él, un coche pone el intermitente y se va de modo que queda libre un sitio.
El hombre se dirige de nuevo a Dios:
- ¡Ya está! ¡Solucionado! ¡No te molestes!
FIN
LA RECETA: RIÑONES AL JEREZ
Venga, una de casquería con un plato tradicional. Foto: Silvina.
Poner bajo el grifo los riñones (los de ternera, se entiende) lavarlos con agua fría y dejarlos 1 hora en un plato con vinagre.
Secarlos con papel de cocina y sofreír en aceite. Cuando tomen color añadir cebolla picada, perejil, sal y pimienta.
Remover y añadir 1 vaso de jerez (o vino blanco o cava) y 1 hoja de laurel. Tapar el recipiente y dejar cocer con el fuego al mínimo 20 m. Con esa salsita es delito no mojar pan.
¡Saludos! Espero que pronto ya no tengamos que llevar ese chisme.