miércoles, 9 de febrero de 2011

POP, POP, POP...

Acabo de hacer esta portada para un libro del autor de novelas para adolescentes Daniel Zbel. Tiene un divertido argumento con unos jóvenes viajeros que encuentran un hermoso hotel neoclásico sorprendentemente barato pero no tardan en descubrir el motivo: está infestado de cucarachas. Me ha recordado a una breve temporada en la que trabajé en un restaurante de la costa regentado por Alexei, un bielorruso.



Cuando llegaba por la tarde allí estaba Manel, del turno del mediodía, que me ayudaba a poner en orden la cocina antes de irse. Lo primero que debíamos hacer era encender el horno. Un horno profesional, grande, que tardaba mucho en calentarse. Al cabo de un rato empezábamos a oír un ruido sordo –pop, pop, pop- como de palomitas en un microondas.
-Son las cucarachas que corretean por el horno –me informó Manel-. El calor las hace explotar.
Suena un ¡plouff! Más fuerte que los demás. Manel suspira:
-Esa debía ser de las gordas. Tío, yo no comería aquí por nada en el mundo.
Alexei hacía oídos sordos a nuestros ruegos de que fumigara mientras procurábamos que las cucarachas más intrépidas no se aventurasen por el comedor. Nos convertimos en improvisados exterminadores usando el palo de la fregona. Raja, el pinche hindú, no nos era de gran ayuda pues su religión le prohibía matar animales.
La clientela escaseaba, el humor de Alexei se agriaba y el jefe de cocina se entregaba al alcoholismo. A menudo hundía el cucharón en una cazuela y simulaba probar un caldo pero en realidad era ginebra lo que había en esa cazuela.
Una noche el jefe de cocina arrancó imprudentemente un mohoso panel de linóleo del techo y una lluvia de cucarachas aterrizó sobre su cabeza. Un par de ellas cayeron sobre el Steak Tártaro que estaba preparando. Frenéticamente se sacudía los bichos con ambas manos mientras corría hacia el lavabo. Entre dos arcadas le oímos gritar: “Yo me largo de este nido de cochambres”.

Una tarde en la cocina, cuando empezábamos a oír el crepitante pop- pop procedente del horno, Manel me dijo:
-Esta mañana ha venido un inspector y ha reprendido a Alexei.
-¿Por la plaga de cucarachas?
-Por las tapas del mostrador –respondió Manel-. Le dijo que no las podía tener así, sin protección, y que pusiera una mampara. Yo ya se lo había comentado pero ya sabes cómo es….
Alexei instaló la mampara para evitar la multa pero opinaba que las tapas se veían muy deslucidas, se acercaba Navidad y a ese cabeza hueca se le ocurrió poner encima de las tapas unas bombillitas de colores a pesar de las advertencias de Manel. El calor de las bombillitas causó estragos en la mayonesa y la salsa rosa de los platos.
Se presentaron en el restaurante el equipo local de fútbol para celebrar una victoria que les colocaba líderes de su grupo de Segunda-B. Pidieron tapas. Al día siguiente el jugador que no tenía salmonella estaba de baja por gastroenteritis. El presidente del club telefoneó furioso desde el hospital a su hermano, el alcalde del pueblo.
-Hoy no hará falta que te mates –me dijo Manel cuando me vio entrar-, mañana precintan el local y Alexei se ha ido por piernas a saber dónde.
Se oía sisear los tubos fluorescentes, reinaba un extraño silencio en la cocina.
-¿Y las cucarachas? –pregunté a Manel señalando el horno.
-¡Se habrán intoxicado! –contestó riendo y me invitó a sentarme en un rincón frente a una botella helada de Pertsovka.
Tuve que reconocer que Alexei tenía buen gusto para el vodka de pimienta roja.


Ah, y el Steak Tártaro lo preparo así: mezclar la carne picada cruda con una cebolla rallada, una yema de huevo, una cucharada de mostaza, un chorrito de coñac, un puñado de alcaparras y unas gotas de tabasco, añadir sal y pimienta y removerlo todo con las manos como hacen los buenos cocineros. Presentarlo en forma de torta plana rodeado de champiñones crudos cortados en láminas.

18 comentarios:

Gárgola dijo...

Habrá que preparar esa receta, ya le contaré como me salió.
Un saludo

Marcos Callau dijo...

Qué bueno el video y el relato... porque parece un relato de terror. Yo no hubiera comido allí por nada del mundo. Ese sonido que parecía producido por palomitas debía ser estremecedor cuando sabías qué ra lo que realmente sonaba. Abrazos Borgo.

