Últimamente vengo publicando en Borgo los micros de Marc
Ribot. Llevamos una larga colaboración de proyectos… infructuosos:
ÓLEO SOBRE TELA. Vega, un marchante, se presenta en una
galería con los cuadros de Soros, un misterioso pintor fallecido. Los cuadros
son un éxito y al ser de un autor muerto y no poder producir más obra se
revalorizan por millones, pero Soros no existe, es Vega quien los pinta. Novela
basada en un caso real. Vega es el nombre falso de un amigo de Ribot. Aún
buscamos editor.
BARCELONA APOCALIPSIS. Un relato para la revista TimeOut
sobre un virus que sólo mata turistas. Al ver mi portada se echaron atrás,
temían que los acusaran de turismofobia.
EL NEGRO DE BANYOLES. ¿Recuerdan el mediático caso del
africano momificado que se exponía en un museo de Banyoles? El médico de origen
haitiano Arcelín exigió que se retirara el cuerpo y la denuncia llegó hasta la
ONU. Finalmente el bosquimano fue enterrado en Botsuana. Un trabajo de
investigación que no fue publicado al cerrar El Call, la editorial que nos lo
encargó.
LEYENDAS URBANAS. Este tenía que publicarlo Editorial
Planeta nada menos, pero cuando íbamos por la mitad en Planeta se cambió el
staff de narrativa y el nuevo equipo descartó el proyecto. ¡Cachis! si es que
tenemos una mala pata…!
Marc Ribot está pensando en recopilar sus micros con mis
ilustraciones en un libro (cruzo los dedos) le he sugerido un título a lo
Asimov: YO RIBOT.
Y vamos con los micros:
EL CATADOR (Marc Ribot)
CICLO VITAL (Melmoth)
Un taxi se precipita por las atestadas calles de una ciudad. En su interior va un matrimonio. La mujer tiene contracciones. Está a
punto de parir, pero vemos que su vientre está completamente plano. El taxi a
gran velocidad se detiene chirriando las ruedas delante de las puertas de un cementerio.
En la puerta les espera algunos empleados de la funeraria. Cogen a la mujer del
brazo con mucho cuidado y la acompañan hacia un nicho. El marido va detrás de
ellos muy nervioso fumando constantemente. Uno de la funeraria lleva un
martillo. Se pone a romper el mármol blanco de un nicho sin nombre. Una vez
roto el funerario introduce sus brazos
en el interior y extrae un recién nacido que empieza a llorar.
Y como mi última receta era vegetariana para compensar aquí va una muy carnívora:
STEAK TÁRTARO.
Carne cruda pero muy bien condimentada. En un bol o plato hondo se mezcla bien carne picada con una cebolla rallada, 1 yema de huevo, 1 cucharada de mostaza (recomiendo "a la antigua", la de las semillas) 1 chorrito de coñac, 1 puñado de alcaparras, sal y pimienta.
Remover todo bien con las manos, como hacen los buenos cocineros, y... ya está. Un plato rápido y fácil. A veces le añado unas gotas de tabasco. Lo suelo acompañar así, con ensalada verde:
No creo que a mis amigos argentinos les convenza este plato, ellos prefieren la carne muy pasada. Bueno, les dedico con cariño esta tira:
Mucha suerte en tus proyectos.
ResponderEliminarSaludos.
Me parece un gran y lindo proyecto chicos a por todas que vosotros podéis ..ya nos contaras y desde luego yo quiero ese libro ..Un abrazo y feliz noche.
ResponderEliminarajjajaja Arranco por el final (sabes bien que a los argentinos no hay cosa que nos guste más que hablar de nosotros mismos) Excelente reflexión la del cuadro final de la historieta. Conozco gente que realmente puede llegar a opinar eso. Ah, por supuesto que ese plato que preparaste yo no lo como. Dale ora y media de cocción a eso y encantado.
ResponderEliminarEl micro relato de Melmoth esta vez fue más surreal que anteriores. Me ha gustado tanto como también me impresionó, como una película de Buñuel. Ah, envíale saludos de mi parte. Me gustaría ver una recopilación en su blog, ver renacer ese sitio.
