jueves, 10 de septiembre de 2009

BUENOS Y MALOS

Cuando era niño, en los 60, me tragué un montón de películas bélicas en cines de barrio más o menos cochambrosos y en aquel programa de TV Primera Sesión de los sábados por la tarde. Naturalmente los malvados de la función eran siempre los nazis pero ya entonces me di cuenta de que habían dos estereotipos: los alemanes buenos y los malvados que casi siempre interpretaban –en uno y otro caso- un grupito concreto de actores:
ALEMANES BUENOS.

Curt Jurgens: el uniforme de general era como una segunda piel para este actor imprescindible en las superproducciones de la época: El día más largo (foto,1962) La batalla del río Neretva (1969) El general del diablo… Aunque en El Albergue de la Sexta Felicidad (1958) interpretaba a un capitán… ¡del ejército chino! Era verlo y no creerlo.

Gert Frobbe: El día más largo (foto,1962) empezaba con la secuencia en la que Frobbe (alias “Sargento café con leche”) llevaba el desayuno montado sobre una mula para los soldados de los fortines. Cuatro años después lo ascienden catorce grados de golpe para interpretar en Arde París ? (1966) al teniente general Von Choltitz ; el que desobedeció las ordenes de Hitler de volar la capital por los aires. Puede que Gert Frobbe sea ahora un actor olvidado pero cuando encarnó al rival de James Bond en Goldfinger (1964) cobró el doble de salario que el mismísimo Sean Connery.

Maximilian Schell: Lució uniforme nada menos que junto a Marlon Brando en El baile de los malditos (1958) con Charlton Heston en Una tumba al amanecer (1968) y en otros muchos títulos… tantos que en 1977, después de encarnar al capitán Sparsky en la magnífica La cruz de Hierro de Sam Peckinpah, declara que está más que harto de los papeles “de uniforme” y ya no se le ha vuelto a ver en este tipo de filmes.

Hannes Messemer: inolvidable su papel de Von Luguer, el jefe del campo de prisioneros de La gran evasión (1962) Justo y comprensivo hasta que Steve McQueen le hincha las narices y le dice aquello de: “Neverra, diez días”.
…Y AHORA, LOS MALOS

Anton Diffring: sus rasgos afilados y acento alemán le facilitaron los papeles de nazi malvado en muchas producciones, entre ellas El desafío de las águilas (1969) junto a Clint Eastwood o en Evasión o victoria (1981) como el locutor que transmite el partido entre futbolistas alemanes y prisioneros aliados. Por cierto que Diffring, en la vida real, tuvo que salir por pies de Alemania a causa de sus actividades anti-nazis.

Karl Otto Alberty: cuando aparecía en pantalla siempre oías a alguien en el cine que decía: “Sí, hombre. Es aquel de…” Su rostro curtido por sus años de boxeador lo hacían fácilmente reconocible aunque nadie recordara su nombre. Sus papeles más destacados son el del oficial SS que captura a Gran X (Richard Attenborough) el cerebro de la fuga de La gran Evasión (foto,1962) y el comandante del blindado que custodia un banco en Los violentos de Kelly (1970)

Gunter Meissner: de los que te clavan su mirada glacial y te dicen: “Prronto nos dirrá todo lo que querremos saberr”. Extenso currículo en papeles de SS o Gestapo aunque el espectador español lo recordará especialmente por Tras el cristal (1985) la inquietante ópera prima de Agustí Villaronga donde Meissner interpreta a un criminal de guerra nazi que se pasa la mayor parte de la película dentro de un pulmón de acero.

