De repente, se hizo el silencio en el autobús turístico. La
gente, en sus asientos, hacían ademanes y movían los labios, pero sin emitir
palabras. Súbitamente, sobrevino el eclipse.
Ese fue el primer caso que se produjo en la ciudad. El
autobús quedó precintado en medio de la avenida y se declaró la cuarentena. El
ejército envió soldados equipados con mascarillas y metralletas. Montaban
guardia alrededor del autobús para que no escapara ninguno de sus ocupantes.
Fue entonces cuando me llamaron. Los soldados levantaron la
barrera –como solían hacer a diario para entregar agua y alimentos a los
pasajeros- y subí al autobús.
Los vivos permanecían en el primer piso. Los muertos eran
depositados en el segundo. Vivos: 37. Muertos: 19. Nada más verme, preguntaron
con avidez:
-¿Es usted médico?
-No, soy escritor –el descontentó tiñó sus miradas-. Acabo
de llegar de Roma donde la epidemia ha causado estragos y creo que puedo
ayudarles.
En aquel momento, una joven se desplomó.
¡Vamos! –ordenó un guía turístico- les toca a ustedes dos.
¡Súbanla al segundo piso!
-¡Un momento! –intervine- Déjenme ver a la víctima.
Cuando acabé el examen dije:
-Esta joven no está todavía
muerta. ¿No se han fijado que los cadáveres no huelen? Esa epidemia provoca
una muerte aparente. La causa es un virus… literario –los viajeros me miraron
estupefactos-. “Enfermedad de Poe”. Sus síntomas son un miedo inconsciente a
ser enterrado vivo. Los brotes de la epidemia se producen en lugares cerrados,
donde la claustrofobia se agudiza, como en este autobús. En todos ustedes está
el germen.
Todos reconocieron haber sentido esa clase de miedo.
Continué:
-Yo he leído muchos cuentos de Poe, en especial “Entierro prematuro”, y eso produjo
anticuerpos que me ayudaron a sobrevivir en Roma. Hay que vacunarlos a todos.
Encargaré ejemplares de ese cuento de Poe, deberán leerlo y concentrarse mucho.
Luego conduciré este autobús lejos de la ciudad, para buscar espacio y aire
puro.
-¡Aire puro! ¡Salir! –gritaron todos con entusiasmo.
Los soldados levantaron la barrera y dejaron los libros
dentro del autobús. Los viajeros se abalanzaron sobre ellos y leyeron el cuento
con avidez, muchos en voz alta. Entré en la cabina del conductor y arranqué, el
autobús recorrió las calles solitarias y la ciudad quedó atrás.
Tengo la impresión de que el autobús se ha detenido, pero es
evidente que sigue avanzando. Se desliza silencioso por un camino descendiente
de montaña. Veo a los viajeros: conservan las páginas en la mano y sus labios
se mueven, es la última visión que tengo.
Golpes sordos, reconozco ese ruido, son las últimas
paletadas de tierra que caen sobre mi ataúd.
Quizá no tendría que haber confiado en mi memoria y haber
leído otra vez El entierro prematuro. Para curarme en salud... nunca se sabe con esos virus, son muy cabroncetes.
FIN
MARC RIBOT: UNA HISTORIA LITERAL
El profesor Sibelius está trabajando en un caso importante, pero por suerte Melmoth nos regala unos microrrelatos con Perdido, Sombra y Extraño:
Un Extraño envejecido contemplaba cómo las cosas por las que había perdido su vida se volvían a reciclar para las nuevas generaciones de Sombras, Extraños y Perdidos.
-Quizá no vuelva nunca – dijo el Perdido que nunca estuvo allí.
-Pues yo acabo de llegar – respondió el Extraño que nunca se fue.
- ¡Volvamos al lugar de partida! – le dijo un Desconocido a una Sombra.
Y continuaron.
Un Perdido se encontró así mismo en el momento más inoportuno.
***
LA RECETA: CODILLO AL HORNO CON CIRUELAS. Foto: Silvina.
Dorar el codillo y en el mismo aceite freír cebollas y zanahorias bien picadas.
Poner el codillo en el horno a 180º y rociarlo con vino blanco. Dejar cocer 15m.