El Catador también me gustó mucho, simple pero excelente. Como algunos goles de Messi (en el Barça, hay que remarcar esto, jajaja) que ya sabes lo que va a hacer, simple... y lo hace perfectamente.
De todos las colaboraciones "infructuosas" la que más me gusta es la tapa de Leyendas Urbanas. Me gusta la distribución de elementos y el diseño cuasi comic
Mucha mejor suerte en las próximas! Suerte con Yo Ribot, jaja
Abrazo amigazo!
Es lo que pasa, amigo mío, todo se revaloriza según el tiempo, la tendencia o una fama surgida a golpe de talonario por aquellos que no saben qué hacer con el dinero. También depende si el artista llevó una vida de mierda. A más mierda de vida, más valor alcanza en las salas de arte donde se debe entrar con un traje de más de cinco mil dólares. Yo les aconsejo a los artistas que quieran triunfar en vida que se hagan hacer un biopic de lo más flipado. Si puede ser, que compita con el de Elton John. Incluso, no tendrían ni que realizar sus futuras obras.
ResponderEliminarPues yo padezco de turismofobia. No lo puedo remediar. ¿Has visto la miniserie “Chernobyl”? Ha sido tal su impacto, su popularidad, que los hijos nacidos en el 2000, y sin tener ni idea de todo lo que aconteció en el siglo XX, se van ahora a visitar esa ciudad radiactiva por motivos de la serie. Se hacen selfis delante del reactor 4 que explotó, de los autobuses calcinados, de los edificios apocalípticos. Ha sido tal la invasión que los ucranianos han visto su agosto y se han organizado para ofrecerse de guías turísticos. Han construido un restaurante delante del reactor que se parece al bar del hospital de Bellvitge. Hay chiringuitos amarillos con el logo de “Peligro de radiación” donde se ofrecen helados y hamburguesas. Como reclamo hay una maniquí disfrazada de enfermera con máscara antigás. Los turistas se suben en los autos de choque calcinados por la radiactividad. Chupan con la lengua las vagonetas de la famosa noria amarilla oxidada para salir más guays en su cuenta de Instagram. (Te recomiendo que busques en internet, amigo mío). Y ya ni te cuento lo que hacen delante de los campos de concentración de Dachau o Auschwitz, en chancletas, pantalón corto y visera de la gorra hacia atrás. Sí, son los mismos que luego vienen cargados de radiactividad a Barcelona para mear y vomitar por las calles líquidos verde fosforito. Son los mismos que enculan a las pobres subsaharianas en la parte de atrás de la Boquería. Como dejen a algunas de ellas preñadas sí que van a salir niños-verdes-cocodrilos y no hará falta meter la cabeza en la taza del váter para comprobar si la lagartija que hemos tirado por allí se convertirá con el tiempo en el Gotzilla del alcantarillado. “Tal vez los humanos son los cocodrilos mascota que Dios tiró por el retrete”. Chuck Plahniuk, Nana. ¡Qué locura!
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ResponderEliminarEl Negro de Banyoles merece todo un cuento. Ese pobre hombre estaba vivo cuando le dio por visitar Banyoles. Se desconoce los motivos de su visita, aunque se sospecha que era un turista más. Se introdujo en el museo. En ese preciso momento, los responsables del museo tenían una vitrina, pero no sabían qué meter en ella. El museo estaba en ese momento vacío (como siempre), y uno de ellos se le ocurrió una brillante idea. Le instó a este pobre hombre a que entrara en la vitrina porque formaba parte de una atracción del museo. El hombre entró. Se dice que se comportó como José Luis López Vázquez en “La cabina” durante un largo tiempo. Cuando cayó en redondo lo untaron, vaya usted a saber de qué, y le pusieron un taparrabos y una lanza en la mano. Ese médico haitiano no era otra cosa que su primo que lo reconoció de inmediato cuando fue también a Banyoles de turismo. Desconozco el laberinto burocrático por el que tuvo que pasar el primo del Negro de Banyoles. Cuando abrieron la vitrina, Arcelín, como buen haitiano, realizó unos cantos y conjuros que el Negro de Banyolas volvió a la vida.Se dice que nunca estuvo muerto. Éste le dio las gracias aliviado y le pidió que la pagara el viaje a Botsuana porque no tenía un duro ni para comprar ropa. Su primo le dijo que se había quedado sin blanca por culpa de los abogados y constantes viajes a la ONU. El museo, cabreado por haberse quedado sin la atracción principal, no soltó prenda. El Negro de Banyolas se resignó y volvió a su país caminando con el taparrabos puesto y lanza en mano como Orzowei, que le sirvió para cazar y comer ante tan largo trayecto.
