Dedicado a Joaquín (1918-2009) mi padre.
EL PIANISTA CON ONCE DEDOS
El primero de la derecha, el del trombón, es mi padre con su orquesta en el otoño de 1936. Un día me contó que durante la guerra estando Errol Flynn de paso por Barcelona apoyando la causa republicana les advirtieron que se pasaría por el local donde tocaban, el Moka. La visita del actor fue fugaz: Flynn llegó rodeado de militares y periodistas, tomó una copa y se fue saludando con la mano a los músicos que estaban tocando en su honor Jarama Valley, el himno de los brigadistas norteamericanos. Al oír esta anécdota se me presentó una de esas extrañas asociaciones de ideas que a veces me vienen y es que poco antes de la guerra mi padre se presentó a una audición de piano para ser admitido en el conservatorio. Cuando terminó de tocar el profesor le puso una mano en el hombro y le dijo: “Joven, toca usted el piano con el nabo”.
Errol Flynn era famoso –entre otras cosas- por tocar el piano con el pene en sus fiestas privadas. Bette Davis y Marilyn Monroe lo atestiguaron (Marilyn aseguraba que Flynn era un virtuoso) Por eso me gusta imaginar un final mucho mejor para esta historia. Mi padre se acerca a Errol Flynn y estrechando su mano le dice:
-Encantado, mister Flynn. Los dos tenemos algo en común: yo también toco el piano con el nabo.
Ahora veo de donde procede tu vena artística, Borgo.
ResponderEliminarPor otro lado, las habilidades de Flynn al piano son bien conocidas, pero la anécdota del encuentro con tu padre me gusta como la imaginas tú. Y de haber sido así, seguro que hubiera echado una buena carcajada. Saludos.
Hola, Dickson. Lo cierto es que mi padre también dibujaba y no lo hacía mal. El tema que Flynn solía tocar con su "otro" dedo era "You are my Sunshine", hubieran podido tocarlo a duo, quizás habrían hecho una gira. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarMira que me gustan a rabiar todas las entradas que he leído en este blog tuyo.
ResponderEliminarBueno, pues ésta es ya mi preferida. Perfecta, Mikel, y un precioso homenaje a tu padre. Un beso.
Muchas gracias, Clementine. Para mí es muy emotivo lo que dices. Besos. Borgo.
ResponderEliminarRealmente conmovedora la historia de tu padre.¡Cuánta razón tenía! Hoy en día nos parece algo impensable, en esta sociedad poder pasar sed o hambre. Sólo las personas que han vivído situaciones tan horrendas saben apreciar lo maravilloso que puede ser un simple vaso de agua, o un pedazo de pan, o simplemente ver salir el sol. Las viñetas me han encantado. Tu padre también fue un hombre muy aleccionador. Exactamente igual que tú. La anécdota concerniente a Flyn la conocía ¡Qué asquito!. Lo bueno es el final...por un momento he podido imaginarme la escena. Un beso.
ResponderEliminarQue emotiva entrada. Me ha gustado. Y esta vez, la foto es enorme; ha sido un placer poder ver la orquesta en detalle. Ya sabe que lo mio son las fotos antiguas.
ResponderEliminarSaludos!
Gracias, Clementine. Aquello fue una gran lección para mí, el saber apreciar cosas que normalmente no damos importancia, beber cuando tienes sed es algo maravilloso.
ResponderEliminarNo creo que a Flyn le admitieran en la Orquesta del Liceo con su manera de tocar. Ya me hubiera gustado que la anecdota fuese realmente como la he contado pero la ficción suele mejorarlo todo. Besos. Borgo.
Hola, Lorenzo. La verdad es que he pensado en su blog cuando puse la foto. Tengo otra igual virada en azul cobalto. Es la Orquesta Florida -que aún sigue en la actualidad- en los años de la posguerra fue muy popular en Barcelona y solían acompañar a Xavier Cugat. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarVenga, Borgo, vamos a hacer un trato tú y yo. Yo te vuelvo a llamar Miquel (y no Mikel, que se me ha debido cruzar Imanol Arias por medio), que a mí me gusta llamar a la gente por su nombre. Y tú vuelves a llamar a SqSmaravillosa por el suyo (y no por el mío), que para eso lo tiene también. Besos.
ResponderEliminarLa anécdota del nabo, vaya...pero la historia del campo y lo del agua. Joder! Qué vidas... Bueno, por lo menos pudo sobrevivir aquello y como dice, beber luego toda el agua que quiso.
ResponderEliminarUn saludo.
