-Hummm… ¿Ves aquel chico sentado allí al fondo?
-¿Cuál? –a Genaro le parece exagerado el tono de sorpresa del camarero.
-Hummm… el de la camiseta negra con el logo de las tijeras
que está hablando con un compañero tuyo.
-Ah, ya… El de allí -responde el camarero con una sonrisa
entre comprensiva y socarrona.
-Por favor, ¿le dices si acepta una copa de mi parte?
-¿A él? – Cuando el camarero hace ademán de retirarse le
pregunta-: ¿Y tú también querrás otra, claro?
-¡Lo has adivinado! –Genaro corresponde su disposición con
una sonrisa de complicidad-. De lo mismo… para los dos.
El joven y tímido Genaro ha decidido visitar un bar de
ambiente gay que acaban de abrir en el barrio, el Closet Club. Cromados, cuero
rojo, luces cálidas, un pequeño ciber-café y música de los 70. No ha tardado en
fijarse en un chico sentado al fondo del local con una camiseta de los Scissors
Sisters idéntica a la que lleva; detalle que denota alguna afinidad.
Mientras el camarero le sirve la segunda copa a Genaro éste
aprovecha para mirar de reojo a su invitado, el cual en ese preciso momento le
observa mientras otro camarero le llena la copa ofrecida por él. “Qué cuerpo”
–piensa- “Tengo que atreverme”. Genaro bebe un sorbo, deja la copa, y otra
discreta mirada hacia el fondo del local le muestra al otro estirando el brazo
hacia su bebida, Genaro lo imita sin darse cuenta, por puro nerviosismo. Alza
la copa en su dirección y el chico del fondo corresponde a su gesto y a su
sonrisa.
Genaro termina su copa de un trago, se levanta y se dirige
con paso rápido hacia su invitado comprobando con satisfacción como éste hace
lo mismo para –supone- acelerar el encuentro. Los dos sorteando diestramente
veladores intermedios y cada vez más sonrientes. Y cuando acerca la cara para besarle
–¡Craaassh!!!!- se estrella contra el gigantesco espejo.
MORALEJA: ponte gafas. La miopía no se lleva bien con tirar tejos a distancia.
FIN
Este relato combina bien con el micro de Marc Ribot:
¿Te acuerdas de cuando ibas de copas en el instituto y en un extremo de la barra había un señor mirando? Pues ese señor eres tú.
Otra aportación del gran Melmoth.
EL HOMBRECILLO DEL METRO
El metro va repleto.Llega a la siguiente parada a rebosar de gente que espera. Las puertas
se abren y no baja nadie.Todos suben. El metro sigue yendo raudo hacia ninguna
parte. Durante todo el día nadie ha bajado y todos han subido. Cuando llega la
hora de la última parada de la jornada, solo hay un hombrecillo esperando con
bigotillo engominado, sombrero, traje y
bastón. Su aspecto es de lo más frágil. Se abren las puertas del tren. Todo el
mundo sigue sin bajar. El tapón humano es demasiado compacto. El hombrecillo
toma carrera y se lanza contra una de las puertas abiertas. Todos los pasajeros
salen rodando por todas las puertas.
LA RECETA: POLLO AL CURRY FÁCIL.
jaja que buen final el del relato... y me gusta que sea inclusivo, a tono con la época ja... yo también soy fan de los Scissor Sister (y acá de Miranda que es lo mismo pero ojo, fue creado antes que las tijeretas)... sigo con la entrada...
ResponderEliminartu amigo da buenas ideas pero sigue sin blog (?) ja...
ResponderEliminarraro que el pollo de tu receta no esté crudo.... saludos!!!
Genial el relato con ambiente y dibujos incluidos. Los reflejos, los espejos que hay delante de la barra, la miopía que marca la distancia entre tú y tú según el número de copas. Esto me ha hecho recordar una vez estando yo en un extraño bar donde no había entrado nunca. Estaba bastante borracho. Me senté a la barra y pedí un gin tonic. Delante de mí había un espejo muy limpio, cosa me que extrañó mucho porque jamás había visto un espejo de un bar tan impoluto. El camarero iba pasando por allí y detrás de él se reflejaba el bar que tenía a mis espaldas. Bebí un sorbo y me dije de nuevo que era increíble lo limpio que estaba el espejo. Se veían las mesas con las parejas bebiendo; los cuadros de las paredes; la máquina tragaperras; el paki vendiendo rosas, la subsahariana con la cesta en la cabeza vendiendo elefantes de la suerte, etc. De repente me atraganté con el gin tonic. ¡Yo no me reflejaba en el espejo! ¡No estaba allí! No me había dado cuenta hasta ese momento. Estaba tan limpio el puto espejo que no paraba de admirarlo y no recaía que yo no me reflejaba. Señalé con mi dedo al espejo y grité que yo no estaba allí. Se me acercó el camarero enfurecido.
