Son diez hombres anónimos pero muy poderosos. Son los de la
empresa Elektrika S.A. principal suministradora de interruptores de luz con
temporizador para los lavabos.
Esperan al profesor Sibelius y las noticias sobre su experimento, ha controlado el tiempo que
han empleado 1.500 voluntarios entre los 18 y los 55 años para satisfacer sus
necesidades en un lavabo público.
- Caballeros, está comprobado: el tiempo medio que emplea un
hombre en pulsar el interruptor, desabrocharse y orinar es de un minuto y
cincuenta y cuatro segundos.
-Bien -responde Don Faradio-. La luz de los interruptores se
apagará a los cuarenta y cinco segundos exactos.
-¡Una idea genial! –aplaude Don Culombio-. ¿Y qué ha pensado
para las mujeres? Ellas estarán sentadas.
-Sugiero colocar el interruptor de luz en los lavabos de
mujeres lo más alejado posible de la taza –prosigue Sibelius-, así tendrán que
levantarse a oscuras para buscarlo y encenderlo de nuevo con el consiguiente engorro.
-¡Es usted un genio, profesor! –aplauden los diez anónimos
de Elektrika S.A.
Dicen que en ese momento se pueden oír las risotadas de
hiena de los Diez de Elektrika S.A. aunque lo más probable es que uno ya esté
bastante ocupado intentando encontrar a tientas la luz piloto que normalmente
no funciona.
Parece que el profesor Sibelius ha ascendido, de personaje de humor gráfico a personaje central de un cuento.
ResponderEliminarEstá claro que los personajes son malvados. Pero tal vez necesitaban pretextos para reunirse, para crear una organización. Porque tal vez alcanzaba con poner esas lámparas fluorecentes, que tardan en prenderse. Y lo hacen titilando. Que cuando lo hacen plenamente, ya no es tan necesario estar en el baño.
Bien el chiste complementario.
Pero parece que hay más de una organización con ese estilo de la maldad.
Huele muy mal el baño de La Paternal.
https://www.youtube.com/watch?v=uj9x3iJLVOM
Saludos.
Sibelius el sibilino, me imagino su risa con un exabrupto, muajajaja... Siempre hay mentes brillantes detrás de este tipo de cosas tan incomprensibles para nosotros los que somos simples como el mecanismo de una rueda, pero se ve que el mundo funciona complicando las cosas que deben ser sencillas y de sentido común. Muy gracioso, me ha divertido leerlo. Y la viñeta también, jaja, muy ocurrente, y seguramente inspirado en un hecho real. Precisamente estaba buscando receta para salmón.
ResponderEliminarSaludos Miquel
:)
obviamente siempre están experimentando con nosotros,
ResponderEliminartodo lo que es masivo es incomodo y destinado a generarnos
stress y si es posible accidentarnos
Cuanta gente no ha metido la mano en la tasa del inodoro
buscando el botón de encendido.
¡Hola, Miquel!
ResponderEliminarGracias por resolver mi duda de cuanto tiempo tardáis en el baño, jajaja. Las viñetas son excelentes. Me chiflan las expresiones de los personajes.
Cómo siempre, estupenda la receta. Anoto!
Besos.
Cuando veo símbolos de esos raros en las puertas dejo todo en manos del azar :)
ResponderEliminarYa sospechaba yo que debía existir alguna confabulación detrás de ese tema, muchas gracias por aclararlo.
Hola, Demiurgo! Creo que el profesor Sibelius ya se merecía algo más de protagonismo.
ResponderEliminarSeguro que esas lámparas fluorescentes también las inventaron ellos. La verdad es que me he basado un poquito en "El club de los suicidas" de Stevenson que, por cierto, también me recuerda al cuento "Bares" del magnífico libro de Dolina "El bar del infierno".
Muy bueno ese enlace El baño de la Paternal, gracias por enviármelo, Demi. Genial ese coro.
Saludos!
Borgo.
