INTERIOR 1. BAR DE SCAMPIA (NÁPOLES)
-Usted es sin duda el conocido periodista Bruno Paparazzi.
He sabido que estaba en Nápoles. ¿Cómo lo sabía? No viene al caso. A dos horas
en coche están las ruinas de Pompeya. Ya sabe que allí conservan cuerpos que
quedaron atrapados por la lava cuando la erupción del Vesubio, solo que algunos
están petrificados en momentos… comprometidos. Sodomía, practicando sexo con
niños, con animales… Cuando el rey español Carlos III emprendió las excavaciones
quedó horrorizado al ver aquellas estatuas lascivas y ordenó que se ocultasen
en la bodega de un monasterio benedictino cercano. ¿Pedimos otro grappa? Bien,
el Vaticano prohibió exponer esos restos humanos al público, pero los monjes
sacan un buen dinero permitiendo a ricachones pervertidos celebrar ahí sus
fiestas. Se visten con túnicas y organizan orgías como en tiempos de Calígula
entre los pompeyanos conservados en cenizas. Mañana por la noche montarán una
de esas bacanales, lo sé porque yo era el jardinero y vigilante de la bodega
hasta que los monjes me despidieron, sin
seguro ni… ¿Qué porqué me despidieron? No viene al caso. En la parte trasera de
la bodega hay una torreta con una ventana sin cristal –es de estilo románico- y
desde ahí podrá sacar fotos. Imagine qué reportaje, alta sociedad degenerada,
monjes corruptos, secretos de un monasterio… ¡como un best-seller de Dan Brown!
Yo
me llevo el cincuenta por ciento y… ¿El treinta? Bueno, no soy codicioso.
Necesitará esto.
Se oye el amortiguado click-clack de un billar mientras el
ex- jardinero saca de un bolsillo de la
chaqueta una enorme llave antigua que deposita sobre la mesa. Oímos un Clock.
(Bruno):-¿Es para abrir una puerta o para derribarla?
(Jardinero):-Es para la verja de la entrada.
NOCHE. EXTERIOR BODEGA
Bruno no deja de sorprenderse por la imaginación de los
asistentes, nunca había visto tantas posturas diferentes. Reconoce actores
famosos, banqueros, aristócratas… Ya ha sacado infinidad de fotos cuando nota
el malestar del roce de la correa de la cámara en el cuello. Decide volver al
coche y regresa a Nápoles.
DÍA SIGUIENTE. BAR DEL HOTEL.
Bruno está tomando un whisky para matar el tiempo hasta la
hora de su avión con destino a Roma. Mientras,
cruza miradas con una atractiva mujer sentada
en la barra. Viste un traje verde ajustado a su cuerpo de tigresa y un exótico
sombrero parecido a un turbante. Bruno se sumerge en sus grandes ojos marrones
mientras suben a su habitación.
INTERIOR 2. HABITACIÓN HOTEL.
El periodista está
tan alterado que arroja la camisa y se quita con torpeza los pantalones. Se
sienta para quitarse los calcetines que están prietos y tira con fuerza
atrapándose los dedos.
(ÉL):-¿No te desnudas?
(ELLA):-Me pone cachonda que un hombre se masturbe mirándome
mientras me quito la ropa.
Bruno se sienta en la silla y empieza a tocarse. La mujer se
quita el turbante con un rápido gesto. En lugar de cabello tiene serpientes, víboras
que se desenroscan siseando. Los ojos de la mujer llamean. Bruno se ha
convertido en estatua de piedra, ahí sentado desnudo, con el chisme en la mano.
Oímos el teclear de un móvil.
(ELLA):-Aquí, agente Medusa. Tengo la cámara de fotos.
Traigan una furgoneta, tienen una nueva estatua para la bodega.
LOCUTOR: les esperamos la próxima semana con un nuevo
programa en Radio Borgo.
Se oye un gong.
FIN
PASTA AL POMODORO
Y hora una receta muy napolitana. Ayer la hice con raviolis y quedó así de bonita por el toque de la albahaca, y es que aquí la albahaca fresca es IMPORTANTÍSIMA.