Escaldar unas ciruelas en coñac y añadirlas al codillo. Regar con el jugo.
En el cuenco de la batidora triturar las cebollas y la zanahoria junto con el coñac de las ciruelas. Añadir la salsa al codillo y dejar cocer todo junto unos 15 minutos más.
Recomiendo servirlo con una ensalada verde.
Me gusta, un virus literario, para el que llaman a un escritor. Un virus literario, que convierte en realidad los temores. Y los anticuerpos se adquieren leyendo a Poe. Pero parece que necesitan de renovar las dosis.
ResponderEliminarY creo que sólo es el comienzo, puede aparece el temor a gatos negros vengativos, a gorilas asesinos, a un péndulo mortal, y a un pozo cuyo contenido no fue revela, pero se puede suponer aterrador.
Y un virus literario puede mutar, surgiendo un virus Lovecraft, tanto referente al autor como de su círculo.
Bien la breve historieta, aunque al personaje no le parezca lo mismo.
Saludos.
A nosotros también nos digeron que esto era una simple gripe. Habrá que leer a Poe a ver si dice algo. No me fío.
ResponderEliminarUn saludo.
Iba a hablar de los relatos, de esta nuevs realidad de mascarillas y virus, hasta que vi el codillo.
ResponderEliminarMADRE MÍA, ¡QUÉ MARAVILLA ES ESA!
Besos hambrientos
Hola Miquel!
ResponderEliminar¿Sabes que me pasa con estas entradas?, pues que lo mismo que muchas personas empiezan a leer el periódico por el final yo me voy directamente a ver tu receta y luego leo el resto...jeje
Genial en todos los sentidos, saludos!
No se, no se, me encuentro un poco Perdido cuando veo la Sombra de un Extraño escritor revoloteando por un autobús turístico. ¿No sería un vendedor de la colección completa de E.A. Poe?
ResponderEliminarLa receta la practicaré, ya contaré como sale.
Saludos.
Es un relato muy bueno, además de ser muy cinematográfico. No sé qué tiene Poe, que siempre que se le hace un homenaje, ya sea a través del cine, del cómic, la literatura o lo que sea, queda muy bien. Recuerdo el personaje de “Lolita”: Humbert Humbert, profesor de literatura y lector compulsivo de Poe. “The Following” es una serie de tres temporadas que va de una secta donde adoran a Edgar Allan Poe. Esta gente se ponen una máscara con el rostro del genial escritor y acuchillan a la gente. ¿Qué sería de Vicent Price, Peter Lorre, Boris Karloff, la Hammer, etcétera, sin el malogrado escritor? Probablemente sin él no existiría Sherlock Holmes, ni “Cinco semanas en globo”, “La vuelta al mundo en ochenta días” y “La esfinge de los hielos”, de Jules Verne. Se dice que fue él quién inventó el género del relato de terror tal como se entiende hoy. Así que sí, es un buen antídoto para la pandemia que estamos padeciendo surgida del ojete de un murciélago. Mi relato favorito es “La máscara de la muerte Roja”, quizá el cuento más premonitorio de todos los tiempos. Ya se está diciendo que vendrán más pandemias y cada vez son más los que se encierran en sus suntuosas mansiones para esperar que pasen de largo. Allí realizan fiestas dignas de la imaginación del divino marqués de Sade. De eso va el cuento de Poe. El vacío ideológico y la absoluta carencia moral; se emborrachan, bailan bajo risas chabacanas. Creen que así despistarán a la Muerte. Pero no es así. Todos conocemos el desenlace de este cuento macabro. Perdona que me explaye demasiado en esto, pero es que es muy interesante. En “El Decamerón” de Bocaccio, escrito hace seiscientos años, trata sobre la peste negra que asoló Europa en el siglo XIV. El autor describe a unos personajes que se encierran en un castillo para protegerse de la pandemia. Al final deciden contarse historias a la espera de que pase la covid-19, perdón, la peste. En la Villa Diodati unos jóvenes geniales se quedan atrapados por una gran tormenta. Se ponen a contarse historias y así nace Frankenstein y el vampiro moderno. En el cuento de Poe ya no sucede eso. Se comportan como muchos de los que hemos visto hoy en los balcones. Poe es un genio absoluto.