Hola, Ana!
ResponderEliminarEse es el origen de las risotadas que oigo en algunos lavabos cuando la lamparita me deja a oscuras. Hay gente a la que le encanta complicarnos la vida, así se divierten, qué se le va a hacer...
Me alegra mucho que te hayan gustado las viñetas. Por cierto que ese salmón lo acompañé con salsa tártara, mayonesa triturada con pepinillos y alcaparras. Buenísimo.
Saludos, Ana!
Borgo.
Hola, José Casagrande!
ResponderEliminarCreo que todos somos un poco conejillos de indias.
No veas lo ridículo que me siento cuando me encuentro con los pantalones bajados y buscando a tientas el interruptor de la luz.
Saludos!
Borgo.
¿Qué tal, Mamen?
ResponderEliminarPues ese tiempo medio está sacado de datos reales, un estudio que se hizo en Estados Unidos, aunque no sé con qué fines.
Me alegra mucho que te gusten las viñetas. Para este plato te recomiendo la salsa tártara con mayonesa, pepinillos y alcaparras.
Besos, Mamen!
Borgo.
Gracias, tomo nota de la salsa.
EliminarCuídate mucho, bonico.
Hola, Beauséant!
ResponderEliminarYo también, y si alguien me dice algo yo respondo "A ver ¿qué entiendes aquí?" porque he visto imágenes de tuercas tornillos, frutas... bueno, lo del plátano ya estaba más claro.
Ya ves, yo también me he apuntado a eso de las teorías conspirativas y paranoides que tanto se llevan ahora.
¡Saludos!
Borgo.
Menudo club, jajaja, y qué cierto todo, Miquel. Me chifla el título que le has puesto. Y tus dibujos también. Muchos besos, Borgo.
ResponderEliminarUn delicioso cuento aderezado de espléndidos dibujos y geniales viñetas cómicas que acompañan este despropósito de la tecnología y la pereza (valga la redundancia), y con el profesor Sibelius como protagonista. ¿Se puede pedir más? Añado el mando a distancia. En la película de Woody Allen “Si la cosa funciona” dice más o menos un personaje: “Qué se puede esperar de una especie que ha inventado las cisternas automáticas porque no se fían unos de otros de que nadie tirará de la cadena después de usar el retrete?” Con los grifos y con la luz ocurre lo mismo. ¿Tan animales somos? ¿Somos simplemente unos descuidados? o ¿la especie más guarra del planeta? Los grifos para mí son una pesadilla. Algunos tienen fotocélulas y no hace falta darle a la llave. Hay grifos con una palanca y a veces tienes que darle para arriba, otras, de lado, otras para abajo. Hay grifos que van con un pedal que está debajo del lavabo y cuesta verlo. A veces te encuentras allí con las manos mojadas esperando a que ocurra algo porque no ves la solución por ti mismo. Y ya ni te hablo donde se oculta el rollo de papel higiénico. Están esos cacharros de plástico que ocultan el rollo y no sabes si se ha acabado o todavía queda algo. Introduces la mano por el agujero para palpar o atrapar el inicio del papel, si lo hay, y si no hay no te queda otra que subirte los calzoncillos y el pantalón con resignación. Rezas para que no te salga esa clase de oportunidad de echar un polvo rápido tras un encuentro azaroso. Luego están esos recipientes de acero por donde sale un pellizco de papel. Lo atrapas con dos dedos y tiras de él. Ay, la de cosas que podría contarte respecto a los secadores de mano donde la mayoría de ellos no funcionan. ¡Recuerdo de adolescente cuando todos los bares tenían toallas! Ahora lo vemos asqueroso, pero en aquel tiempo era de lo más normal. Siempre buscaban el pico para secarte porque creías que esa parte todavía estaba limpia. ¡Eso lo pensaba todo el mundo! No hace mucho