Después de dirigir Han
Solo, una historia de Star Wars con Solo y Chewbacca, Howard decidió rodar
otro Spin-Off-Precuela de la saga con los robots R2-D2 y C-3PO desde el momento
en que se conocieron bailando en una discoteca Robo-gay del polígono Trocadero.
El director se puso a buscar localizaciones en Mataró, una
ciudad cercana a Barcelona atraído por su estética Neo-After-Punk. Entró con
todo su séquito en el Bar La Ponzoñosa y al instante quedó maravillado por el
festival de luces y musiquitas que emanaba de la máquina The Last Jedi; un tragaperras ochentero de la Empresa Cirsa
que, milagrosamente, aún funcionaba.
Superado el síndrome de Stendhal, Ron Howard se pasó cuatro
horas jugando mientras su entourage devoraba torreznos y bocadillos de
calamares.
Cuando el director salió del local había perdido 2.365
euros. Le preguntó al jefe de casting:
-¿Qué tal Jennifer Aniston de princesa Amígdala del Planeta
Nabo?
-Hummm… ¿No es algo mayor para el papel?
Mientras tanto un ciudadano chino se acercó a la máquina y
con sólo decirle “Hola” recuperó los 2.365 euros de Ron Howard.
FIN
APUNTES DE VERANO
Vale, he exagerado un poco pero el turista se parecía bastante.
El martes 7 de agosto el bochorno en Barcelona era insoportable. Así me sentía yo en la calle, como caminando por un plato de sopa caliente.
CENA A LO HOWARD HUGHES
Ayer me preparé lo que el excéntrico millonario Hughes cenó cada noche durante 37 años: bistec con guisantes y helado de pistacho.
¿QUÉ VA A CENAR HOY, MISTER HUGHES?
Howard Hughes era un hombre brillante -diseñó un motor para hidroaviones aún no superado e inventó el Wonderbrá para resaltar el busto de Jane Russell en la película El forajido (1943)- aunque también de curiosas manías. Durante 37 años cenó este mismo menú. Incluso diseñó un tenedor con las púas más separadas para descartar los guisantes pequeños que le parecían insípidos.
El servicio de cocina de su mansión le preparaba diariamente un menú que un sirviente entregaba a Hughes en una carta por si cambiaba de idea, pero... nada.
No me había planteado que Mataró tuviese una estética Neo-After-Punk. Pero que los chinos saben exactamente cuándo hay que apostar a las tragaperras, eso es muy cierto.
ResponderEliminarSaludos.
Grande Borgo! Lo único que no he visto a "solo" e igual me pierdo algún chiste. Eso sí, gente que de confianza me ha dicho que no se merece los palos que se ha llevado...
ResponderEliminarEl helado de pistacho es lo más
Saludos
¡Me parto contigo! XDDDD
ResponderEliminarCon tanto estirar el chicle, la saga puede tener a los tataranietos de Han Solo...o retroceder en el tiempo hasta nuestro día y así tendríamos una pista de cómo empezó el calentamiento global y los primeros viajes a Marte.¡Ah que no...que es en una galaxia muuuy lejana ;P
H.H. era un raruno pero parece que un gran amante, muy generoso, según Katharine Hepburn...lo mismo eran los guisantes...jajaja ;)
Muy buenos tus dibus, of course.
Saludos, Miquel
El relato es desternillante, amigo Miquel, pero además de verdad. La película de Ron Howard no vale gran cosa. Aburrida, repetitiva hasta la saciedad. Incluso cuando está jugando a las cartas con Lando Calrissian para ganarle esa chatarra espacial llamada “El Halcón Milenario” está filmada con mucha sosería. El cine ha dado buenas partidas de póker creando un suspense maravilloso. Ahí tenemos, por ejemplo, a Paul Newman en “El golpe”, haciéndose pasar por un borracho cretino junto a Robert Shaw (mítico Doyle Lonnegan), o “El rey del juego”, con Steve McQueen y Edward G. Robinson. Desde el “Retorno del Jedi” todos hemos imaginado la gran partida entre estos dos piratas espaciales, y luego vemos a la panocha de Ron rodando esa escena de mierda. Tenía más suspense las partidas que yo hacía con mi abuela al parchís.