martes, 8 de septiembre de 2009

VISITANTE INDESEADO


A causa de unas obras en el alcantarillado enfrente de mi casa ha entrado una rata en la escalera. De momento he comprado una ratita de goma para ver si al perezoso de mi gato se le despiertan sus instintos depredadores. Al menos la ratita ya me ha servido de algo: la he puesto bajo el escáner y ha salido en esta portada que me han encargado para una edición inglesa de La peste de Camus. Decido bajar a una droguería para adquirir un raticida. El dependiente me aconseja un cebo con aspecto de macarrones color fucsia. “Se supone que las ratas no distinguen los colores –dice el dependiente- pero sienten atracción por este color”. Me explica que, una vez ingerido, el cebo se hincha y se hincha hasta que el roedor literalmente explota (como el tragaldabas de El sentido de la vida de los Monthy Phyton) No me atrae la idea de encontrarme por la escalera los restos de una rata convertida en mondongo, así que me decido por un veneno con efectos menos devastadores. Mientras el dependiente con guardapolvo azul me cobra paseo la mirada por una gran cantidad de venenos y pesticidas muy bien clasificados. ¡Hay uno específico para el mosquito del olivo, ni sabía que existía!

Cuando salgo de la tienda recuerdo al protagonista de la novela de Burroughs El almuerzo desnudo (a la izquierda, la portada que hice del libro) que se chutaba el polvo mata-cucarachas que conseguía con su trabajo como exterminador. Cuando leí el libro (hace años y en un lugar muy apropiado: el cuartucho del encargado de las letrinas en la mili) pensé que era una novela inadaptable para el cine pero David Cronenberg consiguió con ella una de sus películas más personales y logradas. Esta es una de mis secuencias preferidas: cuando Peter Weller se encuentra en un bar con un extrañísimo compañero de copas.

sábado, 5 de septiembre de 2009

MAD DOCTORS


¡Ah, los mad doctors! ¡Qué buenos ratos les debemos los amantes de las películas de terror! Colin Clive y su Dr. Frankenstein, Ernest Thesiger como Dr.Septimus Pretorius, Albert Decker en Dr.Cyclops, Preston Foster en Doctor X, Charles Laughton en el papel de Dr. Moreau… todos siempre tan ocupados profanando sepulturas, manipulando cerebros y cosiendo miembros. ¡Ah! Y que no falte un ayudante. Imprescindible presentar currículo y tener chepa.

EL MONSTRUO


Antoni Calonge fue uno de los mejores y más personales dibujantes de la desaparecida r
evista El Víbora. He querido dedicarle un pequeño homenaje con El monstruo; un relato muy breve basado en un cómic que el genial Calonge publicó en el nº25 de El Víbora. Dedicado también con cariño a todas y todos que siempre están perdiendo el mechero:
Hasta el día en que el casero me entregó las llaves no supe el motivo por el que el precio del alquiler del piso era tan bajo.
-Hay un monstruo dentro. Claro que él también paga su parte del alquiler.
-Y…-tragué saliva- ¿Qué hace ese monstruo?
-Le sisa a todo el mundo el fuego. Ya sabe: el mechero, las cerillas…
28 días después:
¡Ya me ha mangado otra caja! Pero bueno… si es que no se puede descuidar uno ni un momento. Y si fueran solo las cerillas… ¡catorce mecheros me lleva secuestrados en lo que va de semana! ¡A partir de ahora se va a joder! Llevaré siempre las cerillas encima. Mecheros ya no me compro.
Todo el puto día lleva el muy cabrón pidiéndome fuego con un enérgico gesto de su garra peluda. ¡Que me pida, que me pida! Yo le enseño la caja vacía que tengo preparada a tal fin y le digo:
-Lo siento, no tengo.
Luego me voy al otro extremo de la casa, saco la cajetilla de cerillas que llevo en el bolsillo izquierdo del pantalón y enciendo un cigarrillo. Esta táctica sutil me planteó un problema: tenía bastantes cerillas para prender fuego a dos paquetes de tabaco, pero si encendía un solo cigarrillo el monstruo me atacaba en el pasillo apoderándose de todas mis cajetillas.
Decido bajar al bar a por fuego y así fumar con total tranquilidad. Paso ya más horas en el bar que en casa. Con el tiempo voy llenando los cajones de cajas de cajas de cerillas sin usar.
He pasado mucho tiempo así, tranquilo… hasta que un día abro uno de los cajones más inaccesibles y descubro con horror que faltan sesenta cajetillas.
Estoy tratando de conservar la calma pero cada vez me resulta más difícil, sobre todo por las noches –cuando el monstruo cree que duermo- le oigo encender cerillas una y otra vez ¡Chist! ¡Chist! Una y otra vez… como un maníaco.

