viernes, 4 de noviembre de 2011
APUNTES DE CABO VERDE
EL HOTEL
Andreu y yo nos alojamos en el Hotel À Flor do Mar en Praia, la capital de Cabo Verde. Es un edificio color vinagre rodeado de esos enmarañados amasijos de cables que se ven en muchas calles de la ciudad. Me encanta dibujarlos aunque no sé porqué. También dibujo su terraza; la sombra es para darle un poco de intensidad dramática.
El recepcionista, Aurelio Da Paz, nos informa del original sistema para avisar a los clientes de la necesidad de evacuar el hotel en caso de incendio:
-Se me ocurrió viendo un documental sobre la Guerra del Vietnam. El día antes de que el Vietcong llegara a la capital todas las emisoras de Saigon pusieron White Christmas; era la señal convenida para que los periodistas abandonaran el país. Aquí ponemos un disco en la megafonía, claro que vienen huéspedes de muchas nacionalidades y había que buscar una canción muy conocida y me decidí por Close to Me de los Carpenters. Ya lo saben: si oyen esa canción salgan del hotel por piernas.
-No hay problema –aseguró Andreu-. Siempre me vienen ganas de salir huyendo cuando oigo Close to Me.
EL PASTOR DE CABRAS
En Cabo Verde se consume la cerveza Estelha que no se la recomiendo al amigo NatsnoC pues con ella se pasa de estar sereno a tener resaca sin el intermedio de la borrachera. También se fuma Muti Muti –una especie de marihuana local- en cachimbas como las del kifi marroquí.
Saboreamos Muti Muti admirando el paisaje de la costa de Sao Vicente. A nuestras espaldas un pastor vigila sus cabras apoyado en un árbol aquí llamado maddié. Parece sacado de una novela de Conrad: alto, piel muy negra y reluciente, lleva un collar de semillas sobre una vistosa túnica color azafrán con lagartos estampados y un largo bastón con una cabeza tallada en el puño. Andreu me acerca la cachimba y señala el horizonte:
-Veus aquella línia fosca? Això és la costa del Senegal. (¿Ves aquella línea oscura? Eso es la costa de Senegal) – y me acerca la humeante cachimba.
El pastor balancea un huesudo índice en nuestra dirección:
-Nois, aquí no hi trobareu pa amb tomàquet ni butifarra amb seques. (Chicos, aquí no encontraréis pan con tomate ni butifarra con judías.)
-Andreu… ¿Has oído lo mismo que yo o son los efectos de esa hierba?
Al ver nuestra bobalicona expresión de sorpresa el pastor se ríe divertido pero sin malicia. Se presenta: “Llamadme Ze” y nos cuenta en un catalán perfecto que vivió ocho años en el Maresme trabajando en la recogida del clavel y regresó con una importante suma de dinero, mucho para Cabo Verde, con el que compró treinta y ocho cabras y la dote de tres mujeres. “Por este orden –indica Ze-. Desde entonces vivo como un rey”.
Pues me estoy mirando el mapa de Cabo Verde, igual me voy para allá. Con unos ahorrillos se pueden hacer maravillas por lo visto, como hizo Zé. Y encima me libro del Mas y del Rajoy. No lo digo en broma...
ResponderEliminarPor cierto: la ilustración de las antenas... muy buena!
Gracias, Lluís. Reciclé esa ilustración para una portada mucho tiempo después. Te recomiendo Cabo Verde: barato, paisajes muy bonitos (paracidos a los de Canarias) y te sientes como en casa cuando un pastor te habla del pa amb tomàquet. Un buen sitio para evadirse de Mas y Rajoy. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarQué buena anécdota, Zueras. No sé con qué riegan las plantas por esas latitudes, pero recuerdo una experiencia psicolúdica nocturna en la playa de Kafountine, en Senegal, lo mejor que he fumado en la vida. Es curioso, hace algunas semanas que ronda por mi casa una guía de Cabo Verde, pensando en irme el año que viene....añoro muchísimo África y sus gentes. ¿Cuánto hace que fuiste?...lo digo por aprovechar tus conocimientos.
ResponderEliminarKisses a lot!!!