Me parece muy bien, Beatriz. Lo de los lapsus con los nombres me suele pasar cuando me pongo con el blog después de no haber dormido casi en toda la noche. Este insomnio... Besos. Borgo.
ResponderEliminarSqSmaravillosa: gracias de nuevo por tu mensaje y sorry por el lapsus con el nombre. Después de tres cafés ya lo veo todo más claro. Besos. Borgo.
ResponderEliminarHola, David. Sí una época dificil la que le tocó vivir y aún suerte de contarlo. Por cierto que me ha entrado una sed... voy a beber un litro de agua ya mismo. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarComo siempre un recuerdo con tu toque de ingenio, sobre las ilustraciones y su mensaje, muy bueno, también buena forma de recordar con cariño al hombre que te dio la vida. Buena entrada. Un abrazo.
ResponderEliminarMario.
Emotiva historia Miquel, y muy divertida en su segunda mitad...
ResponderEliminarHabría mucho que hablar sobre los campos en el sur de Francia, y muy especialmente cuando aún no se había producido la derrota gala ante Hitler...recuerdo que Tuñón de Lara se mostraba condescendiente con la política del gobierno francés, que siempre he pensado que fue muy hipócrita...
Un abrazo.
Gracias, Mario. Me alegra que te haya gustado. He pensado que la segunda parte le quitaba un poco de dramatismo, a mi padre le gustaba la ironía. Abrazos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Tirador. He pensado que iría bien darle un toque irónico en la segunda parte. Cuando mi padre estaba en el campo conoció a un coronel que fue uno de los 6.000 voluntarios catalanes que lucharon con el ejército francés en la Primera Guerra Mundial, "Mira como nos lo pagan" le dijo. Vergonzoso. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarBonito homenaje a su padre el que ha dibujado. Ya no se aprecian las pequeñas cosas de la vida, como beber tanta agua como se quiera, hasta que uno las pierde.
ResponderEliminarHubiera sido divertido ese final con Errol y su padre tocando el piano... cada uno a su manera, claro.
Impresionante, la historia de tu padre es conmovedora y la de su relación con Flynn es tronchante.
ResponderEliminarGran entrada.
Tu sensibilidad nada empalagosa (incluso un punto surrealista) me ha parecido extraordinaria, emotiva y brillante. Creo que dentro de tu breve relato, se deja ver un relato mayor (mucho, muchísimo mayor) que asoma la cabeza y que se nos antoja fascinante. A mí también me encanta escribir y tengo montones de cosas. Un día quizás me anime a hacer un blog con ello. Pero tu post me ha parecido tan breve como extraordinario (o quizás extraordinario en parte, por su pretendida brevedad). Un abrazo.
ResponderEliminar¿Tu padre dibujaba? :D
ResponderEliminarErroll... Curioso y bastardo galán. X)
Qué bueno tu relato, Miquel!!! Me ha encantado y por supuesto tu padre merece ese final junto a Erroll Flynn. Como siempre, resulta muy divertido leerte. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Sr. Nocivo. Hay que ver lo mucho que se puede valorar algo tan simple como beberse un vaso de agua. Y dsede luego lo que hubiera dado por ver una actuación con mi padre y Errol al piano, los dos a su estilo. Borgo.
ResponderEliminarHola, Kinski. Me alegro que te guste. La relación de mi padre con Errol Flynn fue muy pasajera pero la de ficción es por supuesto mucho más interesante. "No fue así pero así lo cuento". Saludos. Borgo.
ResponderEliminarBuen homenaje a su padre, alguien con apasionantes historias que contar. Además, lo que cuenta del agua es toda una lección de que hemos olvidado, con tanta sobreabundancia, las cosas verdaderamente importantes.
ResponderEliminarMuchas gracias, David. Espero con verdaderas ganas el blog del que hablas, seguro que lo harás muy bien. Yo creo que lo que escribes en los post es mejor si es breve, se suele conseguir un mayor efecto. Abrazos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Cinemagnific. Sí, mi padre dibujaba paisajes de ciencia ficción (le encantaba Julio Verne) pero lo suyo era la música. Por cierto que he leído que Errol Flynn era un agente de los nazis, curioso que se pasara por España en aquella época. Borgo.
ResponderEliminarMe alegra que te guste, Marcos. Seguro que a mi padre (paisano tuyo, por cierto) le hubiera gustado tocar un tema acompañado por Errol Flynn. Espero que sigas leyéndome. Abrazos. Borgo.
ResponderEliminar¿Qué tal, Cahiers? Esa historia me la contó a mediados de los setenta (me ha quedado un poco "Cuéntame...") y desde entonces valoro mucho más beber cuando tengo sed y comer cuando tengo hambre, eso no se olvida. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarPreciosa la historia e imapagable la foto. Desde luego veo que eres un artista con abolengo.
