También recuerdo vagamente el Palacio de la risa, un delirante laberinto luminoso con espejos deformantes y la Autovía, otro recorrido en carromato con maquetas de ciudades y el mismísimo Al Capone reproducido en cera empuñando una metralleta. Además el local tenía sus millones, futbolines, billares, máquinas con autómatas que predecían el futuro...
Llegó la decadencia y las Atracciones Apolo se convirtieron en un lugar poco recomendable frecuentado por adultos en busca de carne fresca. En los ochenta cerró definitivamente. Empezaba la Barcelona global con Starbucks en lugar de Palacios de la risa.
EL PALACIO DE LAS EJECUCIONES
Se llamaba Nicomedes Méndez (1848-1912) de profesión verdugo y en 1910 tuvo la idea de montar el local de atracciones más bizarro del país. Se tenía que llamar El palacio de las ejecuciones, Méndez pretendía instalar en el Paralelo barcelonés (muy cerca de las Atracciones Apolo) un patíbulo con un garrote vil y un maniquí de cera. Méndez haría una demostración práctica de sus habilidades y por el módico precio de 20 céntimos los más morbosillos se sentarían en el garrote mientras el jubilado verdugo enroscaba prudentemente el collar de hierro sin causar daños al respetable. El Ayuntamiento no le concedió el permiso.
pues es una uténtica pena que desapareciera la sala de atracciones Apolo, creo que hoy podría ser un lugar de culto para barceloneses y visitantes. Por lo menos tuviste la suerte de llegar a conocerla
ResponderEliminarpor cierto que he disfrutado los dos vídeos, y también las dos historias, la de las salas Apolo (que no conocía, y mira que he pasado años en Barna) y la grotesca idea de Don Nicomedes, que vamos no me extraña en absoluto que le negaran el permiso en su momento
besos,
Todo esto me ha hecho recordar las ferias de los años 70, que aún conservaban cierto espíritu inspirado en "Freaks" de Tod Browning, aunque algo más suave, con aquellos espectáculos de "La mujer araña", "El monstruo de Guatemala", "La mujer serpiente" y otras atracciones de barraca típicas de la época.
ResponderEliminarHola, Maslama. Era uno de esos lugares mágicos que desaparecieron como la Avenida de la luz, con su cine y sus tiendas fantasmagóricas. No es extraño que no conocieras esas atracciones pues las derribaron hace mucho, lo que no sería tan raro es que a Nicomedes le hubieran concedido ahora el permiso pues con tal de atraer turistas el Ayuntamiento hace lo que sea. Besos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Cahiers. Pues según me contó mi abuelo en esas atracciones hubo en los años 30 un espectáculo de freaks con un sólo fenómeno: el andaluz y escamoso hombre lagarto que al parecer lo más asombroso era su aguante con la cazalla pues solía ir a un bar que frecuentaba mi abuelo. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarQuin gran lloc les Atracciones Apolo!
ResponderEliminarSi vols veure més filamcions, fes un cop d'ull al meu apunt: http://enarchenhologos.blogspot.com/2012/11/el-fugitivo-de-amberes-atraccions-apolo.html
Fliparàs!
El Palacio de las ejecuciones no es va tirar endavant, però sí un espectacle amb gillotina. A veure si trobo una foto i t'ho ensenyo.
Bon any, Miquel i companyia.
Hola Borgo! Desde luego es una lástima que esos sitios en los que lo pasamos tan bien hayan desaparecido, para dar paso a nada o lo que es peor a locales de "dudosa moral". Aquí había un cine de verano grandioso, que también se utilizaba como sala de fiestas y espectáculos debido a sus dimensiones. Recuerdo esas sesiones nocturnas a las que acudíamos mis hermanos y yo, y era todo tan mágico, y tan inocente, y eso que yo andaba ya por los 14 ó 15 años jajaja.En fin..eso que dicen de que cualquier tiempo pasado fue peor, no lo comparto en absoluto. Ese tal Nicomedes quiso sacarle tajada a ese oficio tan repugnante y le salió el tiro por la culata. ¡Menos mal!Un beso
ResponderEliminarHola, Enric. Molt agrait per el teu apunt que ara el veuré. Tinc entés que "El fugitivo de Amberes" és una pelicula de "lladres i serenos" amb el gran Howard Vernon. M´interessa molt això de la guillotina, quin espectacle! Salut i molt bon any. Borgo.
