martes, 7 de junio de 2011
LOS PROBLEMAS DOMÉSTICOS DE BARBA AZUL
Con su séptima esposa se comportó de la forma acostumbrada. Le dio sus instrucciones, le entregó el manojo de llaves –incluida la grande, la de color azul- y se marchó solo cabalgando.
Cuando regresó cuatro semanas más tarde la casa estaba limpia, los suelos encerados y la puerta de la habitación no había sido abierta. La habitación del ala oeste del caserón,la que se abría con la llave grande y azul… Barba Azul no salía de su asombro.
-Pero, ¿no sentías curiosidad? –le preguntó a su esposa.
-No –respondió ella.
-¿Pero no deseabas conocer mis secretos más íntimos?
-¿Y por qué? –replicó su mujer.
-Bueno… es lo normal. ¿No deseabas saber quién soy yo en realidad?
La mujer rió.
-Pero… ¿Quién vas a ser? ¡Eres Barba Azul, mi esposo!
-Pero la habitación… ¿no tenías curiosidad por saber lo que hay en su interior?
La mujer se puso repentinamente seria:
-Cariño, creo que eso sería invadir tu intimidad. Estás en tu perfecto derecho a poseer una habitación privada.
Barba Azul se irritó de tal manera que la mató al instante.
En el juicio alegó provocación.
Es que nunca estais contentos, coñe....
ResponderEliminarHola, Sincopada. Aquí se podría decir lo de "La no curiosidad mató al gato". Kisses. Borgo.
ResponderEliminarjajajaja, que mal pronóstico tenía la pobre. Ya era un cadáver en el momento de agarrar la llave, hubiera entrado o no en la habitación la habría pelado igual.
ResponderEliminarYa puestos, yo me abría quitado la duda de encima ...
Un beso Zueras
Barba Azul tenia sentimientos encontrados.
ResponderEliminarJajajajaja,es la historia de mi vida!!!
ResponderEliminarMuy cierto, Salamandra. Ha de ser duro ser la mujer de Barba Azul, hagas lo que hagas seguro que terminas mal. Besos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Sr. Nocivo. Las mujeres son más imprevisibles de lo que imaginaba Barba Azul, al ver que una no había sucumbido a la curiosidad no supo reaccionar. Saludos. Borgo.
ResponderEliminar¿Qué tal, Fanny? ¿La historia de tu vida? Ah, pues cuenta, cuenta... ¿Conocíste a un Barba Azul?. Borgo.
ResponderEliminarEsto me recuerda un jefe mio, que nunca estaba contento...por suerte no me mato...
ResponderEliminarJa,ja...Esto ha estado bien. Buena variante.
ResponderEliminarSi es que hay veces que ninguna respuesta es buena y lo mejor es evitar el asunto.
ResponderEliminarHola, Aris. Je... cuidado con la gente que nunca está contenta y más si es tu jefe. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, David. Es que la pregunta hace tiempo que me cosquilleaba ¿y si la mujer de Barba Azul no hubiera sentido curiosidad? En todo caso malo para ella. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola. JLin. Me temo que al casarse con ese señor la pobre mujer ya selló su destino. A Barba Azul ya no le venía de una más. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarA veces uno no sabe como responderá una persona, la mente tiene tantas variantes que Barba azul ha despertado su propia ira que quien sabe el motivo, la mujer no tiene la culpa sino el extraño hombre, relacionarse con alguien es aceptarlo. El final me pareció gracioso en parte. Un abrazo.
ResponderEliminarMario.
ja,ja, muy bueno. Yo casi diría legítima defensa. Un abrazo.
ResponderEliminarMe recuerda al chiste que creo que todo el mundo conoce, ... pues sí, pues sí,... pues no, pues no y ahora te bajas del carro, que mala sombra tengo contando chistes.
ResponderEliminarBesos.
Cualquier motivo servía para satisfacer sus instintos asesinos. Desde luego con lo cotilla que yo soy, seguro que hubiera abierto la puerta, y quizás si ella lo hubiera hecho tal vez o ..¿tal vez no?, podría haberlo contado. Un beso.