ResponderEliminarEnhorabuena...
Ostras que bueno el comic y la anecdota de tu padre...mi abuelo paterno tambien estuvo en Argeles pero no se como se volvió para España...
ResponderEliminarUn padre de un amigo mío le pasaba lo mismo con las cerillas, cuando fumaba encendía una cerilla y nos decía: aprovechadla, en la guerra no teníamos (?¿). En fin.
Y sí, Erron Flyn, ya lo había leído, tocaba con el nabo...he he
Me han encantado el cómic y la historia. Mi abuelo también estuvo en un campo de refugiados y las pasó bastante canutas.
ResponderEliminarYo tengo sed de que esto me vaya bien. Ni con Nocilla
ResponderEliminar, como usted dice. Uffff, desesperao me encuentro, ante no poder actualizar el blog.
Al menos parece que me funcionan los coment.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias, Quimérico. La verdad es que la foto tiene su encanto de otros tiempos. Abrazos y que nunca pases sed. Borgo.
ResponderEliminarHola, Aris, veo que ya conoces la anécdota de Flynn y su estilo de tocar "You are the Sunshine", je...
ResponderEliminarMi padre escapó de Argelès oculto en un camión de la Cruz Roja y llegó hasta Barcelona a pie. Lo que cuentas de la cerilla es muy característico de esa generación acostumbrada a la escasez. Saludos. Borgo.
Hola, ricard. Seguro que tu abuelo lo pasó mal y es que aquellos "campos de refugiados" eran más bien de concentración pues no tenían las mínimas condiciones para alojar soldados y civiles. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarMe alegra volver a verle por aquí, Gárgola. Espero que se solucione lo de su blog, lo mío parecía dificil pero todo se arregló cambiando el navegador, parece que Explorer no funciona nada bien. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarUna historieta EXCELENTE la de su padre, Mr. Borgo.
ResponderEliminarNada más terminarla me he bebido una jarra de agua... Bueno, mentira, me he bebido una cerveza, pero me ha entrado sed.
En serio.
Si su padre tocaba el piano con el nabo... ¿Usted no dibujará con..
En fin...
Saludos. ;)
Muchas gracias, Lazoworks. Desde luego si se puede elegir una cerveza entra mejor, ya lo creo. Bueno yo a veces también dibujo con el nabo (metafóricamente hablando) como la semana pasada que no estaba inspirado y los dibujos me salían de pena. ¿Recuerda Artis Mutis? aquellos dibujos que ponían "pintado con la boca..." pues quizás algún día salga uno de esos. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu sentido homenaje hacia tu padre. El mio siempre hizo mucho hincapié en valorar en su justa medida las cosas que nos rodean y a las que apenas damos importancia. El agua es sinónimo de vida. Tu relato es un emotivo ejemplo de eso mismo.
ResponderEliminarFinal antológico sin duda, aunque seguro que tu padre atesoró mil anécdotas, historias singulares cada una, en aquella época y en aquel local. Saludos
ResponderEliminarQué bonito, Zueras...se les echa de menos. Conocía la anécdota de Errol, pero desde ahora puedo imaginármelo allá arriba, con tu padre, tocando alguna cachonda pieza al piano, pero en vez de a cuatro manos....ya me entiendes.
ResponderEliminarKissessssssssssssss.
Leí tu entrada esta mañana y ahora me estaba acordando de ella, de la foto de tu padre, de las anécdotas que cuentas... este blog es una reliquia, una verdadera joya. Y por cierto no conocía estas habilidades...
ResponderEliminarBesos.
Una magnífica historieta, que deja con ganas de más...
ResponderEliminarLo malo de llegar tan tarde es que parece que me repita. Pues lo hago igual: la historia de tu padre, genial. Me ha recordado mucho al cómic "El arte de volar", de Altarriba, en el que el protagonista también pasa una temporada en uno de esos "Campos de refugiados" (por cierto, un gran cómic).
ResponderEliminarLa anécdota que cuentas habría sido antológica.
Hola, Alimaña. Tienes toda la razón y no había caido: el agua es sinónimo de vida. Me gusta que lo hayas relacionado con el relato, me parece muy apropiado. Abrazos. Borgo.