en Nantes, tierra de Jules Verne, entré en uno de esos lavabos automáticos. Aluciné. Nada más entrar te habla una voz femenina muy seductora. ¿Por qué tiene que ser la voz de una mujer? Podría ser también la de un hombre o la de un niño. Bueno, el niño daría miedo. Te va diciendo lo que debes hacer paso a paso antes de levantar la tapa del váter. Si no haces caso no puedes abrirla. Es alucinante. Tratas de engañar a la voz y es imposible. Sabe mucho más que tú porque está en su terreno. Allí dentro un ser humano no es nada, está a merced de una voz femenina que no te quita el ojo de encima. Tampoco te deja salir si no has hecho lo que tenías que hacer. Hice una prueba y me puse a hablar con ella sobre cosas de la vida. Nos entendimos la mar de bien, pero ella interrumpía la conversación para recordarte lo que tenías que hacer. La muy pilla. Recuerdo que una vez sentado en la taza del váter empecé a contarle mi vida. Me sentí bien y muy comprendido. Hasta me dio consejos que luego seguí. Ella también me contó su triste cotidiana vida. Nos enamoramos. No me dejó salir. Gracias a Cris que llamó al número de urgencias. Llegaron con sus cajas de herramientas. Forzaron la puerta y ella murió. Desde entonces no he vuelto a ser el mismo.
ResponderEliminarYa sabes que no soy mucho de pescado. ¡Vivo en Nueva Innsmouth! Pero reconozco que tiene muy buena pinta.
¡Un fuerte abrazo!
Hola, Clementine!
ResponderEliminarUn club de mucho cuidado, estoy seguro que el dueño del bar de la última viñeta también es miembro.
Me alegra que te hayan gustado los dibujitos.
Besos y feliz fin de semana, Clementine!
Borgo.
Hola, Mamen!
ResponderEliminarCreo que esta salsa es la más indicada para el salmón.
¡Cuídate tú también, que hemos de llegar sanos a las Fiestas!
Besos.
Borgo.
Hola, Melmoth! Un gusto verte por aquí, como siempre.
ResponderEliminarYa era hora de sacar a Sibelius en alguno de mis relatos de ciencia-micción.
Muy buena esa frase de Woody Allen, pensaré en ella si alguna vez me encuentro con uno de esos inodoros japoneses con más botones que la cabina de un avión, asiento calefactado, control de temperatura...
Lo peor son las duchas de los hoteles, en casa el agua es fría o caliente. En los hoteles, poliédrica, ausente, cambiante... cuando aprendes a usarla sin helarte o abrasarte ya te tienes que volver a casa.
"Las alfombrillas de los baños quieren ser toallas" (Karl Marx)
Y cada día, miles de toallas se lavan en los hoteles de forma innecesaria. Ellas no lo harían, apadrina una toalla.
Lo de la voz de la chica en el lavabo me ha recordado a la computadora HAL.
¡Abrazos, amigo!
Borgo.
Hola, Miquel! Muy buen post, como siempre!
ResponderEliminarMuy bueno el relato, con la colaboración especial del profesor Sibelius. La verdad es que a mí me ha pasado varias veces eso de quedarme a oscuras mientras estoy en un baño público, incluso lo de no saber donde está el interruptor de la luz, jejeje.
Te mandé un mail la semana pasada, revísalo amigo! A ver si puedo ponerme con el relato vampírico a partir de la semana que viene, que ando super liado. Mientras tanto te dejo por aquí este vídeo, espero que te guste:
https://www.shutterstock.com/es/video/clip-7610578-vampire-girl-red-veil-snarling-reaching-baring
Cuídate del virus y de las vampiras halitosas, jejeje. Un abrazo, amigo Borgo!
He pasado momentos muy duros observando ese botón del lavabo que se presiona con el dedo, volviendo a su posición inicial a mayor velocidad de la que yo desearía.