ResponderEliminarTus portadas son magníficas. Marc Ribot, siempre tan literal. Y ese plato tiene muy una pinta.
¡Un fuerte abrazo!
Me husta este texto . Estamos viviendo últimamente sin pensar. Tomemos sol en el balcón y luego nos vamos a volar bañar vivir
ResponderEliminarQue buen texto nos has dejado y ojalá pudiera tener solución ese virus leyendo cuentos del Poe, es un placer leerte.
ResponderEliminarEl otro relato es super interesante siempre con ese toque de misterio siempre sorprende ..gracias .
Y para finalizar que decir de tu receta eres un chico muy completo ajjaja. Un fuerte abrazo y feliz semana .
sos el hombre gourmet, tus platos siempre tienen un toque diferente... tu novia debe estar contenta!!
ResponderEliminarPoe es parte de mi Fab Four junto con Kafka, Verne y Cortázar... los amo...
el "chistonto" me encantó también! saludos master!!
Un virus inspirado en Poe. Me gustó tu idea y tu relato.
ResponderEliminarHola, Demiurgo! Claro, ¿quién mejor que un escritor para combatir ese virus? Se puede aprovechar los días de confinamiento para "vacunarse" leyendo.
ResponderEliminarY también aparecen temores hacia hombres en la multitud, y cuervos que charlatanes que dicen: "Nunca más". Una variedad de la Muerte Roja. Sería interesante ver como muta ese virus. ¿Una pandemia Stephen King?
Saludos, Demiurgo!
Borgo.
¿Qué tal, Macondo? Uf, hemos escuchado tantas cosas ya... quizá sería ahora el momento de leer "La mascara de la Muerte Roja" que nos pilla más de cerca.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Hola, A do outro lado da xanela! Estos días de confinamiento vienen muy bien para dedicarse a la cocina con tiempo, a esos platos que se doran en el horno. Ciruelas y coñac... queda un codillo doradito y bueno. En Galicia probé el codillo con grelos, muy bueno.
ResponderEliminarSaludos famélicos!
Borgo.
¿Qué tal, Fran? Pues mira, yo también suelo leer el periódico y las revistas empezando por el final, pensaba que yo era el único. No sé si con el formato digital se sigue haciendo lo mismo.
ResponderEliminar¿A que ha quedado bien ese codillo en la foto?
Gracias y saludos!
Borgo.
¡Hola, Miquel!
ResponderEliminar¿Cómo estás?
Poe, el gran Poe! Me ha gustado lo que has contado, Borgo.
Cuídate mucho.
Un fuerte abrazo.
Hola, Naranjito! Sería una buena historia con Extraño, Perdido y sombra en el entorno claustrofóbico de un autobús en plena pandemia Poe. Los del Circulo de lectores (aún existe?) habrían sacado partido de la situación.
ResponderEliminarTe quedará bueno ese plato, el coñac de las ciruelas le da muy buen sabor.
Saludos!
Borgo.
me llegó un cuento de poe: "the black cat" que he empezado a leer y el cual no recuerdo si llegué a leerlo hace algunas décadas en "historias extraordinarias." creo que poe tenía miedos muy profundos sobre sí mismo y luego los sublimaba a través de la literatura como para que no se cumplieran.
ResponderEliminarde la receta, me llamó la atención aquellos dos licores. uno puede terminar borracho después de la preparación de aquel manjar y terminar sin comerlo. aunque creo que debe ser de aquellos platillos que cuando se dejan reposar de un día para otro, saben mucho mejor.
saludos.
De virus literarios y de Perdido y Extraño estamos hechos.
ResponderEliminarSerá que nuestra casa Usher amenaza con caer cada día.
Saludos.
Hola, Melmoth! Sí, Poe ha sido adaptado muchísimas veces. Tengo en casa unos cuantos dVd de aquel entrañable ciclo que le dedicó Roger Corman con Vincent Price. Hoy repescaré "Obsesión" (El entierro prematuro) con Ray Milland para curarme en salud por si los virus. Hay un antes y un después de Poe en la literatura de género, y esta claro que Conan Doyle se basó en su Dupin ("Doble asesinato en la calle Morgue") para su Sherlock Holmes.