jueves, 3 de septiembre de 2009

MELVIN CONTRA E.T. O DAVID CONTRA GOLIATH


Yo tendría unos quince años cuando me pasaba de vez en cuando por el desaparecido club DHIN (Dibujantes de Historieta e Ilustración Nacionales) de Barcelona. Un día hablé con el dibujante Joaquín Blázquez y le pregunté qué tal le iba trabajando con la Warren, la editorial americana que aquí publicaba las revistas Vampus, Rufus y Vampirella. Me contestó algo así como: “Te hacen currar duro, pero se gana bastante.”
En 1984 volví a saber de Blázquez por un reportaje en la revista Cambio 16 donde contaba una historia sorprendente. Desde el estreno de E.T. un par de años antes estaba intentando llevar a juicio a Spielberg por considerar que había plagiado a un personaje suyo para crear el famoso extraterrestre. Se trataba de Melvin (el del dibujo de arriba) un alienígena bonachón que Blázquez dibujó para la historieta Then one foggy Christmas Eve publicada en el nº49 de Vampirella en noviembre de 1975. Blázquez decía que envió muchas cartas a Spielberg sin respuesta alguna y que todo su dinero se había ido en trámites, consultas con abogados y medicación pues este tema le había llevado a una depresión grave. Efectivamente me costó reconocer a Blázquez en la foto; se veía muy desmejorado. La continua ingestión de alcohol y medicamentos acabó con la vida de Blázquez en 1986.
El cineasta Víctor Sarábia –que fue vecino de Blázquez- tiene a punto de estreno un documental: Melvin contra E.T. donde narra la obsesiva cruzada personal de Blázquez. Aparecen muchos dibujantes que le conocieron: Max, Nazario, Pere Joan, Esteban Maroto… editores como Josep Mª Berenguer de La Cúpula e incluso el director Juanma Bajo Ulloa, autor de la estupenda película Platillos Volantes.
Un documental que promete ser interesante.

martes, 1 de septiembre de 2009

HEIL, ENANITOS!


Primero de septiembre. Día oficial del retorno al trabajo y con todos ya en sus puestos. Hasta Hitler se lo tomó a rajatabla y esperó hasta el 1 de septiembre para invadir Polonia. La semana pasada me topé con una noticia curiosa: un coleccionista de Hamburgo decidió desmontar el deteriorado marco de un cuadro pintado por el mismísimo Führer y se llevó una sorpresa monumental al ver que detrás del lienzo Hitler había dibujado…¡a los siete enanitos de Blancanieves!
Por el libro Monster Show de David J. Skal ya sabía que el famoso largometraje de Disney era la película preferida de Hitler (la segunda era King Kong). Me imagino que al mayor genocida del pasado siglo no le hubiera hecho mucha gracia ver este corto: Coal Black and de Sebben Dwarfs. Una parodia Warner de Blancanieves a ritmo de jazz y donde todos los personajes son negros. Fue realizado en 1943, por eso hay tantas referencias a la guerra (“Matamos japos gratis”, se ve pintado en la puerta de un coche) Coal Black… está clasificado ahora como Banned, eso significa que está retirado de circulación y que no se puede emitir por ninguna televisión a causa de su contenido políticamente incorrecto.

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Y ya que hemos tocado el tema de la corrección política no está de más ver esta recopilación tan buena de anuncios dirigidos al público femenino cuando la TV de aquí solo disponía de un canal y en blanco y negro. Sin duda el anuncio que más me ha impactado es el de la revista Telva –en el minuto 1´40- donde unas mujeres silueteadas y que da la impresión de que están hipnotizadas o lobotomizadas (no sé, pero parecen sacadas del libro Las poseídas de Stepford de Ira Levin) anuncian la próxima aparición de la opusdeiana revista. ¡Qué miedo y qué mal rollo que dan, por Dios!!!