En mi post del pasado 7 de abril comentaba lo que me dijo mi agente: "En las novelas con nazis de fondo pon una esvástica en la portada y el libro vende más. No sé porqué pero es así". Insisto: que nadie interprete esas imágenes como apología del nazismo.
Nazis, platillos volantes y abducidos, un cóctel irresistible para Iker Jiménez.
Un toque art-decó para una autora imprescindible en la biblioteca de nuestros padres.
Seguro que todos recuerdan la película -la primera en abordar el tema de la clonación- con Gregory Peck y Lawrence Olivier.
Otra estupenda película. Bourvil y Jean Marais se dedican al mercado negro y han de llevar un cerdo cortado en piezas a través del París ocupado eludiendo gendarmes y patrullas alemanas.
Magnífica novela, fue mi primera portada para la editorial argentina Orenheim.
BORGO LES DESEA MUY FELIZ AÑO NUEVO
Hasta el hombre lobo ha decidido ponerse guapo para Nochevieja y aquí le vemos recortándose la pelambrera en Llongueras-
Y si quieren desmadrarse está noche aquí tienen el tema Bambú, Bambú de Las Primas. Ojo a la letra que no tiene desperdicio. Con el salto del canguro moviendo el culo...
sábado, 31 de diciembre de 2011
miércoles, 28 de diciembre de 2011
WHODUNIT (2) LA BESTIA DEBE MORIR
La bestia debe morir (Black Werewolf, 1974) o La cacería humana en Hispanoamérica es un más que curioso Whodunit. Tom Newcliffe (Calvin Lockhart), un rico hombre de negocios y gran cazador, ha perseguido y cazado todas las especies que ha podido encontrar. Todas menos una, que todavía no ha sido identificada. Newcliffe invita a 6 personas a pasar el fin de semana en su casa de campo. Ninguno de ellos puede abandonar la finca durante el tiempo que permanezcan allí. Newcliffe sospecha que hay un hombre lobo en la zona y que uno de sus invitados es el portador del virus. Su plan es descubrir cuál de sus invitados es la bestia nocturna y cazarla, para así aumentar su impresionante colección.
Entre esos invitados se hallan Peter Cushing, Anthon Diffring –el nazi oficial del cine bélico de los sesenta- un irreconocible (por joven) Michael Gambon, el Albus Dumbledore de la serie Harry Potter y Charles Gray, el narrador de The Rocky Horror Picture Show.
Casi al final la película se interrumpe 30 segundos con un reloj sobre cada uno de los personajes para dejar al espectador averiguar la identidad del hombre lobo.
La bestia debe morir fue producida por Amicus Films, compañía que intentó rivalizar con la Hammer en la creación de películas de terror durante los años setenta. Advierto que no es ninguna maravilla –lo escueto del presupuesto obligó a que algunas escenas del hombre lobo fueran interpretadas por un pastor alemán- pero se trata de toda una curiosidad por el intento de juntar una trama a lo Agatha Christie con una cinta de terror al estilo Hammer. Para coleccionistas de rarezas cinematográficas.
Aquí está el enlace para descargar:
http://www.megaupload.com/?d=4KUZ45Q5
lunes, 26 de diciembre de 2011
¿SE SUICIDÓ ALGÚN MUCHNICK?
Dedicado a deWitt del excelente blog YO CONFIESO que me ha proporcionado la idea.
Nos ha dejado Mickey Carroll, el último superviviente de los Munchnicks como llamaron a los enanos de El Mago de Oz (1939) Carroll era el único que tenía una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.
Se ha comentado que esta película fue gafe desde el inicio del rodaje. El primer actor que encarnó al Hombre de Hojalata, Robert Young, estuvo al borde de la muerte por una severa reacción alérgica al maquillaje. El primer perro de Dorothy murió al ser pisoteado por uno de los guardias de la bruja y Margaret Hamilton, la Bruja del Oeste, sufrió graves quemaduras al incendiarse la escoba sobre la que iba montada.