ResponderEliminarMiquel, no te creas la historia oficial. La que te he contado es la auténtica.
Lástima de los proyectos fallidos con Ribot.
Grandes dibujos, amigo Miquel, y gran plato. La tira cómica es genial.
¡Un fuerte abrazo!
Pues suerte con el libro, a ver si sale adelante :)
ResponderEliminarNo me sonaba el caso de ese hombre, pero me ha recordado a Sara Baartman, la sudafricana que también estuvo expuesta en un museo de París hasta 1974.
Saludos ;)
Hola, Macondo! Gracias, aunque ya ves que suerte... no hemos tenido mucha. En fin, las malas rachas -como las buenas- no suelen durar siempre.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Hola, Campirela! Desde luego me haría mucha ilusión poder publicar ese libro con mis dibujos y los textos de Ribot. De momento hay una editorial interesada. En fin, a ver si se acaba esa maldición que alguien parece que nos ha echado.
ResponderEliminarAbrazos y feliz finde, Campi!
Borgo.
Jo, Miquel, cuántos proyectos que se han quedado en eso..., jo. Me chiflan tus dibujillos, me gustan muchísimo, tienen una expresividad maravillosa. Muchos besos, Borgo.
ResponderEliminar¿Qué tal, Frodo? Me ha recordado a lo que me dijo un vegano: "No como carne porque los animales tienen sentimientos". Le dije: "Sí, pero también tendrán malos sentimientos ¿no?" Igual pueden votar a Macri o a Trump si les dejaran... en el restaurante donde trabajé un cliente pidió que "le pasáramos un poco más el steak", está claro que no conocía ese plato que como dirías vos "muge".
ResponderEliminarSe los daré pronto, Frodo. El domingo voy a comer a su casa, pasamos buenos ratos en esas comidas con charla y muchas risas. Uy, eso de Messi no se lo diré a Ribot que es del Valencia.
Es un tema que discrepo con Ribot, a él le gusta ese estilo de cómic pero no suele agradar a los redactores de acá que parecen salidos de una secta de fanáticos anti-cómic. Probaré con portadas alternativas.
Con el título YO RIBOT al menos podremos ir a convenciones de Ciencia Ficción.
Abrazos, amigo!
Borgo.
Hola, Melmoth! La verdad es que el amigo de Ribot -un restaurador de arte especializado en descubrir falsificaciones- se curró una buena historia con ese Ben Solos, pintor húngaro supuestamente desaparecido durante el Holocausto y con esa obra encontrada casualmente en un hotel de Budapest. Podría haberlo convertido en una performance sobre lo fácil que es estafar a las galerías de arte. Me recordó al increible upirólogo Gordon que vendió un supuesto ser azul de los bosques.
ResponderEliminarSí, hay un turismo de lugares siniestros. Sólo les falta ir a la Isla de Mandalan, esa que te reciben a flechazos. En Chernobyl añadiría unos mutantes sedientos de cerebros que persiguieran a los turistas, aunque si buscan cerebros se quedarán con hambre. Joer qué fuerte esa historia de los turistas preñando subsdaharianas con niños-cocodrilo-radioactivos. Más fuerte que el relato que nos censuraron. Palahniuk es el puto amo.
Me ha encantado tu historia alternativa del negro de Banyoles. Mira que llegué a entrevistar a Arcelín y ahora caigo que era haitiano. No me extrañaría que estuviera versado en el vudú.
Abrazos, Melmoth!
Borgo.
Hola, Doctora! Eso es lo que necesitamos, mucha suerte. ¡Gracias!
ResponderEliminarSí, yo también recuerdo el caso de Sara "La Venus Negra" le dediqué una entrada, es una historia algo parecida a la del Negro de Banyoles:
miquel-zueras.blogspot.com/2014/11/culito-culito-y-momias.html
Y espero que se cumpla tu deseo y nos cambie la suerte en el tema editorial.