ResponderEliminar-Será mejor que pagues y te vayas. No quiero jaleos de borrachos.
- ¿Pero no lo ves? ¡No me reflejo en el espejo!
- ¡Pero de qué coño hablas, chiflado!
- ¡El espejo! ¡El espejo!
El camarero miró a sus espaldas y luego se giró hacia mí.
- ¡Pero si aquí no hay espejo, idiota!
Entonces me di cuenta de que aquella barra estaba situada en el centro del bar y a ambos lados de ella de dividían dos comedores. Pagué y salí a la calle. Le compré una rosa al paki y me la puse en el ojal y un elefantito a la subsahariana para que me diera suerte, que buena falta me hacía por aquel entonces.
El micro de Ribot me ha hecho reír, tanto como tu dibujo. ¡Qué careto!
Como siempre, el dibujo que ilustra el micro del hombrecillo del metro es genial. Gracias de nuevo, mi querido amigo.
Me gusta el pollo, el curry y el dibujo.
¡Un fuerte abrazo!
Hola!! que bueno ese tortazo con el espejo ..desde luego no esperaba ese final ..pero es cierto hay que mirar mejor y no acelerarse .
ResponderEliminarEl corto de tu amigo tan bien me ha gustado así pues plas plas para ambos ..
Y para terminar ese pollo tiene una pinta de escándalo y no veas como huele.
Un fuerte abrazo y feliz miércoles.
Bueno, al menos se gustaba.
ResponderEliminarSaludos.
¡Qué bueno eres Miquel, que ueno!
ResponderEliminarMe has hecho reír con ganas, gracias.
Que curioso el blogero con tantas ideas, que no actualiza su blog.
ResponderEliminarInteresante revelación, resultó ser un narcisista que no reconoció a su reflejo.
Recordé un episodio de Doctor, con algo especial con The Master. Los Señores del Tiempo, la raza a la que pertenece El Doctor, el protagonista, se regeneran una y otra vez, tomando otra apariencia. A veces cambian de hombre a mujer o viceversa. The Master, villano y amigo de El Doctor, cambió a una mujer, que adoptó el nombre de Missy. El detalle es con eso de los viajes en el tiempo, esencia de la serie, se encontró con su versión anterior, que era hombre. Se notó una seducción o histeriqueo entre los dos, bailaron juntos en forma romántica. Y resultaron rivales. Considerando que se trataba de dos versiones del mismo personaje, era un narcismo extremo.
También me recuerda a El Extraño, de Lovecraft.
Muy bueno como siempre, los dos, Paco y tú. De hecho, los relatos, el tuyo y el de Paco, el de su vida real en el comentario, se complementan a la perfección: en uno había espejo, en otro, no, jajaja.
ResponderEliminarSaludos a los dos!!
Hola, JLO! Me alegra que te guste el relato. Aquel tema de los Scissors: "I don´t Feel Like Dancin" fue un bombazo aunque prefiero "Laura". Recuerdo al grupo Miranda de cuando vinieron a tocar en Madrid junto con el grupo Fangoria, no sé si los conoces.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Hola de nuevo, JLO! Melmoth dejó su blog por problemas de tiempo y Ribot nunca ha querido meterse en el tema y eso que le he insistido bastante.
ResponderEliminarYo para la carne sigo la norma europea: la ternera poco hecha, el cordero en su punto y las carnes blancas (pollo y cerdo) muy hechas.
Saludos y gracias por pasar!
Borgo.
¿Qué tal, Melmoth? Estoy escribiendo algo -pero me cuesta el final- sobre un hombre con el "Sindrome de Alicia", cree que al otro lado del espejo hay otro mundo o un universo paralelo. ¿Ves? en ese momento el espejo del bar era como un umbral hacia otra dimensión. Cuando te percataste que no te reflejabas ¿pensaste que te habías convertido en vampiro? Por cierto, ¿cómo harán los vampiros para peinarse y afeitarse? Espero que te diera suerte el elefantito, los de la trompa hacia arriba son los que dan suerte.