ResponderEliminarEl Spin-Off de esos dos robots insoportables me parece genial. Creo que el año que bien se estrena otra con la historia de Obi-Wan Kenobi y así hasta agotar existencias. Con esto quiero decir que ni tus tataranietos llegarán a ver el final. Maldita saga. Si nos ponemos a recordar, no solo a todos los actores, sino también bestiario, es para volverse loco si cada uno de ellos merece una película entera. Incluso se rodará la vida de las ranas que se comía Jabba the Hutt.
Y doy fe de ello, amigo Miquel. Mataró tiene su Neo-After-Punk, como sus chinos al más puro estilo ochentero; sus fábricas abandonadas donde moran en sus entrañas los Dioses Primigenios. En Mataró vive y trabaja “El Hombre Bala”, que tuvo sus momentos de gloria con el director de cine Ed Wood. Te lo presenté. Que conste en acta. En Mataró hubo una invasión de ladrones de cuerpos, pero sus palurdos habitantes se comieron las vainas creyendo que había en sus interiores guisantes gigantes. En Mataró está la empresa “Pica & pica 24h (botigues automàtiques)” para atraer a sus víctimas y convertirlas en ratas trabajadoras. En fin, paro de contar. Sí, es una buena ciudad que te puede pasar lo peor a excepción del Síndrome de Stendhal. No culpo al viejo panocha de Ron si ha tenido que visitar la ciudad de Mataró. Más le hubiese valido haber ido al Planeta Nabo y con esta hortaliza haber jugueteado con Jennifer Aniston, que Brad Pitt nos ha salido gay. Y ese chino que mencionas yo lo conozco. Para disimular su poder tiene un restaurante chino como tapadera de cuyo cartel en la entrada reza: “Aquí no nos hacemos responsables de las víctimas por envenenamiento de la comida”.
Muy bueno lo de la carbonita. También me hace mucha gracia esas míticas palabras que antecede a todas las películas de “La guerra de las galaxias”: “Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana…”, así, con cuatro puntos suspensivos, no tres, como debe ser, sino cuatro. Si te paras un poco a pensar, todas las galaxias son muy, muy lejanas….
ResponderEliminarEse turista es la pandemia que está devorando el mundo, y la gente cree que es el helado de fresa. Ja ja ja. Menudo calor nos tocó pasar, amigo mío. A mí se me derritió el cerebro y me pusieron en la alcaldía todo el tiempo que me duró la flojera mental. Cuando se me puso dura… bueno, quiero decir, cuando el cerebro se recompuso con sus células grises me devolvieron al paro.
Veo que vuelven a salir los guisantes. Howard Hughes fue un tipo de mucho cuidado; un millonario de los clásicos con su glamur. Hoy los nuevos millonetis son vulgares. Hughes, entre otras muchas cosas, compró y vendió líneas aéreas y estudios de cine, diseñó en persona un sujetador para Jane Russell y contribuyó a introducir esa institución cultural que es la película proyectada durante un vuelo. No sé, admiro un poco a Hughes, sobre todo por la naturalidad con que cerró la puerta al mundo. Recostado en un sofá con las persianas bajadas, tomando pastillas preocupado por alguna dieta de moda mientras veía “Estación Polar Zebra”, de John Sturges por enésima vez. En esto me recuerda mucho a la vida de hoy. Bien puede ser que Hughes haya estado mucho más en contacto con la realidad de lo que se supone. Un periodista le preguntó al abogado de Hughes cuando murió éste que cuánto había dejado. Y el abogado le respondió: “Lo ha dejado todo”.
¡Un fuerte abrazo!
que excentricidad y que aburrido era este señor!!!!
ResponderEliminarademás teniendo toda la plata no? no tenía necesidades.... saludos master...
Mr. Borgo, muy bueno el relato, me hizo acordar a un capitulo de: The Twilight Zone en el que un señor iba a un casino a jugar a las tragaperras y al final la tragaperras iba a por él; terrible cuando el verano es un bochorno, aqui en Argentina tenemos desde siempre veranos durisimos, hace unos años atras, un 24 de diciembre, las temperaturas llegaron a 50 graditos y de madrugada llego la tan ansiada tormenta; Hughes fue todo un personaje. Saludos.
ResponderEliminarHola Miquel
ResponderEliminarTeniendo en cuenta que acaba de "pasar pantalla" y que fue uno de los que rechazó el Solo papel, el bar debería ser el "Bar Reynols".
La sustancia sería Carbonita; la entrevistadora ES Cabronita.
Un saludo, Manu3l.
El relato de Ron Howard... jajajaja...
