-¡Mi marido! –exclama ella-. Métete en el armario.
Justo al ponerme los calzoncillos me dice:
“¡Escapa por la ventana mientras él está en el cuarto de baño!”
Eso me gusta más que lo del armario –detesto los tópicos-
pero cambio de opinión cuando me siento en el alféizar con las piernas hacia
fuera. Es un quinto piso, y yo estoy en calzoncillos cara al vacío.
Una multitud se aglomera allá abajo. Miran hacia arriba y me
señalan. Sale del edificio una señora con una escoba (supongo que la portera) y
me mira lasciva. “Bonitos gayumbos” dice relamiéndose. Suena una sirena y
aparecen los bomberos.
-¡No se tire!
¡Tranquilo, la vida es bella! –me dicen por un altavoz.
Alzan una escalera y un bombero empieza a subir, oigo una
voz a mis espaldas, desde el piso:
-¿Un hombre en la ventana? ¡Imposible!
Es el marido que comprueba que sí, es posible. Saca una
pistola y apunta a su mujer.
-¡Te voy a matar!
-No, cielito. Mátalo a él – ella me señala con el dedo.
-Vale, cariñito- dice él apuntándome.
-¡Calzonazos! –grito. Dispara, pero el bombero se interpone
y muere en acto de servicio.
Abajo reina una gran excitación. Acuden centelleantes coches
de policía. La portera me señala con la escoba:
-¡Ha sido ese, agentes! El sátiro con boxers imitación
Calvin Klein de rayas verdes y blancas talla M.
¡Vaya ojo clínico el de la portera! Aprovecho que el marido
forcejea con la pistola que se ha quedado encasquillada para ascender por los
salientes hacia el piso de arriba. Me agarro a un canalón de desagüe, me
balanceo, y salto con los pies por delante. Aterrizo sobre un lecho conyugal.
Entre el marido y la mujer. Él se vuelve y pregunta medio dormido:
-¿Qué ha sido eso?
-Un hombre –responde ella.
-¡Ah! –resopla él y vuelve a dormirse.
-Es mi marido –suspira ella-. Nunca nos hemos comprendido, y
no creas que lo he intentado…
-Me encantaría escuchar tu historia pero estoy en una
situación complicada. ¿Podrías conseguirme algo de ropa? –le imploro.
Ella accede: “Llévate un chándal de mi marido”, dice
abriendo un armario. Pero el marido, sin abrir los ojos, levanta un brazo y
advierte: “El gris, no. Lo llevo para correr los domingos.”
Me pongo uno azul. Cuando me abrocho los cordones de las zapatillas
vuelve a sonar un altavoz pero en un tono más amenazante:
-¡Sátiro! ¡Sabemos que aún está en la casa y viste
calzoncillos a rayas verdes y blancas! No tiene escapatoria.
Me asomo a la ventana. Veo muchos coches de policía que
iluminan la fachada con reflectores.
-¡Entréguese! – el altavoz se oye de nuevo-. De lo contrario
usaremos gases. Contaremos hasta diez.
Uno…
Decido bajar y entregarme, pero cuando llego al portal me
quedo pasmado.
Veo salir a la calle con las manos en alto uno, dos tres,
cuatro y hasta ocho hombres, todos vistiendo únicamente boxers a rayas
verdes y blancas.
-Esto sí que es tener potra-. Me digo al esfumarme por una
calle lateral.
FIN
¿APETECE UNA TAPITA DE SALTAMONTES?
Ya venden insectos en los mercados de Barcelona. Me decidí por unos saltamontes tostados. Tienen un sabor a... eso, a tostado. Están mucho mejor con salsa picante.
Cuando llega el buen tiempo me siento en una terraza con mi libreta de dibujo para sacar apuntes como el que le hice a este turista. Hoy prepararé una receta muy de temporada:
POLLO CON SANGRÍA
En un bol mezclamos vino tinto con trozos de naranja, manzana, melocotón (durazno, para mis amigos del otro lado del charco) y 1/2 limón. Añadir una pizca de canela. Ponemos los trozos de pollo en esta mezcla dejándolo macerar un par de horas como mínimo.
Secar las piezas de pollo con papel de cocina y freir en una cazuela con aceite bien caliente. Cuando estén bien doradas, sazonar con sal y pimienta.