También sobre los Munchnicks se cuentan muchas historias. El estudio contrató a todos los enanos y enanas del Sindicato del Espectáculo. Al parecer se pasaban el día bebiendo, jugando al póker y tocándole el culo a todo miembro femenino que se ponía a su alcance, se dice que celebraban orgías, incluso circula una siniestra leyenda relacionada con estos pequeños actores: aseguran que uno de ellos se ahorcó durante el rodaje, precisamente uno de los tres Munchnicks protagonistas que aparecen en la foto y que ese momento fue recogido por las cámaras. En este video aparece un extraño objeto colgante al fondo del decorado que se supone sería el cuerpo del enano suicida.
He visto varias veces este documento y sólo he conseguido ver algo remotamente parecido a un avestruz, claro que mi vista no es demasiado fiable.
FELICES COMILONAS
Cuando Chaney, Carradine y Lugosi le dijeron al infortunado Tor Johnson que sería el plato fuerte de la cena de Nochebuena no pensó que lo decían en sentido tan literal.
El Fantasma de la Ópera se sintió indispuesto a causa de los excesos gastronómicos y el pacharán. Este es el momento en que su esposa le reprende: "¡Todos los años igual! Y ahora tendré que conducir yo..."
Nos ha dejado Mickey Carroll, el último superviviente de los Munchnicks como llamaron a los enanos de El Mago de Oz (1939) Carroll era el único que tenía una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.
Se ha comentado que esta película fue gafe desde el inicio del rodaje. El primer actor que encarnó al Hombre de Hojalata, Robert Young, estuvo al borde de la muerte por una severa reacción alérgica al maquillaje. El primer perro de Dorothy murió al ser pisoteado por uno de los guardias de la bruja y Margaret Hamilton, la Bruja del Oeste, sufrió graves quemaduras al incendiarse la escoba sobre la que iba montada.
También sobre los Munchnicks se cuentan muchas historias. El estudio contrató a todos los enanos y enanas del Sindicato del Espectáculo. Al parecer se pasaban el día bebiendo, jugando al póker y tocándole el culo a todo miembro femenino que se ponía a su alcance, se dice que celebraban orgías, incluso circula una siniestra leyenda relacionada con estos pequeños actores: aseguran que uno de ellos se ahorcó durante el rodaje, precisamente uno de los tres Munchnicks protagonistas que aparecen en la foto y que ese momento fue recogido por las cámaras. En este video aparece un extraño objeto colgante al fondo del decorado que se supone sería el cuerpo del enano suicida.
He visto varias veces este documento y sólo he conseguido ver algo remotamente parecido a un avestruz, claro que mi vista no es demasiado fiable.
FELICES COMILONAS
Cuando Chaney, Carradine y Lugosi le dijeron al infortunado Tor Johnson que sería el plato fuerte de la cena de Nochebuena no pensó que lo decían en sentido tan literal.
El Fantasma de la Ópera se sintió indispuesto a causa de los excesos gastronómicos y el pacharán. Este es el momento en que su esposa le reprende: "¡Todos los años igual! Y ahora tendré que conducir yo..."
viernes, 23 de diciembre de 2011
LA PELÍCULA MÁS BUSCADA
El 2012 ya está a la vuelta de la esquina. El supuesto año apocalíptico según un críptico calendario maya y la fecha prevista para que London After Midnight pase a ser de dominio público.
London After Midnight (1927) es sin duda la más famosa de las películas perdidas. El Grial de los buscadores de rarezas cinematográficas. La –supuesta- única copia de la película quedó destruida en el incendio que se produjo en 1963 en la bóveda nº 7 de los archivos de la Metro. Desde entonces muchos coleccionistas la han buscado infructuosamente. Forrest J. Ackerman, desde su revista Famous Monsters ofreció una recompensa a quien le trajera aunque solo fuera un rollo de película sin resultado. La revista Dirigido por ha publicado recientemente que un coleccionista privado guarda celosamente una copia a la espera de que caduquen los derechos en el 2012 para producir su edición en DVD.
London… fue dirigida por Tod Browning, el director de Freaks. El protagonista es Lon Chaney, el Hombre de las 1000 caras, quien diseñó esa curiosa capa con alas de murciélago. Browning quería que Chaney protagonizara su próximo proyecto Drácula que sería su primera película pero Chaney falleció repentinamente y Bela Lugosi se encargó de sustituirle.
De momento tenemos que conformarnos con este montaje a partir de fotos fijas.