En una sartén a fuego medio sofreír cebolla, zanahoria y apio picado todo bien fino hasta que tomen color. Agregar aceitunas negras cortadas en láminas y alcaparras.
Añadir una lata de tomate entero y pelado con su jugo. Agregar un puñado de hojas de albahaca. Dejar reducir y cocinar durante 15 minutos.
Cocer la pasta (con los macarrones rigatoni también queda muy buena) en abundante agua salada. Cuando esté al dente -unos 6 minutos pero probarla por si acaso- colar, mezclar con la salsa y sazonar con queso rallado. Creo que a este plato le sienta especialmente bien el queso pecorino.
Probar como está de sal y servir de inmediato.
¡Me dejas de piedra con tu relato! Jajaja Bueno he estado por allí y no recuerdo esas posturas petrificadas, pero seguro que a alguno le cogió la lava con un apretón de puro miedo.
ResponderEliminarSaludos.
Lo siento, Miquel. Pero me cuesta mucho leer debido a la combinación de colores. Así que lo único que puedo decirte es que las ilustraciones son geniales. Tienes mucho arte.
ResponderEliminarBesos!
Brillante.como un capitulo de Cuentos de la cripta. Una trampa inexorable la de agente Medusa. Aunque podria fallar algo, el periodista podria tener una camara digital y haber enviado las fotos por internet.
ResponderEliminarVaya sorpresón, que tramposa la Medusa, cómo pillaba a los incautos para conseguir convertirlos en piedra, y que negocio se montó, jaja, eso es tener visión comercial. Me ha encantado el relato, es muy original.
ResponderEliminarQue rica la pasta, y con el toque de la albahaca fresca.
Saludos Miquel
:D
Habrá que andarse con ojo con las mujeres que llevan turbante. Muy bueno el relato y los dibujos que lo acompañan.
ResponderEliminarSaludos.
¿Qué tal, Ethan? Esa Medusa sí que te dejaba de piedra. Yo también pasé por allí desde Nápoles y hay una sala con estos "cuerpos". Estos cuerpos son realmente de yeso y fueron creados al depositar este material sobre los huecos que dejaron los cadáveres bajo la ceniza. Vaya, le he quitado realismo al relato, claro que si sale la Gorgona...
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Hola, Éowyn! Vaya, siento mucho que no puedas leerlo aunque no entiendo lo de la combinación de colores. Tengo tu e-mail de cuando me enviaste aquella libreta tan bonita y, si quieres, te lo envío.
ResponderEliminarGracias. Esas ilustraciones eran para un libro sobre la Tarragona romana para escolares que al final se quedó en proyecto.
Besos!
Borgo.
Hola, Demiurgo! La verdad es que me pareció que tenía algo del estilo de tus relatos. Medusa podría ser un atractivo personaje entre tus poderosas figuras femeninas.
ResponderEliminarBueno, supongo que Paparazzi prefirió tomárselo con calma y beberse unos cuantos spumanti en una terraza de Nápoles -una ciudad fascineante- mientras decidía a quien enviar primero las fotos. Es lo que haría yo en su lugar.
Saludos!
Borgo.
Hola, Ana! Medusa hizo negocio por partida doble, consiguió las comprometedoras fotos y de paso una estatua más para la galería secreta. Me alegra mucho que te haya gustado.
ResponderEliminarEsta receta me la dio Nella, la simpática dueña de una trattoria en Pozzuoli, cerca de Nápoles. Me amonestó (de buen rollo) al ver que enrollaba los espaguetis con ayuda de una cuchara. "En Italia no se hace eso", me dijo.
Saludos, Ana!
Borgo.
¿Qué tal, Ricard? Muchísimas gracias. Un día me encontré una pintada intrigante en un lavabo: "No te fíes de alguien que lleve pantalones rojos", habrá que añadir a las mujeres con turbante.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
No me gusta nada todo este rollo del feminismo que se ha puesto tan de moda últimamente, pero he de decir que si el fotógrafo de tu historia hubiese sido mujer el final hubiera sido muy distinto ;P
ResponderEliminarBesos!