ResponderEliminarGracias, me alegra que te haya gustado el dibujo del pulcro caballero.
Creo que el curry no quedaría mal con tus magníficos nuggets de pollo caseros.
Abrazos, amigo!
Borgo.
Hola, Campirela! Los espejos pueden ser una temible trampa, eso lo saben bien los pájaros.
ResponderEliminarLes transmito tus felicitaciones a los autores. Ahora no recuerdo si eres partidaria o no de la piña en la cocina. Ese pollo queda muy bien con unos cuantos trocitos de piña, ¡y es tan fácil de preparar!
Abrazos y muy feliz semana, Campi.
Borgo.
Hola, Ricard! Estuve a punto de poner de nombre Narciso al protagonista pero pensé que era dar demasiadas pistas. Al menos no se le rompieron las gafas.
ResponderEliminarSaludos, Ricard!
Borgo.
Hola, Tracy! Gracias a ti. Lo que más me gusta es que me digan que se han reído con mis relatos.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Hola, Demiurgo! Tenés razón, he tardado un poco pero es que acabo de volver de un breve paseo por París, ya lo contaré en mi próxima entrada. Tengo que ponerme las pilas.
ResponderEliminarUn Narciso estrellado, sí. Debe de ser muy curioso eso de viajar por el tiempo cambiando de sexo. Recuerdo una película con ese tema "Orlando" con la actriz de culto Tilda Swinton. Desde luego esa situación era de un narcisismo exacerbado, había un relato de Topor (siempre con su gusto por el canibalismo) cuyo protagonista se gustaba tanto que se devoraba así mismo. "El extraño" presenta muy bien el conflicto con el tiempo, un tema que atraía a Lovecraft. Hace mucho que lo leí, tengo que repescarlo.
Saludos!
Borgo.
Hola, Ethan! Muchas gracias. Puede que el relato de Ethan sea un espejo inexistente o quizá el umbral hacia otra dimensión ya poniéndose en plan fantasioso. Hemos visto algunos espejos célebres como el de Alicia y el famoso "Espejito, espejito..." y aquella genial escena final de "La dama de Shangai".
ResponderEliminarSaludos y también de parte de Elmoth!
Borgo.
Lo del espejo da mucho juego y es un recordatorio de que no hay que apresurarse y echarle una mirada más profunda al objeto de nuestras pasiones no vaya a ser que estemos en modo Narciso...muy divertido el relato por cierto.;D
ResponderEliminarY el pollo al curry ¿no resulta muy especiado? Es un sabor muy potente.
Saludos, Miquel
Jajajajaja... Eres muy grande, Miquel, MUY. Qué relato más maravilloso 😂😂😂
ResponderEliminarY con tus dibujillos. Y el resto de la entrada. Me encantas. Muchos besos, Borgo, y muy feliz fin de semana.
Tu primera historia me ha recordado una cosa que me pasó precisamente en el metro. Hace años me salió trabajo lejos de mi casa y tenía que coger el metro muy temprano. Un día iba más amodorrada de lo normal y como tenía miedo de dormirme y pasarme de parada me puse de pie, en frente de la puerta. El tren se paró en la siguiente estación y cuando miré fuera había una chica del otro lado de la puerta, inmóvil. No era mi parada y nadie más se bajaba ahí, pero la colega no se decidía a abrir la puerta para entrar. Recuerdo que pensé "Esta tía es gilipollas, ¿por qué no abre?" Me dije que se había tomado muy enserio eso de "Antes de entrar, dejen salir", así que le di al botón, la puerta se abrió y la chica desapareció. Como habrás deducido desde el principio, aquella tonta era mi reflejo en el cristal de la puerta.
ResponderEliminarMe sentí estúpida, aunque reconforta cuando haces el ridículo y nadie se da cuenta alrededor.
Saludos ;)
Hola, Abril! Exacto, no precipitarse que te puedes dar un buen morrón. Había pensado poner de nombre Narciso al protagonista pero me pareció que era dar demasiadas pistas.
ResponderEliminarPor cierto que acabo de llegar de París, estuve en el barrio de Faubourg Sant Antoine, lo contaré en mi próxima entrada. Fue mi primera visita en primavera y todo se veía muy bonito.
