miércoles, 15 de abril de 2020

EL MARINO BORRACHO. Relato y más cosas.

Tenía una cita con una mujer, hasta ahí todo normal, ella era la esposa de un marino que llevaba mucho tiempo embarcado pescando atunes en Terranova.
 Un piso bonito. Todo decorado en azul y verde. Me senté en el salón y la oía canturrear desde la cocina mientras preparaba las bebidas. El salvapantallas de su enorme televisor mostraba una foto de su marido en la cubierta de un barco con sus compañeros; eso me intimidó un poco. Todos de frente, parecían mirarme fijamente.
Ella regresó, nos besamos, empecé a desabrocharle la blusa y ella gemía, yo también gemí. Miré de reojo el televisor y me pareció que su marido me echaba una mirada hostil. “Tranquilo, es una foto, te lo estás imaginando”- me dije. Entonces ocurrió.
De pronto centelleó la pantalla de plasma y se vio un naufragio.  Una imagen de una naturalidad perfecta, con un oleaje furioso, un barco desarbolado, con sus marineros corriendo de un lado a otro… No se distinguían los pequeños rostros de los marineros que chocaban entre ellos al correr. La tempestad era terrible e iluminaba la escena con flashes de bombilla que tiene los hilos rotos.
 Ella, como si sintiese en el pecho el frío del mar, se abrochó y yo me  puse en pie.
-¡Vete! –me gritó ella.
Yo continuaba quieto sobre la cubierta de mi vida, sin concebir que no era una película lo que veía, sino lo que estaba pasando en el mar en aquellos momentos.
-¡Vete! –insistió ella-. Si no, morirán todos –gritaba salvando el barco como si fuera su patrona.
La tempestad cedió un poco, pero aún tenía encrespamientos de oleaje, chisporroteando los rayos al caer en el mar como tenacillas ardientes que se meten en el agua.
Antes de salir, me volví un instante para ver que el barco por fin se afianzaba bien sobre las olas y los rayos se convertían en bengalas.
Me dirigí a las tabernas del puerto y acabé siendo el marino borracho de aquella noche. 
FIN
EL AGUDO PROFESOR SIBELIUS
MELMOTH: EL RELOJ DE LA ESTACIÓN
El gran reloj de la estación de ferrocarril estuvo detenido más de veinte años. Esa esfera de hierro forjado que pende de unas gruesas cadenas de la época victoriana tuvo las manecillas detenidas a las diez y veinte. Algunos creían que se detuvo por la mañana, y otros, por la noche. ¿Porqué estuvo tantos años detenido el reloj de la estación? A decir verdad, a nadie le importaba demasiado su avería. Es más nos acostumbramos a mirar el reloj aún a sabiendas de que no funcionaba. ¿Por qué? Tengo la ligera sospecha que era para consolarnos de que allí el tiempo no existía. Cuando arreglaron la estación pusieron en marcha el reloj y creo que una ola de tristeza asoló la provincia. He notado que todo el mundo, tanto si entra como si sale de la estación, ya no mira el reloj por el simple hecho de que todo está en un absurdo movimiento.
FIN
LA RECETA: TIRAMISÚ FÁCIL
Gra, del estupendo blog Música x Favor, me preguntó si también publicaba recetas de postres. Ahí va una:
 Ingredientes: 1 vaso de azúcar, 20 bizcochitos (tipo soletilla) 100 gr. de cacao en polvo, 1 taza grande de café solo frío, 4 huevos, 1 chorro de Cointreau, 1/2 litro de nata líquida, 500 gr. de queso mascarpone.
Echar una parte del azúcar en la nata líquida. Cascar los huevos y separar las claras de las yemas. Montar las claras en un bol hasta que se vean espumosas (a punto de nieve)  y mezclar las yemas con el resto del azúcar y el mascarpona.
Añadir la nata y las claras de huevo y remover bien.
Calentar el café y disolver en él el caco en polvo y un chorrito de Cointreau.
Mojar ligeramente -sin empaparlos- los bizcochos con la mitad de la mezcla de huevo, mascarpone y nata. Luego añadir una nueva capa de bizcochos remojados por encima. Echar el resto de la mezcla sobre esta capa y espolvorear con cacao en polvo.
Guardar este postre al menos un par de horas en la nevera.