La película que sí ha aparecido últimamente es Gift of Gab (El don de la labia, 1934) considerada perdida durante años y cuyo principal reclamo es que podía tratarse de una comedia con Bela Lugosi y Boris Karloff. Los dos astros del terror aparecen en este fragmento de manera muy escueta (Lugosi pregunta la hora y poco más) Es curioso el look de Karloff que parece querer imitar al de Lon Chaney de London After Midnigth.
BORGO LES DESEA MUY FELIZ NAVIDAD
¿No es una foto entrañable? Ed Wood, Lugosi y señora junto al árbol navideño.
¡Felices Fiestas!
martes, 20 de diciembre de 2011
WHODUNIT
¡Por fin mi primera portada de Agatha Christie! Diez negritos, la obra emblemática del Whodunit.
Whodunit, traducido castizamente: ¿Quién ha sido? Me encanta ese subgénero de la novela de misterio. El esquema argumental viene a ser el siguiente: en un entorno cerrado –una apartada casa de la campiña inglesa es lo ideal- se ha producido un asesinato y hay varios sospechosos pero el culpable suele ser el que despierta menos recelo. Agatha Christie y Earl Derr Biggers fueron los autores que más se prodigaron en este cliché; los dos pertenecían a la Mistery Society, un club de escritores cuyas normas prohibían usar pasadizos secretos y venenos inexistentes en sus obras.
Estas tramas inspiraron uno de los más conocidos juegos de mesa: el Cluedo. Tengo una propuesta de un juego que podría llamarse Spanish Cluedo: se celebra una fiesta en una aislada mansión mesetaria. El anfitrión es el señor Negro Dinero que ha aparecido asesinado. También están presentes (de izquierda a derecha del dibujo) Verde Sarga, un coronel de la Legión, la bella señorita Carmesí, folclórica, aspirante a actriz y amante del señor Azul Mahón, un ex diputado de las cortes franquistas y socio del señor Negro Dinero en turbios negocios inmobiliarios en Torremolinos.
Posteriormente aparecerán Rojigüaldo, un torero asiduo de la prensa del corazón acompañado de la señorita Fucsia, una modelo adicta al pacharán y deambulando por los alrededores el siniestro Morado Casulla, sacerdote líder de una secta secreta-esotérica próxima al Opus Dei. Todos ellos con un oscuro pasado y también con más o menos motivos razonables para cargarse al señor Negro Dinero.
Si alguna marca de juegos está interesada yo me pongo enseguida a dibujar el tablero y diseñar las tarjetas.
Un cadáver a los postres (Murder by Death, 1976) es una maravillosa comedia que se burla de las convenciones del Whodunit. El guión de Neil Simon –inspirado en Diez negritos de Agatha Christie- reúne en un caserón inglés a todos los detectives famosos: Nick y Nora Charles (David Niven y Maggie Smith) Miss Marple (Elsa Lanchester) Charlie Chan (Peter Sellers) Poirot (James Coco) y Sam Spade (Peter Falk) Un mayordomo ciego (Alec Guinness) les alojará en habitaciones siniestras y el anfitrión de la velada con crimen incluido es nada menos que Truman Capote. Un título de culto. Hasta los créditos son una maravilla, los personajes fueron dibujados por el mítico Charles Addams, autor de la siniestra Familia Addams.
Aquí para descargar la película:
http://www.megaupload.com/?d=I17V6JN9
jueves, 15 de diciembre de 2011
FIEBRE DE LAS MONTAÑAS (RELATO)
Este cuento lo he enviado a un concurso de microrrelatos de terror convocado por la Editorial Orenheim de Buenos Aires, a ver si vuelvo a tener suerte, también he preparado una portada:
El viento aullaba y rugía. Horace tuvo que gritar para hacerse oír desde el extremo de la cabaña:
-¡Ramsey, trae un cuenco de sopa para Wallace!
Wallace hacía tres meses que había muerto.
No era adecuada esa farsa. No lo era para nadie.
Ramsey miró hacia los ribetes acanalados de hielo de la ventana. Millas y millas de nieve iluminada por rayos fantasmales titilando hacia el norte. Una visión aterradora.
-¡Horace!
Ramsey se sentó frente a una mesa llenando con el pulgar una pipa de brezo. Horace se acercó, era fornido, con una densa barba negra que contrastaba con sus ojos febriles. Ramsey le indicó con la mano libre que se sentara.