Saludos, Doctora!
Borgo.
Hola, Clementine! Proyectos tenemos muchos pero me temo que Ribot y yo también tenemos algo de gafe. Gracias, siempre me alegra saber que te han gustado los dibujos, a ver si encontramos un editor que piense igual.
ResponderEliminarMuchos besos y que tengas muy feliz finde, Clementine!
Borgo.
No sé si es sólo una cuestión de suerte. Por lo que poco que yo sé, publicar viene a ser algo así como una misión imposible. Además, no se gana dinero con ello.
ResponderEliminarUno podría pensar que únicamente se publican las mejores novelas pero cualquier visita a una librería nos conduce irremediablemente a la conclusión contraria. Novela negra en serie, preferiblemente ubicada al norte de Europa, mujeres maduras que reflexionan sobre su experiencia (burguesa) vital, textos de autoayuda y poco más.
Sin embargo -y no pretendo enmendaros la plana ni poneros los dientes largos-, hago constar que el libro "Leyendas urbanas" ya existe. Se publicó en 2000 por EDICIONES MARTÍNEZ ROCA SA -la primera edición, como mínimo hay siete, pues es la séptima la que yo poseo, de 2006-. Lo escribieron Josep Sampere, un buen amigo mío, y Antonio Ortí, cuya experiencia como periodista ayudó a que el texto se conociera, se publicara y se publicitara bastante bien (mi amigo incluso acudió a "Crónicas marcianas"). Me parece un buen libro y muy erudito, sobre todo los capítulos firmados por Sampere, y no me paga comisión por afirmar tal cosa (lo cual sería difícil, por otra parte, teniendo en cuenta que los derechos de autor no le dieron más que para alguna cena fuera de casa). Recomiendo sus otros libros, todos de género fantástico; creo que te gustarían.
En fin, no desanimaros. Que escribís bien es algo obvio. No se premia la originalidad, pero el mundo está muy necesitado de ella. Además, internet es un foro bien válido, en el que uno puedo toparse con relatos tan inquietantes como el que nos brinda Melmoth.
Saludos.
Hola, Ricard! Ya lo habrás visto el día de Sant Jordi, está tomado por los escritores mediáticos. Ribot y yo pensamos en la autopublicación, como hice con mi libro "Sombras y siluetas", pero me defraudó que el libro no estuviera físicamente en las librerías. Hay que encargarlo, y si no eres un autor conocido como Ruiz Zafón por lo menos...
ResponderEliminarSí, ahora recuerdo que por entonces trabajábamos en el libro de leyendas urbanas y fue uno de los motivos que alegaron los de Planeta para no aceptarlo, que se había publicado el de Martinez Roca. Con esa editorial ilustré el libro "Mujeres ligeramente alteradas" de Antonia San Juan, y parece que les pasé el gafe pues fue el último libro que editaron antes de ser absorbidos por Planeta.
Me apunto lo de los libros de Sampere.
Gracias, Ricard!
Borgo.
Cuántas cosas que me he perdido por estar fuera del blog. Y bueno me agarró la fiaca. A ti que has estado por mi buenos aires, sabes de lo que hablo.
ResponderEliminarMe gustan las ilustraciones.
Cuando era chiquita, comía la carne picada cruda, mientras mi mamá la preparaba para rellenos, o para hacer a la parrilla.
Ya no he vuelto a comerla así y como bien apuntas, me gusta la carne bien hecha y muy jugosa. Y no sigo que se me hace la boca agua....
Saludos 🦋
Me parece un estupendo proyecto.
ResponderEliminarCon lo buenos que son tus dibujos!!!!.
Muchísima suerte y que todo salga adelante.
Un abrazo.
¡Hola, Karin! ¡Qué alegria volver a verte por aquí! Ya he visto que vuelves a publicar, luego me paso por tu blog.
ResponderEliminarSí... recuerdo una película con Norman Briski: "La fiaca", sobre un hombre que un día decide no ir a trabajar y quedarse en casa.
Me encanta que te gusten mis ilustraciones. Yo también me comía las albondigas crudas de pequeño, mientras mi mamá las preparaba. Sí, eso comprobé en Buenos Aires que la carne se sirve muy cocida. En mi anterior entrada hablo de mi viaje a París, allí servir la carne muy hecha se considera un sacrilegio, como mucho la sirven "al punto".