ResponderEliminarEl Ayuntamiento se equivocó. Hubiera sido un filón. He visto "Apartado de correos 1001" y recuerdo perfectamente esta escena. Eso sí, me quedo con "La dama de Shangai" o el final de "Misterioso asesinato en Manhattan", creo que es en la que Allen homenajea a Welles con un final parecido. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Hola, SqS! Cómo echo de menos aquellos cines de verano al aire libre. En el de mi pueblo, L´Escala, se posó sobre la pantalla un murciélago una noche que ponían una película de Drácula, parecía hecho expresamente. La magia y la inocencia ayudan mucho a que estos recuerdos sean entrañables. Besos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Marcos. Te habría encantado las Atracciones Apolo, quizás le hubieras dedicado uno de tus poemas. "Apartado..." es una de las excelentes películas negras que se hicieron por esa época como "El fugitivo de Amberes" y "Los atracadores".
ResponderEliminarSí, en "Misterioso asesinato en Manhattan" es un claro homenaje a "La dama de Shangai" y "La ventana indiscreta". Es una de mis películas preferidas de Allen aunque sea de las consideradas menores. Abrazos. Borgo.
no me extraña que no le dieran el permiso al Mendez este, porque igual más de uno le paga para que ejecute a otro. Nunca deja de sorprenderme el pasado de Barcelona. Es como, porque se llamaba barrio chino al raval? como Chinatown vivian chinos en él? es un misterio que estoy investigando...
ResponderEliminarEstaría bien tener en la ciudad un café infernal como el de París. "Apartado...", no la conocía. Apuntada queda.
ResponderEliminarsaludos
Hola, Aris. Pues he leído muchas teorías sobre lo del Chino y la que más se repite es que en los años 20 un periodista americano vino para escribir una guía sobre la "Barcelona canalla" y en esa época estaba de moda llamar Chinatown a los bajos fondos. Puede que la cosa vaya por ahí. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Möbius. Claro que estaría bien, menos cadenas como Starbuck y similares y más locales con personalidad. Te recomiendo esa película junto "El fugitivo de Amberes" y "Los atracadores", tres buenas muestras del cine negro de entonces. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarCuando he visto a orson Welles me he acordado de su otra atracción, la noria del Prater de Viena, a la que subí aterrorizada, no había nadie: no sé si las atracciones de antaño tendrían éxito ahora, habiendo sensaciones extremas en los ports aventura y similares..
ResponderEliminarQué nostalgia, con tu entrada.
¡Qué curiosa entrada Miquel !Las ferias de atracciones se han prestado siempre a inventar historias de persecuciones donde el criminal se escabullia entre la gente, como en Extraños en un tren y terminaba en el tiovivo que de inofensivo pasaba a ser un trasto mortal.
ResponderEliminarEsas atracciones que mencionas nos parecian mágicas pero la verdad un poco frikis sí eran..;-D
Yo lo que recuerdo es un verano en el Parque de atracciones de Madrid subida en algo así como El Pulpo con un mareo tremendo y sus
consecuencias ..¡ no te digo como puse a la gente de abajo ! agg..todavia me acuerdo del asco y la vergüenza que pasé.(perdón por la anécdota)
La escena de La Dama de Shangai es antológica.
Saludos y feliz año Miquel :-)
Mis atracciones favoritas siempre han ido a mucha velocidad y me han puesto boca abajo.