ResponderEliminarAhora, muchos lavabos funcionan con una célula (o algo así), y la luz se apaga si no detecta movimiento. Conque ya me tienes a mí agitando los brazos mientras atiendo a mis necesidades fisiológicas. Puede que haya una cámara oculta y que lo grabe todo para que alguien se descojone a mi costa.
Saludos.
¿Qué tal, Shaun?
ResponderEliminarMe alegra que te guste. Esos interruptores automáticos son artefactos diabólicos, siempre te dejan a medias.
Ahora echaré un vistazo al mail, he estado unos días fuera y lo tengo un poco abandonado. Uf, vaya colmillos que se gasta esa vampira...
Cuídate tú también, amigo. Ojalá el virus se pudiera ahuyentar con ajos.
Abrazos!
Borgo.
Hola, Ricard!
ResponderEliminarSí, yo también creo que al otro lado del botón hay una microcámara y alguien controlando para apagar la luz en el momento más inoportuno.
Ya me he encontrado con esas célula que me hacen recordar los dinosaurios de "Jurasic Park" que se guiaban por el movimiento.
Saludos, Ricard!
Borgo.
45 segundos es demasiado, que sean 30 y listo.
ResponderEliminarEso de los símbolos raros en las puertas de los baño sólo llevará a problemas, si no se comprende el código que se está utilizando para la comunicación esta no puede llevarse adelante..
Saludos,
J.
Supongo que el ahorro de luz (ahora que anda tan cara) justifica el que uno tenga que acabar mingitando a oscuras.
ResponderEliminarCambiando de tema, lo de "Faradio" y "Culombio" me ha sonado a homenaje a "La bola de cristal".
Saludos.
Muy bueno el relato, con esos siniestros personajes sin rostro, un poco tambien como sucede con la luz que llega a las casas ¿quienes son los que fijan esos precios kilowatio-hora que cada dia en los telediarios dicen que no paran de subir?...
ResponderEliminarhas creado un nuevo género con la ciencia-micción...ja..ja, tus dibujos tan buenos como siempre.
Hoy en dia con ese tipo de interruptores que describes el asunto se complica, por qué si se apaga la luz, procuras no tocar con el dedo el interruptor , hay que procurar tocar con el antebrazo o el codo, mas que nada para evitar el covid que tanto follon está dando, y claro a oscuras y acertar con el codo, pues eso , se complica mucho el asunto...
Ademas suele coincidir que siempre que la luz se apaga, en ese justo momento alguien tambien mueve la maneta como queriendo entrar, lo que genera un estrés añadido para que se haga la luz...por suerte como ya hace años me retiré de la vida fiestera me ahorro situaciones de estas.
hablando de fiestas, buenas fiestas a todos!!!
Hola, José A. García! ¿Qué tal?
ResponderEliminarEso del tiempo es algo muy relativo. A veces creo que habría que ir al lavabo acompañado de un especialista en códigos y lenguas arcaicas como el Henry Jones Sr. el padre de Indiana Jones. A veces es como intentar descifrar la Piedra Rosetta.
Saludos!
Borgo.
Hola, Cinefilia!
ResponderEliminarPues sí, la luz es un lujo. Yo me llevo una linterna de bolsillo a los lavabos públicos como cuando me iba de campamento.
Sí!!! Já, já: Zoom, zoom, faradio, faradio
Zoom, zoom, y me importa un ratio
Que tiene esta bola
Que a todo el mundo le mola...
Saludos!
Borgo.
¿Qué tal, Folk?
ResponderEliminarYo a esos personajes los veo como una secta misteriosa o un grupo a lo Fu Manchú con sus rituales misteriosos y hasta sacrificios humanos.
Me alegra que te gusten los dibujos. La ciencia-micción podría ser un subgénero interesante de la SF.
ostras, no lo había pensado. Pues eso del codo nos lo pone aún más difícil.
En mis tiempos festeros uno no se fijaba mucho en esas cosas, he llegado a estar en urinarios alucinantes, casi como el de "Trainspotting" pero sin tener que sumergirme.