46 comentarios:

  1. que miedito... pero si ella lo sabe por que no ir a otra habitación! ja... saludos

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  2. Excelente ambos relatos , cada uno nos deja una moraleja, al menos saque la mía propia,el primero el engaño hace dudar a la hora de implicarse en la acción .
    El segundo cuando nos acostumbramos a ver algo durante mucho tiempo no, nos gusta que cambie nada ..y para esas personas que el reloj estuviera detenido a una hora era como detener su propio tiempo.
    Y rica rica esa receta ..vamos como todas .
    Gracias por dejarnos siempre tan buen sabor de boca ..Feliz semana y cuidarse mucho .

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  3. Relato marinero, ¡qué bien! Me siento identificado (con los cuernos no, jajaja). Lo de Paco y el reloj parado de la estación viene al pelo, también magnífico relato. Enhorabuena a ambos y abrazos para repartir.

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  4. Me sucede como al profesor Sibelius. Y todavía soporto menos a aquellas personas que, después de decir una frase de las que repite mucha gente, añaden: "como digo yo".
    Es una manía eso de empeñarse en que anden los relojes, cuando de todos es sabido que como mejor están es parados.
    Saludos.

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  5. Me gusta el relato del reloj, el relacionar que no funcione con el detenimiento del tiempo.

    Efectivo la viñeta de humor gráfico.

    Y muy logrado tu relato. Con el sexo frustrado por esa pantalla. Que molesto el marido, amenazar con un naufragio. Y sí, una interrupción así, es de lo más frustrante.

    Saludos.

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  6. Creo que cuando arreglaron el reloj de la estación empezó el naufragio.
    Es la dimensión cuántica de las cosas.
    Quizá sí, quizá no.

    Buenos los dos.

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  7. Hola Borgo!!
    Primero que todo gracias por nombrar mi blog ; no era necesario 😊 y de la receta tengo todo menos el queso mascarpone ;el cointreau y las soletillas que aca le decimos vainillas creo por su sabor jaja . En cuanto salga y compre lo que me falta lo hago y subo las fotos. Espero que todos lo hagan es sencillo como dijiste.
    Sobre la infidelidad creo que en nuestro subconsciente sabemos que esta mal lo que estamos haciendo por eso los dds sintieron un mal presagio el pecho frio y el la tempestad en su imaginacion pero hay muchos que lo hacen parece que la atraccion que sienten es mas fuerte que su razon 😊
    Sobre Sibelius estos dias en casa estamos viendo muchas series españolas y hablamos con ese acento tan lindo que tienen y usamos palabras como flipar; vale; venga; pues coño; nevera; ; y otras mas.... jaja. Palabras nuevas....
    Cuando llevamos una vida tan acelerada vemos el reloj como una forma de acelerarnos mas y si ests descompuesto durante mucho tiempo parece que el tiempo no pasa mas y no estan importante que funcione....
    Gracias otra vez por tomar en cuenta mi pregunta y mas por darme ls receta facil.
    Besos y abrzos

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  8. Hola, JLO! Puede que eso pasara en un piso de renta antigua de la Barceloneta, el barrio marinero de Barcelona, sólo miden 30m cuadrados y claro, no hay mucho espacio para moverse.
    Saludos, amigo!
    Borgo.

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  9. Hola, Campirela! En el relato de los dos amantes puede que todo consistiera en una alucinación por el sentimiento de culpa, quizá... un final abierto. Creo que me ha salido un relato un poco moralista. La rutina acaba siendo placentera, cómoda, como cuando me mudaba de casa y echaba de menos el húmedo e incómodo piso anterior.
    Gracias a ti por visitarme. Que tengas una muy feliz semana y ya sabes, a cuidarse.
    Borgo.

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  10. Ya se sabe con los marineros, que siempre aparecen en el momento más inoportuno. Bueno, al menos pasa en las películas y en la literatura; en la vida real, no lo sé: no conozco a ningún marinero ni a la mujer de un marinero, y lo más cerca que he estado de dicho colectivo es por un amigo que tiene una gestoría en la Barceloneta y les lleva las declaraciones de renta).

    Por cierto, debe haber pocas cosas más surrealistas que la declaración de renta de un marino.

    Saludos.

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  11. Hola, Miquel

    Ja, ja, ja, me siento muy identificada con el profesor Sibelius.

    Muchas gracias por compartir la receta. La anoto y a ver qué tal me sale.
    Un fuerte abrazo.
    Cuídate mucho!

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  12. Me quedo con el primer relato...No tiene desperdicio, Es más...lo narras con mucha soltura y verosimilitud ¿Acaso lo viviste?