¡Magnífico relato, amigo Miquel! Aquí hay muchas cosas a debatir y departir. En el clásico de Edward Bulwer Lytton, “Los últimos días de Pompeya”, no se dice nada de lo que tú expones en tu excelente cuento. Y la verdad sea dicha, cuando una civilización queda de repente petrificada, congelada o lo que sea, también se expone sus miserias, lo baladí, la captación del aburrimiento, y lo más importante, su trasera del instinto sexual. Salvador Dalí había imaginado cubrir de escayola toda una ciudad sin que sepan sus pardillos habitantes del experimento. Luego, el genio de Figueres caminaría lentamente observando a la ciudadanía atrapada en yeso y mostrando para la eternidad sus últimos segundos de lo que estaban haciendo. Yo me imagino, por ejemplo, un perro chihuahua con la pata levantada junto a un árbol antes de expulsar su meada. Su dueña mirando al vació. El oficinista con portafolio atrapado en su propia prisa. La prostituta en la esquina con la gorda cadera detenida hacia un lado. Y ya ni te digo en el interior de los prostíbulos, hoteles, habitaciones donde el verdadero sexo actúa desatado.
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato, ya te lo he dicho, porque además me has hecho pensar en la literatura donde se da el encuentro de un humano con una estatua. No mencionaré aquí todas esas historias, pero son la mar de interesantes. Casi nunca se habla del mundo de las estatuas. Uno se enamora de la imagen de un cuadro, de una actriz, de una cantante, pero no se menciona casi nunca una estatua desnuda y olvidada en un jardín abandonado donde penetraste de niño en busca del peligro o lo prohibido. Las estatuas tienen ojos ciegos por la misma petrificación orgásmica. Cuando alguien eyacula también se le ponen los ojos en blanco por unos segundos, es decir, se convierte en estatua. Las estatuas son la experiencia más morbosa que se pueda dar porque tienen en su rostro el orgasmo más largo de la creación. Cuando estuve en Roma me di cuenta que era la ciudad-orgasmo por excelencia. No sé si recuerdas aquella escena de la película “La edad de oro” de Buñuel, donde vemos a la protagonista chupar lascivamente el dedo gordo del pie de una estatua. Luego viene el tipo y cuando la ve empieza a decir, como si de un orgasmo se tratara: “L’amour. L’ amour. L’amour”, y empieza a sangrarle los ojos.
Todos solemos decir qué libros son nuestros favoritos, los cuadros, las películas y temas musicales, pero nada de nuestras estatuas favoritas. ¿Por qué? ¿Las olvidamos? ¿No queremos saber nada de ellas? ¿No la tomamos en serio? Para ver cuadros hay que pagar la entrada a un museo, pero las estatuas están ahí, subidas a un pedestal, ya sea en el centro de las ciudades como en los rincones más sombríos de un patio de una mansión abandonada o en los jardines del XIX ubicados en la montaña de Montjuïc con olor a hojas muertas, humedad y moho. Apreciamos aquellos rostros de piedra cubiertos de limo como cuando surge de las profundidades del mar la ciudad de Cthulhu en “La llamada de Cthulhu”. Como también hemos amado en los cementerios a esas estatuas con el culazo desnudo y prominentes pechos que ellas tratan de taparse de una manera tan delicada. Ay, también amo a la Medusa con cabellos de serpientes. Ella no necesita ir a la peluquería y leer en la espera la revista ¡Hola! Sí, te convierte en piedra, pero te deja los ojos en blanco para siempre. ¿Quién no desea tener un orgasmo que dure una eternidad? Porque mira que llega a ser tacaña la naturaleza. ¿Por qué dictaminó que el orgasmo fuera tan corto? Al menos que lo hubiera puesto un cuarto de hora, ya ves, no es pedir mucho dentro de una eternidad.
Tus dibujos, magníficos, como siempre, amigo mío. Y ese plato tiene muy buena pinta.
¡Abrazos!
No me esperaba ese final. Ingenioso. Está bien.
ResponderEliminarUn saludo.
Puede ser también, es que yo he visto bastante de esos episodios y los he vuelto a ver en yotube. Como así La dimensión desconocida, así que podría haber una influencia.
ResponderEliminarPodría ser, aunque con otro método que el de Perseo, para enfrentarla.