Saludos, Karin!
Borgo.
¿Qué tal, AMALIA?
ResponderEliminarMe haría mucha ilusión que este proyecto saliera adelante. Bueno, de momento lo voy publicando en el blog.
Muchas gracias, de momento no nos rendimos.
Abrazos!
Borgo.
Las ideas son muy buenas, cada una de ellas. Deberiais insistir Ribot y tú. Felicidades a Paco, buenísimo ese parto crepuscular. ¿Existe el punto argentino o es una leyenda urbana para pasar más la carne?
ResponderEliminarSaludos!!
Hola, Ethan! Yo me involucré mucho en la del negro de Banyoles que acabó siendo un trabajo a cuatro manos. Lo de la recopilación con sus dibujos me haría mucha ilusión.
ResponderEliminarEse es uno de los mejores relatos de Melmoth. Digno de Saki o Topor.
Los argentinos conocen los tres puntos: jugosa, al punto y cocida, pero en los asados suelen servirla muy hecha. Hace poco en París comprobé que consideran un sacrilegio cocerla demasiado, "la viande au point" es lo máximo.
Saludos!
Borgo.
Tú tienes la suerte de ser como eres, de vivir el alpiste en lo cotidiano, de ser un encanto de persona, de no reconocer fallos que ni te valen la pena, y por ello de intentarlo una y mil veces más... pues al final ya no salarás las navajas al cabo de mil otros intentos, o igual sí...
ResponderEliminarTe deseo toda mi buena vibra en cada sueño (que no quiere decir que sueñes conmigo, eh??? :P
Sonrío). Sé que tu capacidad de reciclaje supera cualquiera de tus expectativas y con antelación.
Suerte en todo, Borgo, de ♥.
Saludos,
Z.
Mala suerte, ojalá por ahí salte la suerte, a no desfallecer uds :)
ResponderEliminarCuando leía el relato de la embarazada en el taxi no pude evitar recordar un caso que ocurrió hace poco aquí en Chile, un joven matrimonio pide un Uber en la noche porque ella está a punto de dar a la luz. En la desesperación el joven padre urge al chofer por meter acelerador, incluso lo conmina a pasarse alguna señalética y luz roja hasta que paf! chocan. La mujer falleció con el bebé, el padre y el chofer salvaron con vida. Al día siguiente en la entrevista el acongojado viudo exculpa al conductor y reconoce que fue su falta el apurarlo.
En fin, un abrazo capo!
¿Qué tal, Zarza? Mi alpiste ya es algo crónico. Las navajas... "Dulces como el vino, saladas como el mar" como la canción de los Rodriguez. Bueno, lo de saladas estaba claro.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tus deseos de buenas vibras, siempre me vendrán muy bien. De momento, Ribot y yo no pensamos darnos por vencidos.
Saludos y toda la suerte para ti también, Zarza.
Borgo.
Hola, Nocturno! No solo es mala suerte, es que aquí el tema de publicar y el mundo editorial en general está muy difícil, un panorama desolador.
ResponderEliminarUf, vaya historia más impactante. Parece las que cuentan en los anuncios de la Dirección de Tránsito. Yo nunca acelero, ya soy bastante mal conductor yendo despacio.
Abrazos, Nocturno y gracias por pasarte!
Borgo.
Suerteeeeeeeeee! te la mereces tú y tu compi Ribot.
ResponderEliminarNo te rindas! y mientras nosotros disfrutaremos por estos pagos...
Un besote
Hola, Marga!!! Me alegra verte de nuevo por aquí dándome ánimos desde tu Norte.
ResponderEliminarNada, no nos rendimos. Como dice la canción de Hector Lavoe: "Pronto llegará el día de mi suerte..."
Besotes, Marga y gracias.
Borgo.
Hola, Borgo:
ResponderEliminarCuando algún afortunado engreído asegura que la mala suerte no existe me da muchísima rabia: no sé si lo dirá porque es imbécil o demasiado joven, así que con la edad el interrogante se va dilucidando el solito.
Del mismo modo, te quedas atónito al comprobar cómo a algunos todo les sale bien.