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  13. El primero está bien. Pero me quedo con el del reloj (creo que todos nos identificamos un poco con ese estos días). El chiste de la sinergia está bien... Y a mí el tiramisú me encanta...pero no soy nada cocinitas. Mi cuñado, que es muy majo, me prepara uno cuando vamos de visita. Lo único que no suelo leer de tus entradas son las recetas (pero me gusta que estén ahí; si no, no sería una entrada de las tuyas).
    En fin, Miquel... Espero que estés pasando lo mejor posible este encierro.
    Un abrazo.

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  14. creo que la mujer del marinero estaba liada con más de uno de esa tripulación. por cierto, ¿no te habrás confundido de barco? más que barco atunero, creo que era uno vikingo (por la multitud de cachos que hay en él, je)

    saludos.

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  15. Hola, Ethan! Ya tenía ganas de escribir un relato con un toque marinero. La última vez fue uno con Cassandra, la pobre va de naufragio en naufragio y cuando avisa nadie le hace caso. Por si quieres echarle un vistazo:
    miquel-zueras.blogspot.com › 2015/06 › casandra-salvada-de-las-agu...
    Gracias y abrazos, Ethan!
    Borgo.

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  16. Hola, Macondo! "Se lo digo yo", como aquel anuncio de Marina D´Or.
    A mí me hacía gracia de niño cuando aún se llevaban relojes de cuerda y alguien decía "Mi reloj no anda", yo me imaginaba el reloj con patitas y andando por la calle como los de Walt Disney.
    Saludos!
    Borgo.

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  17. Hola, Demiurgo! Me alegra que lo hayas percibido, Melmoth es un maestro en ese tipo de metáforas. "El padre tiempo" como decían los indios (de las películas, no creo que lo dijeran los de verdad) Vaya un coitus interruptus el presenciar una tempestad en pleno mar, aún más desagradable que lo de "¡Cielos, mi marido!" y esconderse en el armario.
    Saludos, Demiurgo!
    Borgo.

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  18. Hola, TORO SALVAJE! Pues es posible lo que dices, que los dos sucesos se relacionaran, como aquello de la mariposa que vuela por Tokio.
    Uf, eso de la cuantica es apasionante pero me supera, es que yo era de letras.
    Saludos y gracias por pasar por aquí.
    Borgo.

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  19. Hola, Gra! Nada, un placer. Ya sé que no es el momento más adecuado para salir a comprar ingredientes pero ya verás que es muy fácil de hacer y eso que los postres no son mi especialidad. Si no encuentras Cointreau puedes usar licor Legui.
    Pues podría ser, que la tempestad fuera una representación de su inseguridad y remordimientos.
    Yo también aprendí palabras nuevas allá como "¡Sonaste!" "Es un tipo posta" o "Quilombo" y "Chamuyo", ésta me hacía mucha gracia.
    Me pareció oportuno ese relato del reloj ahora que el tiempo parece detenido.
    Besos y cuidate, Gra!
    Borgo.

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  20. ¿Qué tal, Ricard? Sí, hay unos personajes fijos en este tipo de historias con infidelidades, los viajantes de comercio y los marineros. Yo me he imaginado a ese marinero con un físico a lo Jean Gabin y al protagonista emborrachándose en un bar de Marsella.
    Mira, yo sí conozco un marino, le preguntaré eso de la renta porque no creo que se escape nadie de eso.
    Saludos!
    Borgo.

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  21. Hola, Éowyn! Me alegra verte por aquí, como siempre.
    El profesor Sibelius siempre poniendo el dedo en la llaga.
    Casi nunca hago postres -me da pereza- pero este tiramisú queda muy bien y no es nada complicado.
    Abrazos y cuídate mucho!
    Borgo.

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  22. Hola, Alí Reyes! Bueno... más o menos. La idea me vino un día que fui a comer a casa de unos amigos. Él es fotógrafo, tenía en el salvapantallas del televisor una foto suya en un desierto africano y cuando me dirigía a la mesa me pareció que su cara en la foto se volvía para mirarme, un efecto de la luz. Hasta aquí toda coincidencia.
    Saludos!
    Borgo.

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  23. ¿Qué tal, David? Estos días me suele suceder, el reloj parece parado, y a veces no sé en que día de la semana estoy.
    El profesor Sibelius es uno de mis últimos fichajes, y ese tiramisú queda muy bueno. A ver si te animas a preparar alguna de mis recetas, hombre, que son muy fáciles. Yo mismo soy un negado para los postres pero éste no me queda mal.
    También espero que lo lleves lo mejor posible. Salud y cuídate mucho!
    Borgo.