ResponderEliminarHola, JLin. Sí, algo bueno había en tener un padre al que le había tocado vivir una época dificil y es que tenía muchas historias que contar, algunas incluso divertidas. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Sincopada. Supongo que de haber realizado aquel concierto en el Moka habría causado sensación. Igual se los hubieran llevado de gira por Estados Unidos. Kisses. Borgo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Isabel. Espero seguir encontrando anécdotas que te puedan interesar. En youtube circula algún "virtuoso" de la escuela de Flynn. El actor también tenía su manera de preparar el "destornillador", inyectaba vodka en naranjas que luego se comía durante los rodajes. Besos. Borgo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Abuelito. Me encanta que se pase por aquí. Saludos. Borgo.
ResponderEliminar¿Qué tal, natsnoC? Conocía el cómic de Altarriba pero no lo he leído, seguramente lo compraré en mi próxima visita a la libreria Continuará. Gallardo también tiene un interesante cómic -El largo silencio- sobre su padre y la guerra civil. Mira, quizás traslade al cómic la anecdota de Flynn. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarTerrible historieta la de la sed ... los recuerdos de la guerra son siempre terroríficos. Por mi casa hay también unos cuantos ...
ResponderEliminarBesos
Hola, Salamandra. Por desgracia en casi todas las casas se podrían contar historias parecidas y es mejor que no caigan en el olvido. Besos. Borgo.
ResponderEliminarMuy emotiva tu entrada de hoy. Me encanta el comic y la anécdota sobre tu padre y el piano, aunque no estoy de acuerdo con eso de que la ficción suele mejorarlo todo(aunque en el caso de Erroll Flynn parece claro que sí sale ganando el personaje imaginario y sus sorprendentes habilidades al piano)
ResponderEliminarMe alegra verte, Siena. Bueno, es verdad que la ficción no siempre mejora una anécdota aunque en este caso me pareció que así era. Me alegra también que te gustara el cómic, ya que aquí está tan mal el tema de los cómics al menos los voy publicando en mi blog. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarJo, la historia del cómic es tremenda. Por favor, si descubres los ingredientes de la pasta con la que estaban hechos los hombres como tu padre me los envías. Me gustaría morirme habiendoles llegado, al menos una vez, a la altura de los zapatos.
ResponderEliminarEn cuanto a tu alucinación y asociación de ideas sobre el undécimo dedo del pianita, pues... bravo!. Jajajja, qué gran asociación de ideas.
Hola, Mr.Lombreeze. Sí, yo también creo que esa generación tenía que estar hecha de una pasta muy especial. Bueno, y ya has visto que yo también se alucinar aunque lo llame "asociación de ideas"... Saludos y gracias por pasar por aquí. Borgo.
ResponderEliminarSi al final te haces con el de Altarriba ya me dirás si te gustó tanto como a mi.. por mi parte si me hago con el de Gallardo no dudes de que haré lo propio.
ResponderEliminarJoer Miquel! Me han conmovido ambas historias y como siempre con tus posts he esbozado esa sonrisa agradable del que lee algo con magia. Mira por donde Errol también se pasaba mucho por Mallorca y los abuelos de mi mujer regentaban un bar que siempre visitaba pero creo que no tenían piano...una pene...digo una pena, perdón.
ResponderEliminarUn abrazo y enhorabuena por el post, es un gran tributo.
Seguro que me va a gustar, natsnoC. "El largo silencio" me gustó mucho, está editado por Ponent y fue nominado al mejor libro del Salón del Cómic de Barcelona. Saludos y gracias por la recomendación. Borgo.
ResponderEliminarHola, Worc. Agradezco mucho lo que dices. Intento que estas historias no queden en el olvido. Interesante eso de que Flynn acudía al bar de los abuelos de tu mujer. Lástima que no tenían piano pero seguro que Flynn causó estragos con las existencias de alcohol en aquel bar. Gracias de nuevo y abrazos. Borgo.
ResponderEliminarJajajaja realmente fantástico la historia del nabo, hubiera estado genial de haberlo dicho, verdad? Yo suelo tener también a menudo esas asociaciones rocambolescas y a veces me parto sin que nadie lo entienda, jeje.
ResponderEliminarY, señor Borgo, me gustó mucho la historieta. Su técnica y por supuesto lo que pone de su historia vital en ella...
Gracias, Marga. Menos mal, pensaba que yo era el único que tenía ideas así pilladas por los pelos. Así como Wittengstein tenía su "Sinfonía para mano izquierda" Errol también tenía la suya.
ResponderEliminarMe encanta publicar cómics en este blog, tengo mucha más libertad que con las editoriales. Saludos. Borgo.
Llego unos cuantos años tarde acá, gracias al amigo Lombreeze.
ResponderEliminarMe encantó la historia de Flynn, la de "tu viejo" y larga vida al jazz, a la música, a tus historias, tus recuerdos
Abrazo fraternal Borgo!