Hola, Sincopada. Para mi Senegal es una asignatura pendiente con lo cerquita que lo tuve. Mi viaje a Cabo Verde fue en el 93. Después la isla tuvo serios problemas por la sequía pero ahora se han recuperado bastante. Te recomiendo el viaje. Kisses. Borgo.
ResponderEliminarHola Miquel
ResponderEliminarVeo que los caboverdianos también hablan catalán en la intimidad, como algún expresidente...;)
La verdad es que siempre es gratificante escuchar tu lengua cuando te encuentras a miles de kilómetros de distancia de casa. A mi me pasó algo parecido cuando viajé a Orlando (Florida). Cada vez que intentaba hablar en inglés me captaban rápidamente el acento y me decian "Que podemos hablar en español". La verdad es que me sorprendió el abrumador número de hispanoparlantes en esa zona de EEUU, sabía que eran muchos, pero no que iba a hablar en inglés menos que en castellano.
Un saludo
Pd. Hay una nueva reseña en mi blog.
Hola, Von Kleist. En aquel momento llegué a creer que mi amigo y yo teníamos una alucinación colectiva.
ResponderEliminarAlgo parecido me pasó en Houston, Texas. Allí el español estaba más extendido de lo que pensaba. Muchos hispanos hablan de un modo curioso como traduciendo literalmente algunas palabras del inglés como cuando en un restaurante me recomendaron "comida de mar" en lugar de "marisco". Saludos y ahora me paso con mucho gusto por tu blog. Borgo.
Qué puntazo! No me extraña que pensaras que era una alucinación colectiva...jajaja. Anda que no se agradece, cuando estás lejos, oir algo familiar. La gente de allí tiene que ser increíble. Me encantaría hacer un viaje a África, y por lo que dices Cabo Verde tiene muy buena pinta...algún día.
ResponderEliminar1besico!
Hola, Fiona. Es un lugar muy bonito y un viaje interesante porque tomas un avión desde Canarias y te encuentras un paisaje muy parecido solo que claro, todos allí son africanos. La gente es acogedora y la comida buena, recuerdo el "Pastel con diablo dentro" una masa de harina de maíz con atún y tomates en salsa picante. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarJa,ja,ja... Jo, dile a Andreu que Close to me no es para echar a correr. Vale, es moña, ñoña y todo lo que pueda rimar con ña...pero a mí me gusta (ja,ja,ja).
ResponderEliminarY Zé, no sé si seguir su ejemplo...pero con una mujer tengo ya como de sobra a veces (ja,ja)..
Me gustan mucho los dibujos. El primero sobre todo.
PD: Pero, ¿a quién se le ocurre? (y más que hará; y eso que yo no sigo el futgol, pero ese es un crack)...
Un saludo.
¿Qué tal, David? La verdad es que Close to Me es una canción -junto Strangers in the Night- que Andreu odia con toda su alma. Zé nos contó que sus tres mujeres no eran muy habladoras por lo que casi no notaba que tenía tres. Curioso.
ResponderEliminarDesde luego Messi es grande pero no suponía que llegaría a tanto después de unos partidos sin marcar. Mañana me hago el tatuaje, en el antebrazo, por cierto. Saludos. Borgo.
Mientras te lo hagas en el antebrazo..., pero hay una zona que es intocable ¿eh?.
ResponderEliminarBuenísima la anécdota de Ze hablando catalán, qué susto, y que casualidad mientras descubrías los efectos del muti muti, jaja. Besos mussol.
Tus dibujos me encantan.
Eso es saber administrar bien el dinero, sí señor. Por cierto, Miquel, esas cabañas de paja ilustran muy bien la historia. Un abrazo, amigo.
ResponderEliminarJa, ja, Isabel... no me pienso tatuar el mapa del tesoro de Rackham el Rojo porque no quisiera parecer el protagonista de "Prison Break". No está nada mal el Muti Muti aunque no siempre produce alucinaciones nacionalistas. Me alegra mucho que te gusten los dibujos. Besos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Marcos. Ya ves que mis dibujos a veces los reciclo, la verdad es que esas cabañitas me gustaban y por eso las reservé para la portada pues no me suelen pedir muchos dibujos con temas africanos. Abrazos. Borgo.