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  24. Hola, DRACO! Pues podría ser lo que dices, un novio en cada puerto... bueno, no sé si es un atunero, aproveché una ilustración que hice para un relato "El marino del Mar Muerto" -de ahí lo de la raspa- y le añadí un par de pececillos.
    Saludos!
    Borgo.

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  25. Hola, Borgo:

    Creo que con tu receta al fin será capaz de hacer mi propio tiramisú que colijo debe ser para chuparse los dedos....mmmm....

    Eso de ponerse con una señora de otro frente a una tele con el "ausente" en la pantalla requiere de mucho valor, porque hoy, en casa extraña, no sabes dónde puede estar una cámara oculta y si además hay yuyu por en medio, ni te cuento: no me extraña que luego, un par de copichuelas de ron supieran a poco y se precisaran unas cuantas más....

    Un abrazo.

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  26. Tu relato. Parece un sueño :)
    Muchos besos, Borgo.

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  27. Hola Borgo. Antes que nada debo decirte que me encantó la ilustración de las manos y los relojes, tiene mucha textura, muchos niveles de lectura.
    Me metió miedo el relato, me trajo algunos malos recuerdos. Ja. Hay tempestades que no se manifiestan con olas, nubes o vientos.
    Y esa ilustración del corazón me recordó a la tapa de Mi vida Loca, el disco de Los auténticos Decadentes.
    Impecable relato de Melmoth, filosófico. En estos tiempos en que todo se maneja más lento, la Natura recupera su manera de moverse. Le mando un fuerte abrazo virtual! Salúdalo de mi parte
    Hay un tango que cantaba Gardel que hablaba de alguien haragán, que se llama "el que atrasó el reloj"
    El profesor Sibelius, ¡otra vez jugando con las palabras!
    Gran receta, un clásico por acá. Así que estuviste bien dedicándoselo a Gra.

    Abrazo gigante amigo Borgo!

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  28. Hola Otra vez yo!!
    te queria decir que me salio buenisimo!!
    les gusto a todos tu receta solo que reemplace el cointreau con licor de cafe al coñac y quedo riquisimo!!
    ya voy a subir las fotos de que lindo y rico me quedo!!
    Besos Borgo y desde ya gracias!!

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  29. Hola, Josep! Yo soy muy vago para los postres con sus problemas de texturas y cantidades justas, prefiero ir a la pastelería, pero esta receta es muy sencilla. Los italianos usan el licor de avellanas Amaretto, pero yo lo prefiero con Cointreau.
    Después de semejante experiencia lo mejor es ir a una de esas tabernas del puerto y tomarse un buen grog de ron negro con limón o con lima, que queda más caribeño.
    Abrazos, Josep!
    Borgo.

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  30. Hola, Clementine!
    Vaya eso está muy bien, que me digan que un relato tiene un toque onírico.
    Viene bien soñar esos días.
    Besos y cuídate mucho, Clementine!
    Hasta pronto.
    Borgo.

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  31. Muy bueno el relato del marinero.
    El del reloj me gustó mucho.
    Y ese rico tiramisú...qué delicia!!.
    Un abrazo. Que todo vaya muy bien.

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  32. Hola, Frodo! Qué tal? Esa ilustración la "repesqué" de una portada de libro: "Timequake" (Salto temporal) es la última que hice para un libro de ese autor.
    El viaje en mar que hice cruzando el estrecho de Gibraltar en la colimba (de Algeciras a la costa africana) fue tremendo, nuestro barco fue el último que zarpó antes de cerrar el puerto.
    Yo y un paisano pasamos todo el trayecto en el bar bebiendo cervezas mientras todos, soldados y oficiales, echaban la pota en cubierta.
    Loa auténticos decadentes... sus canciones son muy populares en los estadios. Recuerdo su álbum "El milagro argentino"
    Paso con mucho gusto tu abrazo virtual para el bueno de Melmoth. "El que atrasó el reloj", muy acertado.
    Abrazo bien fuerte, Frodo!
    Borgo.



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  33. Hola de nuevo, Gra! Me alegra mucho y es una buena solución usar coñac en lugar de Cointreau, en Italia lo tradicional es el licor de almendras Amaretto pero me parece demasiado amargo.
    Estupendo, ya tengo ganas de ver tus fotos.
    Gracias y hasta luego!
    Borgo.