Hola, Doctora! Pues no lo había pensado, ¿y si el "petrificador" hubiera sido un "Gorgono"? No sé si los había en la mitología. También depende de la opción sexual del o de la fotógraf@.
ResponderEliminarLo que está claro es que tener serpientes en lugar de pelo te ahorra una pasta en champú.
Saludos!
Borgo.
Hola, Melmoth! Ese libro yo lo tenía en la colección "Bruguera libro amigo" donde con cada dos páginas de texto venían acompañadas de una de cómic. Ese proyecto de Dalí habría sido superinteresante, una ciudad de estatuas vivientes como esos episodios tipo "Dimensión desconocida" donde el prota congela el tiempo y pasea entre una ciudad de personas atarpadas inmóviles en el momento.
ResponderEliminarRecuerdo esa escena de ese gran fetichista cinematográfico que fue Buñuel. Visité el Campidoglio de Roma un día gris y frío de diciembre y me hacían sentir pena aquellas estátuas marmóreas allí desnudas bajo la lluvia invernal sin una triste hoja de parra. Y eso que eran todos dioses y héroes.
A mí me gustan esas estátuas de leones dormidos de los jardines de algunas casas señoriales. Llevan un mensaje: "Sois bienvenidos, pero si no os comportáis despertaréis al león dormido".
Los cerdos sí que saben, sus orgasmos pueden durar hasta media hora, algunos incluso echan una cabezada durante el proceso.
Abrazos!
Borgo.
Hola, David! Curioso, pero el final sí que lo tenía claro desde el principio y luego recordé que tenía ganas de hacer salir a la Gorgona en uno de mis relatos, así que me puse a escribir con el fondo de "Live at Pompeya" de los Pink Floyd.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
¿Qué tal, Demiurgo? Me encanta "La dimensión desconocida" con aquellos soberbios guiones de Serling y Matheson. Puede que en uno apareciera la Gorgona que trabajaba para un escultor que la tenía prisionera. No debía trabajar mucho ese escultor.
ResponderEliminarEn España hay una conocida marca de limpiacristales llamada Perseo, muy apropiado.
Saludos!
Borgo.
Otra sensacional historia... tu creatividad es increíble y qué bien relatada está.
ResponderEliminarOtra entrada maravillosa... y repleta de tus dibujillos.
Besos, Borgo, y muy feliz fin de semana.
Mr. Borgo, otra encantadora historia, y ¡que final! Muy bueno. Para terminar a tan encantadora entrada, nada mejor que otra de sus exquisitas recetas. Saludos.
ResponderEliminarHola, Clementine! Lo maravilloso es que sigas pasándote por aquí después de tanto tiempo. Es un placer compartir mis relatos, dibujos y chorradillas contigo.
ResponderEliminarMuchos besos y que tengas un feliz fin de semana sin demasiada lluvia.
Borgo.
Hola, Mr.Belknap! Me alegra que lo diga porque tenía dudas sobre el final, y si no tengo final no hay cuento. Esta misma receta la disfruté en un buen restaurante napolitano en Puerto Madero, Buenos Aires. Creo que se llamaba Gatto.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
¿Pero... cómo voy a dejar de pasarme por aquí? Con lo que me gusta tu Borgo.
ResponderEliminar¡Mil besos, Miquel!
Me encantan las ilustraciones y la historia también, pero sois muy previsibles, jajajajajaja
ResponderEliminarffaaaa (onomatopeya mezcla de sorpresa y alegría) pero que tremenda historia contaste Borgo! esto es una verdadera Radio que da gusto sintonizar.
ResponderEliminarMe encantó el desarrollo y el estilo de dramaturgia con suspenso y pizcas de historia clásica. Una pequeña obra de teatro.
Tus dibujos siempre son geniales, y a tu receta solo le sacaré el queso (no lo uso para nada en las pastas y en los restaurantes pido encarecidamente que no lo usen en mi plato), pero la probaré. Después te cuento cómo me ha salido, ya que suelo hacer una salsa parecida pero no uso zanahoria ni apio
Abrazo!
Hola, Clementine! Y yo encantado de que te guste. ¿Te has planteado volver con tu blog?
ResponderEliminarMuchos besos y que nos sigamos leyendo, y por mucho tiempo.
Borgo.