ResponderEliminarEsta Navidad han colocado al lado de mi casa unos tenderetes de golosinas y buñuelos junto a un tiovivo que no deja de repetir el "Para Elisa" en versión acelerada. La melodía ya la he aborrecido y si tuviera algún arma supongo que ya habría convertido el carrusel en una atracción negra y bizarra... Pero no la tengo y lo único que hago es desear con todas mis fuerzas que lleguen ya los reyes y se vuelvan pronto al puñetero Oriente.
Saludos insomnes
Mi padre me prometió que me algún día me llevaría al Tibidabo donde decía que había un piano que tocaba solo. La idea me producía terror pero a la vez me atraía. Nunca me llevó...
ResponderEliminarFeliz 2013!!!
PD: yo creo que la Ricci estará superencantada con las palabras de Burton. O no...
Hola, Kalamar. Ah, sí, la noria famosa de El tercer hombre: "Mira ahí abajo ¿Sentirías compasión por uno de esos puntitos negros si dejara de moverse?" Qué buena escena. Me temo que esas atracciones ahora sólo tendrían éxito con nostálgicos como nosotros. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarQué nostálgica parece esta entrada.
ResponderEliminarY qué pena que no prosperara la idea del señor Mendéz... ahora que iba a matar de "mentiras" y para disfrute del personal y no pena del ajusticiado. En fin..
Yo tenía una idea mucho más bizarra para un parque de atracciones... Mira, no sé si hacer una entrada con ello (nah; no pegaría con el blog (jaja) )
Un saludo.
El caso de Nicomedes me ha fascinado, sin duda aquélla época era mucho más creativa que la actual. Y curiosa la actitud de las autoridades, que no le dieron el permiso: se deduce que el garrote vil sólo estaba bien visto si era real, pero prohibido si era de ficción... Feliz año nuevo, a ver si seguimos con inspiración para rescatar esta galería fantástica...
ResponderEliminarHola, abril. Sí que los parques de atracciones son un buen escenario cinematográfico. Justo después de "Psicosis" Hitchcock quiso repetir con la pareja protagonista -Stewart y Novak- en una película "Blind Man" con climax en Disneylandia pero Disney consideraba "Psicosis" una película repugnante y no concedió el permiso para rodar allí.
ResponderEliminarEl pulpo también estaba en el parque de Montjuich (Barcelona) y un primo mío repetió esa escena después de zamparse un plato de macarrones, no eres la única.
Saludos y muy feliz año. Borgo.
Hola, Mara. Uf, el "Para Elisa"... creo que prefiero "Creo que me ha dado un paralís" que cantaba Paco Clavel. Lo que te pasa ahora me ocurrió con una feria y el tema "Paquito el chocolatero", desde entonces no lo soporto. Ánimo y saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, CINEXIM. ¿Una pianola en el Tibidabo? No la recuerdo aunque podría ser, estos cacharros son inquietantes, recuerdo la cara de pasmo de Burt Lancaster en "Apache" al ver una funcionando. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, David. Sí, el invierno es buena época para la nostalgia. Por cierto que me encantaría conocer esa idea tuya tan bizarra para un parque de atracciones. Venga, anímate con esa entrada. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Lluís. Parece que lo políticamente correcto empezaba a hacer mella en el ayuntamiento barcelonés de entonces; ahora no veas. Muy feliz año y que no decaiga la inspiración. Borgo.
ResponderEliminarMe hubiera gustado visitar la Sala de atracciones Apolo y montarme en la autogruta, ya no quedan sitios así, la verdad.
ResponderEliminarSobre la anterior entrada decir que Maurice Tillet me ha traído a la cabeza a André el gigante, luchador conocido por su participación en La princesa prometida.
Hola, Sr. Nocivo. A mí me encantaría montarme ahora en uno de esos carromatos, sólo queda algo parecido en el parque de el Tibidabo. Es normal que haya pensado en André, también era francés, padecía acromegalia y era un destacado pugilista. Saludos y feliz año. Borgo.
ResponderEliminarMr. Borgo, interesante anecdota, saludos.
ResponderEliminarMuchos saludos, Belknap. Su blog es cada día más interesante sobre todo cuando habla de la Hammer, mi debilidad. Borgo.