-Horace… no quiero que sigas con ese juego en una sala vacía. Wallace lleva tres meses muerto. Creo que ya sé lo que te pasa, escucha…
Las vigas crujían. Una pesada y extraña ráfaga bajó por la chimenea esparciendo brasas. Fuera no se veía nada, salvo los remolinos de nieve.
-¿Recuerdas que nos habló de ello aquel trampero que pasó por aquí en verano? Lo llaman fiebre de las montañas. Les ocurre a los que viven mucho tiempo aislados. Ven cosas… cosas que no existen, como tú ahora cuando… bueno, cuando crees ver a Wallace.
Ramsey hablaba como un médico entusiasta pero incompetente. Desplegó un mapa sobre la mesa y señaló un punto con el índice.
-En cuanto la tormenta amaine nos pondremos las raquetas de nieve y bajaremos al valle para vender las pieles. Luego nos dirigiremos al sur, aquí, tengo un amigo que trabaja de capataz en el ferrocarril de las Black Hills. Me prometió un puesto de cocinero en el campamento, tú podrías ser mi ayudante.
Horace permaneció en silencio con una extraña expresión burlona.
-¿Horace?
La sala estaba a oscuras a excepción de los rojos reflejos que provenían del hogar.
-¿Horace?...
Ramsey suspiró y se puso a fumar en silencio paseando su mirada por la casa vacía.
En un profundo terraplén cercano la nieve ya había cubierto los rígidos cadáveres de Wallace y Horace.
La tierra estaba demasiado helada para cavar dos tumbas.
El viento aullaba y rugía. Horace tuvo que gritar para hacerse oír desde el extremo de la cabaña:
-¡Ramsey, trae un cuenco de sopa para Wallace!
Wallace hacía tres meses que había muerto.
No era adecuada esa farsa. No lo era para nadie.
Ramsey miró hacia los ribetes acanalados de hielo de la ventana. Millas y millas de nieve iluminada por rayos fantasmales titilando hacia el norte. Una visión aterradora.
-¡Horace!
Ramsey se sentó frente a una mesa llenando con el pulgar una pipa de brezo. Horace se acercó, era fornido, con una densa barba negra que contrastaba con sus ojos febriles. Ramsey le indicó con la mano libre que se sentara.
-Horace… no quiero que sigas con ese juego en una sala vacía. Wallace lleva tres meses muerto. Creo que ya sé lo que te pasa, escucha…
Las vigas crujían. Una pesada y extraña ráfaga bajó por la chimenea esparciendo brasas. Fuera no se veía nada, salvo los remolinos de nieve.
-¿Recuerdas que nos habló de ello aquel trampero que pasó por aquí en verano? Lo llaman fiebre de las montañas. Les ocurre a los que viven mucho tiempo aislados. Ven cosas… cosas que no existen, como tú ahora cuando… bueno, cuando crees ver a Wallace.
Ramsey hablaba como un médico entusiasta pero incompetente. Desplegó un mapa sobre la mesa y señaló un punto con el índice.
-En cuanto la tormenta amaine nos pondremos las raquetas de nieve y bajaremos al valle para vender las pieles. Luego nos dirigiremos al sur, aquí, tengo un amigo que trabaja de capataz en el ferrocarril de las Black Hills. Me prometió un puesto de cocinero en el campamento, tú podrías ser mi ayudante.
Horace permaneció en silencio con una extraña expresión burlona.
-¿Horace?
La sala estaba a oscuras a excepción de los rojos reflejos que provenían del hogar.
-¿Horace?...
Ramsey suspiró y se puso a fumar en silencio paseando su mirada por la casa vacía.
En un profundo terraplén cercano la nieve ya había cubierto los rígidos cadáveres de Wallace y Horace.
La tierra estaba demasiado helada para cavar dos tumbas.
martes, 13 de diciembre de 2011
EL AUTÓMATA JUGADOR DE AJEDREZ
¿Se imaginan jugar una partida de ajedrez con Napoleón, Benjamín Franklin y Edgar Allan Poe y encima ganarles a todos? Pues esto lo consiguió El Turco, un famoso autómata, invencible jugador de ajedrez y uno de los mayores engaños de la historia. Poe además le dedicó un relato: El jugador de ajedrez de Maezel.