Añadir a la cazuela las frutas y el vino. Tapar y dejarlo cocer con el fuego al mínimo unos 45m.
¿Y con qué bebida lo acompañamos? pues con una buena jarra de sangría bien fresca ¡naturalmente!
Me tenías que haber avisado de lo de la tapita... 😬
ResponderEliminarEl relato es genial, genial, al estilo Tono, Mihura, Jardiel y compañía.
Muchos besos, Borgo, y muy feliz semana.
lo del marido del chandal gris no tiene precio. Muy bueno!!
ResponderEliminarSaludos.
Hola Miquel
ResponderEliminarNo te puedes quejar; el marido "encasquillao", el bombero "apagabalas", el marido "del chandal gris"... ¡Y te toca ser uno de los nueve "der beti(del Betis)"! Seguro que tienes enchufe con el que hace el reparto (y con la portera).
Un saludo, Manu3l.
Por el titulo me imaginé algo de humor, con personajes desquiciados. Y resultó ser algo así, pero con mas intensidad. Con esa portera con una memoria muy precisa y ese matrimonio, con un hombre queriendo dormir.
ResponderEliminarBien contado
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarUno de tus mejores relatos, amigo Miquel, además de los más divertidos y delirantes. La penuria del amante y el armario; el amante y debajo de la cama, adoptando de perchero de pie, detrás de la puerta, detrás de las cortinas de la ducha, dentro del microondas… ¡y el alféizar o la cornisa! Después de unos buenos polvos no viene el cigarrillo, sino todos estos inconvenientes. James Bond le decía a una mujer casada, después de montarla unas cuantas veces, que le gustaban las mujeres casadas porque todo era más fácil. Claro, él tenía recursos para escabullirse, no te jode. A mí siempre me ha hecho mucha gracia cuando el marido pilla “in fraganti” a los tunantes sudorosos. El follador de turno se tapa sus partes con las manos ajuntando las rodillas de manera ridícula y dice: “Esto no es lo que parece”. ¿Qué coño quiere decir con eso? Recuerdo a Cary Grand en “Con la muerte en los talones” cuanto intenta huir de sus asesinos y se introduce por una ventana donde hay una tía que está durmiendo. Ella se despierta y ve en su habitación, no al pringado del personaje, sino ¡al mismísimo Cary Grand! y ella le dice suspirando que se quede. Un guiño genial por parte de Hitch. También recuerdo esa maravilla de cuento de Stephen King titulado “La cornisa”, o el cuento de Slawomir Mrozek “La rutina”; una cínica historia de un bombero amargado de la vida. Está subido en lo alto de la escalera del camión para rescatar a un tío que se quiere lanzar al vacío. Asistimos a un monólogo interior donde el bombero le da igual si ese tío salta o no. Es más, según él, es mejor que salte.
ResponderEliminarMe encantan estos dibujos. Ahora que estamos en el año Manuel de Pedrolo, te puede decir que me gustan más los cuentos de Pere Calders, mucho más olvidado que el primero. Esa portada de Sunday in Brooklyn de Capote, no sé si se refiere al cuento Brooklyn (1956), o Una casa en Brooklyn Heights (1959), ambos publicados en la colección de cuentos “Los perros ladran”. Genial, siempre Capote. De manera muy personal, me encanta tu dibujo de “Smoke Ghost”, del gran Fritz Leiber; admiro muchísimo a este escritor. Tengo ese libro de relatos publicado en la colección “Súper Terror” de Martínez Roca titulado “Espectros de la noche”, pero con una portada mucho menos sugerente.
Respecto a los saltamontes ya sabes lo que opino. Tengo que enviarte la segunda parte de ese cuento inspirado en ese simpático insecto.
Ese turista es genial. El detalle del ancla estampada en el pecho, más el pantalón corto de pinza y el añadido del bigote, hace que retrocedamos a la Barcelona de los setenta, que ya tanteaba ese tipo de turismo que tenemos ahora, más bien, vergonzoso. En el Museo de Autómatas del Tibidabo hay un guiry de los años sesenta introducido en una urna. Tocas el botón verde y mueve graciosamente las caderas con su camisa hawaiana, pantalón corto de pinza, gordo de mejillas sonrosadas, cámara colgada al cuello y sandalias con calcetines blancos. Cada vez que voy allí no paro de accionar el botón y me pongo a reír como un puto crío. Luego me llaman la atención, claro.
