EL CROISSANT PRINGANTE
Por motivos de trabajo últimamente voy a desayunar a una cafetería delante de los estudios de doblaje Prodimag. El primer día piqué como un incauto y pedí un croissant para llevar, allí tienen de esos nefastos croissants adornados con un churretón de insípido caramelo por encima. ¿Si no sabe a nada para qué lo ponen? pues para pringarse los dedos y la ropa, no se me ocurre otro motivo. Llegué al estudio con un montón de Kleenex adheridos a mis pegajosos dedos. Estoy hasta las narices de esos croissants obra sin duda de algún repostero degenerado y lo peor es que cada vez son más frecuentes en bares y cafeterías.
LOS LAVABOS PÚBLICOS CON LUZ AUTOMÁTICA.
Esto es Ciencia Micción:
En un discreto laboratorio de Wisconsin el profesor Sibelius ha controlado el tiempo que han empleado 1.500 voluntarios entre los 18 y los 55 años para satisfacer sus necesidades en un lavabo público. Después de rigurosos controles Sibelius ha telefoneado a Kurt Böhemm, de la empresa Siemens, principal suministradora en un futuro próximo de interruptores de luz con temporizador.
-Herr Böhemm -dice Sibelius-, el tiempo medio que emplea una persona en pulsar el interruptor, desabrocharse y orinar es de un minuto y cincuenta y cuatro segundos.
-Bien -responde Böhemm-. La luz de los interruptores se apagará a los cuarenta y nueve segundos exactos.
Ahora todos ustedes ya saben quienes son los retorcidos cerebros culpables...
Dicen que en ese momento se pueden oir las risotadas de hiena de Sibelius y Böhemm, aunque lo más probable es que uno ya esté bastante ocupado intentando encontrar a tientas la luz piloto que normalmente no funciona.
Toda la razón. A estas alturas, sé que al entrar en un lavabo público hay que fijarse en dos cosas:
ResponderEliminar1. ¿Hay papel higiénico?
2. Situación del interruptor (a veces hay suerte y se puede pulsar cuando se va la luz sin levantarse uno del váter).
Saludos.
Cierto, Ricard. Yo es que ya no salgo sin mis kleenex, no me fallan nunca como algunos interruptores que te dejan a oscuras (y a os militares, como el chiste) Saludos. Borgo.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo.
ResponderEliminarCroissant con la mielecilla asquerosa que se pega en todos los sitios, esa miel evita el olor a putrefacción del producto alimenticio.
La luz que se apaga sola, esta muy de moda, sirve para que se disimule el olor del croissant putrefacto. ;->
Ja ja ja ja
Gran aporte sobre estos quehaceres de la vida cotidiana.
Un abrazo Miquel,
SBP.
absolutamente de acuerdo, dos inventos diabólicos. Donde esté un croissant tierno, sin más aderezos.. ¿y qué me dices de esos cuartos de baño minúsculos, donde cuando te quedas a oscuras te golpeas con todo? incluso sospecho que en este tipo de cubículos suelen poner un par de cosillas prominentes, como percheros o dispensadores, ¡sólo para echarse unas risas!
ResponderEliminarbesos,
Conozco esos croissants...jajaja
ResponderEliminarLa luz que ODIO es la que se apaga sola pero que encima se enciende por sensor de movimiento, joder, que estas meando estática, que quiere, que des saltos! Y te toca empezar a hacer aspavientos con los brazos a ver si hay suerte...a lo mejor es que yo soy muy pequeña y no me detecta, puede ser.
1besico!
Croissant en italiano es "cornetto" (literalmente, "cuernecito"). Más diabólico imposible.
ResponderEliminarLo de los aparatos temporizados automáticamente son simples máquinas de tortura diseñadas para enervar la paciencia del más pintado. No te imaginas lo que me he reído con el ejemplo del lavabo. Todos debemos tener alguna anécdota que contar al respecto.
Un saludo.
je je los croissants también me han pringado, como los donuts.
ResponderEliminarEn cuanto a la luz automática, las hay automáticas del todo, dicen que hay que levantar los brazos para que te detecte la célula. Una vez me meti en el de tías y cuando se encendió la luz...bueno, yo ya me había desabrochado y la pobre mujer estaba sentada...y se apago la luz...
Solución, kllenex y móvil haciendo de linterna. Además nunca hay colgadores en la zona del lavabo con lo que asearse las manos con el bolso apretado entre los muslos es toda una proeza. Vaya con los WC, una aventura!