ResponderEliminarY el resto de la entrada, Miquel. Genial. Eres taaaan creativo, tan divertido y, a un tiempo, tan didáctico. Me chiflas.
Feliz fin de semana, Borgo. Muchos besos.
Jajaaa cuántas sonrisas me ha arrancado esta entrada de hoy, por los chistes, por lo verosímil del turista (te creo que debía ser así, que no lo has exagerado demasiado), y porque uno siempre aprende con tus entradas.
ResponderEliminarEl ultimo chiste es el elegido de esta entrega, wue buena manera de cerrar un post. Me recuerda un amigo que sabe que va a pedi el plato del dia pero igual, po las dudas, quiere leer el menu
Abrazo!
Hola, Ricard! Bueno, sus fábricas tienen algo after-punk, sobre todo de noche, y esa Plaça del peix tiene un punto lovecraftiano con su lonja decorada con figuras de peces, como Innsmouth...
ResponderEliminar¿C´mo se lo harán los chinos para forrarse con esas maquinitas? Algún plan diseñado por Fu Manchú, supongo.
Saludos!
Borgo.
¿Qué tal, León? Me alegra verte de nuevo por aquí. No, no te hs perdido ningún chiste y la película no me pareció tan nefasta. Al menos es entretenida y no se puede decir lo mismo de toda la saga.
ResponderEliminarEl helado de pistacho es mi preferido, y el de pitufo... ¿Está hecho realmente de pitufo?
Saludos!
Borgo.
Hola, Abril! Yo creo que están exprimiendo demasiado esta saga, no me extrañaría que dedicaran un Spin-Off al denostado Jar Jar Binks que parece un Goofy de pesadilla. Ese sí que merece ser criogenizado en carbonita.
ResponderEliminarHughes adoraba los guisantes, y Bette Davis decía por ahí que le "curó" un problema de disfunción erectil.
Muchas gracias y saludos!
Borgo.
Hola, Melmoth! Nada que ver con esas dos inolvidables partidas de póker cinematográficas, aunque en "El rey del juego" chirría bastante esa escena romántica metida con calzador que no aparece en la novela de Richard Jessup (te la recomiendo) y que rompe el efecto claustrofóbico de esa partida envuelta en humo. Lástima que Peckinpah no pudo dirigirla como estaba previsto.
ResponderEliminarLo de Star Wars es como si Peter Jackson dedicara una película a cada uno de los Hobbits.
Nadie como tú describe ese Mataro punkero-industrial. Y el Hombre Bala... claro que lo recuerdo sirviendo vermuts. Lo de los guisantes gigantes sería el sueño de Howard Hughes. ¿Y la plaça del peix, con su lonja decorada con peces de piedra? Debería llamarse Innsmouth Square. Yo creo que las tríadas chinas entrenan a algunos compatriotas para financiarse y de paso hundir la economía occidental.
Abrazos!
Borgo.
Hola de nuevo, Melmoth! Anda, pues no me había fijado en lo de los puntos suspensivos.
ResponderEliminarPor aquí hemos pasado días asfixiantes con tormentas y tempestades secas de noche, el cielo nocturno era como una portada de Stephen King. Lo mejor del verano para mí es acomodarse en una terraza y esbozar apuntes de la gente que pasa, era en el barrio del Born y es logico que dibuje guiris.
Cuando estrenaron "El forastero" le comunicaron que la crítica la dejaba fatal y Hughes dijo: "La enlataremos, diremos que la censura retiró la película y luego la volvemos a estrenar diciendo que al final aceptaron resestrenarla." ¡Las colas que se formaban para ver el escote de la Russell! Una idea que no se le había ocurrido a ningún productor.
¡Abrazos, amigo!
Borgo.
Hola, JLO! Una mente brillante, adicto a los guisantes y con verminofobia y misofobia (aversión patológica hacia los gérmenes y la suciedad) No me extraña que tuviera un empleado que sólo se ocupaba de cazar las moscas que se colaban en su habitación.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Hola, Mr.Belknap! No vi ese episodio pero leí que está basado en un relato del genial Richard Matheson. Parece que en el Hemisferio Sur también se nota wl calentamiento global (claro, si no no se llamaría global) Me han dicho que este invierno está siendo muy frío. Por aquí hemos pasado dos meses con noches a 30º y tormentas casi a diario.
ResponderEliminarHughes, el realizador de "Ángeles del infierno" que filmó a bordo de un avión. Millonario y genial, quizá demasiado para soportarlo un ser humano.
Saludos!
Borgo.