ResponderEliminarCuriosísima e interesante la historia historia que cuentas, Miquel. No me cuesta mucho imaginarlo tal como lo relatas. Parece un capitulo de Carnivale.
ResponderEliminarSaludos
Roy
Hola, Roy. Una comparación muy apropiada la de "Carnivale". Imagino a Nicomedes con un carruaje llevando su garrote y el maniquí por las ferias de pueblo. Qué gran serie por cierto. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarLa verdad no recuerdo aquellas atracciones Apolo, quizás en mis años mozos estarían decayendo. Mis recuerdos son más del Tibidabo y sobre todo siempre me fascinaron aquellos espejos que todo lo distorsionaban.
ResponderEliminarTambién el museo de los autómatas (creo que mas reciente) me llamó siempre la atención.
De haber prosperado el proyecto Nicomedes estoy seguro de que màs de uno hubiese acabado con el cuello dislocado especialmente en estos tiempos en que al jubilado le hubiesen recortado la paga.
Saludos
Hola, Father. El museo de los autómatas es precioso, de mis sitios preferidos del Tibidabo con máquinas como la de la orquesta de jazz o la Monyos.
ResponderEliminarLa verdad es que Nicomedes se adelantó a su tiempo. He leído que en una feria de Estados Unidos había una atracción -ahora clausurada- con una silla eléctrica con voltaje controlada en el que la gente experimentaba la sensación de ser electrocutado. Saludos. Borgo.
No he visto "Apartado de Correos 1001" pero la escena es apoteósica.
ResponderEliminarComo no soy de ciudad, yo sólo conocía el Tibidabo. También había unos carromatos que serpenteaban por túneles decorados con extraños dioramas que representaban (también) el infierno y escenas más bizarras que no sabría describir con exactitud. El momento más emocionante era una salida al exterior en que el carromato quedaba suspendido sobre la ladera, con magníficas vistas sobre Barcelona.
Un abrazo.
Hola, Ricard. Era una escena muy de climax para una época de cine español muy monótono. Supongo que esa atracción que recuerdas es "El tren de la bruja" de el Tibidabo con un carromato que sale al exterior quedando suspendido a bastante altura. Ahora hay incluso actores en sitios como el laboratorio de el Mago. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarFeliz Año, Borgo. Apoteósica la segunda escena, igualita que la primera, vamos... Y menudo elemento el que nos presentas al final de tu entrada, ¿dónde te encuentras a esta gente? Besos, Miquel.
ResponderEliminarHola, Clementine. Me alegra mucho volver a verte por aquí. Qué buena esa escena de "La dama de Shangai", no me canso de verla. Yo creo que lo del Palacio de don Nicomedes ya daría tema para otra película. Parece que ese señor era inventor aficionado y patentó un modelo de garrote mucho más eficaz. Besos. Borgo.
ResponderEliminarHola Borgo,
ResponderEliminarPues tengo pendiente "la dama de shangai", y en cuanto al Apolo como nunca he sido aficionado a futbolines ni "pqrques temáticos" no lo echaré tanto en falta. Sin embargo, si me hubiera gustado echar un par de foticos a tan entrañable sitio.
Sobre lo del otro señor... en fin, menos mal que no le dejaron, que el garote vil lo carga el diablo.
Un abrazo Borgo.
Hola, UTLA. Es que esas atracciones eran muy entrañables con su encanto kitsch de cartón piedra, nada que ver con las anónomas salas actuales. Supongo que los del Ayuntamiento debieron alucinar en colores cuando Nicomedes presentó su propuesta. Ah, te recomiendo "La dama de Sahangai", es una obra menor de Welles pero con muy buenos momentos. Abrazos. Borgo.