ResponderEliminarMe parece que el inevitable pringue cruasanero es un baño de huevo con azúcar para hacerlo más Brillante i Bonito..
La verdad es que quedas como un pánfilo en esos aseos que se encienden automáticamente cuando entras. Primero, porque tientas en la pared a pellizcos intentado encontrar el interruptor y, luego, porque la luz no está sincronizada con la puerta y tienes que realizar varios intentos de entrar y salir. Para eso que nos equipen con un buen quinqué.
ResponderEliminarHola, SBP. Uggg... pues ahora sí que no me acerco a esos croissants, ya era bastante malo el pringarse. Muy interesante esta correlación entre croissant-putrefacción-luz automática.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado, SBP. Abrazos. Borgo.
Hola, Maslama. Eso, un croissant sencillo, para poder comérselo por la calle como Audrey Hepburn a la que no se le pringan los dedos mientras mira el escaparate del Tifanny´s. Es cierto también que cuanto más pequeño es el lavabo más accesorios y innecesarios ponen. Besos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Fiona. Sensor de movimiento, localizador de calor... Ja, ja. No, si acabaremos viendo a Terminator de chico de los lavabos. Yo tampoco soy alto, quizás sea parte del problema pero la buena confitura... Besicos! Borgo.
ResponderEliminarHola, Daffari. Pues mira, lo del cornetto es otra prueba irrefrutable de lo diabólico del croissant aunque donde esté un buen cannoli siciliano...
ResponderEliminarMira que en el lavabo voy rápido con mis cosas pero es que no hay manera, siempre me dejan a oscuras. Mucho pedir que alarguen el tiempo de espera de los semáforos pero habría que hablar también de los lavabos de los bares. Saludos. Borgo.
Ja, ja, Aris... y se apagó la luz. Me ha gustado mucho tu fundido en negro. Me pregunto que debe mover Nacho Vidal cuando se queda a oscuras en los lavabos públicos. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarjajajaja...¡qué bueno! Ciencia micción de la buena. Estoy contigo en lo de los croissants pringosos. ¡Dan asco! Yo suelo desayunar en los bares y siempre intento evistarlos, cuando están hechos así. De todas maneras, un croissant bien hecho, sigue siendo mi debilidad a la hora del desayuno. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Kalamar. Con lo prácticos que sosn los cada vez más escasos colgadores sobre todo en invierno. Lo del bolso me ha recordado mi entrada del 19 de enero de 2012 "¿Porqué las mujeres van en parejas al lavabo?".
ResponderEliminarLo del baño de huevo en el croissant lo hace más brillante, sí, bonito no tanto y lo que es pringoso... Saludos. Borgo.
Eso, Cahiers. Los Ingalls de "La casa de la pradera" sí que sabían. Cogían su quinqué y se iban a hacer sus cosas a esa cabañita de madera con un agujerito en la puerta en forma de corazón que me pregunto para qué demonios servía. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Marcos. Quizás he inventado un nuevo género con eso de la Ciencia Micción. No hay nada como un croissant bien hecho pero ese día acabé como "Eduardo Manos-Kleenex" con todos aquellos papelitos pegados. Abrazos. Borgo.
ResponderEliminarSí, no saben a nada. Es más que repostería, bollería industrial. Igual le meten ese caramelo precisamente para darles algo de sabor (el del caramelo)…
ResponderEliminarEstá muy bien el pequeño relato. Así nos tienen en todos los sentidos: limitados. Recortan de donde haga falta.
Un abrazo, miquel.
Hola Borgo! Siempre me he preguntado donde quedaron esas confiterias de antaño, donde al salir del cole podíamos encontrar meriendas maravillosas y apetecibles: esos triangulos azucarados, o los esparteros con su toque de canela ¡Ayyy se me cae la babilla con tan sólo pensarlo! Aquí en Alcoy tan sólo hay una pastelería que ha ganado la batalla a las panaderías de pan prefabricado, se llama "El Tunel", y lo cierto es que es como si entraras al tunel del tiempo pues te traslada, por su estética, muchos años atrás cuando la de repostero y panadero era una verdadera profesión. Lo del aseo me pone de los nervios, sobre todo si voy con falda y medias: tengo que darme tanta prisa que temo hacerme una carrera jajaja. Besos querido Borgo.