Me gusta mucho la sangría hecha en casa. En los bares ponen todas las sobras, incluido la orina del lavabo y el líquido amarronado del recipiente del cepillo. Te sube rápido a la cabeza y te pones a cantar alegremente y lleno de buena nostalgia los entrañables éxitos del verano de Luis Aguilé.
¡Abrazos!
¿Qué tal, Clementine? No creo que repita con esa tapita. Los saltamontes me decepcionaron, estaban bastante sosos. Mejor el pollo a la sangría, te lo recomiendo.
ResponderEliminarMuchos besos, Clementine y que tengas una muy feliz semana.
Borgo.
Hola, Ethan! Muchas gracias. Creo que ese personaje lo habría interpretado muy bien Ángel de Andrés López, o ya en plan Hollywood Eugene Pallette.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Hola, Manu! Sin duda era el día de suerte del protagonista. Pues es verdad, el Betis, rayas verdes y blancas... no había caído y eso que es un equipo que me resulta simpático.
ResponderEliminarSaludos y hasta la próxima!
Borgo.
¿Qué tal, Demiurgo? Eso del sátiro suena a folletín del siglo pasado y sí, hay bastante personaje desquiciado como el del marido que mata al que no debe. Hay que reconocer que el marido durmiente se lo toma todo con mucha calma. He conseguido una recopilación de viñetas de Oski, a ver si se me pega un poco de su humor delirante.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Hola, Melmoth! Este relato es de los que llamo "Cuentos Frankenstein", cogiendo ideas de aquí y allá. Bond y el inspector Gadget seguro que no tendrían problemas en escabullirse por la ventana o desde cualquier sitio evitando el tópico del armario con lo oscuro e incómodo que se debe estar ahí dentro. Recuerdo esa escena de "Con la muerte en los talones" pero si en lugar de Grant llega a ser Charles Laughton el que se cuela en su habitación seguro que la chica no reacciona de la misma manera. Me encanta Mrozek y buscaré ese relato de Stephen King.
ResponderEliminarNo he podido hacer dibujos para el relato por falta de tiempo. Calders me gusta mucho y ese libro de Capote es una recopilación de artículos y cuentos suyos, no sé más. Yo también tengo esa edición de Martinez Roca del gran Leiber. Tiene un cuento magnífico: "Los sueños de Albert Moreland".
Espero impaciente ese cuento tuyo, y la sangría es una de esas cosas que como en casa en ningún sitio. Ya me he bebido brebajes infumables en algunos locales de la costa. Yo suelo ponerle un toque de licor de melocotón, cada uno tiene su ingrediente particular en la sangría y las paellas.
Abrazos!
Borgo.
Un relato divertido y original pese a lo tópico del punto de partida.
ResponderEliminarSiempre hay que confiar en la suerte.
Saludos.
Hola, Ricard! Sí, empezar una narración con: "¡Mi marido! Escóndete en el armario" es tan poco original como "Era una noche fría y tenebrosa" para el inicio de un cuento de terror.
ResponderEliminarYo por si acaso ya me he comprado una pata de conejo en un bazar chino que parecía la tiende de Gremlins.
Saludos!
Borgo.
Muy buen relato!
ResponderEliminarEl final me recordó a una anécdota que contaba un escritor (creo, no recuerdo su nombre). Decía que un día envió una carta a todos sus amigos en la que sólo decía "Se ha descubierto la verdad. Lo saben todo". Contaba que al día siguiente todos sus amigos habían huido de la ciudad ;P
Saludos :)
Que relato!, como se te ocurren estas historias?. Al final del texto tendrías qe advertir al lector, "toda similitud con la realidad es pura coincidencia".
ResponderEliminarComo se te ocurre comer grillos?, con la variedad de manjares que hay ???????
Buen provecho!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola, Doctora! Me suena esa anécdota, no estoy seguro pero creo que el autor de esa carta fue el escritor G.K. Chesterton -el autor de el Padre Brown- que tenía fama de muy bromista.