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  34. Me ha encantado tu relato: agudo, irónico, fantástico y divertido. Es lo que tienen los viejos lobos de mar; que no se les escapa ni una a los puñeteros. Me encantan las historias de mar (ya no se escriben ni se hacen buenas películas) sobre capitanes de barco que son unos cabrones empedernidos. Recuerdo la gran novela de Jack London “El lobo de mar” con su inolvidable personaje; el capitán Larsen, o el capitán Ahab de “Moby Dick”, o el capitán William Bligh de “Motín a bordo”. Aunque me parece a mí que todos estos tipos les importaba un pimiento las mujeres, sin embargo, el de tu relato creo que es el peor de todos por llegar a controlar incluso a su esposa a través de la tele desde Terranova pescando atunes. ¡Qué tío! Por cierto: a veces me da por pensar cómo una mujer se puede acostar con un hombre que se dedica a la pesca. Tengo una amiga que es pescadera y dice que aunque se bañe siete veces al día tiene la sensación que todavía huele a pescado. No sé, llega el pescador a su casa donde lleva siete días pescando sardinas, por ejemplo, se quita el impermeable amarillo del logo de "Pescanova" y se mete en la cama con ganas de jarana...

    Creo que emborracharse en una taberna portuaria es lo mejor que le pueda pasar a un desdichado. Nunca he tenido la oportunidad de hacerlo. Pero ¿todavía quedan viejas tabernas de madera llenas de humo de pipa, viejas historias de mar y marineros de corazones rotos?

    Me encanta el profesor Sibelius. Es de la época de “La Codorniz” y todavía no se ha enterado.

    Reconozco que el tiramisú es un postre excelente siempre y cuando hayas comido algo ligerito, porque es de una consistencia pavorosa.

    Excelentes ilustraciones, amigo Miquel.

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  35. Hola, AMALIA! Estoy muy contento de saber que te han gustado los relatos, y el tiramisú viene muy bien para endulzar estos días confinados.
    Gracias y cuídate mucho!
    Borgo.

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  36. ¿Qué tal, Melmoth¿ Me alegra muchísimo verte por aquí.
    A mí también me gustan mucho los relatos marítimos, sobre todo los de Melville como "Billy Budd marinero" o "Benito Cereno" ¿Has leído éste? es como un thriller que podría haber filmado Hitchcock con un barco donde navega una tripulación que no es lo que parece. Buenísimo.
    No entiendo como la mujer del marinero no sospechaba nada al tener que mostrar siempre el salvapantallas y sí, seguro que olería siempre a pescado como la Susan Sarandon de "Atlantic City", que se quitaba el olor a pescado frotándose con limón.
    Me temo que ya no quedan de esas tabernas portuarias. Hace poco me di una vuelta por el puerto de Sitges y todo eran heladerías y tiendas de souvenirs...
    Un buen fichaje el del profesor Sibelius pero nada comparado con el tuyo, Melmoth. Y ese tiramisú es el único postre que me queda decente, los postres son mi asignatura pendiente.
    Abrazos, amigo!
    Borgo.

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  37. Hola Borgo!
    Ya puse lo que quedo del tiramisu jaja "la foto" en la columna lateral en mi blog.
    Besos!!

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  38. Hola Miquel vamos por partes; el relato del marinero me pareció fantástico,ese cuadro es una realidad virtual que se activa cuando la señora tiene visitas.
    La viñeta del profesor Sibelius es algo que sucede con bastante frecuencia, es una moda.
    El cuento de Melmoth nos cuenta algo que a mi siempre me sorprende, porque miramos un reloj que sabemos que está parado? aquí en Vigo pasaba con el reloj del instituto todos sabíamos que estaba parado y cuando salíamos lo mirábamos igual, supongo que esperando que algún día funcionase y mira por donde nos cansamos de verlo y un día pasado el tiempo descubrimos que funcionaba, y entonces dejó de interesarnos.¿ que cosas verdad?
    En cuanto al tiramisú reconozco que yo a lo mas que hago de repostería es el bizcocho de yogurt y en estos días de confinamiento no paro de hacerlo.
    Un abrazo Miquel y a cudidarse
    Puri

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  39. Hola de nuevo, Gra!
    Sí, ya lo he visto, en tu columna de la derecha. Me gusta mucho, gracias por acordarte de mi y me alegro que te haya salido bueno.
    Besos!
    Borgo.