El Turco fue creado por el barón Kempelen (que por cierto tampoco era barón) un hábil artesano eslovaco que sostenía que su artilugio funcionaba a base de campos magnéticos. Aquí se puede ver el aspecto de la máquina con un autómata tocado con turbante que movía las piezas. Lo que los asombrados jugadores de la época desconocían es que en su interior se escondía el maestro ajedrecista Schlumberguer que había perdido ambas piernas en la guerra y era él y no el autómata quien realmente movía las piezas. Un ingenioso sistema automático comunicaba el tablero con un tablero secundario escondido en el interior que permitía a Schlumberguer seguir el juego. Cuando éste movía una pieza un resorte encajado en el brazo del autómata repetía su movimiento.
Napoleón, un apasionado del ajedrez, se desplazó a Viena para competir con el famoso Turco. Jugó tres partidas siendo derrotado en todas. El corso tenía mal perder y terminó golpeando el tablero desparramando las fichas.
Lo que Napoleón ignoraba es que sus adversarios conocían su afición por el ajedrez y habían decidido tenderle una trampa con la intención de apresarle mientras jugaba contra el autómata, aunque el plan fracasó y el Emperador logró huir de la ciudad sin ser apresado. Aquí se reproduce la tercera partida que Napoleón disputó con la supuesta máquina:
1. e4 / e5 2. Df3 / Cc6 3. Ac4 / Cf6 4. Ce2 / Ac5 5. a3 / d6 6. 0-0 / Ag4
7. Dd3 / Ch5 8. h3 / Axe2 9. Dxe2 / Cf4 10. De1 / Cd4 11. Ab3 / Cxh3+
12. Rh2 / Dh4 13. g3 / Cf3+ 14. Rg2 / Cxe1+ 15. Txe1 / Dg4 16. d3 / Axf2
17. Th1 / Dxg3+ 18. Rf1 / Ad4 19. Re2 / Dg2+ 20. Rd1 / Dxh1+ 21. Rd2 / Dg2+
22. Re1 / Cg1 23. Cc3 / Axc3+ 24. bxc3 / De2++.
Kempelen murió en 1805 y desde entonces su famoso autómata pasó por muchas manos y un ajedrecista enano ocupó el puesto de Schlumberguer. Al final la máquina fue donada al Museo Peale en Filadelfia donde quedó destruida por un incendio en 1854, ochenta y cinco años después de su construcción.
sábado, 10 de diciembre de 2011
UN RELATO ERÓTICO Y...
Es inevitable en un blog hacerse un poco de autobombo de vez en cuando. La revista Sexologies ha premiado este relato que se me ocurrió cuando supe que en los cines tenían que contar con al menos tres espectadores para iniciar la proyección:
TRES ESPECTADORES
Me gusta ir a las Multisalas del centro comercial la última sesión del domingo, cuando suele haber menos gente. Esta noche hace mucho frío y por eso hay aún menos público de lo habitual. Llevo un rato plantado ante los títulos sin acabar de decidirme por Desidia (Sala-4) o Perfidia (Sala-7) cuando se me acerca una pareja desde la taquilla.
-Perdona –dice él- ¿Por casualidad vas a la sala 4? Solo vamos nosotros dos y la taquillera nos ha dicho que no abren si no hay un mínimo de tres espectadores.
-No te sientas obligado –me dice ella- Si querías ver otra película, no hay problema.
Decido ser sincero:
-No, no… La verdad es que estaba indeciso entre dos películas y Desidia era una de ellas. A mí ya me parece bien.
Quieren pagar mi entrada. Les digo que no, por favor, que no es necesario… pero insisten mucho y la sesión está a punto de comenzar.
-No tendremos problema para encontrar sitio –ríe él cuando entramos.
Para que no se sientan incómodos decido sentarme el primero pero ellos se sientan a mi lado. La chica en el centro, él a su derecha y yo a su izquierda.
Media hora después aún estamos los tres solos en la sala. Tiempo suficiente para comprobar que Desidia es una de esas películas pretenciosas y sobrevaloradas. Además es aburrida. Bostezamos. Las butacas crujen. Cuando el chirrido de los asientos suena más fuerte de lo habitual me vuelvo a mirarlos: él le está masajeando un pecho por debajo de la ropa. Ella gime y saca la lengua. Agarra mi mano derecha y la pone encima de su otro pecho. Me siento confuso pero cuando ella me mordisquea el cuello me dejo llevar.