ResponderEliminarQue envidia me has dado Borgo,esas islas asi me encantan,adoro viajar
ResponderEliminarel problema es la pasta que si no...jejeje.
Saludos Borgo muy interesante
entrada
Cuando comienzo sus relatos nunca se si es una historia inventada o real. Ya veo que en esta ocasión si lo es. Eso de la canción que le hace a uno huir me hace recordar una aventura de Mortadelo y Filemón, en la que el Súper los torturaba haciéndoles escuchar "Amanece" de Jaime Morey.
ResponderEliminarHola, Atticus. Pues anímate porque Cabo Verde es un destino muy asequible. Allí con poco dinero se puede vivir muy bien como el amigo Zé con sus cabras y tres mujeres, aquí todo eso le saldría mucho más caro. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Cahiers. Muy buenas esas escenas de tortura al estilo Bruguera. Recuerdo también una historieta en la que Anacleto encerraba a su jefe en una jaula con el "Dónde estará mi carro" sonando sin tregua y el jefe suplicando: "Al menos cambia de disco antes de que me vuelva idiota". Saludos. Borgo.
ResponderEliminarA mí me pasa como a Cahiers, en un principio nunca sé si es realidad o ficción. Me encanta ese dibujo de la terraza con sombra. Besos, Miquel.
ResponderEliminarHola, Clementine. Gracias por lo del dibujo, me encanta hacer apuntes. Bueno, las historias en las que yo aparezco son reales aunque también es verdad que dije que en mis historias de no-ficción incluyo una receta pero no recuerdo como se hace el plato tradicional caboverdiano "pachuca" que viene a ser el típico plato de puchero con un poco de todo (cerdo y pescado) con maíz, patatas y frijoles. Era bastante bueno. Besos. Borgo.
ResponderEliminarTe felicito por los dibujos, sobre todo el de la terraza, excelente.
ResponderEliminarLa anécdota es muy divertida. Cuando se viaja a sitios más o menos exóticos, acostumbra a pasar lo que tú dices: pasas de estar en una novela de Conrad a sentirte en casa. Cuando estuve hace bastantes años en Santo Domingo con un amiguete, un día nos aventuramos fuera de la playa privada de nuestro hotel sin hacer mucho caso del cartel que decía que "a partir de aquí, no nos hacemos responsables de lo que les pueda ocurrir"; nos lo tomábamos a broma hasta que vimos a un lugareño esperándonos armado con un machete. Por suerte, sus palabras cuando se acercó a nosotros fueron: "¿Coconut?" (el machete era para cortar la fruta). Un saludo.
Gracias, Ricard, me alegra que te gusten los dibujos. Tengo otro cuaderno con bocetos que me llevé cuando fui al norte de Argentina, cerca de la frontera con Brasil. También había un camino cerca del hotel con carteles aconsejando no meterse por ahí pues habían jaguares. Guardo aún el papel con instrucciones en caso de toparte con un jaguar: "No correr, subirse a una roca para parecer más alto..." Lo del lugareño con machete debió ser acongojante. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarEsto me ha hecho recordar que actualmente uno coloca la radio y enseguida se extraña el silencio. No soy melómano pero en el presente tampoco motiva mucho salvo que uno acceda a su propia música. Y sobre Cabo Verde, que maravilla visitar lugar tan exótico digámosle. En referencia al cabrero, que estupendo que haya podido hacer dinero para vivir como quiere, todos deberíamos tener ese derecho, a tener la vida que deseamos. Saludos.
ResponderEliminarMario.
Hola, Mario. Hay que reconocer que era bastante original esa manera de avisar a los clientes del hotel en caso de incendio. Es lo bueno de esos países exóticos, con el dinero que se gana aquí pueden vivir muy bien cuando regresan por lo que no tendríamos que quejarnos tanto. Según donde se puede vivir muy bien con treinta y tantas cabras y tres mujeres. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarEstupendo viaje. Si en un sitio así no surgen historias, no se me ocurre dónde.
ResponderEliminarSaludos.