Hola, Arantza! Me alegra mucho volver a verte por aquí. Bueno, ya se sabe lo que nos pasa a los hombres, lo de las dos carretas y todo eso... nuestro talón de Aquiles.
ResponderEliminarBesos!
Borgo.
¿Qué tal, Frodo? Es que echaba de menos mis tiempos en la radio y me he imaginado en una emisora de los años cincuenta con efectos de sonido, arpegios y un gong. Me gusta esa forma de narrar historias, te ahorras muchos detalles poco importantes como descripciones de ambientes y cosas así. Me habría encantado escribir guiones radiofónicos como el protagonista de "Asesinato por diversión" de Fredric Brown.
ResponderEliminarYo me pongo lo justo de queso. Una pareja que tuve se ponía tanto queso por encima de la pasta que acababa formando un monte de parmesano por encima. Un día pidió en un restaurante tortellini a los cuatro quesos, preguntó: "¿Y el queso rallado" "Este plato lleva cuatro quesos", dijo el camarero. "¿Y qué?" respondió. Pues eso, donde hay cuatro pueden haber cinco.
Seguro que te queda muy bueno, hoy le he añadido zanahoria rallada.
Saludos!
Borgo.
Mi blog, claro que sí, volveré a él, seguiré publicando, ya de forma mucho más pausada pero no lo abandonaré, ni mucho menos :)
ResponderEliminarQue nos sigamos leyendo, me gusta eso, Borgo. Muchos besos.
Bravo, Clementine! Ya estoy esperando con ganas ver de nuevo tu blog. Tenías entradas muy, muy buenas.
ResponderEliminarMuchos besos y feliz domingo!
Borgo.
Sorprendente la imaginación que gastas en tus relatos! Con los dibujos te digo lo mismo.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola, Nury! Muchas gracias, estoy aprovechando ahora que -¡Mecachis...!- tengo poco trabajo para darle más al lápiz. Los dibujos los hice para un libro de ESO sobre la Tarragona romana que al final no se publicó, así les saco partido.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
¡Hola Majo! Te superas con esta especie de novelón de La Ser, con creces para mi gusto porque has imprimido a las tribulaciones de Bruno, mi estilo predilecto, el "gótico" en la línea del mejor M. G. Lewis(¡es sorprendente lo que consiguen unos monjes salaces en un buen relato!)Los dibujos son los del mejor M i q u e l clásico, con mucha elegancia. Además me recuerda una extraña película de 2014 llamada "Spring"("El Amor es Un Monstruo"; dirigida por Justin Benson y Aaron Moorhead)que tiene concomitancias femeninas con la pájara que es tu agente "Medusa"[Te he puesto con detalle la reseña porque sé que estas cosas si puedes las indagas]Estar envuelto en tu atmósfera italiana ha sido la rechifla (¡por cierto que es un país que amo y conozco, aunque no Pompeia!¡¡Ya caerá!!)
ResponderEliminarPara colmo, tu receta sí que es buenísima y conocida. Suelo cocinar mucha pasta, veremos si tu poder sugestivo no hará que esta noche prepare para la familia alguna delicia. Estoy radiante por desearte una buena noche de Luna Llena (que aunque es mañana de forma oficial, yo ya he empezado a aullar y perseguir cuervos)que fructificará en muchas ocurrencias excelentes en tu cabecita de artista renacentista.
¡¡¡¡Y como no puede ser de otra manera, brindo simbólicamente por ti con grappa!!!!(particularmente lo prefiero al limoncello, aunque éste también hace mis delicias y más si es con compañía femenina)¡¡¡¡Buenas Noches Muchacho!!!!!
¿Qué tal, Reportero? Uf, cuánto honor... situarme en la órbita de Lewis, creador de la genial novela gótica "El monje". Creo que era un asiduo de las reuniones de Villa Deodati, con Shelley, Byron... He oido hablar de "Spring", dicen que es una película de terror bastante original y además aparecen las ruinas de Pompeya (entonces estaba a punto de ir para allá) intentaré verla lo antes posible, ahora está difícil pues no sé descargar y los videoclubs pasaron a la historia. De Italia uno de los sitios que más me impactó fue Florencia.