ResponderEliminarLo de la Muerte Roja me recuerda aquel irregular "Nosferatu" de Herzog. La escena con aquellos aristócratas poniéndose las botas en una plaza mientras la gente a su alrededor muere por centenares a causa del vampiro, no de una epidemia como creen. "Total, podemos morir mañana" dice uno de ellos bebiendo borgoña. Seguro que en Torrelodones hay ahora muchas de esas orgias alrededor de la piscina. Habrá que hacer una nueva versión del Decamerón, aunque sea difícil contar cuentos con la mascarilla puesta.
Muchas gracias, amigo y un fuerte abrazo!
Borgo.
Me gusta Poe. Muy buenos sus relatos.
ResponderEliminarTan buenos como los tuyos.
Este virus que estamos viviendo crea mucha angustia. Como una película de terror.
Gracias por la receta
Buen fin de semana.
Un abrazo.
"El virus Poe", jajaja, qué genialidad, y tus dibujos y viñetas, maravilloso todo. Qué ingenioso eres, Miquel. Muchos besos, Borgo.
ResponderEliminar¿Qué tal, MuCha? Me alegra mucho que te haya gustado. Qué suerte tienes, yo echo mucho de menos tener un balcón.
ResponderEliminarDisfruta del aire puro, toma mucho sol, cuídate mucho!
Borgo.
Hola, Campirela! Ojalá la solución a este virus fuera tan fácil. Yo ya estoy prevenido, tengo muchos libros de Poe.
ResponderEliminarTenía claro que incluiría algunas aventuras cortas de estos personajes melmothianos: Perdido, Extraño y Sombra. Pronto vendrán más.
Hoy me voy a preparar un codillo, con salsa de manzanas (como una compota pero en salado) queda muy bien así.
Gracias por visitarme, Campi! Abrazos y buen finde.
Borgo.
Hola, JLO! Bueno, eso de gourmet... mis platos son muy sencillos de preparar, nada sofisticados, y las fotos de Silvina les sacan mucho partido.
ResponderEliminarPoe también es uno de mis referentes clásicos. Hace poco descubrí al que llaman "El Poe uruguayo" Horacio Quiroga, su relato "El almohadón de plumas" es genial.
Tengo un relato basado en uno de Cortázar "No se culpe a nadie", si lo quieres leer:
borgomiquel-zueras.blogspot.com › 2014/12 › camiseta-cortaza.
Saludos, amigo!
Borgo.
Hola, Alexander y muy bienvenido a Borgo! Un relato pandémico que ahora, por desgracia, está de actualidad. Desde luego prefiero Poe a ese mal bicho del coronavirus, siempre es bueno leerlo, ahora estoy releyendo "El barril de amontillado" y me ayuda a pasar estos días confinado.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Hola Borgo!
ResponderEliminarGenial lo del virus literario. Creo que cuento con los anticuerpos necesarios. Poe es uno de los que se encuentra siempre rondando mi desordenada biblioteca casera. Alguna vez hace mucho, hice esto:
https://frodorock.blogspot.com/2013/01/edgar-alan-rock.html
Genial lo de Ribot y Melmoth, esta vez estuvieron caminando por senderos más cercanos que otras veces. Jugando con las palabras y los sentidos y no tanto con la narración.
Mientras esperamos que el Profesor Sibelius termine su nuevo tratado, no viene mal ese menú. Anotadísimo. Me lavo bien las manos y "le entro como rengo a la muleta"
Abrazos amigo!
A seguir cuidandose
PD: dos días atrás tendría que haber estado por Barcelona, pero ya ves cómo se dio este año. Vamos a ver cómo sigue esto, ¡a ponerle onda!
El relato a lo Poe es de altura y muy oportuno tal como están las cosas. Mi cuento preferido de Poe es "El señor Valdemar", cuando vuelvo a ver la película con Vincent Price (¡como no!) pidiendo ayuda desde el más allá, incapaz de morirse del todo, un escalofrío me recorre el cuerpo, da igual las veces que la haya visto, que han sido unas cuantas.
ResponderEliminarSaludos!