El curry que se vende aquí no es muy potente. Unos amigos me trajeron una lata de curry de Bombay y, uf, ese sí que picaba a base de bien.
Gracias y saludos, Abril!
Borgo.
¿Qué tal, Clementine? Me encanta que te haya gustado este relato con espejismo (o "espejísimo" incluido) Los dibujillos y la receta no podían faltar, marca de la casa.
ResponderEliminarMuchos besos y muy feliz semana, Clementine!
Borgo.
Hola, Doctora! Muy buena tu historia, es como cuando uno se encuentra a su propio "Döppelganger" (su doble) pero al revés. "La puerta se abrió y la chica desapareció", parece una escena de una novela gótica de fantasmas. Por lo menos nadie se dio cuenta, no como Genaro que debió llamar la atención al cargarse el espejo gigante con las napias.
ResponderEliminarAlgo parecido me pasó con el espejo de una tienda de ropa cuando empecé a llevar gafas progresivas, me costó mucho habituarme a ellas, iba despistadisimo.
Eso sí, para escena inolvidable con un espejo la de los hermanos Marx en "Sopa de ganso".
Saludos, Doctora!
Borgo.
Hay que tener mucho cuidado con los espejos para evitar estas sorpresas inesperadas.
ResponderEliminarEstupendo relato.
La receta se ve apetitosa y, a la vez, sencilla.
Un abrazo. Feliz fin de semana.
¿Qué tal, Amalia? Ahora me ha venido a la memoria una canción de Fito Cabrales que dice: "Voy mirándome en los charcos yo no necesito espejos. Se que soy mucho más guapo cuando no me siento feo." Los espejos son falsos, multiplican las cosas.
ResponderEliminarGracias y ya ves que la receta es muy simple. Te recomiendo acompañarla de arroz blanco.
Abrazos y muy feliz finde!
Borgo.
Hola Miquel!
ResponderEliminarGenial final de relato, se observaba algo extraño en esas últimas líneas
Me recordó dos cosas: a) una compañera de bar que decía que le "encantaba el cuadro que tenía encima suyo"... mi perspectiva más lejana me dejaba ver que era un espejo. Habrá sido para la historia la cara que puso cuando le dije "levantate y mirá el cuadro desde acá"
b) aquel chiste del gallego que pasa por una vidriera y se ve reflejado, y se pasa todo el día pensando de dónde conoce a ese señor... piensa, piensa... y al final el día al irse a dormir se da cuenta :"coño! Si es el tío que se corta el pelo en la misma peluquería a la que voy!"
Melmoth y tú, una combinación mortal!Siguen haciendo de las suyas. Lamento lo mismo que JLO, que no tenga su propio espacio.
Tus ilustraciones cada día mejor, vas generando ese estilo propio en las expresiones, tan difícil de lograr.
Y por supuesto que me anoto esta receta.
Abrazo grande Borgo!
Que tal Miquel!
ResponderEliminarEstupendas estas entrada y esos relatos. Por cierto, eso del señor en la barra mirando me ha hecho reflexionar por un buen rato...jeje
Una curiosidad si me permites, ¿tienes una hora del dia en que prefieras dibujar?
Esta vez tu receta me ha abierto bastante el apetito, considerando que todavia no he cenado...jeje
Saludos!
Hola, Frodo! Tu compañera parce que no andaba muy bien de la vista, como el tímido Genaro. Un espejo con imágenes en movimiento... como las fotos del álbum de "IT" de Stephen King.
ResponderEliminarTendrías que publicar un blog dedicado a los chistes de gallegos. En Buenos Aires conocí a unos judios ortodoxos, estaban de luto y cubrían los espejos, pues creían que el alma del difunto podría escapar por ellos.
Es una pena pero Melmoth tiene ahora menos tiempo libre. Bueno, de momento se va expresando por acá.
Gracias, sabes que tus opiniones sobre mis dibujos las valoro mucho. ¡Adelante con tus recetas!
Abrazos, amigo!
Borgo.
¿Qué tal, Fran? Gracias, y te diré que me gusta sobre todo dibujar por la mañana. Por mi insomnio crónico a veces estoy en pie a las cinco de la mañana, me pongo a ello y me gusta ver como clarea el día desde mi mesa de dibujo.
ResponderEliminarPues venga, Fran. Es una receta exótica pero muy fácil de preparar. En 20 minutis está lista.
Saludos!
Borgo.