ResponderEliminarHola,Javier. Más que bollería yo la calificaría de bollería pegajosa. Es verdad, por recortar que no quede aunque podría ser que el tiempo que funcionan esos interruptores lo hagan a ojo, de cualquier manera y no como el pérfido Sibelius. Abrazos. Borgo.
ResponderEliminarHola, SqS. Pasé por delante de esa pastelería en mi rapidísima visita a Alcoy, recuerdo que anunciaban en el escaparate sus almojábenas que, confieso, no sé lo que son. Por suerte en Barcelona quedan algunos sítios de esos de toda la vida muy fiables como el Escrivà de Las Ramblas. Lo de las luces controladas es una lata así que cuidado con las carreras en las medias aunque no recuerdo donde leí que da buena suerte hacerse una. Besos. Borgo.
ResponderEliminarJajaja, Bravo miquel!.
ResponderEliminarYo también os maldigo, engendros de mad doctors y bad cookers!!!
Ja ja buenisimo, es que has dado en el clavo Miquel.
ResponderEliminar¡odio los bollos pringosos, es que los odio ! y ¿ qué decir de la luz que desaparece antes de llegar " a la primera base" ? ¡Un horror ! en esos espacios tan pequeños donde no hay ni para colgar el abrigo o siquiera un pañuelo..!
¡Que les corten la cabezaaa ! (jiji)
Saludos solidarios
Jajaja...Tienes toda la razón en ambos casos.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola de nuevo Borgo! No sabía que habías visitado Alcoy.Ya te vale, mira que no decirmelo jajjaja La confiteria de la que te hablo es lo mejor que hay hoy en día por aquí y las almojábenas es un dulce típico de la provincia de Alicante que en su origen es muy ligero, pero que puedes rellenar de crema, trufa, flan etc..por el nombre debe ser una herencia árabe, jamás me había dado cuenta jajjaa. Besos
ResponderEliminarMe alegra verte, Mr. Lombreeze. Eso, malditos seáis (como decía Charlton Heston) tanto mad doctor y pasteleros retorcidos. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, abril. Muchas gracias por tu solidaridad. Yo es que aborrezco lo pringoso, tener las manos pegajosas es una sensación que no soporto... y esos cubículos que llaman lavabos. Yo por si acaso llevo uno de esos mecheros-linterna de los Todo a 100. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarGracias, David. Los croissants untuosos y las luces con tiempo limitado deberían ser anticonstitucionales. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola de nuevo, SqS. Sí que pasé por Alcoy pero fue un viaje tan relámpago -de camino a Santa Pola- que casi ni yo mismo me enteré. Desde luego tengo que probar esas almojábenas, seguro que en un próximo viaje. Besos. Borgo.
ResponderEliminarMr. Borgo, el croissant o media luna siempre dando algun problema, yo tambien me he encontrado con la dificultad de los dedos pegajosos, pero no solo eso, me ha tocado la muy mala suerte de comprar una docena de croissants que en vez de ser dulces eran salados por demas. Un saludo.
ResponderEliminarNo tengo porblemas con el croissant: no me gustan. Ahora, tu micro es guay.
ResponderEliminarLo de la ciencia micción: menudo mamonazos. Después o bien tardas más en salir para intentar enceder la luz, o sales con manchurrón de "pipirrún" por algún sitio del pantalón.
¡Qué malignus! Je,je,je...
Ann@
Hola, Belknap. Ah, las medias lunas como las llamaban en Buenos Aires, las tenían muy buenas en el Café Tortoni, eso sí eran croissants. Además podías jugar unas partidas de billar. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Anna. La verdad es que soy más de ensaimadas pero en Barcelona suelen ser horribles. Empiezo a sospechar que lo de las luces automáticas de los lavabos es un complot urdido con los urólogos para que la gente empiece pronto con los problemas de próstata. Todas se las piensan. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarComparto completamente el contenido de este divertido post, Miquel. Muy bueno.
ResponderEliminarMuchas gracias, natsnoC. La verdad es que entre tanto abducido y casos raros también es divertido de vez en cuando hablar de esas cosillas cotidianas. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarEstoy alineado en el frente anti croissants pringosos desde hace tiempo. Un día me confesó un conocido que regenta una tahona que los pringaban con caramelo porque así aguantan todo el día.
ResponderEliminarLa solucón es pedirlo "sin pintar" y si no hay, no gastar ni cinco y largarse. Ahora ya los puedo comprar sin pintar... :-)
Un abrazo.
