lunes, 30 de septiembre de 2019

POTI-POTI DE OTOÑO

Antes del cambio climático por estos días se veían los primeros jerseys.
ENCUENTRO EN EL BOSQUE

 En la posada conversan un aldeano y un misterioso forastero. Se dice que por el bosque ronda un hombre lobo.
-Cuentan en la aldea que el hombre lobo teme a los ataúdes –relata el aldeano-. Otros, que sólo roba collares de ajo. También que la bestia carga con un crucifijo y una estaca.
El misterioso forastero apura su jarra de cerveza e interviene:
-Me topé con el hombre lobo ayer por la noche. Hablamos, me dijo que lleva siempre una estaca porque no quiere ser mordido en el cuello por los vampiros. No hay porque preocuparse.
-Si es que hablando se entiende la gente – admite el aldeano. La sensual camarera se inclina hacia el misterioso forastero, por el escote de su vestido se puede ver hasta sus rodillas.
-Hola, guapo. Voy a ser tu compañía esta noche.
-Hola, preciosa. Vas a ser mi copa esta noche.
Y dicho esto, el misterioso forastero se abalanza sobre su yugular.
FIN
ESTO ES LA TIERRA, TAYLOR
El coronel Taylor dirigió su caballo hacia una desmañada y titánica figura que chocaba a lo lejos como un espectáculo violento. Al llegar frente al enorme objeto descabalgó seguido a corta distancia de Nova que sujetaba las riendas de la montura.

Taylor, con el rostro crispado, cayó de rodillas sobre la arena y sus gritos se elevaron por encima del rumor del oleaje:
-¡Malditooos! ¡Yo os maldigo! ¡Maldigo las guerras y os maldigo a todos!
Taylor acababa de darse cuenta de que aquel extraño planeta era la Tierra. Se encontraba ahora exactamente en algún lugar de la costa occidental del Mediterráneo.
MARC RIBOT
MELMOTH: DONDE HUBO UN CINE
 Alguien avanza a hurtadillas hacia un solar donde hubo un cine que fue derruido. El individuo lleva una bolsa de basura. Mira a ambos lados y lanza por encima de la oxidada valla la bolsa. Se aleja con paso apresurado. Siempre tiene la extraña sensación de que cada vez que arroja la basura oye extrañas voces. Lo mismo les ocurre a todos los demás que van por turnos a arrojar su porquería allí. Esas voces son las de Humphrey Bogart, Lauren Bacall, Cary Grant, Deborah Kerr, John Wayne, HAL 9000 y tantos otros que no llegan a entender por qué aquella gente extraña y fantasmal arroja tanta basura en Casablanca, en el transatlántico de “Tú y yo”, en las grandes llanuras del Oeste americano o en el Discovery 1.
RECETA OTOÑAL: Conejo con setas y castañas.
Pasar los trozos de conejo por harina y sofreír en una cazuela con aceite. Reservar y en el mismo aceita saltear las setas (si son de las secas reservar un poco del agua en que se han escaldado) Añadir 1 vaso de vino tinto y luego el conejo con un atadillo de hierbas y 1/2 vaso del agua de cocción de las setas.
Tapar la cazuela y dejar cocer a fuego lento 1/2 hora. Así me quedó, recomiendo aprovisionarse de pan para la salsa.


miércoles, 18 de septiembre de 2019

OTRO POST QUE SE LEE MUY RÁPIDO

CORDERO CON PIEL DE LOBO

Los hombres lobo también tienen sus ratos de hombre corderos. Esos ratos ella aprovecha para ser despectiva, agobiarle y hacer con él lo que le de la gana. 
Es una estrategia,  sabe que cuanto más rencores acumulara él con más fuerza le haría el amor al convertirse en hombre lobo, y hoy hay luna llena.
No hay nada como las reconciliaciones a lo salvaje.
HOMBRES LOBO EN LONDRES
En este restaurante que han abierto en mi barrio me siento como en casa.Se come bien y me encargarán un logo.
Marc Ribot ha vuelto de sus vacaciones:
UCRONÍA
Y ahora el turno de Melmoth:
Alguien llama a la puerta, pero cuando la mujer abre, sólo ve un caracol. Lo coge, y lo tira al jardín. Dos semanas después, llaman de nuevo a la puerta. La mujer la abre y se encuentra otra vez con el caracol, que dice:
...Y un plato rápido: ESPAGUETIS RÁPIDOS DE MEDIANOCHE
Doy fe de que existe un plato con ese nombre, lo tomé de un libro y lo he simplificado:
Recomiendo emplear un tomate entero de lata. Cocerlo en la sartén con una guindilla a la que hemos quitado las semillas y aplastarlo con una cuchara de madera hasta que se deshaga.
Cocer la pasta en agua salada, escurrir más bien "al dente" y condimentar con un chorro de aceite de oliva y la salsa de tomate después de quitarle la guindilla. Servir con parmesano rallado.



martes, 10 de septiembre de 2019

MI OLIMPIADA SORBE-FLANES. (Historia real)

Mi última portada, la novela en que se basó la película "La leyenda del indomable" (Cool Hand Luke) quise rendir homenaje a la famosa escena en la que Paul Newman se zampa cincuenta huevos duros. Lo más parecido que he hecho ha sido participar en una competición de sorber flanes.