Muy bueno el relato del espejo invisible , jajaja, son muy traicioneros, lo mismo que las puertas de cristal muy limpias, que piensas que no está abierta y te das un leñazo contra ella
ResponderEliminarEstá muy bien lo del señor de la barra, jaja no somo nosotros los adolescentes ahora somos los señores/as que miramos para ellos, el dibujo está de diez.
El cuento de Melmoth, es genial, y el dibujo que le acoplaste le viene como anillo al dedo.
Me encanta el dibujo del pollo, Tóriko ja ja ja . Tomo nota de la receta.
Abrazos Miquel
Puri
Hola Miquel, me ha encantado el relato del espejo, me he reído un rato grande, eso igual os pasa más a los chicos que a las chicas, y el del metro también está genial, por supuesto las ilustraciones me gustan.
ResponderEliminarHola, Dulcinea! Yo me he llevado más de un trompazo con esas fatales puertas transparentes antes de acostumbrarme a las gafas progresivas.
ResponderEliminarSí, yo ahora soy el señor acodado en la barra que bebe orujo viendo a los jóvenes tomar chupitos de Jägermeister (no sé si aún estará de moda esa bebida) y Melmoth tiene un irreisitible tono surrealista en sus cuentos.
Ese dibujo del Tóriko lo hice para un asador que ya no exista, bueno ahora lo he aprovechado para esta entrada.
Abrazos Puri y muy feliz semana!
Borgo.
Hola, Arantza! Me alegro mucho de volver a verte por aquí.
ResponderEliminarQué bien que te hayan gustado el relato y las ilustraciones. Es cierto que esas cosas nos suelen pasar más a los hombres, en mi caso porque no puedo con las gafas progresivas, voy por la calle medio cegato.
Besos, Arantza!
Borgo.
Hola, Borgo:
ResponderEliminarAntes que me olvide:¿el brick de nata -de cocinar- de los pequeños, de 200 c.c.?
Me ha encantado el relato, con ese final tan sorprendente, definitivo: se comprende la sorna del camarero.... y una vez más, admiro tu imaginación para los nombres: llamar Closet a un bar.... jajaja...
Las ilustraciones, como siempre, realzando los estupendos textos.
Un abrazo.
Hola, Josep! Sí, del pequeñito de 200 c.c. Siempre con cuidado para que la nata no llegue a hervir y se corte la salsa. He de ser más cuidadoso e incluir las cantidades en las recetas que publico.
ResponderEliminarEl camarero debe ser de esos que ya han vivido mucha barra y que están de vuelta de todo, ¿le cobrarían también la consumición del reflejo?. Lo de Closet lo veo apropiado para un bar de ese estilo, con gente que siempre entra y sale, como en los armarios de las comedias de antes...
Me alegra de verdad que te gusten las ilustraciones.
Abrazos, Josep y seguimos en contacto!
Borgo.
Parecía tan evidente el resultado de la media naranja... pero después de haberlo leído.
ResponderEliminarSaludos.
Hola, Macondo! Es como una revisión del mito de Narciso, pero con cubatas y música de los setenta.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Pobre, me lo veía venir pero él no, jaja.
ResponderEliminarMe gustan los microrelatos, y la receta parece muy fácil de hacer, yo no soy muy cocinillas pero me estoy animando.
Saludos
:D
Hola, Ana! Exacto, no se lo vio venir... hasta que fue demasiado tarde. Narciso engañado por sus dioptrías.
ResponderEliminarEs una receta muy sencilla y así puedes quedar como conocedora de la cocina exótica. El curry me gusta mucho y gracias a este condimento no estuve nunca resfriado el pasado invierno. La curcuma que le da ese color tan bonito es muy sana.
Saludos, Ana!
Borgo.
Hola, Borgo:
ResponderEliminarHa salido un pollo buenísimo. He tuneado un poco la receta añadiendo medio vaso de tinto con la nata para cocinar. El pollo, así, es otra cosa...
Un abrazo.
que genial que sos!!!
ResponderEliminarHola, Josep! Has hecho muy bien, el vino tinto combina muy bien con la nata y las especias. Yo lo probé una vez con el cava que había quedado de una fiesta, se había evaporado pero quedaba el sabor.
ResponderEliminarAbrazos, Josep!
Borgo.
Hola, RECOMENZAR! Ay, gracias. Vos siempre tan amable.
ResponderEliminarBesos, MuCha!
Borgo.