¿Qué tal, Josep? Bienvenido al Comité Anti-croissants pringosos. La verdad es que ni se me había pasado por la cabeza eso de que el caramelo los hace durar más tiempo. Claro, los venden ya "embalsamabos". Yo tengo claro que los compraré donde siempre, una panadería que los venden sin capa viscosa. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarEn muchos baños de aquí se esta colocando el papel higiénico en rollo afuera de los cuartitos de los inodoros, sino llevas lo justo fatal, un problema, difícil salir con el pantalón abajo a recoger más en medio de otra gente lavándose o secándose. Me hizo pensar eso de que se apague la luz en esos caños que sale el agua por un rato y se cierra, otra vez tienes que machucar y estas a veces resbaloso con el jabón, son simplezas pero molestan. Lo de enmelarse tampoco me gusta, los rollos de canela son riquísimos pero terminas todo sucio y pegajoso, aunque ese sacrificio confieso que me gusta. Un abrazo, Miquel.
ResponderEliminarNo conozco esos croissants, pero apostaría a que son como los gofres de chocolate y nata... imposible comerse uno sin pringarse la camisa,las manos o ambas cosas.
ResponderEliminarTendremos que ir al baño a hacer aguas mayores con un mechero/linterna de los chinos del todo a 100... ¡Ah! se me olvidaba que tampoco van... Vale vale, no nos quedará otra que salir con las necesidades cumplidas de casa. Saludos Miquel
Hola, Mario. Pues anda que eso del papel es otro invento diabólico que no veas. Espero que a España no llegue pero con la crisis nunca se sabe. Esos rollitos de canela deben ser deliciosos, yo los probé en Suecia donde son muy corrientes y supongo que se parecen a los que comen por allá. Por esos rollitos sí que vale la pena enmelarse un poco. Abrazos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Alimaña. Uf, los gofres son de lo más pringoso pero reconozco que están buenísimos, yo no puedo resistirme cuando noto el olorcillo al pasar frente un sitio donde los hagan.
ResponderEliminarLo de salir de casa con las necesidades cumplidas me recuerda lo que dijo una lumbrera -no recuerdo quién exactamente- del Ayuntamiento de Barcelona:"De casa s´en surt pixat!" (Hay que salir de casa después de hacer pipí) Abrazos. Borgo.
Demencial tant una cosa com l'altra. I ja no et dic pixar amb els llums apagats i les mans pringoses del croissant!
ResponderEliminarOstres, Enric! Això si que seria demencial. Una situaciò com aquesta no ho arrecla ni en McGyver. Salut. Borgo.
ResponderEliminarHace mil años trabajaba en una cafetería.Un amigo era ayudante de pastelero en la panadería de la esquina.Las mañanas de invierno nos traía medialunas de grasa recién hechas,o sea,todavía blandas,con el almíbar bien líquido y calentísimas.Te quemabas los dedos,la lengua,los dientes y todo lo que te puedas imaginar...pero qué delicia!!!
ResponderEliminarHola, Fanny. Ay, las medialunas de aquel café de San Telmo... (creo que se llamaba Dorrego) cómo me gustaban. No las traían tan recien sacadas del horno pero aún estaban calientes y deliciosas, se me hace agua la boca. Besos. Borgo.
ResponderEliminarRazón tienes en las dos cosas. Yo, si me ponen un croissant así lo que hago es pedir cuchillo y tenedor, fina que es una. En cuanto a los "baños automáticos" es verdad que cada vez son más surrealistas, a ver hasta dónde llegamos.
ResponderEliminarVeo que sigues moviéndote en el mundo del doblaje, qué suerte. Besos, Borgo,
Hola, Clementine. Pues no es mala idea lo de ponerse finolis y pedir cuchillo y tenedor, ellos se lo han buscado... O servir los croissants como los pinchos, con palillos.
ResponderEliminarAhora pongo la voz de Bill Nighy en la versión en catalán del DVD "Love Actually". A ver si hay suerte y me van saliendo cosillas. Besos. Borgo.
Cuándo has necesitado ir a un servicio público para hacer tus “cosas”. ¿No te has encontrado nunca con el problema de que la luz se apaga enseguida. ¡Qué mal rato, qué mal momento. Mi artículo de esta semana en La Vanguardia hablo de ello. Un placer si deseas dejar tu comentario y/o experiencia. Un abrazo. Sergio.
ResponderEliminarhttp://blogs-lectores.lavanguardia.com/el-tremendismo-de-la-vida/pulsadores-de-wc-con-tiempo-limitado-un-castigo-para-la-uretra