ResponderEliminarEso de "Lo saben todo" suena casi tan inquietante como cuando tu pareja o tu jefe en el trabajo te sueltan aquello de "Tenemos que hablar".
Gracias y saludos!
Borgo.
Hola, Karin! Pues ese relato ha sido como un puzzle, he reunido varios microrrelatos que tenía en mente y me ha salido lo del sátiro.
ResponderEliminarBueno... hay que probar de todo, pero no creo que repita. Además son el alimento de muchos pájaros y algo han de comer, pobrecitos. La verdad es que los encontré sosos.
Gracias!
Borgo.
Puedo prometer y prometo que yo llevo cosas de esas a rayas.
ResponderEliminarSaludos.
Hola, Macondo! Pues no me extraña, una amiga mía me dice que los encuentra super cómodos. Seguro que más que los tangas, por lo menos.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Jaja cosas de la globalización hasta web la vestimenta, debe ser el modelo más vendido y copiado de boxers. Un relato muy loco.
ResponderEliminarGenial los bocetos y suculenta la receta.
Saludos
¿Qué tal, Ana? Recuerdo cuando muchos compañeros de instituto llevaban boxers de Picachu, supongo que ya no los llevan, queda un poco raro a partir de los cuarenta.
ResponderEliminarMe alegra que te gusten los dibujos aunque no pude hacer ninguno expresamente (son portadas que hice antes) por falta de tiempo, estoy de mudanza.
Una receta veraniega para una primavera (donde vivo al menos) desapacible y lluviosa. En Canarias será otra cosa.
Saludos!
Borgo.
Mr. Borgo, otro relato genial y una huida divertida y espectacular; lo de los bichos paso, es mas interesante lo de la sangria. Saludos.
ResponderEliminar¡Qué buena historia! Muy divertida , y te lleva al ritmo de los acontecimientos. Tuve que buscar qué significaba gayumbos, por un momento temí que podía ser otra cosa.
ResponderEliminar¿Quién de los ocho habrá pagado el pato cayendo preso?
Muy bueno! Felicitaciones!
A los saltamontes no me le animo. No todos los bichos que caminan van a parar a mi asador.
El retrato del turista es genial! Podrías hacer un juego para detectar de qué nacionalidad es: yo opino que belga, ja
Abrazo!!
hOLA, Mr.Belknap! Muchas gracias, una huida que no esperaba el protagonista, suerte que los boxers a rayas estaban muy de moda.
ResponderEliminarLos saltamontes me parecieron de un sabor inefinido a tostado, nada que ver con los chapulines "frescos" y no envasados que comí en México. A la sangría le aporto mi toque personal: un chorrito de ginebra para que no quede muy dulce.
Saludos!
Borgo.
¿Qué tal, Frodo? Me alegra mucho que te divierta, es lo mejor que me pueden decir. Gayumbos es una palabra bastante reciente. Recuerdo que en Argentina algunos les llamaban culotes (influencia francesa, supongo) y me hacía gracia la palabra "bombachita".
ResponderEliminarImagino que para decidir el culpable entre esos ocho en comisaría se lo jugaron al "Ocho loco" un juego con baraja francesa que consiste en desprenderse de las ocho cartas que recibes al inicio del juego.
Pues yo creo que el turista era ruso (hay muchos últimamente en Barcelona) le oí hablar inglés con un mesero con acento de las películas de la guerra fría.
Gracias y abrazos!
Borgo.
Yo de momento mientras en los mercados sigan vendiendo callos o gambas lo de probar saltamontes y tapas en esa linea lo iré posponiendo...ja.ja...
ResponderEliminarestoy de acuerdo contigo en que a veces las sangrias que sirven en algunos restaurantes son francamente olvidables, tambien en algunos he encontrado sangrias de vino o cava bien preparadas, pero en el primer caso cuando sirven brebajes infumables por los que ademas no se cortan de pedir quince euros o mas, pues mas les valdría echar a la jarra directamente "Sangria Don Simon" , añadir cuatro trozos de frutas y santas pascuas, por que al menos así aun sería bebible.
Saludos!
