miércoles, 30 de abril de 2014

¡PECHOS FUERA!!!

Ya pasó Semana Santa, que para mí es tan evocadora de la infancia como para otros la Navidad. Recuerdo las exquisitas torrijas que hacía mi abuela de Almería por esas fechas mientras hacía solitarios y cantaba esta copla que no sé de dónde la sacó:

-¿Pero qué pintan aquí los pechos? –se preguntarán. Bueno, unos días antes de Semana Santa fui con mi hijo Dani a una feria de Vila-Seca. Marc, el hermano mayor de un amigo de Dani, trabaja en la atracción El minero del Far West y nos había regalado pases. Recordaba a Marc del décimo cumpleaños de mi hijo, el ahora fornido adolescente parecía entonces un chico desgarbado rodeado de lémures; y es que los niños de diez años parecen lémures: todos ojos y manos.
Esa atracción es como una pequeña montaña rusa donde montas en unas vagonetas que parecen troncos que se deslizan velozmente por unos raíles. A un lado de la bajada más pronunciada hay una máquina que retrata a la gente aullando mientras caen a toda pastilla. La máquina está conectada al ordenador del recinto y cuando termina el trayecto puede uno recoger la foto por tres euros.
 -Lo siento –nos dijo Marc apoyado en el mostrador-, la dirección ha decidido retirar la máquina de fotos.
“Anda ¿Y cómo es eso?”, pregunté. “Por la moda del Boobs Off”, respondió Marc. “¿Uuuuh?”…
Marc nos lo explicó: Boobs Off significa literalmente “pechos fuera” y es una costumbre importada de los parques de atracciones estadounidenses. Cuando una vagoneta llega a la zona de la foto, algunas chicas se levantan la camiseta y enseñan las tetas a la cámara.
-Este verano pasado nos encontramos con bastantes fotos con adolescentes practicando el Boobs Off –aclaró Marc-, la dirección dijo que aquello no era apropiado en un parque familiar y por eso no hay fotos. Si queréis, os regalo un llavero.
CENA A CIEGAS
También por Pascua probé una curiosa experiencia en el restaurante Dans le Noir, en Barcelona. Un local donde se cena completamente a oscuras, atendido por camareros invidentes. Bueno, guías más que camareros.
 Al entrar hay que dejar las pertenencias en una taquilla (móvil, reloj, bolso…) Un camarero se presentó: “Hola, soy José, uno de los camareros. No hay cafés ni bebidas calientes por seguridad. Una vez dentro, procuren no hacer gestos bruscos ni se desplacen solos, llamen al guía por su nombre si necesitan levantarse. Ahora pónganse en fila, la mano izquierda sobre el hombro de la persona de delante…”
Descorrieron la cortina negra y el trenecito humano fue tragado por la oscuridad.
Todo estaba preparado para ser comido con las manos. Había bricks de pasta, terrinas con paté –o algo parecido- y un delicioso coulant de chocolate.
Ya digo, una sensación curiosa, divertida y además, fácil de dibujar.


miércoles, 23 de abril de 2014

LOS MODLIN, LA EXTRAÑA FAMÍLIA DE LA CALLE DEL PEZ



Así los recordaban los vecinos de la madrileña calle del Pez número 3: altos, misteriosos, casi siempre vestidos de negro.
  Ella (una pintora obsesionada con el Apocalipsis) protegida del sol por unas enormes gafas y un sombrero de ala ancha; su marido (poeta y actor secundario) siempre a su lado, como una sombra.
 Elmer Modlin (1925-2003) afirmaba que fue el primer soldado americano en pisar Nagasaki después de la bomba atómica a bordo de un barco hospital. Aquella visión devastadora le acompañó toda su vida. Sus descripciones sirvieron de inspiración a su mujer, Margaret, que se consideraba la mejor pintora apocalíptica del mundo y firmaba sus cuadros con un extraño anagrama formado por tres emes mágicas. 
 
 Aquí vemos a Elmer de extra en La semilla del diablo. Es uno de los adoradores del satánico  hijo que engendra Mia Farrow. Después de ese papel no acreditado sólo consiguió breves aparariciones en series televisivas como Embrujada o El fugitivo.    
En 1970 se traslada a Madrid con Margaret y su hijo Nelson, en parte por consejo de su amigo Henry Miller y también para que Nelson no fuera enviado a Vietnam.  Elmer y Nelson son los modelos exclusivos para las extrañas pinturas de Margaret.
 Los Modlin estaban obsesionados por conseguir la fama y por eso formaron a su hijo Nelson, al que idolatraban,  para ser actor y modelo de moda. Parecía que esperaban que él consiguiera la celebridad que les resultaba esquiva, sin embargo Nelson abandonó aquel entorno de la calle Pez que, al parecer, le resultaba asfixiante. Trabajó como traductor y doblador –fue la voz de la megafonía del Aeropuerto de Barajas y de los anuncios de El Corte Inglés- y subtituló al inglés las primeras películas de Almodóvar.
Elmer, mientras tanto, interpretó cortos papeles  en películas españolas como El diputado, Un curita cañón, Zorrita Martínez (donde tenía una erótica escena con Nadiuska) y series como Curro Jiménez. Aquí vemos a Elmer en el Santiago Bernabéu dándose de tortas con José Luis Garci en Viva la clase media (1980)