¿Qué tal, Clementine? Muchas gracias, me alegra de verdad saber que te han divertido mis chorradillas. Hoy veré "El forastero" un western bastante marciano, con el protagonista que cabalga un caballo rosa o eso dicen pues está rodado en blanco y negro. Y luego a cenar un bistec poco hecho con guisantes.
ResponderEliminarMuchos besos y feliz finde!
Borgo.
¡Ostras, Manu, me había saltado tu entrada! Se nota que a esta ahora estoy debilitado por el hambre. Bueno, un bistec y unos buenos guisantes lo arreglarán. En mi barrio hay un bar parecido al de la serie con tapas de dudosa frescura y un dueño con bigote bastante impetuoso (el dueño, no el bigote). No sabía que a Reynolds le habían ofrecido el papel de Hans Solo, sé que se lo habían ofrecido a Al Pacino, nada menos.
ResponderEliminarPues sí, mira que fustigar de esa manera a la pobre gente que busca trabajo... una sádica.
Saludos, Manú!
Borgo.
Ese chino tenía la suerte de cara, los hay que nacen para ganar y ellos son el prototipo de ganadores hasta en las tragaperras .Ese tipo de bares con esa máquina de discos es muy de la época y hace tiempo que no veo ninguna y la verdad no se porque desaparecieron, siempre es mejor escoger tu la música que no tener que aguantar la típica música de ambiente que a veces rechina los oídos.
ResponderEliminarLa viñeta del friki es muy buena, ese tipo de respuesta nadie se la espera jajaja.
Ese señor era un aburrido a la hora de comer, no se como sería en resto del día , los hay que lo tienen todo y no saben disfrutarlo.
Hay que reconocer que es un plato muy socorrido para la cena, por lo fácil y rápido, pero sin abusar ....
Besos Miquel.
Puri
¿Qué tal, Frodo? Me encanta que me digan eso, que una de mis entradas ha conseguido provocar alguna sonrisa. Creo que el turista tenía un aspecto aún más embrutecido, la verdad, el helado me quedó más realista.
ResponderEliminarMi papá tenía otro sistema cuando íbamos a comer fuera pues la comida le entraba por la vista. Nunca pedía la carta, miraba los platos de las mesas de alrededor y cuando veía alguno con buena pinta decía "Ese de ahí".
Abrazos!
Borgo.
Hola, Dulcinea! Recuerdo aquellos tiempos en que tomabas el café matutino oyendo el tema de "El tercer hombre" que soltaba la máquina tragaperras, "El bandido manco" como las llaman en USA, supongo que por su palanca y porque te saca los cuartos. También echo de menos aquellas máquinas de discos, Motorola las llamaban por ser la marca más frecuente.
ResponderEliminarParece que Hughes no quería perder el tiempo con otras cosas que no fueran la aviación y las mujeres, sus dos grandes pasiones, incluso tenía un armario con cien trajes idénticos para no pensar qué ponerse por las mañanas. Sus manías eran sorprendentes, compró una cadena de televisión a la cual llamaba pidiendo que repitieran una película cuando se quedaba dormido.
Besos, Puri.
Borgo.
Muy genial lo que escribes, pero, jajaja, sigo eligiendo a Jennifer Aniston como la princesa, actualmente se mantiene más bella que antes.
ResponderEliminar¡Hola, Boris y muy bienvenido a Borgo! Sí, ya he visto a Aniston en el papel de dentista ninfómana en "Como acabar con tu jefe" y no se conserva nada mal, aunque yo preferiría a Sandra Bullock para el papel y eso que ya es mayorcita.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Genial! Tenés
ResponderEliminarla intelectualidad
de la
genialidad.
Me encantó
la receta
Bueno el relato.
ResponderEliminarA los listillos apetece darles un Corte.
Si te va bien con una cena, ¿para qué cambiar?
Saludos.
¿Qué tal, RECOMENZAR?
ResponderEliminarBueno, hago lo que puedo y me alegra mucho saber que te ha gustado aunque yo de genio nada, sólo busco entretener.
Buen plato y quizá la receta más sencilla que he publicado, EL "Plato Hughes".
Besos!
Borgo.
Hola, Macondo! Me temo que Howard tendrá que hacer muchas películas (con lo flojas que son) para costearse su adicción a las tragaperras.
ResponderEliminarHay que reconocer que no tenía dudas con el menú. Tuve una novia que tardaba la tira en decidirse al leer la carta y yo le decía: "Consúltalo con la almohada".