El amante escalador... una actividad de riesgo. Escalador o fugitivo...parece que en esa casa lo practican en equipo..jajaja XD
ResponderEliminarLo de los bichos ..aggg...no puedo ni verlo.
Mejor tus recetas convencionales. Y la sangria ideal para el verano. Te ha salido un turista muy redondo ;)
Saludos, Miquel
Hola, Folk!
ResponderEliminarQuería probarlos pero con una vez ya tuve bastante. Además, el precio de una bolsa de saltamontes es el mismo de un cuarto de gambas, y prefiero unos callos con garbanzos.
En los sitios turísticos sirven algunas sangrías que son imbebibles, infumables. En Benidorm me sirvieron una jarra que tenía unos extraños polvitos flotando en la superficie, y las de las Ramblas deben ser brebajes inmundos. Yo con la sangría pienso que como la de casa, en ningún sitio.
Saludos!
Borgo.
Hola, Abril! Si hay que elegir entre esconderse en el armario o quedarse colgado en la ventana creo que prefiero la segunda opción, tengo mucha claustrofobia. Los boxers a rayas unidos no serán vencidos.
ResponderEliminarA mí me han defraudado, mi próxima visita al mercado será para comprar algo más nutritivo como una espaldita de cordero o una lubina para el horno.
La única sangría que tomo fuera de casa es en un bar donde le añaden licor de melocotón de ese sin alcohol, le da un toque bueno, es el mismo sitio con terraza donde hago bocetos de la gente que pasa por el Born, una zona muy turística de Barcelona.
Saludos y feliz semana!
Borgo.
Que placer leerte!!! Una receta fuera de serie
ResponderEliminarunos dibujos que inspiran al alma...
una entonación que me da calma
Cuando te leo
me sonrío....
y mientras mis ojos recorren tu camino
y la luz del sol casi está asomando
por la ventana de mi loft
casi escapando para llegar a tus brazos de mañana....
y mientras sigo masticando tu receta
que me ha gustado tanto
me voy pero volveré mañana a tomarme el vino con frutas por la mañana
que placer!!!!
Mil besos
Blogger RECOMENZAR dijo...
ResponderEliminarElla se había dejado el pelo rojo, de un rojo cobrizo, labial intenso en la boca y en su cuerpo deseo. Las pestañas largas llenas de encanto y una boquilla negra con humo a tabaco...
Lo esperaba siempre mientras él cocinaba
le gustaba todo lo que él preparaba...
El aroma intenso que había en la cocina la ponía roja de alma mientras el comía.....
16 de mayo de 2018, 17:19
Blogger miquel zueras dijo...
¡Me encanta, MuCha!!! Un excelento texto para acompañar el dibujo.
Gracias y muchos besos!
Miquel.
17 de mayo de 2018, 10:34
Blogger RECOMENZAR dijo...
Feliz domingo
portate bien
20 de mayo de 2018, 21:57
Blogger miquel zueras dijo...
Feliz domingo, MuCha! Sí, seré un Johnny B. Good, que mañana es mi cumpleaños.
Besos!
Miquel.
Mil gracias por hacerme sonreír
Mucha
Original, divertido y excelente relato.
ResponderEliminarUn aplauso para tí.
Y un abrazo. Felices días.
Hola, MuCha! Cualquier momento es bueno para saborear una copa de sangría, bien fría y con sus frutas.
ResponderEliminarMe encantó el texto con el que acompañaste el dibujo de la chica de rojo. Lo del aroma intenso de la cocina es muy sugerente. Cocinar para alguien es una verdadera muestra de amor.
Gracias a ti por pasarte por aquí, se te echaba de menos. Besos!
Borgo.
Hola, RECOMENZAR!
ResponderEliminarMe alegra mucho que te guste.
También te deseo muy felices días ahora que se empieza a notar el verano.
Abrazos!
Borgo.
Genial relato. Hay partes en que me parecía ver a Tom Cruise en Misión Imposible, ja,ja. No creo que pruebe esos saltamontes. Tiene mejor pinta tu receta.
ResponderEliminarHola, Nury! Seguro que Tom Cruise ganaría muchos puntos si rodara esta escena con boxers a rayas. No te pierdes nada con esos saltamontes, hay que ir a México para comer unos buenos "chapulines" como les llaman allá, y con salsa picante.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.