  Elmer pidió a Margaret una escultura, un extraño busto de dos cabezas, para albergar sus cenizas. Jamás se utilizó. Como si aún coleara la maldición que afectó a varios involucrados con el rodaje de La semilla del diablo, la desgracia se cebó con los Modlin: Margaret muere en 1998 y Nelson en el 2002, ambos de un ataque al corazón. En junio del 2003 los bomberos encuentraron a un agonizante Elmer en su piso, abrazado a una botella de whisky, sólo sobrevivió unas horas.
Poco después, el fotógrafo Paco Gómez encuentró en un contenedor de la calle Pez los extraños restos del naufragio de los Modlin: diarios, cartas, fotos con Elmer y Nelson posando semidesnudos y el misterioso busto de dos cabezas. Todo este material fue aprovechado para reconstruir la historia de esta curiosa familia en Una historia para los Modlin de Sergio Oksman, ganadora del premio Goya al mejor documental en 2012. Por fin los Modlin son rescatados del olvido al que parecían destinados. Aquí vemos a Margaret frente a un retrato de Franco; uno de sus fetiches.




lunes, 14 de abril de 2014

LA SEMILLA DEL DIABLO, UN RODAJE DIABÓLICO

“-¡Todo esto ha pasado desde que Brian va con ese Frank Sinatra jr.! Se acabó, voy a hablar con su madre. ¡Se va a enterar esa Mia Farrow!”
(Peter Griffin en la serie Padre de familia)

 A los 45 años de su estreno nos viene un DVD con muchos extras de Rosemary´s Baby (La semilla del diablo) inquietante película, terrorífico rodaje y maldición incluida.
El guión, basado en la exitosa novela de Ira Levin, fue ofrecido a Hitchcock pero al final llegó a las manos de William Castle, un director de terror serie-B. Castle quien se dispuso a dirigir la película pero los productores le persuadieron para contratar a una joven promesa: Roman Polanski. Castle se reservó un cameo, aquí lo vemos en la escena de la cabina, aguardando a que Rosemary termine su llamada.
En sus memorias Step right up! Castle describe así su encuentro con Polanski: …un pomposo presumido. No hacía más que mirarse en el espejo del despacho y hablaba de él mismo en tercera persona. “Nadie dirigirá tan bien esa película como Roman Polanski” –me dijo.
 Polanski quería a Robert Redford como protagonista masculino, papel que consiguió John Cassavetes que tuvo constantes disputas con el director. Para el papel de Rosemary, Castle insistió en una joven -22 años- llamada Mia Farrow.  Polanski quedó prendado por su aspecto frágil y etéreo. Mia estaba casada por entonces con Frank Sinatra.
Todos estaban de acuerdo en que Polanski se comportó como un tirano durante el rodaje menos Mia, a pesar de que en una toma tenía que comer un hígado crudo. Ella era vegetariana estricta, pero tuvo que repetir la escena decenas de veces, cada vez con un hígado nuevo.
Polanski llegó a poner en peligro la vida de ambos cuando quiso que Mia caminara como alelada entre el tráfico sin cortar la circulación, todo era real. Como nadie se atrevía a hacerlo, Polanski  tomó la cámara acompañando a Mia y cruzaron seis carriles entre los autos mientras el director susurraba: “Tranquila, querida. Nadie se atreverá a atropellar a una embarazada.”
 Las constantes repeticiones de tomas que ordenaba Polanski retrasaban mucho el rodaje para exasperación de Sinatra que esperaba a su mujer para trabajar juntos en El detective. Sinatra detestaba a Polanski, llegó a advertir a Mia de que se encargaría de que “le rompieran las piernas a ese polaco” sino interrumpía la filmación. Finalmente, el cantante empezó El detective con Lee Remick con la que, según rumores, inició una relación sentimental.
Por fin, poco antes de Navidad, terminó el rodaje en el siniestro Edificio Dakota de Nueva York.  Impresionante, con aspecto de fortaleza gótica, decorado con terroríficas gárgolas. En el ático vivía nada menos que  Boris Karloff.
 Mia Farrow se reunió con Sinatra para el que reservaba este regalo de Navidad: un taxi londinense, lo presentaría en una fiesta conducido por su amigo Yul Bynner vestido de chófer. A pesar de todo, en Año Nuevo, Sinatra le envió los papeles del divorcio.
Como si fuera una maldición, varios involucrados en la película sufrieron desgracias: Poco después la esposa de Polanski, Sharon Tate, murió a manos de la banda de Mason, Cassavetes empezó a mostrar síntomas de una infección hepática que se lo llevó a la tumba pocos años después y, frente el Edificio Dakota, John Lennon fue asesinado en 1980.
Creo que esta receta resulta muy indicada:
MACARRONES A LA DIAVOLA