 En el verano del 93 me uní a un grupo de cocineros y aprendices para trabajar en un hotel de Neuenhof (Suiza)  Nos esperaban allí otro grupo de pinches alemanes. En total unas cuarenta personas trabajábamos en aquella enorme cocina dirigidos por hosteleros suizos.
Un día nos comunicaron que nos visitarían los alumnos de un colegio de Zurich a los que ofreceríamos una merienda a base de flan, pero el imprevisible clima suizo convirtió una soleada mañana de junio en una tormentosa tarde con impresionantes relámpagos. Anunciaron que anulaban la excursión en el momento en que sacábamos del horno unos quinientos flanes de huevo. ¿Qué hacer con todo eso? Héctor, un valenciano, tuvo una gran idea.
-¿Hacemos un concurso de sorber flanes?
Manos a la obra: formamos dos equipos, ocho españoles y otros tantos alemanes. Los suizos, siempre tan organizados, se ofrecieron como árbitros. Nos dieron a cada uno unos cartelitos con un número y un chico y una chica se sentaron frente a nosotros en una larga mesa con sendos lápices y libretas para apuntar los flanes que sorbiéramos. Nos sentíamos muy seguros -éramos jóvenes y teníamos buen apetito- pero los alemanes tenían un crack: Walter, el número cinco, un fornido jugador de rugby al que le faltaban los dos dientes frontales. El astuto Walter se quitó la prótesis para dejar más espacio libre en la boca.
 -Now! -gritó la chica iniciando la competición.
Pronto nos dimos cuenta de que no teníamos ninguna posibilidad con Walter. Era un espectáculo ver aquel gigantón boqueando sobre los flanes y hacerlos desaparecer en un segundo, uno tras otro. Los suizos apuntaban cada flan en sus cuadernos con helvética precisión. Yo iba por los catorce flanes cuando me entraron nauseas.
- ¡Miquel! -me animaba Héctor- ¡No te rindas ahora!
-No puedo más, Héctor. Salgo a que me dé un poco de aire porque si sigo viendo a ese teutón deglutiendo flanes vomitaré...
Y entonces ocurrió: Walter intentaba tragar una ingente cantidad de flan cuando un compañero suyo le dijo algo chistoso en alemán. Walter se congestionó, emitió un ruido de hipopótamo atragantado y sucumbió a un ataque de risa mientras expulsaba enormes trozos de flan por sus fosas nasales.
Me levanté apresurado al notar un geiser de flan a medio digerir que ascendía por mi esófago. 
 Mis arcadas se mezclaron con carcajadas cuando vi a los dos suizos impertérritos con el pelo, la cara y el impoluto uniforme blanco salpicados de restos de flan y azúcar líquido procedentes de la nariz de Walter. Sin alterar su expresión circunspecta el chico dijo:
-Nummer Fünf. Disqualifizert! (Número cinco, descalificado)
Salí como un rayo al jardín y agachado sobre un parterre de geranios experimenté la extraña sensación de vomitar y desternillarme al mismo tiempo con la imagen de aquellos dos suizos.
-¡Ja, ja, ja! ¡Brouaaaggsff! Jo, jo, juó! ¡Beurgggg! -¡Aun me parto al recordarlos!
La televisiva Cristina Tarrega nos muestra su pericia sorbiendo flanes.
Marc Ribot sigue de vacaciones y he pensado que gace tiempo que no cuelo uno de estos:
ATENCIÓN, CHISTE MALO.
Para quitar el mal sabor de boca un relato del gran Melmoth:
CAJERO
1      Un vagabundo duerme en el interior de un cajero y sueña que es el director de esa sucursal. Al mismo tiempo, el director de esa sucursal tiene pesadillas donde acaba sus días durmiendo en ese cajero. Tanto el director como el vagabundo no coinciden nunca, porque cuando llega uno no está el otro. Un día, el director se presentó más temprano de lo habitual por motivos de una importante reunión. De repente se encuentra con el vagabundo que se está levantando de su lecho improvisado con cartones. El director, consternado, se ve a sí mismo con unos cuantos años de más, y el vagabundo, sorprendido se ve a sí mismo cuando era joven. Cada uno, desconcertado a su manera, sigue su camino. Con el tiempo la sucursal cerró y en su lugar abrieron una tienda de fundas y carcasas para móviles. Del director y del vagabundo no se sabe nada.
RECETA: POLLO A LA MOSTAZA.
Sofreír los trozos de pollo. Retirar y en el mismo aceite freír cebolla, zanahoria y puerro. Sazonar el pollo con sal y pimienta. Poner en el cuenco de la batidora las verduras con 2 cucharadas soperas de mostaza y un brick pequeño (200 ml.) de crema de leche. Triturar y añadir a la cazuela junto con el pollo y un botellín de cerveza.
Tapar la cazuela y dejar cocer a fuego mínimo 45 minutos.