Saludos!
Borgo.
Lo de la estética Neo-After-Pun me ha matado jaja, el ruido de las tragaperras es lo adictivo creo que más que las lucecitas parpadeantes. Muy guays las ilustraciones. ¡¡Que menú!!, yo no aguantaría 37 años cenando invariablemente lo mismo.
ResponderEliminarSaludos ✌️
Hola, Ana! Dar un paseo nocturno por las fábricas y naves industriales de Mataró te envuelve en un ambiente after-punk que ya sólo le falta la banda sonora de Gabinete Caligari.
ResponderEliminarLas tragaperras con sus lucecitas de colores, música pegadiza, jugadores con la mirada perdida y de vez en cuando el ruido metálico de la cascada de monedas...
Yo tampoco cenaría lo mismo, y menos con el bistec muy hecho como lo tomaba Hughes. Me he tomado la licencia de hacérmelo poco hecho.
Saludos y buen finde!
Borgo.
¡Hola, Miquel!
ResponderEliminarEstoy de vuelta.... Gran entrada cómo todas las que haces.
Besicos!
Hola, Éowyn! Y yo muy contento de verte por aquí.
ResponderEliminarBienvenida de nuevo y muchas gracias, siento no haber presentado un plato algo más elaborado.
Muchos besicos!
Borgo.
Yo también llevo varios años cenando lo mismo, una ensalada y dos yogures. Pero si tuviera servicio, como Howard Hughes seguramente variaría un poco, aunque sólo fuera para poner a prueba a los empleados ;P
ResponderEliminarSaludos
Lo que más me ha gustado son los apuntes de verano.
ResponderEliminarAy no sé... siempre bistec y guisantes... como que yo no.
Saludos.
¿Qué tal, Doctora? La verdad es que debe ser una gozada tener servicio y que te pasen el menú para la cena todos los días. Hay que reconocer que Hughes no daba mucho la lata al servicio, esa cena no es de las más complicadas. Gandhi cenaba siempre una fruta que hubiera caido sola del árbol, o sea por "muerte natural de frura".
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Hola, Nury! Me encanta tu nuevo avatar.
ResponderEliminarEs muy divertido sentarse en una terraza veraniega y sacar apuntes de la gente que uno ve pasar. No está tan mal un bistec con guisantes... de vez en cuando, y poco hecho, no como Hughes que se lo comía casi quemado.
Saludos!
Borgo.
El primer encuentro de los robots se da en Episodio 1 La amenaza fantasma. Donde C3P0 es el robot armado por Anakin Skywalker. Se muestra avergonzado ante R2D2, por no estar terminado. Y le parece que el personaje que todos odian, es extraño.
ResponderEliminarSi ese director planeaba hacer una película con otro origen, para robarle dinero a los fans, se merece haber perdido ese dinero. Y que alguien se lo haya llevado.
Deberían cambiar la pregunta, porque la respuesta no sólo es conocida por los frikies.
Buena entrada.
Saludos.
¿Qué tal, Demiurgo? Sí, y no lo entiendo porque R2D2 es un robot, mientras que C3PO es un androide, por lo que se supone que está más perfeccionado. Es el perfecto guía turístico por su dominio de los idiomas y las formas de vida. Qué triste lo de la saga de Star Wars que ahora se limita a ir rizando el rizo.
ResponderEliminarBueno, a mí me llamaron friki por saber el nombre de esos dos robots, claro que eso fue en una reunión de trekkies.
Gracias y saludos, Demiurgo!
Borgo.
Muy bueno relato y las ilustraciones me encantan.
ResponderEliminarMira que siempre están genial tus entradas tan variadas.
¿Sabes que los guisantes no me gustan? prefiero patatas fritas con el bistec jajajaja.
Un placer leerte, había visto otra entrada nueva pero ahora no me aparece.
Un beso enorme.
¿Qué tal, María? Me alegra verte de nuevo por Borgo. Me alegra mucho que te haya gustado la entrada, no es un poti-poti pero casi.
ResponderEliminarLas patatas fritas son la perfecta compañía del bistec, aunque va bien variar. A mí me gusta escaldar los guisantes con agua hirviendo muy poco rato y así notar como ¡paf! explotan en la boca. Es el caviar de los pobres ¡já, já! Lo decía en una de sus novelas Sherlock Holmes que también era algo rarillo, como el bueno de Hughes.
Muchos besos!
Borgo.
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