ResponderEliminarPara preparar recetas como esta suelo comprar latas con tomates enteros y pelados de la Toscana que venden en las tiendas especializadas en productos italianos. El tomate toscano con pimentón tiene un color rojo intenso muy apropiado para las noches de luna llena. Creo que hoy me haré para cenar pasta "alla amatriciana" con tomate picante y dados de bacon ahumado, y que no falte la albahaca fresca!!!
Brindo a tu salud con grappa Candolini y que usted lo aulle bien!
Borgo.
Me gustan mucho tus dibujos.
ResponderEliminarLa historia es fantástica.
Me encantó Italia. Espero poder volver.
Y la receta se ve rica. No me desagrada la cocina italiana.
Un abrazo, Miguel. Un gusto leerte,
Hola, Amalia! Muchas gracias. Me encanta Italia y procuro ir siempre que puedo, creo que su esencia está en Nápoles, un lugar caótico pero con mucho encanto. Allí tuve el placer de comer en la Pizzería Brandi, la más antigua que se conserva en Italia, con su masa crujiente cocida a la leña.
ResponderEliminarAbrazos y un gusto que te pases por aquí.
Borgo.
Un relato que tiene de todo, un poquito de perversión, mujer fatal, incauto y negocios lucrativos. Ah y ese final tan a lo Orson Welles, por lo de la radio.
ResponderEliminarLas ilus con la gracia que te caracteriza. Son inconfundibles.
Tus recetas me abren siempre el apetito. ;D
Saludos
Vales lo mismo para escribir un relato erótico que para cocinar una pasta napolitana. Parto bien aprovechado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Abril! Quizá como dice un personaje me ha salido un poco a lo Dan Brown pero sin ser un Best-Seller. Me encantaría hacer seriales radiofónicos y convencer a la gente de que llega una invasión extraterrestre.
ResponderEliminarLas ilustraciones eran para un libro de ESO que o se publicó (recortes) al menos las enseño aquí, la vida cotidiana en una provincia romana.
Me encanta esa receta, mejor con pecorino. Los napolitanos son famosos por su pizza pero también dominan la pasta.
Saludos!
Borgo.
Hola, Macondo! Bueno, uno hace lo que puede... aunque no consigo que me quede el punto de coccción como a ellos. En Nápoles las pizzas me parecieron igual de buenas que algunas pizzerias de Barcelona, pero allí la pasta la hacen perfecta. La albahaca es afrodisíaca, a ver si me facilita más relatos eróticos.
ResponderEliminarAbrazos!
Borgo.
wuauuu, me ha encantado el relato , pues te diré que conozco pompella y me imaginaba esas estatuas las cuales al público no las tienen si es cierto que existieran , pero la historia es muy , muy buena bravo .
ResponderEliminarY como postre , aunque es comida es la guinda del pastel esa buenisima receta que nos has dejado .
Me quedo con tu permiso por estos lares .
Un saludo .
Hola, Campirela y muy bienvenida a Borgo!
ResponderEliminarSí que vi esas estatuas pero nos advirtieron que eran falsas, pues son moldes de yeso que hicieron sobre las cenizas. Una era impresionante, llevaba en las manos un frasco que podría ser veneno para no alargar la agonía.
Me gusta cocinar y suelo poner recetas en mis entradas, son todas muy fáciles.
Encantado de que te quedes por aquí.
Saludos!
Borgo.
Hola Miquel , sorprendente relato, con diferentes escenas y lugares, el mundo de las estatuas es alucinante, nos pueden trasportar a su mundo con tan solo un poco de imaginación
ResponderEliminarMuy bueno Miquel. Apunto la receta, tiene buena pinta.Me encanta la pasta.
Besos y
Puri
¿Qué tal, Dulcinea? Me encanta el mito de la Medusa y las estatuas, cuyos ojos contemplan su inmortalidad (Creo que eso era de Valle Inclán) Son atractivas y un punto inquietantes a la vez.
ResponderEliminarEs un plato de pasta como a mí me gusta. Sencillo, solo con los sabores del buen tomate y la albahaca fresca. Los italianos dicen que la albahaca y el tomate siempre han de ir juntos.
Besos, Puri!
Borgo.