Hola Borgo! Menuda sorpresa os llevariais al oirlo hablar catalán. Ya me gustaría a mi viajar a Cabo Verde, bueno en realidad me gustaría viajar a un montón de sitios, pero bueno por ahora no he podido hacer realidad mi sueño. Veo que eres un hombre muy viajado y eso me gusta: soy de las que piensa que la verdadera cultura te la da la vida y sus experiencias, aunque claro nunca esta mal leerse un buen libro jajaja
ResponderEliminarFijate que curioso; el hombre se vino a Cataluña y en ocho años consiguió lo que aquí muchos no consiguen en toda su vida. Ahora bien también es verdad que hay quién con poquito es feliz,y quien aunque tenga la casa forrada de oro siempre se está quejando. Besos
Hola, Licantropunk. Un gran viaje sobre todo cuando eres joven y todo te parece nuevo y te ayudan las lecturas de Conrad y Richard Burton (el explorador, no el actor)... para ver que nada es como te lo cuentan. Ja, ja. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, SqS. Aquello fue todo un flash y aún más envueltos en humo de Muti-Muti. Sí, aquel hombre consiguió alcanzar su sueño, vivía modestamente pero mejor que la mayoría de sus paisanos y además parecía feliz ¿Qué más se puede pedir? Bueno, sí: butifarra amb seques, me dijo que las echaba de menos. Besos. Borgo.
ResponderEliminarHola Miquel, me asomé ayer pero no pude leer como es debido la entrada (que vi que lo merecía) y por supuesto no iba a comentar sin leerla....
ResponderEliminarBueno, apunto a pesar de la des-recomendación esta Estelha caboverdiana. Por cierto que tengo un post cervecero programado para este miércoles, que tenía a las cervezas abandonadas (pero solo en el blog)
Coincido con muchos en eso de que el dibujo de la terraza está muy conseguido, me parece genial. Y las anécdotas del viaje muy curiosas. Nunca he estado allí, ¿es bonito?
Bienvenido, natsnoC y en serio que no te recomiendo esa cerveza de tan raros efectos que consumen en Cabo Verde. Eso sí: el país es muy bonito y te recomiendo la visita, pero no la Estelha. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarMuy bueno, es verdad, oyes catalan donde menos te lo esperas...yo conozco una anecdota parecida pero en Gallego y en Vientnam, se encontraron un vientnamita diciendo carallo y otras palabras en Gallego que se las había enseñado uno que paso por allí
ResponderEliminarOye, el dibujo buenísimo, esos cables tienen algo...no sé, pictórico!
Hola, Aris. Supongo que conoces la historia de Ramon Mercader, el asesino de Trosky, se hacía pasar por soviético por si era deportado a Rusia pero en aquella cárcel mexicana se delató cuando el carcelero, un exiliado catalán, le oyó cantar "El noi de la mare".
ResponderEliminarEsas telarañas de cables me fascinaban, a saber porqué, hice bastantes dibujos de ellas. Saludos. Borgo.
Que sepas que sólo estás consiguiendo aumentar mi curiosidad por esa cerveza, Miquel.
ResponderEliminar¡Ja, ja, natsnoC! Pues la verdad es que no te pierdes nada porque además de sus efectos poco agradables es bastante insípida. Allí prefería los licores a base de frutas como el O Palmeira parecido a la batida de coco y uno - que no recuerdo el nombre- de naranjas amargas, muy bueno. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarInteresante crónica y estupendos dibujos, como ya es habitual. ¡Una buena juerga la que se puede uno correr allí! XD
ResponderEliminarUn saludo!
Gracias, Wolfville y siempre que quieras incluir a mi reverenciada Kate Bush en tu estupendo blog por mi encantado y no te olvides de avisarme. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarPor sus comentarios veo que es una historia real. (Nunca se cuando escribe en serio).
ResponderEliminarY si, Cabo Verde también me atrae a mi ;-)
¿Qué tal, Lorenzo? Pues eso: cuando yo soy uno de los protas es que el relato se basa en una "True Story" como dicen en las películas. Recomiendo visitar las islas de Cabo Verde como la de Sal que es maravillosa, unas playas "pajarisíacas" como decía una modelo, no recuerdo ahora quien. Saludos. Borgo.
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