Hola, Éowyn! Me alegra verte de nuevo por aquí. Siempre viene bien recurrir a Poe, en lo que llevamos de confinamiento me he vuelto a leer "El barril de amontillado", uno de mis cuentos preferidos.
ResponderEliminarEspero que sigas bien y sobre todo, cuídate mucho.
Abrazos!
Borgo.
¿Qué tal, DRACO? "The Black Cat" es un cuento muy bueno, ahora estoy releyendo "Un hombre entre la multitud", uno de sus relatos más enigmáticos y que ha dado pie a muchas interpretaciones. Creo que los miedos de Poe producían los sueños y quizá delirios causados por su dipsomanía y los reflejaba muy bien en sus obras.
ResponderEliminarNo, qué va, el alcohol se evapora cuando cocinas y se desvanece pero el sabor queda. Me gusta cocinar con coñac o jerez, da muy buen sabor. El codillo queda mejor si lo comes el mismo día, los platos con salsa (estofados, guisados) mejor para el día siguiente.
Saludos!
Borgo.
Hola, Verónica! Al menos este virus tiene referentes más atractivos que ese bicho tan feo (lo de corona, no sé de dónde lo sacan) y cuando uno se siente extraño o perdido viene bien leer "La máscara de la Muerte Roja" para pasar mejor la pandemia.
ResponderEliminarSaludos, Verónica!
Borgo.
Hola, AMALIA! Muchas gracias, a mí también me gusta Poe y sus relatos, por muy terroríficos, son ahora una evasión frente a la realidad.
ResponderEliminarQue tengas muy buena semana.
Cuídate y un abrazo.
Borgo.
Hola, Clementine! Bueno, yo no llegaré ni de lejos al talento de Poe pero al menos me inspira un poquito, ya es algo. A leer, que así se combaten los virus literarios.
ResponderEliminarEncantado de verte por aquí, como siempre.
Muchos besos, Clementine!
Borgo.
Hola, Frodo! Muy bueno lo de tu Alan Rock. Hubo también un grupo musical en los sesenta que se llamaban "Edgar Alan and ther Po Boys" de los años sesenta con un hit que no está mal: "Panic Button" de 1962, te lo recomiendo.
ResponderEliminarMe he hecho con un buen equipo con Ribot y Melmoth, espero volver a traer a esos Perdido, Extraño y su Sombra. "Te entro como el chavo a la torta de jamón"... ¿también se dice esa muletilla, no?
Qué pena... ahora tendríamos que estar paseando por el centro de Barcelona. En fin, esperemos que pase pronto todo esto y lo más importante, a seguir bien todos. Ya habrá otro momento.
Abrazos, Frodo!
Borgo.
Hola, Ethan! Ese relato es muy bueno, y recuerdo bien ese fragmento de "Historias de Terror" con Price y el estupendo Basil Rathbone.
ResponderEliminarNo sé si habrás visto aquel episodio de la mítica "Historias para no dormir" con Narciso Ibáñez Menta como el Señor Valdemar, impresionante.
Saludos, Ethan!
Borgo.
Los terrores de Poe, para mí la claustrofobia es lo peor, me he leído muchos relatos de Poe pero no sé si hasta el punto de crear anticuerpos. Un relato muy original.
ResponderEliminarMuy literal la viñeta, no había nadie, jaja.
Los relatos de Melmoth están a otro nivel.
Te gusta el pollo, ¿verdad?
Saludos Miquel
:)
¿Qué tal, Ana? Ese relato "El entierro prematuro" es de lo más espeluznante para los claustrofóbicos como yo. Tendré que vacunarme leyendo de nuevo éste y un par más por si acaso.
ResponderEliminarLiteral, sí, y Melmoth ha dado un gira hacia el género del absurdo con sus relatos de Extraño, Sombra y Perdido.
Sí que pongo muchas recetas últimamente de pollo, es fácil de cocinar y se puede hacer de tantas maneras...
Saludos, Ana y cuídate!
Borgo.
Hola Miquel, el cuento de Poe sobre el que te inspiras para esta entrada es escalofriante, un entierro en vida es lo peor que te puede pasar. Ese virus es mucho virus y en los tiempos que vivimos mejor ponerse mascarilla por si las moscas je je je.