MrMierdas dijo...

jajajajajaja...!!! Bueníiisimo!
Tuve un "grilladine" francés en una de mis plantillas que decía que en la cocina que no había cucarachas, no se cocinaba bien...
Al día siguiente pedí su traslado a otra unidad y mandé a la mierda a esa clase de "divos" guarros de las cocinas...Me he merendado ya a varios de esos de gorros altos, bigotes poco arreglados y cubatas en las ollas grandes.
A otro de ellos, hice que en cada cubata que se preparaba los piches o jefes de partida le echaran tabasco...nada iba pa dentro...asi que pasamos a la lejía!!!

Perfecta la receta del steak tartar y sorprendido por lo del brandy, pero falta a mi parecer Worcestershire...salsa Perrins vamos!

Un saludo y gran post!
Excelentes dibus!

Sr Nocivo dijo...

Parece uno de sus relatos, aunque es cierto que si entráramos a las cocinas de los restaurantes más de una vez nos iríamos corriendo.
Por cierto, no conocía el trailer de la anterior entrada y me ha parecido divertidísimo, hay que ver que sentido del humor tan particular tenia Hitchcock.

miquel zueras dijo...

Hola, Gárgola, es muy fácil y sólo hay que ser MUY carnívoro porque es carne cruda, sí, pero muy bien condimentada. Seguro que le saldrá bueno. Borgo.

miquel zueras dijo...

Pues la verdad, Marcos, es que era mucho más inquietante cuando no sabía a que se debía ese ruido. Viene a ser como esas películas de terror en la que el monstruo da más miedo cuando se sugiere y no cuando se ve. Espero que nunca fuera allí a comer. Saludos. Borgo.

miquel zueras dijo...

Gracias, Mr.Mierdas y adelante: caña a los chefs guarros. Sí que queda muy bien la salsa Perrins, aunque la suelo gastar en mis Bloddy Mary. De todas formas el Steak Tártaro es como la paella, no hay dos personas que lo preparen de la misma manera. Saludos. Borgo.

miquel zueras dijo...

Hola, Sr.Nocivo. Sí, la verdad es que esta cocina era bastante terrorífica, si las cucarachas nos hubieran montado números musicales como ese había coreografía de sobra. Muy bueno ver a Hitchcock haciendo de guía por el Motel Bates e insisto: ¿le gustan los Ramones? Luego le diré porqué. Borgo.

Licantropunk dijo...

¡La cocina de los Freak Brothers! De hecho al tal Manel le pongo la cara de Fat Freddy.
Excelente portada.
Saludos.

miquel zueras dijo...

Gracias, Licantropunk. Sí, la verdad es que pensé mucho en aquel genial cómic de los Freak Brothers en la que el gato se enfrentaba a las cucarachas mutantes. Saludos. Borgo.

Pepe Cahiers dijo...

Jajajajajaja, muy buena historia. Si hay un animal en este mundo que me de auténtico asco son las cucarachas a las que no soporto vivas, pero también me da mucho repelús pisarlas, por ese crujido asqueroso.

miquel zueras dijo...

Gracias, Cahiers. Es horrible ese crujido, cuando las aplastaba (y algunas eran del tamaño de la palma de una mano)intentaba imaginar que eran patatas fritas. Ah, si se anima a hacer el Steak Tártaro lo de poner dos cucarachas -como me pasó a mí- es optativo. Saludos. Borgo.

Toni dijo...

Ferrán Adriá hubiera aprovechado las cucarachas para meterles hidróheno frío...
Un plato estrella!
Cucarachas humeantes vivas sobre comida cruda...
Joder!
Que lugar más psicodélico....

Salu2

miquel zueras dijo...

Hola, Toni: "cucarachas humeantes sobre comida cruda..." vaya, tuve en mis manos un plato de esos semi fríos como los llama Adrià y entonces no supe verlo a tiempo. Con un buen nombre en cada plato y llamándolo "cocina de neofusión" hubiera podido montar el restaurante "Can Cucaracha". Igual aún estoy a tiempo. Saludos. Borgo.

Bargalloneta dijo...

ui!!!!!!
ho vaig passar molt bé amb aquesta pel.lícula!!
petons

miquel zueras dijo...

Hola, Bargalloneta. Recordo que la vaig veure amb uns amics en video i cap tenia idea de que anava, però ens vam fer un bon tip de riure! Petons. Borgo.

Clementine dijo...

Aquí desde luego se cumple eso de que la realidad supera a la ficción, aunque yo ya creo al ser humano capaz de todo.
Menuda experiencia la tuya.

miquel zueras dijo...

Pues sí, Clementine, vaya experiencia en medio de aquella plaga. Si al menos las cucarachas nos hubieran hecho numeritos musicales como el del video el trabajo habría sido más divertido. Saludos. Borgo.