lunes, 2 de septiembre de 2019

¿LAS FOTOS ROBAN EL ALMA? (Relato)


Había encontrado el lugar adecuado, el sultanato de Kallifah. Exótico y atrasado, calles angostas y sucias con un mercado en el centro. Me planté frente a un puesto de alfarería, apunté al vendedor  y disparé una foto.
Polaroid 600. Al sonar el click del disparador y restallar el flash la atmósfera pareció cargarse de electricidad. El vendedor vino hacia mí con un apresurado flip-flop de babuchas.
-Sarami (amigo) no fotos. La foto se apodera del alma de la persona retratada. No fotos.
Un zumbido. De la ranura de la cámara apareció la foto enfundada en negro. El vendedor me dijo:
-Es mi alma, sarami. Si la quieres tendrás que darme mil tarbush (unos doscientos euros).
-Esto es una foto instantánea –le dije al tendero agitando la foto para activar los líquidos del revelado-. Tranquilo, su alma está aquí.
El vendedor intentó apoderarse de la foto pero yo me la guardé rápidamente en un bolsillo del chaleco.
-Ahora su alma vale dos mil tarbush –le dije-. Precio actual de mercado.
Y así fue como me pagué las vacaciones, revendiendo almas. Bueno, en otro mercado hubo un tumulto, me destrozaron la cámara y por poco me linchan… pero eso ya es otra historia como diría Kipling.
FIN
He recordado cuando en Ceuta, durante la mili, le hice esta foto a un vendedor de verdura en una kábila (poblado musulmán) le sentó muy mal, me dijo que le había arrebatado el alma y que tenía que darle cien pesetas. No me salió muy caro, pero sospecho que caí en una trampa para forasteros.
¿Cuál sería el precio justo del alma? En 1907 un médico llamado Duncan McDougall decidió descubrir cuánto pesa el alma. Colocó varios pacientes moribundos sobre una báscula y en el momento de la muerte perdieron una media de 21 gramos de peso. Según ese vendedor de la kábila su alma valía 60 céntimos de euro los 21 gramos Supongo que ya habrán subido de precio.
MARC RIBOT
ESTRENO DE LA LLEGADA DEL TREN A LA CIUDAD (1895)
EN 1905.
MELMOTH. LA FACTURA
 Ya no recordaba cuando fue la última vez que pagó una factura. Había recibido innumerables amenazas por ello, pero no podía hacer nada al respecto. De nada sirve disculparse por no tenerlo. En todo esto andaba pensando cuando recibió una amenaza dentro de un sobre negro escrita en un folio negro con letras blancas que se iban empequeñeciendo a medida que leías hasta perderse en la más absoluta oscuridad de la misiva. Quizá la intención fuera la de no escribir un “Saludos cordiales”. ¿Qué me puede pasar? ¿Qué me pueden hacer? Se preguntó con cierta angustia. Se puede vivir sin electricidad, se dijo, sin gas, sin agua, sin casa, incluso, sin comer apenas. Se fue a dormir. Tuvo pesadillas. Cuando despertó todavía era de noche. La oscuridad era tan absoluta que sus ojos no llegaban a acostumbrarse a ella. No veía ni el más mínimo destello de luz que siempre se filtraba a través de la persiana rota. Tanteó con la mano en busca del interruptor de la luz y no lo encontró. Se levantó, pero comprobó que no estaba en la cama. Quiso avanzar y descubrió que sus pies descalzos no tocaban el suelo. Gritó y su voz sonó extraña, sin eco, sin reverberación, como si sonara dentro de su cabeza. No olía nada, solo sentía frío, mucho frío. El pánico se apoderó de él. Ahora comprendió de lo que eran capaces por no haber pagado las facturas de la vida. Había sido desconectado de ella. Y lo peor de todo: ¡lo dejaron vivo!

FIN

RECETA: CALABACINES CON PATÉ GRATINADOS
Cortar los calabacines a lo largo y ponerlos en una fuente con la piel hacia arriba. Cocer en el horno a 200º unos 20 minutos. Dejar enfriar y sacar la pulpa con cuidado. Sofreír la carne del calabacin con cebolla picada y 2 cucharadas de concentrado de tomate. Rellenar los calabacines con el sofrito, añadir un poco de paté (me gusta el de pimienta), cubrir con queso rallado y a gratinar.