Poco después él sigue sentado en su butaca pero con los pantalones bajados hasta los tobillos. Ella cabalga encima de él y tiene mi miembro en su boca.
Creo que a la salida les invitaré a tomar algo. No cuesta nada quedar bien.
…Y EL PREMIO
Vale, no es para tirar cohetes pero como nunca me conceden premios me ha hecho ilusión: un vale de descuento por un 15% en productos de La Maleta Roja, una empresa especializada en sesiones de Tuppersex.
Por si alguien no lo sabe el Tapersé como dicen las marujas es un invento procedente de los USA en que un grupo de amigas se reúne para una venta de juguetes eróticos a domicilio; el éxito de esas reuniones se debe a que muchas mujeres prefieren adquirir esos productos a domicilio en lugar de los sex shops. Me aconsejaron que enviara el relato con seudónimo femenino y firmé como Virginia Lobo (sí, suena a nombre falso a un kilómetro pero me hacía gracia) Ahora el problemilla es que esas sesiones Tuppersex sólo acuden mujeres, bueno, a ver como lo resuelvo. Si alguien se quiere apuntar a una reunión de Tapersé que me lo haga saber; yo pongo el local y los cacahuetes.
martes, 6 de diciembre de 2011
POCAS BROMAS CON J. PIQUER SIMON
Sí, pocas bromas porque no todos los directores españoles pueden decir que han rodado con Peter Cushing, Terence Stamp, Cameron Mitchell y Pocholo Martínez-Bordiú. El valenciano Piquer (1935-2011) fue a contracorriente haciendo el cine que quería hacer, el fantástico, en un país y una época nada propicios. Quizá su película más recordada es Supersonic Man (1979) Vean como este superhéroe –con cierto parecido a Ned Flanders- se lanza desde el edificio Cuzco IV en Madrid y un segundo después sobrevuela Nueva York; no me digan que no tiene merito.
Realizó tres películas basadas –muy libremente- en relatos de Julio Verne. “¿Qué porqué? Pues porque a mí no me conoce nadie y a Verne todo el mundo. Ya lo aclaró Cecil B. de Mille cuando le preguntaron porque hacía películas bíblicas: ya vienen con doscientos años de publicidad” (2000 Maníacos nº 17). Entre 1977 y 1982 Piquer rodó Viaje al centro de la Tierra, Misterio en la isla de los monstruos y Los diablos del mar con un variopinto reparto: Peter Cushing, Kenneth More, Terence Stamp, Paul Naschy, Ana Obregón… Estos son los dos actores que más le impresionaron: “Cameron Mitchell era un gandulazo, siempre tenía que engatusarle con berberechos. Después del rodaje se ponía morado de berberechos y decía que aquello sí tenía taste, que en los USA la comida no sabía a nada. Peter Cushing era absolutamente maravilloso, estuvo ensayando como servir una copa de jerez sin derramar una gota y me quedé embobado mirándole pues eran gestos complicados que hacía con una facilidad pasmosa”.
En 1982 consigue un taquillazo con la película gore Mil gritos tiene la noche –mi preferida de Piquer por su atmósfera opresiva- que en Estados Unidos fue un taquillazo (se estrenó en 97 cines sólo en Nueva York) mientras que en España, como siempre, es saldada con una discreta carrera comercial. Cuatro años más tarde le reclaman los americanos para rodar Slugs, muerte viscosa, una película con babosas asesinas y unos FX muy apañados para la época protagonizada por el televisivo Jack Scalia.
Le seguiría La grieta, otro producto hollywoodiense, esta vez de aventuras submarinas aprovechando el éxito de Abyss. Una trama con cueva subterránea repleta de monstruos provocados por experimentos genéticos. Repite Jack Scalia acompañado de Ray Wise, de la serie Twin Peaks y R. Lee Ermy, el brutal instructor de La chaqueta metálica. El inquieto Salvador Sainz, guionista y escritor especializado en prensa cinematográfica, nos cuenta su colaboración en la película: “Yo me encargaba del atrezzo, me pateaba el Rastro en busca de toda clase de objetos. Los sillones del submarino los encontré en una barbería. El decorador los camufló haciéndolos pasar por sofisticados asientos de un batiscafo nuclear. Piquer me encargó unos guantes blancos de plástico para buzos que usarían en la escena de la cueva pero ya no los fabricaban, así que cogí unos guantes de cocina, les di la vuelta ¡y nadie lo notó!”