ResponderEliminarHola, Mario. Aquí sí que Barba Azul se quedó en fuera de juego. Es curioso pero algunas amigas que lo han leído me dicen que les gusta el final porque están cansadas de la fama de curiosonas de las mujeres. Abrazos. Borgo.
ResponderEliminarHola, David. Barba Azul tendría que elegir pareja en el "Club de las curiosas" y otro gallo le cantaría. Abrazos. Borgo.
ResponderEliminarJa, ja, Isabel. Sí, el chiste de: "¡Pues ahora te bajas del carro!". Yo también tengo muy mala sombra contando chistes, mis amigos se ríen a carcajadas pero no del chiste sino por lo mal que lo cuento. Besos. Borgo.
ResponderEliminarHola, SqSmaravillosa. Pues igual sí, a lo mejor Barba Azul decidía perdonarla por hacer lo que esperaba de ella. En todo caso cuidado con los barbazules. Tengo un amigo que si alguien entrara en su estudio equivaldría a una sentencia de muerte. Besos. Borgo.
ResponderEliminarJajajja, muy bueno.
ResponderEliminarPara los sicópatas cualquier excuas es buena.
Es que esos psicópatas son muy suyos, Mr. Lombreeze, que si no pueden matar se salen con cualquier motivo que menudos son. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarLa postura de la mujer es ideal. Confia y acepta a su pareja hasta el punto de que no siente curiosidad ( o se la frena) por invadir su vida... Aquí le sale mal, estaba condenada de antemano... De todos modos, en una relación normal de pareja el ideal sería que, sin llave azul, los dos repetaran sus espacios propios, que las parcelas de intimidad personal se respetaran siempre y sin amenazas. Un abrazo
ResponderEliminarHola, Layna. Es una muy buena interpretación, muchas parejas se deterioran por no respetar el espacio privado de cada uno. El caso de la mujer de Barba Azul es distinto por estar ya condenada pero es muy importante que cada uno tenga su recinto propio. Abrazos. Borgo.
ResponderEliminarProvocación en toda regla, claro que si... Pobrecilla, ella que que solo quería demostrarle su confianza. No estaría ma que todo el mundo fuera asi jejeje (como ella, quiero decir). Un abrazo!
ResponderEliminarPues yo habría corrido la misma suerte que esta pobre mujer. Y sin haber entrado en esa habitación, además. Mira tú de saberlo antes... Un beso, Miquel.
ResponderEliminarYo tengo algo parecido a la habitación de Barba Azul. No lleva asociada pena capital ni tampoco es de acceso prohibido pero si controlado: se trata del santuario de mis comics.
ResponderEliminarSí, Marcos, pobrecilla. Barba Azul había descubierto su media naranja, una que no fisgoneaba, y ya ves como se lo paga. Hay gente muy complicada. Abrazos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Clementine. Pues sí, de haberlo sabido lo mejor hubiera sido echar un vistazo a la habitación, salir por piernas del castillo y publicar un Best Seller contandolo todo. Eso sería un final feliz. Besos. Borgo.
ResponderEliminarHuy, natsnoC. El santuario de los cómics son palabras mayores. Haces muy bien en protegerlo celosamente, yo he perdido muchos con el tema de las mudanzas. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarEs que la falta de curiosidad es tan irritante como el exceso.
ResponderEliminarEso es: Cahiers. Hay que saber encontrar la justa medida que si no Barba Azul se pone como se pone... Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola Borgo!!! Me ha gustado la parodia del monstruo de Perrault. Como dicen algunos daría igual lo que hiciera la mujer porque Barba azul es Barba azul y acabaría con ella de cualquier modo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Worc. Sí, creo que la cosa va por aquí. Barba Azul ya va predestinado a cargarse a su compañera porque no puede evitar ser como es. Un apunte interesante. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarCuestión de instinto. Cuando la cabra tira al monte...
ResponderEliminarPodría haberse titulado tu relato "Crónica de una Muerte Anunciada" eso le hubiera restado interés.
Un saludo
Hola, Alimaña. Sí, creo que un título así hubiera sido como contar el final antes de tiempo. La culpa de todo era de Barba Azul y sus hobbies. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarInquietante. Bravo!
ResponderEliminarGracias, RAFA V. Me alegra volver a verte por aquí. Muchos saludos. Borgo.
ResponderEliminar