¡Muy felices Fiestas, Folk!!!
Borgo.
Pues vale.
ResponderEliminarSaludos.
Borgo.
Jajajaja!!!
EliminarGenial tu relato.
ResponderEliminarCon la subida de la luz, pueden pasa muchas cosas...
Te deseo una Navidad muy feliz. Mucha suerte para todos.
Un abrazo.
¡Qué buena idea la de introducir al Profesor Sibelius dentro de tu relato!
ResponderEliminarLa amalgama y continuidad entre relato y chiste le da una forma novedosa a tu entrada. Interesante.
Por aquí no hay muchos baños con luz automática, es buena idea a implementar. Podría crear la Sibelius S.A.
Buen chiste, siempre hay algún dueño de bar que quiere hacerse el esnob, cuando todos sabemos cuáles son los símbolos indecentes e inequívocos.
Buena receta! Buena foto de Silvina, como siempre
Voy a ver si me pongo las pilas y me inspiro con algún chiste
Abrazos, querido amigo!
Hola, AMALIA!
ResponderEliminarMuchas gracias. Esa subida de la luz... el que de noche centrifuga, Dios le ayuda.
Te deseo lo mejor para esta Navidad, y espero que el año que viene podamos guardar las mascarillas.
Besos!
Borgo.
Hola de nuevo, Doctor!
ResponderEliminarQué gran invento es el traductor automático. Se trata de publicidad de una empresa de fumigación. Les hablaré del bar de la calle Roger de Lluria, allí hay trabajo que hacer.
Saludos!
Borgo.
¡Hola, Frodo! Me alegra verte, como siempre.
ResponderEliminarHe tenido que renegociar el convenio con Sibelius y me ha exigido actuar en uno de mis relatos, me ha parecido muy justo.
No creo que les vaya a gustar mucho lo de la luz Sibelius S.A. Yo añoro aquellos interruptores como los de antes. Uno oprimía el botón y zas, ya está. Se apagan automáticamente para no escatimar luz ¿pero hace falta que se apaguen tan pronto?
Era la primera vez que probaba ese matambre al estilo uruguayo, a la leche, y la verdad es que está muy bueno. Pondré la receta en la próxima entrada.
¡Bien, Frodo! Echamos de menos tus agudos chistes!
Abrazos, amigo y felices Fiestas!
Borgo.
Hola Miquel que buenos los nombres de los protagonistas, je je muy acorde con su trabajo.
ResponderEliminarMira por donde el profe Sibelius participa en este estudio, él un hombre tan serio ....
Ahora ya se porqué está tan lejos el interruptor de la luz en el baño de las chicas lo que hace que se termine de mear a obscuras y el consiguiente engorro para subir las bragas je je je
La receta tiene muy buena pinta, gracias por compartirla
Un abrazo
Puri
Hola, Dulcinea!
ResponderEliminarMe inspiré en los nombres que en mi instituto les ponían a los profesores de física. Yo tuve en mi clase a "Faradio". Un nombre que aparecí en la canción de "La bola de Cristal" junto a Culombio. "Zum, zum, Culombio, Culombio y me importa un voltio..."
Ya irá apareciendo Sibelius en algún otro de mis relatos.
Es que esos Diez Hombres Anónimos son de lo más retorcido.
Un placer compartir recetas contigo y que tengas muy felices Fiestas.
Abrazos, Puri!
Borgo.
en el relato donde está inmerso el profesor sibelius no sólo tiene un pequeño toque sádico, sino también misógino. me hicieron gracia los dos chistes, más el segundo que el primero.
ResponderEliminarque pases una muy feliz navidad.
un abrazo.
¿Qué tal, DRACO?
ResponderEliminarHombre, tanto como misógino... desde luego esos Diez putean por igual tanto a hombres como mujeres, en eso no hacen distinciones. Me alegra que te gusten los chistes.
Gracias, DRACO, te deseo muy felices Fiestas.
Abrazos!
Borgo.