Después vendría una muy libre –como es habitual en este director- adaptación del mundo de Lovecraft: La mansión de Cthulhu; una de terror a la antigua, sin alardes de FX, protagonizada por el británico Frank Finlay pues Vincent Price rechazó el papel a causa de su delicado estado de salud. Tuvo un notable éxito en el extranjero pero en España se vio perjudicada por innumerables problemas de distribución.
Manao, la ciudad del oro (1999) pone punto final a su filmografía, una película prácticamente invisible a causa de su deficiente distribución. Supongo que Piquer preferiría olvidar su colaboración en Bracula Condemor -2 (1997) con Chiquito de la Calzada.
J. Piquer Simon falleció en enero del 2011 sin lograr llevar a cabo su proyecto de llevar al cine El guerrero del antifaz por problemas de presupuesto. Incomprendido en su propio país hasta el final.
domingo, 4 de diciembre de 2011
UNA HISTORIA TONTA (RELATO)
-¿Sí o no?
Udo –que aguardaba el autobús que lo llevaría a su casa- estudió brevemente con la mirada a la persona que acababa de hacerle esta pregunta. Aspecto agradable, ni muy joven ni muy mayor, lo único que desentonaba era su chaqueta marrón demasiado holgada, como si no fuera suya.
-¿Sí o no? –repitió el desconocido.
-¿Pero sí o no, qué? – Udo empezaba a inquietarse.
-Sólo diga sí o no –dijo sin severidad pero de manera inapelable.
-Pues, eeer… No.
El desconocido se encogió de hombros y mostró las palmas de las manos.
-¿No quiere mil euros? Bien, como desee, caballero.
El desconocido se dirigió entonces hacia una anciana de aspecto afable que llevaba un carrito de la compra. Estaban demasiado lejos para que Udo pudiera oírles pero vio que la señora asentía con la cabeza, entonces el desconocido introdujo una mano en el bolsillo interior de su chaqueta y le entregó un fajo de billetes; en ese instante llegó el autobús.
Udo agradecía dejar atrás aquella tarde desconcertante y lluviosa cuando llegó a su casa. Allí se sentía seguro, como rodeado de un líquido ambarino que lo protegía y a la vez lo dejaba visible como fruta en gelatina. Al entrar percibió un agradable olor a pollo al horno que llegaba desde la cocina. Eva, su esposa, estaba en el recibidor y parecía ansiosa por comunicarle algo importante pero Udo fue el primero en hablar:
-Me ha sucedido algo de lo más curioso –dijo mientras colgaba su chaqueta en el perchero-: estaba esperando el autob…
-¿Sí o no? –le interrumpió Eva.
-¿Sí o no, qué?
-Tú di sí o no.
-Sí.
-¡Pues toma hostión! –dijo Eva y le descargó un puñetazo en la mandíbula.
Udo quedó recostado de espaldas sobre la pared y se dejó deslizar hasta que quedó sentado en el suelo formando un ángulo de 45 grados. Aún aturdido por el golpe murmuró:
-Decididamente, hoy no es mi día.
viernes, 2 de diciembre de 2011
UN MEME MUY BREVE
UNA CABALGADA. La venganza de Ulzana (1972)
Una de las más vibrantes cabalgadas del cine del Oeste en esta impresionante película con Burt Lancaster dirigida por el hoy injustamente olvidado Robert Aldrich. Esta escena la fusiló Walter Hill en su Gerónimo (1993) con Robert Duvall.
UN TANGO. Eric oficial de la reina (1977)
Sobran las palabras para este bailecito que se marcan Rutger Hauer y Lex Van Delden en la producción que dio fama internacional a Paul Verhoeven.
UNOS CRÉDITOS. Cuidado con las señoras (1968)
¿A qué parecen los créditos iniciales de una película de Almodóvar o Álex de la Iglesia? Pues en 1968 se hacían algunos tan poperos y molones como éste con música y letra de Los Gritos con sus inconfundibles a taaataaaá thá y otros sonidos guturales.