Saltear en una sartén con aceite dos dientes de ajo cortados en láminas, una guindilla, rodajas de aceitunas negras deshuesadas y un tomate de lata en su jugo. Dejar reducir el tomate y añadir un vaso de vino blanco.
Cocer los macarrones en agua salada y escurrirlos al dente para que se acaben de cocer en la salsa picante de tomate.  Condimentar con un poco de queso parmesano en escamas antes de servir. Queda muy bien adornar el plato con unas hojas de albahaca fresca.

¡Y feliz Semana Santa! Yo me quedo cerca de casa pues me siguen encargando trabajitos –y que no falten, que la cosa está durilla-  como esta portada del gran Ambrose Bierce y esta de Faulkner en catalán.

sábado, 5 de abril de 2014

RISAS ENLATADAS

 Acabo de enterarme del fallecimiento de Charles Rolland Douglas, el técnico de sonido que inventó nada menos que la Laff Box: la máquina de risas enlatadas. Al principio las series televisivas se rodaban en directo, con público, pero cuando resultó demasiado caro Douglas se encargó de crear la ilusión de un público fictício con su máquina que contenía 320 risas. Era algo así como un director de orquesta de risotadas y aplausos. Su invento pareció caer en desuso en los años posteriores hasta que series como Matrimonio con hijos, Big Bang Theory o Museo Coconut volvieron a usarla sin complejos.
¿Qué pasaría si una Laff Box nos acompañara en la vida real? Esto es un nuevo desafío para el inspector Duralex:
LA CASA DE LAS RISAS ENLATADAS

Los sentidos agudizados de Duralex detectan ese sutil ambiente de cosas-que-no-van-del-todo-bien que aqueja a toda casa afectada.
Un coro de estruendosos aplausos y ovaciones recibe al inspector que mira desconcertado a su alrededor con crispada perplejidad, pero solo ve al matrimonio Juanjo-Marta. Juanjo abraza a su esposa y la casa parece aplaudir conmovida.
-Se trata de risas que responden a nuestros comentarios –explica Juanjo-.  Cuando vengo del trabajo y digo: “Ya estoy en casa” se oyen aplausos y risas. Pero el efecto contrario también se produce, ayer le dije a Marta que la grúa se me había llevado el coche y se oyó un lastimero  ¡Ooooooooh!!!!
 -Curiosas psicofonías –reconoce Duralex.
-Ahora basta que yo diga: “Bajo al súper” para que se oigan las carcajadas –interviene Marta-. Y el otro día en la cama, cuando le dije a mi marido que se vistiera de tirolés, las voces se pusieron a aullar como cajeras del Caprabo ante un stripper y claro…  se nos cortó el rollo.
-¡Así no hay quien haga nada! –se lamenta Juanjo. Risas y silbidos le responden como fantasmas, de acuerdo a una invocación mágica.
Después de unas breves pesquisas por las habitaciones de la casa, Duralex informa a los propietarios:
-Se trata de un caso claro. La casa está poseída por el espíritu de Charles Rolland Douglas, inventor de la máquina de risas enlatadas. Además, el edificio está construido sobre un cementerio indio.
-¿Un cementerio indio, aquí en Badalona? –inquiere Juanjo.
-Como lo oye. Necesitan los servicios de un exorcista- Duralex extiende una tarjeta-. Aquí tienen uno, es mi cuñado. Díganles que vienen de mi parte. Me pasa una comisión ¿saben?
El inspector abandona la casa. Estalla un alborozado coro de risas y aplausos.  Sobre el papel  pintado aparecen unas letras escritas en sangre- Special Gest Star: Inspector Duralex-, y los créditos pasan a toda velocidad desapareciendo entre un ectoplasma verdoso.

OTRO MISTERIO DE CASA ENCANTADA
Pero esta vez se trata de una leyenda que ha resultado falsa: el supuesto fantasma del niño que aparece en una escena de Tres hombres y un bebé.


 ...Y UNA PORTADA TERRORÍFICA
Me encanta que me encarguen portadas de libros del terror clásico: Breve conversación con una momia, de Poe. Intenté que la momia se pareciera al escritor de Baltimore...
Pero mi agente me dijo: "Más bien me recuerda a Aznar". Así que le añadí el cuervo en plan pista a ver si cuela.