Luego está el resto, que por fortuna tiene la suerte que se merece por su esfuerzo: pensar en ése grupo es lo que ayuda a gentes como tú y tu amigo Ribot a seguir en el empeño, así que no puedo menos que desearos que la suerte os acompañe: en la primera, irá tan bien que arrastrará los trabajos guardados.
Muy buenos los dos micros: Melmoth, abocado al surrealismo...
Las ilustraciones, todas, como siempre, fetén.
Pero hoy la receta va a ser que no: lo crudo, como no sea vegetal, no me atrae nada: ni tàrtar ni sushi están en mi línea de tiro....
Un abrazo.
Hola, Josep! Ya sé que lo de la suerte suena a excusa fácil, pero no es tan extraño viendo como está el mundillo editorial, con más escritores que lectores. Ribot y yo tenemos aún ganas y ánimos. Lo del libro del bosquimano me sentó fatal cuando no se publicó, me involucré mucho y de hacer solo las ilustraciones pasó a ser un libro a cuatro manos entre yo y Ribot. Qué se le va a hacer...
ResponderEliminarMe alegra mucho que te gusten las ilustraciones, Melmoth es un crack de los microrrelatos. Siempre con su genuino toque surrealista.
Huy, entonces no te puedo hacer el steak tártaro vuelta y vuelta... Nada, mi próxima receta estará un poco más cocinada.
Abrazos, Josep y un placer!
Borgo.
Hola Miquel geniales los dibujos y una pena que no los sepan apreciar las editoriales.
ResponderEliminarSuerte con los proyectos, ánimo y adelante.
No soy amiga de la carne cruda ni del pescado crudo,manías que tiene una ja ja ja.
El micro del Catador es muy bueno, me arrancó una sonrisa. Hoy en día está de moda esto de catar los vinos, es toda una parafernalia en torno al vino que no se puede aguantar.
Un gusto pasar por aquí con tanta variedad y colorido.
Besos
Puri
El mundo ha cambiado Pocos trabajan Los más jóvenes "Los milenios". Disfrutemos solo el momento Del día en que vivimos
ResponderEliminarMi aprecio y besos
Epero que salga adelante lo del libro ilustrado. Los micros están muy bien. Me alegra saber que el negro banyoles está enterrado en su tierra y no expuesto cual mono de feria. El relato del ciclo vital es muy curioso, te deja pensando.
ResponderEliminarSaludos Miquel
:D
Hola, Dulcinea! Bueno, también ha tenido que ver lo difícil que lo tienen les editoriales pequeñas que sobreviven como pueden. De momento, ánimos no nos faltan y lo vamos a seguir intentando,.
ResponderEliminarYa... mucha gente tiene reparos con lo del crudo. De pequeño en mi pueblo (LÉs cala, en la Costa Brava) nos comíamos las lapas vivas cuando íbamos a la playa. "Las ostras de los pobres", las llaman.
Tengo un libro sobre la cata de vinos que es la pera, con expresiones como:"Muy redondo en boca. Matices de regaliz y notas de vainilla." "Afrutado en boca, regusto a maderas nobles" Y ésta es la mejor: "No pide permiso al entrar" (¿??)
Un gusto que pases por aquí, Puri.
Besos!
Borgo.
Hola, RECOMENZAR! Sí, lo mejor es tomárselo con calma. La suerte siempre puede cambiar cualquier día. Mientras tanto, disfrutemos del momento.
ResponderEliminarMuchos besos, MUcHA!
Borgo.
¿Qué tal, Ana? De momento hay una editorial -Blackie Books- que está interesada, a ver qué pasa. Lo mucho que le costó al pobre doctor Arcelín que el monificado bosquimano fuera enterrado en su país con honores. Fue recibido por Kofi Annan, el secretario de la ONU, pero Arcelín tuvo que hacerse cargo de los gastos, viajes... y acabó arruinado. Una historia muy impactante, lamenté que el libro no se publicara.
ResponderEliminarMelmoth tiene un gran dominio del relato corto. Textos breves que impactan.
Saludos, Ana!
Borgo.
Uy esa portada de leyendas urbanas! Aquí en Valladolid en este momento como locos buscando un cocodrilo que parece anda suelto por el río. A saber!
ResponderEliminarUn abrazo.