ResponderEliminarNo he conocido Barcelona hasta los treintaytantos, pero me hubiero gustado conocer ese parque de atracciones. Ahora son todos iguales, no tienen personalidad propia, y mira que he estado en muchos. En el de Madrid hasta nos han quitado las norias. Hay atracciones que no olvidaré nunca, como La Casa Magnética o El Tren Fantasma... ¡Que tiempos! Snif
ResponderEliminarHola, Alimaña. Aunque las conocí en su decadencia -sin esos bedeles que ayudaban diligentemente a las señoras a ponerse en pie- esas atracciones las echo mucho de menos. El tren fantasma... vaya título para cualquier buena historia de terror; eran otros tiempos. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarAlimaña, por cierto, quería poner una nueva entrda pero me encuentro conque no me deja subir ninguna imagen. ¿No te sucedió algo parecido hace poco? Borgo.
ResponderEliminarMuy buenas, Miquel, veo que esto sigue tan animado como siempre, y la verdad es que no me extraña.
ResponderEliminarNo he conseguido que me fuera el video del Apolo aunque sí el de La Dama de Shangai, que no conocía y me ha gustado mucho.
Menuda idea la de Nicomedes...
Feliz 2013.
No te preocupes debe ser algo temporal. A veces Picassa se satura un poco y hay que esperar un poco. Prueba también a salir y volver a entrar si ves que no reacciona.
ResponderEliminarLo mio fue peor, me cargué las imágenes de un plumazo al borrarlas desde mi smartphone conectado a Google y a Blogger al mismo tiempo. "Solo" me queda restaurar un cuarto de todas mis fichas.
Saludos y ya sabes donde adquirir "Redline" a módico precio.
Contento de verte de nuevo, natsnoC. Precisamente ahora estoy leyendo uno de tus libros recomendados: UBIK de Phillip K. Dick y me está costando lo mío, no la esperaba tan difícil. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Alimaña. Uf, lo tuyo sí que fue más gordo. Quizás sea algo temporal como cuando no se podía enviar mensajes. Hoy lo he vuelto a probar y tampoco es posible, vaya tocada güevos. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarEl comienzo de Ubik es algo pesado, y durante toda la novela estás siempre mareado pero tras las primeras páginas y una vez te "ubikas", se hace mucho más fluido.
ResponderEliminarPor cierto, aún no he publicado los recomendados, sólo la lista de los leidos. Mañana salen el resto.
A ver si tienes un virus tocapelotas... que pudiera ser. Haz un rastreo profundo con el antivirus por si acaso tienes alguno.
ResponderEliminarHola de nuevo, natsnoC. Pues la verdad es que de momento me ha mareado bastante, quizás le de un respiro para seguir leyendo de nuevo. Quedo a la espera de tus libros recomendados, promete ser interesante. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Alimaña. Pues mucho me temo que sea obra de un perverso virus pues aún tengo el mismo problema y ya estoy algo mosca. Bueno, gracias por tus opiniones y a ver si lo resuelvo. Saludos. Borgo.
ResponderEliminar¡Ostras! ¡Recuerdo las Atracciones Apolo! Fue en 1977. Fui con el colegio a ver La guerra de las galaxias en el Public. Como todavía faltaba una hora para la función, un amigo y yo llegamos hasta las Atracciones Apolo. Vi esa vagoneta en forma de demonio y esa boca enorme llena de colmillos, pero estaba ya fuera de servicio. ¡Qué lastima! Pero pude verla, al fin y al cabo. Recuerdo el olor que desprendía a madera y cartón viejo. Quedé hipnotizado mirando el interior de esas fauces. Siempre me ha atraído el misterio antiguo. Luego indagué sobre lo que se cocía allí abajo. Según en el magnifico libro Parcs d' atraccions de Barcelona de Ròmul Brotons, las vías se deslizaban por Les Coves del Drac. En la construcción participó escenógrafos de prestigio como Salvador Alarma (menudo apellido), reconocido por sus trabajos en el Liceo y en el café La Luna de la plaza Catalunya. En este libro hay una fotografía de ese interior fantástico. Y pensar que ahora ese lugar existe todavía sepultado bajo el local existente de ahora.
ResponderEliminar¡Abrazos!