ResponderEliminarEl profesor Sibelius con su toque particular consigue arrancar una sonrisa.
Las viñetas fantásticas, ese genio de la ilustración que eres sale a relucir con fuerza,
La receta muy buena .
Un abrazo y a cuidarse
Puri
Hola, Dulcinea! No veas para mí que soy bastante claustrofóbico. Te recomiendo la película que hizo Roger Corman sobre este relato con Ray Milland que aquí se tituló "Obsesión". Lo mejor para este virus es quedarse en casa y rodearse de buena música, literatura y... Netflix. A mí me relaja cocinar y me ha servido de mucho.
ResponderEliminarGracias, ya sabes que tu opinión me interesa mucho. Espero seguir aquí dibujando y escribiendo lo que sea. Me sigue divirtiendo como el primer día.
Abrazos y cuídate mucho, Ana.
Borgo.
¡Ojalá! este virus se curase saliendo de la claustrofobia del confinamiento, pero me temo que no.
ResponderEliminarMe he perdido con tantos extraños entre sombras, mejor me voy a cocinar el codillo que tiene una pinta de escándalo.
Abrazos
¿Qué tal, Julia? Sí, ya nos gustaría que ese virus fuera claustrofobia y nada más, y que se pudiera curar leyendo a Poe.
ResponderEliminarLa culpa es mía, no he puesto los asteriscos que señalan el final de cada encuentro entre esos personajes y ha quedado muy confuso, espero que mi receta de codillo se vea menos complicada.
Abrazos!
Borgo.
Hola Miquel!!
ResponderEliminarMuy bueno el relato; fue como una serie de tv el autobus en cuarentena; el virus "la enfermedad Poe; sus sintomas y como contrarestarlo es genial. Me gusto el final inesperado del escritor.
Muy buena las tapas de los libros de E.A.Poe me gusta como dibujas!!
La historia literal pobre se ve que estaba desesperado por estar con ella jaja se llevo un chasco!!
Melmouth con su relato de sus personajes perdido; extraño y sombra estuvo bien con el juego de palabras jaja.
Y ese plato se ve delicioso!! quedo algo? 😄
Un beso Borgo!!
Qué entrada de lujo, como siempre hermano.
ResponderEliminarMe encantaron tus dibujos y esta entrada fue como un "trailer" o "teaser" para engancharme a leer ese cuento de Poe.
Me gustaron los cambios de colores en las letras, algo que debería copiar jeje
Un abrazo desde la Patagonia chilena amigo!
Hola, Gra! Me alegra verte -bueno, como siempre- pero es que además quería decirte que no puedo abrir tu blog, ni idea del porqué.
ResponderEliminarGracias, yo quería darle un aire a "La dimensión desconocida" o aquella otra serie "Historias para no dormir" donde el gran Narciso Ibáñez Menta interpretó algunas adaptaciones de Poe como "El caso del señor Valdemar".
He ilustrado otras de Poe como "Arthur Gordon Pym" o "Conversaciones con una momia", una novela corta en clave de humor.
Eso pasa por ser tan literal. Tengo preparados más relatos de Melmoth con esos personajes que se sienten tan fuera de lugar.
Si pasas por Barcelona te preparo codillo con mucho gusto.
Besos, Gra!
Borgo.
¿Qué tal, Nocturno! Encantado de recibir una visita de mi seguidor más lejano, geográficamente hablando.
ResponderEliminarMuchas gracias, ese relato es muy bueno y también su adaptación al cine con Ray Milland como protagonista. Lo de las letras no sé muy bien qué decirte porque en el tema del diseño de webs voy bastante despistado.
Abrazos, amigo Nocturno!
Borgo.
Qué buen relato el del virus y qué apropiado! Ojalá se curara todo con buenas dosis de cultura. Y aunque no se cure está más que visto la falta que nos hace.
ResponderEliminarUn abrazo.
¿Qué tal, Nury? Leer unos relatos de Poe sería una buena forma -y mucho más agradable- de vacunación, eso seguro.
ResponderEliminarDe momento, nos conformamos con la mascarilla.
Abrazos y cuídate mucho!
Borgo.