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  40. ¿Qué tal, Dulcinea? Eso es, un cuadro de realidad virtual, no como los que tenían mis tías en su casa con la paloma de Picasso y similares, o los de la consulta del médico.
    Sibelius siempre tan agudo, y supongo que un reloj tiene un poder de atracción, como cuando nos quedamos mirando fijamente una pantalla. Hace poco en una estación de tren noté algo raro y no sabía lo que era hasta que me dí cuenta: ¡no había reloj! algo muy raro en el bar de una estación de tren.
    Qué bueno el bizcocho de yogurt. Yo le pongo ralladura de piel de limón, queda muy bueno.
    Abrazos, Puri y sobre todo cuídate mucho. Ánimo que ya falta menos.
    Borgo.

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  41. Ese televisor era como un oráculo de plasma o algo así, servía de canal para acceder a él momento presente. Me ha parecido muy original. También me ha gustado el segundo relato, un reloj parado en una estación que convierte a la estación en un lugar sin tiempo. Me encanta hacer tiramisu, es un vicio. Un gran abrazo Miquel.

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  42. ¿Qué tal, Ana? Lo has pillado muy bien, esa pantalla podría ser un umbral catódico hacia otros lugares en el presente, y el reloj detenido provoca un efecto intemporal en la estación. Esa es la sensación que Melmoth quería transmitir.
    A mí también me gusta mucho el tiramisú, es un postres que no es nada empalagoso y además se come fresquito. Adecuado para esta primavera tan inusual.
    Abrazos, Ana y gracias por visitarme.
    Borgo.

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  43. ¡H e y , B o r g o! ¡¡Qué buena la historia marinera!! Me recuerda a muchas literaturas de peligrosas circunstancias portuarias en la línea de W. Hope Hodgson y sus cositas preternaturales a pie de noray, pero sobre todo al loco y ebrio Dennis Dorgan de Robert E. Howard -que desgraciadamente se conoce poco, muy poco, ya que Conan eclipsó el resto de su obra - el boxeador marinero que en sus desembarcos en Lejano Oriente montaba cada pifostio de "¡agárrate y no te menees!" en las tascas junto a los desembarcos. También me he trasladado a mis juergas de antaño en las atarazanas del puerto de Palma de Mallorca que no desmerecen las que he citado: Mucho alcohol, patrones de barra ingleses que habían sido incluso ex marinos de Su Graciosa Majestad; mujeres más peligrosas que yo mismo y un largo etcétera de providencias portuarias innombrables...¡Qué tiempo más buenos, en los que lo que ocurría en aquellos garitos, si te lo montabas bien, se quedaba allí y aquí no había pasado nada.....!
    Tu Doktorr Sibelius me ha divertido , el jodío.

    Llevo ya algún tiempo largo disperso y en mi despreocupación, aunque en ocasiones acudo a leerte, en mi feliz despiste no escribo nada ante tu saber componer textos y fabulosas viñetas, y hoy no podía dejarlo pasar ante esta entrada tuya EXCELENTE (como todas, dicho sea de paso) Aprovecho para decirte que estoy inmejorable (¡vaya oxímoron, ante estos tiempos deletéreos que corren!) y como yo de por sí soy un tiparraco algo recluso de mis manías, este confinamiento está transcurriendo sin que me entere, si bien es cierto que estoy anhelando pirarme con la mountain-bike a La Sierra, como siempre hago. Deseo para ti y los Tuyos que esteis perfectos de salud al igual que yo.
    ¡Pax Et Bonum, Majo! Seguimos en contacto, aunque no lo parezca, pues no olvido a los amiguetes.🍀🧙‍♂️

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  44. ¿Qué tal, Maese?! Me alegra mucho volver a saber de ti. Me encantan los relatos marineros. Seguro que conoces al gran William H. Hodgson "El lovecraft del mar" y su libro "Desde el mar sin mareas" editado por Valdemar. Ay... lo que daría ahora mismo por estar en una taberna portuaria.
    Sibelius es uno de mis mejores fichajes.
    Me alegro que estés bien y sobrellevando el confinamiento, la bicicleta estática me ayuda mucho a falta de mountain-bike. Ya queda menos para ver nuevas fotos tuyas en la montaña.
    Pax et Bonum! Aquí nos encontraremos.
    Abrazos!
    Borgo.

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  45. Muy agudo ese profesor Sibelius. Y los dos relatos también. Mira tú, para pensar un poquito.
    En mi casa sustituimos el café por el chocolate y lo llamamos "tiramichoco".
    Saludos.

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  46. Hola, Nury! El profesor Sibelius es una eminencia. Hey, no había pensado en eso de sustituir el café del tiramisú por el chocolate. Tengo que probar ese "Tiramichoco", seguro que está bueno.
    Saludos!
    Borgo.

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